━━━━━ 𝐍𝐄𝐈𝐆𝐇𝐁𝐎𝐑𝐒;
❛¿Y?❜

𝐃𝐄𝐃𝐈𝐂𝐀𝐃𝐎 𝐀
-agusggd

     ANTONELLA ESTIRÓ SUS BRAZOS PARA BOSTEZAR Y TOMAR SU TELÉFONO, era bastante temprano. Arthur se había quedado con ella como de costumbre, lo miró dormir plácidamente, no tenía camisa, su cabello estaba despeinado, sus labios estaban entreabiertos, admiró sus facciones como siempre solía hacerlo, era tan lindo y no sólo físicamente sino también su manera de ser, y eso sin lugar a dudas era algo que a Nella le fascinaba. El resfriado se le había pasado, y la verdad que todo había sido gracias a Arthur. La manera en la que había sido tan atento, cuidadoso y amable con ella, aún siendo que estaba resfriada lo había enamorado más de él, no había ninguna duda: Arthur Leclerc era el amor de su vida.

Le sorprendió que el rubio no estuviese despierto, por lo general él solía despertarse primero que ella pero entendía que estaba cansado ya que, toda la noche, tanto él como Chloe y Andre habían estado pendiente de si le daba fiebre o no, pero la verdad no había sido así.

Miró los mensajes en su celular de Less mandando fotos de Sam y Adrien, sonrió respondiendo los mismos, ya quería ver a su sobrino pero tendría que esperarse porque no quería contagiarlo o algo por el estilo.

Se puso de pie para hacer su rutina de la mañana, y después de hacer todo lo respectivo, salió del baño, buscando el cepillo para peinar su cabello, Arthur empezó a abrir los ojos con lentitud, adaptándose a la luz del día, y sonriendo de lado al ver a su chica arreglándose en la peinadora, pero hizo una mueca cuándo sintió el dolor de cabeza, sabiendo perfectamente lo que pasaba: se le había contagiado el resfriado.

Y ya sabía que si le decía eso a Nella, ella probablemente hasta iba a golpearlo. Nella lo miró, sonriendo.

—Amor, buenos días.

—Buenos días mi amor —le respondió ligeramente, no iba a demostrarle que se sentía mal, pero Nella lo conocía bastante bien, alzó una ceja.

—¿Todo bien?

—Sí, sí —Arthur se puso de pie, sonriéndole como niño pequeño y metiéndose al baño, Nella lo miró sin entender.

El rubio sabía que debía tener algo de fiebre, y aunque quisiese quedarse con su novia, no quería que ella se preocupara así que hizo su rutina de la mañana, se cambió la pijama y se arregló, saliendo de la habitación ya listo, acercándose a Nella y dándole un abrazo.

—Ya me voy a casa y—

—Arthur —Nella se separó de él.

—¿Sí, mi amor?

—¿Te sientes bien? —Nella sabía que no, pero quería escuchar la respuesta que el rubio le daba.

—Increíble...

—¿Por qué me mientes? —el rubio soltó un resoplido, la volvió a abrazar.

—Ya amor, perdón...

—¿Te haz contagiado del resfriado, verdad?

Arthur sonrió como niño pequeño, Nella soltó un suspiro para luego darle un golpe que lo hizo quejarse.

—¡Ay! ¿¡Eso por qué fue?!

—¡Te dije que iba a golpearte si agarrábamos un resfriado! Y me dijiste "no, claro que no, no vamos a agarrar ningún resfriado mi niña. ¿Yo? Yo soy un hombre fuerte" —imitó su voz, haciéndola más gruesa y Arthur soltó una carcajada al escucharla— ¡No es gracioso Arthur Leclerc!

—En realidad, lo es —Nella se separó de él, viéndolo de mala manera— un poquito nada más, ay amor no te molestes conmigo.

—¿Cómo quieres que no me moleste conmigo? Encima me dices que no tienes nada cuando sabes perfectamente que te conozco.

—Ya amor, perdón —hizo un puchero, Nella negó.

—Ajá.

—¿No me vas a perdonar? Perdón, en serio —la abrazó por la cintura, besando su hombro repetidas veces para subir por su cuello y pasar a su mejilla, Nella tensó su mandíbula, no se iba a girar a verlo.

—¿Qué hiciste el termómetro?

—Perdón —le volvió a repetir.

—Sí, Arthur. Está bien —se hizo a un lado, cruzándose de brazos y viéndolo con una ceja alzada— ¿Qué hiciste el termómetro? —le volvió a preguntar.

—No me hables así...—le dijo en un susurro, bajando la mirada mientras que Antonella soltaba una risita debido a su drama— si me aceptas las disculpas te digo.

—Sí, amor, ya, te perdono. ¿Me vas a responder o no?

—Eso fue muy seco —se quejó.

—¡Arthur!

—Mi amor para ti —le sonrió, pero al ver a Nella seria soltó una risita— bueno ya, se lo di a tú mamá en la madrugada cuando pasó a revisar cómo estabas.

—Iré por él. ¿Sientes algo más? ¿Necesitas algo?

—No amor, solo me duele la cabeza y ya. ¿No te dije que soy un hombre fuerte? —volvió a mostrar sus músculos, Nella se palmeó la frente mientras que lo miraba con incredulidad.

—Como digas... ahí vengo, espérame ¿sí?

—¿No me vas a dar...?

—No te voy a dar un beso porque no me querías decir que te sentías mal.

El rubio abrió la boca indignado.

—¡Te pedí disculpas!

—¿Y?

—¿Sí? —se puso serio, empezó a acercarse a ella lentamente y Antonella sentía como su ritmo cardíaco empezaba a acelerarse, ella empezó a retroceder asintiendo a lo que Arthur había preguntado, chocó con la puerta, mientras que Arthur quedaba cerca de ella y la castaña tragaba grueso, subiendo la mirada para verlo— yo no sé cómo harás amor, pero de aquí no vas a salir hasta que no me des un besito.

Nella soltó una risita.

—¿En serio? —Arthur asintió, acariciando su mejilla con delicadeza mientras que ponía su mano derecha recargada de la puerta, quedando inclinado hacia ella— ¿Y si no quiero... qué?

—Ah —Arthur asintió— ¿No quieres darme un besito?

—No porque me mentiste.

—Ya te pedí disculpas, mi amor —la miró con ternura—. Es que si te decía que me contagiaste el resfriado me ibas a decir "te lo dije" —Nella alzó una ceja— perdóname ¿sí?

Ella soltó un suspiro, asintiendo, simplemente no podía estar molesta con él, volvió a colocar la palma de su mano sobre la frente de él, todavía estaba algo caliente, acarició su cabello con ternura.

—Iré por el termómetro y algunas pastillas.

Nella intentó abrir la puerta, de no ser porque Arthur le frenó el paso y la miró con una ceja alzada.

—¿Y mi beso? —se quejó, ella soltó una risita.

—¡Pero Dios mío!

—Beso, beso —se inclinó hacía ella, Nella puso una mano en la mejilla de él para dejar un beso corto sobre sus labios y abrir la puerta— otro amor...

—Ya te di uno.

—Pero cortito, yo quiero uno largo —se quejó, acercándose a ella y volviéndola a besar.

Entrelazó sus manos sobre la cintura de Antonella para evitar su escape, mientras que sonreía en medio del beso y la apegaba más a él, Antonella se dejó llevar y siguió los movimientos del rubio, posicionado sus manos sobre los hombros del monegasco, que se separó un poquito para agregar:

—Hasta ya se me quitó la fiebre.

Ella soltó una carcajada.

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     Al menos a Arthur no le había dado tan fuerte el resfriado pero había pasado todo el día con Nella, ella había estado pendiente de él, le había preparado una sopa como él lo había hecho, y también besándolo a cada rato porque Arthur no paraba de pedirle besitos, Pascale había pasado a casa a verlo ya que Arthur se había querido quedar en casa de su novia, y luego se fue a hablar con Chloe.

Cuando se hizo de noche a Nella le empezó a dar hambre, Arthur estaba durmiendo plácidamente en la cama de la castaña, ya no tenía fiebre y estaba mejor que cuando se había despertado, al menos eso era algo positivo, la castaña bajó las escaleras para ir a preparar la cena favorita de su chico, su mamá estaba en la cocina lavando algunos trastes.

—¿Te ayudo con eso?

—No amor, tranquila —le sonrió— ¿Cómo está Arthur?

—Está mejor que esta mañana la verdad —le respondió mientras que tomaba los sandwiches para preparar algunos—. El muy tonto ni siquiera quería decirme que se sentía mal.

Chloe soltó una risita.

—Me imagino, así es tú papá cuando se enfermaba después de mi —ella negó divertida— pero de dónde se han resfriado es lo que no entiendo. ¿Se mojaron al salir del hospital? ¿O fue el frío de allá...?

Antonella sonrió como una niña pequeña, claramente no le había dicho a su mamá que Arthur y ella habían decidido bañarse con la lluvia en la madrugada —más el rubio en sí— y que encima de eso habían dejado la casa hecha un desastre, pasó una mano por su nuca rascando la misma con nerviosismo.

—Eh —se río, Chloe la miró con una ceja alzada.

—¿Qué? —Nella se seguía riendo nerviosa, su mamá se cruzó de brazos—. Ya entiendo todo a la perfección ¿se resfriaron porque fueron a meterse a la lluvia verdad?

Antonella soltó una carcajada.

—¡Él me obligó! —se defendió, su mamá se palmeó la frente haciéndola reír—. Me agarró de la nada y yo le dije que no porque íbamos a tomar un resfriado pero Arthur es un necio, y bueno, terminamos mojandonos.

—Son increíbles ustedes dos —las dos soltaron una risita.

—Gracias mami, lo sabemos.

Nella se quedó hablando con su mamá sobre el trabajo de ambas, la facultad y más cosas, cuando la de ojos café claro terminó de hacer los sandwiches, los puso en una bandeja para subirlos junto a un té. Abrió la puerta de su habitación, Arthur estaba cambiando el televisor en busca de una película, su mirada se desvió y sonrió al ver a su novia, se puso de pie para ayudarle con la bandeja.

—Te ayudo con eso, amor.

—No te preocupes mi niño —ella le comentó, mientras que dejaba todo en su cama y se acercaba a él, tomándole de la mano— ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes?

—Increíble —el rubio se inclinó a besar el puente de su nariz.

—¿De verdad? ¿No te ha dado fiebre ni nada? —Arthur negó, Nella lo miró con una ceja alzada.

—¡De verdad, amor! —se rió, ella lo miró con dudas, poniendo una mano sobre la frente de él, la castaña asintió.

—Bueno, era por si te había dado fiebre y así iba a buscarte la medicina.

—Ya no tengo nada mi amor, de verdad —él la abrazó hacia él, besando su cabello—. Me siento increíble ¿sabes por qué? —se separó para mirarla, Nella negó— porque estar contigo es mi mejor medicina.

Le guiñó el ojo, Nella soltó una risita es que había sido inevitable hacerlo, se puso de puntitas para unir sus labios en un beso.

—Te amo mucho.

—Te amo.

—¿Charles te está enseñando a decir cosas coquetas o qué?

Los dos rieron.

Después de cenar juntos, Arthur le ayudó a Nella con los trastes aunque ella le había dicho que ella se encargaba de todo eso, el rubio era tan necio que al final los dos habían terminado haciendo todo juntos. Después de ordenar todo en la cocina, Andre llegó del trabajo, saludándoles animadamente a los dos.

—Buenas noches, Andre.

—Hola papi —saludaron Nella y Arthur al mismo tiempo mientras que la primera mencionada iba a darle un abrazo y su novio estrechaba sus manos con su suegro— ¿Qué tal te fue en el trabajo?

—Hola chicos —les sonrió—. Bastante bien la verdad ¿Ustedes qué tal? ¿Cómo estás de la fiebre? Mejor dicho, del resfriado. ¿Ya se te pasó?

Palmeó el hombro de Arthur que asintió.

—Sí, la verdad. Es que tenía a mi lado a la mejor enfermera ¿quién no va a curarse así? —pasó su brazo por el hombro de Nella apegándola a él, Andre los miró con una sonrisa de orgullo, más cuando el rubio dejó un beso en la frente de su chica.

—Bueno, bueno, pero tampoco me hagan sentir de mal tercio eh —se quejó, haciéndolos reír— me alegra que ya estés muchísimo mejor, Arthur. ¿Dónde está Chloe por cierto?

—Está en su habitación —Nella mencionó— te dejé algunos sandwiches allí tapados por si tienes hambre.

—Gracias mi niña, iré a darme una ducha y vengo a comérmelos.

Nella asintió sonriente, su papá salió de la cocina y al hacerlo, Arthur no dudó ni un segundo en abrazar a su novia y unir sus labios en un beso.

—Amor.

—¿Sí?

—¿Me acompañas un segundo a casa? —le preguntó, Nella entrecerró sus ojos para verlo.

—Sí, claro, pero ¿para qué?

—Es que tengo frío, así que iré en busca de un suéter...

—¿Tienes frío? —ella frunció el ceño, Arthur asintió.

—Sí, la verdad, pero no es porque tenga fiebre o...—Nella alzó una ceja— bueno, si me siento algo mal pero...

—Dios mío, de verdad que la paciencia que te tengo es tremenda.

—¡Perdón! —él soltó una carcajada— ¡Es que...! No tengo excusa, si me siento algo mal pero nada más eso, entonces ¿me acompañas o no?

Le sonrió como un niño pequeño, Nella se palmeó la frente. Le ordenó que se tomara una pastilla y luego de eso los dos se fueron a la casa del rubio en busca del suéter y a quedarse hablando un rato con Charles y Lorenzo, que claramente no desaprovecharon la situación para burlarse de ambos y sus "hormonas descontroladas".

━━━━━ quiero un arthur 😔

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—girlofmyidols.