𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟯: 𝗩𝗶𝘀𝗶𝘁𝗮 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗲𝗹 𝗽𝗿𝗶𝗻𝗰𝗲𝘀𝗼.
—¿No viene?— Pregunto Mika escondido tras de un árbol. La mayor vergüenza de su vida había sucedido ayer, evitaría a Yuu como diera lugar.
—No, puedes salir— Se aseguro de mirar el lugar, Yoichi paso toda la tarde consolando a Mika, hasta que consiguió que este quedará dormido como bebé.
—Bien, solo espero no tener que cruzar miradas con el— Salió un poco desanimado, ¿Un poco? Esa palabra queda corta, deprimido es la palabra correcta.
—No te preocupes, tengo una idea para que te disculpes con el— El castaño tenía un plan inflable.
—¿Cuál es tu plan?— Su cambio de humor cambio drásticamente.
—Tienes que ir a su casa a disculparte con el— Exclamó con una bella sonrisa.
—Pero no se donde vive— Pronuncio con tristeza, tan decaído por lo había sucedido, culpandose a si mismo.
—Vive en la calle 13, de...— Detrás de Yoichi y Mika apareció la pelila con una libreta de entre sus manos, mientras leía con atención.
—¿Cómo lo sabes?— Quiso saber el pelirubio, un rayo de esperanza de solucionar las cosas.
—Saque este cuaderno de la sala de maestros, te puedo llevar— Ensanchó su sonrisa risueña.
—¿Dónde está la trampa?— Mika lo sabía, Shinoa no era fácil de convencer.
—Ohh, Mika-san. Yo solo quiero que seas feliz con el amor de tu vida— Cerro los ojos así demostrar total madurez mientras se llevaba un dedo a su labio.
—No ya en serio— Mika arqueo una ceja no muy convencido.
—Que cruel eres— Soltó fingiendo ofensa.
—¿Cómo quieras que te crea? Si una vez en primero me lanzaste al baño de los chicos de los chicos totalmente desnudo, o la vez donde casi me beso con Yoichi porque nos dejaste encerrados en el cuarto del conserje, todo era oscuro no sabía donde ponía la boca— Cruzo sus brazos y miro cansado a la pelila.
—Mi-ka, no me lo recuerdes— A diferencia de su amigo pelirubio, Yoichi estaba que echaba humo por las orejas de lo rojo que estaba.
—Lo siento, si ya me conoces. Pero de verdad quiero ayudarte, bueno claro cuando salgas con Yuichiro tendrás que darme algunas cosas que te pediré— En sus labios se dibujaron una sonrisa pervertida al mismo tiempo que extendía su mano para ser estrechada.
—Esta bien, me arriesgaré— Estrecho la mano de la chica sin confiar mucho, no tenía muchas opciones que digamos. Parecía Mika había vendido el alma al diablo.
—Bien, luego de clases te llevaré, uhh mira. Es Yuu— Con el dedo señaló hacia delante con expresión de lo más interesante.
—¿¡Yuu-chan?!— Exclamó Mika con emoción volteando hacia delante.
—Mika sabes que cuentas conmigo— Expreso el castaño en una bella sonrisa y ambas manos del oji azul, mientras lo miraba a los ojos.
—Gracias Yoichi, eres el mejor. No se que haría sin ti— Tomo los hombros de Yoichi plantadole un beso en la frente.
—Tan cariñosos tan temprano, ¿Porqué mejor no se van a un hotel?— Esa voz, era la de Yuu.
—Ahh— El pobre no sabía como actuar ante esa situación, con un poco de miedo giro su cabeza hasta encontrarse con Yuu, quien tenía una expresión sería.
—Solo no te me acerques, rubio teñido— Después de haber dicho eso Yuu entro a la escuela.
—Vamos Mika, hay que ir a clases, ¿Si?— Llamo con dulzura su castaño amigo.
—Si, vamos— Asintió con la cabeza.
[...]
—Vamos tú puedes Mikaela Tepes, aquí voy— A escasos centímetros de tocar el timbre de la casa de Yuu, el pobre de Mika temblaba.
30 minutos habían pasado desde que el pelirubio hacia su mayor intento de tocar el timbre, fue en vano, el miedo lo carcomía por dentro. Shinoa y Yoichi esperaban a que Mika tocará el timbre.
—Ah, hace 30 minutos que estamos aquí afuera— La pelila presionó a su amigo, molesta de tanta espera.
—Ay, creo que tengo un calambre— Dijo con una voz adolorida el pobre castaño.
—Ya me cansé— Ya cansada tocó el tiempo y luego tomo la mano de Yoichi escondiendose en un arbusto que había en la entrada de la casa de Yuu.
—Hola, ¿Quién eres tú?— La puerta fue abierta por un hombre de cabello plateado, corto con un flequillo, llevando una camisa blanca con botones y unos pantalones azules, haciendo juego con sus bellos ojos azules. Recibió a Mika con una sonrisa.
—Amm, bueno yo soy— Mika quedó petrificado mientras miraba a ese hombre tan apuesto, le rodeaba un aura brillante.
—Ohhh, ¡Eres el novio de Yuu!. Pasa, pasa— Su expresión cambio a una muy eufórica jalando del brazo al pelirubio metiéndolo en la casa.
—Ahh yo no soy— Mika quería decir que solo había ido para disculparse con Yuu, pero le era imposible, tenía muchos nervios, ¿Y quién no, estaba en la casa de su crush? Su lindo azabache.
—¿Cuánto tiempo llevan? Ya se que acabamos de mudarnos, pero seguro que cruzaron miradas el primer día y se enamoraron. Yuu siempre ha sido tímido, ¿Tendrán hijos? Siempre he querido nietos rubios de ojos azules, o tal vez sean heterocromatico— El hombre de cabellos plateados no dejaba de saltar de alegría en el mismo sitio. Si poder que el pelirubio mediara palabra.
—N-no, ¡Solo he venido a disculparme con Yuu! Es que yo lo tire a una piscina, pero fue un accidente— Lanzo un grito agudo para parar al peli plata.
—¿Era eso? Ay, perdóname, siempre me emociono, cuando viene un chico a casa— Abrió sus ojos como plato por los gritos desesperado de su futuro yerno, luego procedió a reír bajo.
—¿Chicos a qué se refiere?— Mika tenía miedo, tal vez el azabache tendría pretendientes.
—Bueno a veces venían chicos, querían ser amigos de Yuu. Pero no lo consiguieron, Yuu tiene el carácter de su padre, yo soy Shinya Ichinose— Con esa explicación extendió su mano izquierda para ser estrechada.
—Yo soy Mikaela Tepes, es un placer conocerlo— Con su mano izquierda estrecho la mano del pelo plata acompañado de una reverencia.
—Que educado eres, perdona no te ofrecí nada de beber, ¿Quieres algo?— Preguntó con una sonrisa gentil.
—No, no gracias, estoy bien— Devolvió la sonrisa.
—Tengo cosas que contarte— Tomo asiento en el sillón donde se encontraban los dos— Siéntate— Palmeo con su mano el lado del sillón sonriente.
—¿Sobre Yuu?— Mika tomo asiento al lado del hombre de ojos azules.
—¿El te gusta, no?— Más que preguntar parecía ser una afirmación, arqueando la ceja coqueto.
—Bueno tal vez, no estoy seguro— Se encogió de hombros, solo había algo en ese chico que le atraía inmensamente.
—Puedo verlo en tus ojos— Después de decir eso abandono el sofá y tomo una foto que había en una repisa.
—¿Tanto se me nota?— Preguntó el pelirubio con voz temerosa.
—Si, mira esto— Shinya le entrego la foto con el cuadro. Un hombre de cabello negro despeinaba los cabellos de Yuu, con una sonrisa divertida en su rostro. Yuu parecía molesto.
—Y-Yuu-chan, que lindo— El rostro de Mika se iluminó por completo, al ver esa foto de su lindo Yuu-chan.
—¿Uh? ¿Yuu-chan? Ya veo— Miro al pelirubio apreciando la foto, susurro para si mismo.
—Papá, creo que saldré... Tú— Yuu había bajado las escaleras quien estas conducían a su habitación. Nadamás ver al pelirubio su expresión cambio, a una de odio. Recordó como ayer fue humillado por un rubio teñido.
—Yuu, y-yo— Al ver a Yuu se puso de pie y escondía la foto detrás de su espalda. Con los nervios a flor de piel, esa mirada clavada en el. Era demasiado intimidante.
—Hijo, Mika vino a disculparse contigo. No seas orgulloso y escucha lo tenga que decir— Shinya apoyo sus manos en los hombros de Mika, dándole a entender que estaba de su lado, ordenó con voz calmada y expresión sería. Como la de cualquier padre.
—No pienso escucharlo, no me interesa, me dejó en ridículo. Ade— El azabache fue interrumpido por un jalón de oreja por parte de su padre.
—Escuchalo, sacaste el genio de tu padre— Soltó su oreja y llevo sus manos a sus caderas aún con la voz calmada y expresión severa— De tu sexy padre— Susurro para si mismo esto último.
—Ahg está bien, que lo diga— Respondió por fin de muy mala gana esperando lo que diría el pelirubio.
—Perdon, yo no quería tirarte a la piscina, fue un accidente, discúlpame por favor. También quería ser tu amigo— Tomo una bocanada de aire para después hablar con nerviosismo. Mientras miraba a Yuu con su típica expresión sería.
—Esta bien. Te perdono, pero no quiero tu amistad— Escupió de mala manera, era su forma decir "gracias" y el no necesitaba a un niño bonito como amigo.
—Yuu— Llamo su padre con voz suave y su expresión facial dibujo una sonrisa falsa.
—S-si, quiero ser tu amigo. Mikaela Tepes— La expresión de su padre, que desde pequeño desarrollo un enorme miedo, obligándolo a hacer muchas cosas que no accedía por las buenas.
—Puedes decirme Mika, y yo te diré Yuu— Mika sonrio a la respuesta del temeroso azabache.
—Te diré Mikaela, cuando tenga más confianza te diré Mika— Cruzo sus brazos en forma de equis mirando hacia otro lado. Teniendo en cuenta su carácter Tsundere estaba siendo bastante considerable con Mika.
—Bien, nos vemos mañana en la escuela— Hizo una pequeña reverencia, luego dió pasos hacia la puerta saliendo de la casa, pero su brazo izquierdo fue tomado por el peli plata.
—Buena suerte, tienes mi bendición— Shinya susurro cerca del oído de Mika, así Yuu no escuchará nada. Luego soltó su brazo izquierdo y le sonrió ampliamente.
—Gracias— Sonrojado internamente salió de la casa de su amor, su primer amor.
—¿Cómo te fue?— Preguntaron alunisono Yoichi y Shinoa, que le esperaban con una sonrisa.
—Digamos que bien— Dijo sonriente.
—Es hora de ir a casa— Anuncio el castaño.
—Cierto, mañana veré a Yuu-chan— Empezo a caminar seguido de Shinoa y Yoichi, Shinoa iba al lado izquierdo de Mika y Yoichi al lado derecho.
—Si sigues vivo eso quiere decir que su padre no te mato— Hablo burlonamente Shinoa.
—Yuu tiene dos padres, hablé con uno de ellos, al parecer su otro padre no estaba en casa. El se llama Shinya— Recordó las cosas que había dicho aquel apuesto hombre.
—Son gays, jeje interesante— Un hilito de sangre salió de la nariz de Shinoa.
—Si y no empieces, que ya te conozco— Reprochó con cansancio Mika, suficiente por el día de hoy.
—¿Y qué harás ahora Romeo?— Shinoa amaba a molestar a su amigo.
—¿Romeo?, ¿Me viste cara de Capuleto?— Preguntó ofendido.
—Ya ya, somos amigos— Sonrió relajado el castaño.
—No me conoces muy bien, bueno tengo que irme. Tengo cosas que hacer— Detuvo su paso mirando a los dos chicos.
—Adios Shinoa— El castaño sonrió a su amiga.
—Solo no trames nada, ¿Si?— Mika sabía muy bien que esa chica era de cuidado.
—No te preocupes, adiós Yoichi y Mika-sama— Ejecutó una reverencia y luego irse dando saltos de conejo en época de apareamiento.
—No confío en ella— Aseguro que Shinoa se había ido, hablo por fin el pelirubio.
—Deberias confiar en ella— Ambos sin detener el paso hacia casa de Mika.
—No lo se, bueno ya hemos llegado—Mika abrió la puerta dejando pasar al castaño.
—Estamos en casa— Ingreso en el interior de la casa de Mika.
—Quiero darme un baño y luego a mimir— Estiró sus brazos hacia arriba.
—Yo también, ven— Tomo la mano de Mika, subiendo las escaleras hacia el baño arrastrando al pobre Mika, literalmente el cuerpo de Mika estaba siendo arrastrado por el pequeño Yoichi, el pobre de Mika dejaba escapar pequeños quejidos, las escaleras eran demasiadas, muchos escalones y no había ni un solo descanso. Llegó un punto donde los ojos de Mika parecían remolinos. Era una eternidad para el pelirubio, ¿Desde cuándo construyeron más escaleras?
—¿Alguien anoto las placas? Hablo el pelirubio sin ser escuchado, todo le daba vueltas. ¿Desde cuándo estaban en Titanic?
—Ya llegamos— Anuncio con entusiasmo el castaño. Soltó la mano ya sin vida del pelirubio— ¿Mika? Mikaaaa— Pego un susto no obteniendo respuesta de su amigo, tomo sus brazos y arrastró el cuerpo de Mika hacia el baño, estando en el interior dejo el cuerpo al lado de la bañera.
¿Qué hizo? ¿En serio estaba muerto? No sabía que hacer, así que puso su oreja en el pecho de Mika, su corazón latía con normalidad, esto hizo calmar al castaño.
—Menos mal— Dejo escapar un suspiro de alivio acompañado de una linda sonrisa.
Contemplo aquel cuerpo, de talla mucho mayor que el, sus labios entre abiertos cumpliendo con la función de respirar, esto el motivo de sus rojas mejillas, desabotono botón por botón, quería ayudar al pelirubio a desnudarse para darse un baño. Retiro su camisa dejándola en la cesta de ropa sucia.
—¿Hmm?— Yoichi— Mika abrió sus ojos lentamente, primero diviso borroso volvió a cerrarlos y luego los abrió, llevo su mano izquierda a su cabeza.
—¡Mikaaaa! Que bien, estas vivo. Lo siento lo siento, no me di cuenta que te hice daño, estuve a libro de llamar a los bomberos— Enredo sus brazos el castaño alrededor del cuello del pelirubio, sus orbes verdes oliva se llenaron de lágrimas, colocando su mentón en el cuello de Mika.
—Ya ya, todo esta bien— Acaricia los suaves cabellos de Yoichi, sonriendo tiernamente.
[...]
—Mika, espera y verás— En otro lugar, más específico la habitación de Shinoa. La peli lila sostenía un frasco con un líquido rosa pastel, sonriendo macabramente mientras miraba el frasco.
Traducido a desastre.
¿No lo creen?
Continuará...
☁️☁️🖇️🖇️
🖇️ Perdón por actualizar tarde. Si quieren pueden matarme.
🖇️El próximo capítulo será más interesante, ya lo tengo planeado.
🖇️Pero antes de que me maten. Miren esto:
Mika neko. <3 ✨
Supongo que con esto no me asesinaran.
❆♪♨♡Y esto último.♬❆♪♨♡
Mata ne~
Se me olvidaba, miren:
Mi historia antes estaba en el puesto 53, subió. En serio gracias por leer mi historia, y apoyarla, amo escribir cada capítulo eso que es mi primer fanfic me ha ido bastante bien.
<3 los quiero, cuidense y tomen awita.
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