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Narrador Omnisciente

Charlie siente la forma en la que su cabeza palpita frenéticamente y le produce un dolor insoportable. Abre los ojos lentamente encontrándose con Zayn durmiendo pacíficamente. Se levantó bruscamente provocando un gruñido de su parte.

—Puta madre —se quejó. Miró el reloj y notó que eran cerca de las doce del mediodía. Le costaba recordar que había sucedido anoche pero al ver el torso desnudo de Zayn y la ropa esparcida por toda la habitación no pudo evitar sonrojarse.

—Buenos dias, pequeña —dijo tranquilamente mientras se estiraba—. ¿Cómo has dormido?

—Zayn esto está mal... muy mal —dijo llevándose las manos a la cabeza—. ¿Cómo te sacaré de aquí? ¿Qué diremos?

Zayn bostezó y su forma tan pacifica de despertar hacía que se irritase.

—Relájate —dijo—. ¿Cuál es el problema?

—El problema es qué Harry no debe enterarse —dijo mientras comenzaba a vestirse rápidamente al igual que Zayn.

Corrió las cortinas dejando ver a través de los ventanales los inmensos jardines de la mansión y veía cómo cada parte del personal se encargaba de limpiar lo que anoche había sido la gran fiesta. Zayn encendió la televisión y Charlie notó que en las noticias hablaban de la increíble ceremonia de la familia Gosling dónde su madre aparecía con su velo blanco caminando hacia el altar.

—¡La fiesta fue un espectáculo! Celebridades como Billie Ray Cyrus, Paul McCartney, Camila Cabello dieron increíbles presentaciones. Muchas personas de gran renombre en Nueva York asistieron y fueron alojadas en Mont Blanc la mansión de más de 800 millones de dólares que Jeremy Gosling le obsequió a su reciente esposa. Además de ello, tenemos fotos de exclusivas de Harry Styles y su novia, Sophia Gosling, donde también aparece Charlotte O'Marks, la anterior novia del británico que desapareció ebrio a mitad de la noche. ¿Quieres saber más? ¡New York News! Sabemos que quieres saber —la voz de la mujer fue interrumpida por un gran golpe en la puerta. Inmediatamente Zayn le miró con cara de miedo, corrió a abrir la puerta encontrándose con algo que, no era tan agradable.

—El almuerzo familiar es en quince minutos —dijo Harry con voz de recién despertar.

—Gracias por tus avisos matutinos, Harry —dijo a medida que cerraba la puerta despacio, no quisiera que la viese en ropa interior.

—¿Puedo preguntarte algo?

—Técnicamente ya lo estás haciendo —asintió suspirando—. ¿Qué sucede?

—¿Has dormido con Za...?

—¡Charls! ¿Dónde está mi remera? —un grito de Zayn hizo que Harry asintiera a sí mismo y comenzara a alejarse lentamente.

Charlotte cerró la puerta bruscamente y al darse vuelta se encontró con Zayn parado frente a ella quien la besó con delicadeza y la llevó sobre el edredón nuevamente con nuevas intenciones de volver a hacerla de él sin ningún inconveniente.

Por otro lado, Harry se encontraba caminando por el corredor de la mansión sintiéndose totalmente un idiota. Le había confesado sus sentimientos que escondió durante tantos años para que en una simple noche, todo se echase a perder, aunque por dentro sabía que no podía decirle nada a Charlotte. Ella era dueña de su vida. Él ya no era su novio. Ellos ya no se pertenecían aunque el hecho de que Zayn la viese dormír  o toque su suave piel, le ponía los pelos de punta en menos de un microsegundo. Todo era tan injusto.

—Buenos día para ti también hermano, te ves... bien —dijo Niall quien se acercaba a él comiendo un pretzel.

—¡Debes probar la fuente de chocolate blanco! —exclamó Louis quien traía una galleta de avena llena de chocolate blanco.

—Diablos, tienes una pésima cara. ¿Qué ha pasado? —preguntó Liam—. ¿No has dormido bien? ¿O él echo de que Sophia no te lleve al orgasmo te está haciendo añicos?

Harry lo miró serio. No estaba de ánimo, menos para sus malos chistes.

—Déjenme en paz —pidió.

—Por lo menos come algo —dijo Niall—. El cerdo está exquisito y el vino traído de Napa aún más —dijo con la boca llena mirando cómo su amigo se veía perdido pensando.

—Zayn pasó la noche con Charlotte —soltó sin más haciendo que sus amigos abrieran los ojos como platos y que Sienna quien casualmente pasaba por allí se detenga a escuchar.

—¿Qué dijiste? —dijo Liam estupefacto.

—Eso no es posible —negó Louis.

—¡Claro qué lo es, imbeciles! He tocado a su puesta hace unos minutos y él estaba en bóxers y sin playera —negó—. Es obvio que han dormido juntos.

—¿Y eso te molesta? —preguntó Sienna. Harry la miró.

—Honestamente creo que todos nos merecemos buenas cosas y si a ella le hace feliz ello pues... POR SUPUESTO QUÉ ME MOLESTA, ¿PODRÍAS PREGUNTAR ALGO COHERENTE SIENNA, DIABLOS? —exclamó.

—¡Cielito! —Sophia apareció tras unos arbustos luciendo un vestido de color blanco con brillos y sus tacones de medio metro.

Harry gimió cansado y le dedicó su sonrisa más falsa.

—Hola amor —dijo—. ¿Has podido descansar? —le preguntó siendo que ella se había ausentado de la fiesta muy temprano.

—Claro que sí —asintió y chasqueó los dedos para que un mayordomo se acerque con bebidas. Tomó una copa y miró a su novio—. Tengo una gran noticiar que anunciarte, Harry.

Sienna, Liam, Niall, Louis y Noah quien venía caminando junto a Blair se pararon frente a ella para oír la buena nueva.

—¡Nos vamos a Bora Bora! —sonrió y se lanzó a los brazos de Harry felizmente.

—¡Qué alegría! —Harry correspondió a su abrazo sin ganas. Estaba cansado de Sophia y era casi imposible de disimular, aunque unas vacaciones lejos de Charlotte serían geniales.

Todos rodaron sus ojos y volvieron a sus respectivas conversaciones, pero el ambiente se tensó demasiado cuando Zayn y Charlie aparecieron por las escalinatas del jardín riendo y platicando divertidos.

—¿Y cuándo nos vamos? —le preguntó Harry a Sophia elevando la voz asegurándose así de que Charlotte escuchase.

—En un día —contestó ella.

—¿A dónde van? —preguntó Zayn interesado.

—Bora Bora —dijo Harry.

—¡Qué gusto! Podríamos apuntarnos —sonrió Liam abrazando a Tiffany.

—Si Charlotte va, iré —agregó la castaña mirando a su mejor amiga.

—No tengo compañía, pero sin dudas iría si tuviese con quien —dijo Charlie.

—¡Ven igual! —exclamó Sophia—. Qué importa qué estés sola, te divertirás con nosotros.

—Venga, yo iré contigo —habló Zayn haciendo que Harry se enfurezca.

—No, tú no —negó el rizado y su novia lo miró extrañado—. Es decir, es un viaje romántico y queremos estar solos —sonrió sin enseñar sus dientes.

Sophia le pegó en la cabeza.

—¡Harry! Son tus amigos, ¿cómo puedes negarles una invitación? —se quejó la rubia haciendo que Charlie se cruce de brazos con cara de victoria mirando a su ex novio—. Por supuesto que pueden acompañarnos, ¡serán unos grandiosos tres dias los seis juntos! —chilló abrazando a Charlotte y Tiffany quienes estaban a su lado.

—No puedo esperar —negó Zayn sonriendo.

—Iré a empacar —anunció Sophia—. ¡Tiff, Charls, vengan conmigo! Apuesto a que podemos ir a...

A medida que se iban alejando Harry se acercó a Zayn con cara de pocos amigos.

—¿Qué pretendes? —escupió el rizado.

—Tranquilo, viejo —sonrió Zayn—. ¿Acaso estás celoso?

Liam se acercó a ambos.

—Aléjate de ella —ordenó Harry.

—¿Y si no qué? —dijo.

—Zayn no querrás tenerme de enemigo, créeme.

—Ya, par de idiotas. ¿Qué sucede contigo Harry? —preguntó empujándolo lejos del morocho—. Tuviste tu oportunidad con Charlotte y la desperdiciaste, ¿por qué te portas así con él?

—Liam, no te metas en esto —suspiró Harry.

—Liam tiene razón —negó Zayn cruzándose de brazos—. Ahora es mi momento de estar con ella así que... —comenzó a alejarse sonriendo burlescamente—. Iré a empacar, no quisiera perder mi vuelo a el paraíso.

Harry gruñó tensando la mandíbula pero Liam lo detuvo.

Un par de horas más tarde...

La puerta de la habitación de Charlotte sonó un par de veces y finalmente abrió encontrándose con Zayn.

—¿Feliz? —preguntó.

—Mucho. Ya quiero descansar de Nueva York —asintió sentándose en el borde de la cama—. Aunque cerca de Harry será difícil encontrar paz, ya sabes...

Zayn asintió.

—¿Quieres algo de cenar? —preguntó y ella asintió—. Ven conmigo.

Charlie arqueó su ceja.

—¿A dónde vamos? El buffet está cerrado a esta hora Zayn, son casi las doce de la noche.

Zayn tomó su mano y cerró la puerta de la habitación, mientras caminaban por el corredor hasta llegar al jardín Charlotte fue haciendo varias preguntas a las que el morocho sólo contestaba 'ya verás'.

Una vez cruzado el jardín, cerca del final de la mansión y llegando al bosque Hitson, Zayn tapó los ojos de Charlotte con sus manos y la guió hacia el sur de la mano.

—Ábrelos —susurró.

Ella obedeció y se encontró con un bellísimo lago y un pequeño muelle enfrente de sus pies.

—Es hermoso —sonrió—. ¿Cómo sabes de este lugar?

—No lo sé, sólo salí a caminar y lo encontré. Es increíble, ¿verdad? —dijo y se acercó a la orilla del muelle acomodando una canoa cerca de ellos.

Charlotte arqueó una ceja al ver que en la canoa había una canasta llena de comida, bebidas y postres. Le dio ternura ver a Zayn acomodar las cosas y se subió de un salto.

—¿Por qué eres tan lindo conmigo? —preguntó pasándole un par de remos al morocho.

—¿Por qué no serlo? —sonrió pasándole una soda.

A medida que remaban (de a momentos porque Charlotte era muy holgazana) hablaron sobre sus vidas, un poco de ambas, era como volver a empezar para los dos ya que había cinco años que no se veían las caras el uno al otro. Zayn le contaba cosas de su adolescencia que hacían a Charlie llorar de la risa, así prometió buscar fotos de esas épocas para que las viesen juntos.

—Gracias por la cena —agradeció Charlie atando sus cabellos en un rodete bien formado—. Estuvo de maravilla.

—No agradezcas —negó—, me la pasó súper bien contigo aquí. Debería volver a los Hamptons cada Navidad, solo así sabré que la pasaré genial.

—Me alegra que hayas vuelto —asintió Charlie apoyándose en la canoa—... aunque aún no he sabido dónde has estado todo este tiempo, Zayn.

—Ya puedes imaginar... conciertos, tours, entrevistas, viajes, mucho alcohol y bueno, rompí con Gigi —suspiró—. Mi vida no ha cambiado en absoluto, pero tú, ¿qué se siente vivir en Paris y ser multimillonaria con tan sólo 23 años, eh? Cuéntame acerca de tu vida allá.

Charlie rió muy fuerte haciendo sonreír a Zayn.

—Es todo muy aburrido —bufó ella corriendo un mechón de su rostro—. Números, números y más números. Aunque es una ciudad increíble y las personas que he conocido, rayos, echo de menos a mis amigos —suspiró y añadió—. Al principio no quería venir a Nueva York, sabía que por alguna razón Harry se cruzaría en mi camino, pero, luego de pensar unos días llegué a la conclusión de que mamá necesita verme y cuando llegue aquí asimilé que se casaría —rió—. Creo que no fue tan mala idea venir, además, jamás pensé verte de nuevo.

—Perdí todo el contacto contigo cuando volé hacia Bradford en el verano, al volver a Nueva York, tú ya te habías ido —hizo una mueca y continuaron moviéndose por el lago a medida que caía la noche.

Se formó un silencio pero no incómodo . Zayn miraba a Charlotte quien distraídamente hacia dibujos en el agua y pensaba que no podía ser más hermosa y que sin duda alguna, Harry era un grandísimo idiota en haber perdido a tan perfecta persona, porque aunque sea hermosa por fuera, Charlotte tenía un corazón gigante y había sufrido mucho, tanto que se había vuelto casi indestructible. Y eso a Zayn, lo volvía loco.

—¿Quieres volver? —le preguntó con voz ronca—. Son casi las dos de la madrugada.

—Claro que no, esto es perfecto —suspiró oyendo paz del lugar—, cántame algo.

—¿Que quieres oír? —preguntó—. Te advierto que no me haré cargo si te enamoras, me vuelvo irresistible cantando.

Charlie sonrió.

—Rewrite de Stars.

—De acuerdo —suspiró.

You know I want you
It's not a secret I try to hide
I know you want me
So don't keep saying our hands are tied
You claim it's not in the cards
Fate is pulling you miles away
And out of reach from me
But you're here in my heart
So who can stop me if I decide
That you're my destiny?
What if we rewrite the stars?
Say you were made to be mine
Nothing could keep us apart
You'd be the one I was meant to find
It's up to you, and it's up to me
No one can say what we get to be
So why don't we rewrite the stars?
Maybe the world could be ours
Tonight

Al terminar de cantar, Zayn le sonrió y Charlie lo imitó al instante. A él le encantaba pasar tiempo con ella. Y a ella le encantaba haberlo vuelto a ver.

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