Fueron a Starbucks y bebieron un Caramel Macchiato con unas medialunas rellenas. De ahí recorrieron la ciudad un poco para bajar la comida e ir a McDonald's a almorzar. No pidieron algo muy pesado, solamente una hamburguesa con cheddar y panceta y unas papas livianas. Después partieron a la heladería favorita del "vampiro" para el postre, Kumiko pidió un cucurucho de chocolate y frutilla con chispas de colores, y Nitta uno de vainilla con salsa de caramelo. 

─Ese lugar tiene buenos helados, Shun. Fue una buena idea venir, porque los de McDonald's, si bien son ricos y no son tan caros, estos son más artesanales y tienen mucha más variedad de sabores.

─Sí, son artesanales, o sea, tienen un sabor más intenso, son bastante baratos para lo que son, y tienen cien sabores en total. La verdad es que todos los días bendigo al que decidió poner esta heladería a unas diez cuadras de mi casa.

─¿A dónde vamos ahora?

─Íbamos a ir al campo de girasoles. No es muy lejos, pero es mejor que vayamos ahora para hacer todos nuestros planes.

─Oki doki.

Subieron a la bicicleta y fueron al dichoso campo de girasoles, ese al que Shun iba seguido con sus papás y su hermanita los fines de semana. Tiene recuerdos hermosos en ese lugar de ensueños, y ahora quiere mostrárselo a la chica que le causa tantas sensaciones lindas, pacíficas.

Al llegar, Kumiko quedó asombrada al ver los girasoles enormes que había ahí. Eran hectáreas y hectáreas de esa flor tan hermosa.

─¿Te gusta?

─Me... ¡Encanta!

─Te ves hermosa entre la naturaleza, jeje.

─Gracias. 

─¡Ahora vamos a darle a este lugar!─ corrió hacia los girasoles, adentrándose en el campo.

─¡Oye, espera! ¡O te me vas a perder! ¡Mira que si tu padre se entera que te perdiste en este lugar, me va a atar a una cruz al rayo del sol para pulverizarme!

─¡Jajaja! ¡Mi padre matando a un vampiro sería muy gracioso!

─¡Yo te voy a dar!─ se metió en el campo y buscó desesperadamente a la pelirrosa para atraparla─¡Kumiko Sakagami, te voy a poner las manos encima y serás mía!

Kumiko, al escuchar esas palabras, se sonrojó levemente. Por más que seguía corriendo desesperadamente entre los girasoles, realmente quería que la atrapara. Quería sentir sus brazos rodeándola y dándole calor.

Y efectivamente, al estar corriendo con la mirada perdida, imaginándose esa escena, Shun la interceptó y la atrapó.

─Mía.

─Jaja, me atrapaste.

─Sí, ahora te chuparé la sangre.

─¡¿Qué?! ¡No!

Los dos rieron y decidieron sentarse en el pasto.

─Este lugar es hermoso, Shun. Gracias por traerme.

─De nada. Es uno de mis lugares favoritos en el mundo, y quería compartirlo con mi persona favorita (sin contar a mis padres, Kaori y mi abuela).

─¿S-soy tu persona favorita?

─Síp, por tu personalidad, tu sonrisa, tu belleza...

─N-nitta-kun...

Nitta arrancó un girasol y se lo colocó en el cabello.

─Te queda enorme, jaja, pero te ves preciosa.

Era tanto el rubor de la pelirrosa que ya no podía emitir sonido.

─Oh, lo siento, no quise avergonzarte...

─No pasa nada, jiji.

Aunque sinceramente, a ella le encantaba que Shun le dijera esas palabras.

Luego partieron al parque de diversiones. Shun jugó al típico juego de lanzar una pelota y tirar botellas, y ganó un peluche de mariposa para su amigo.

─¡AAAAAAAH ME ENCANTA!

─Me alegra que le guste, señorita. Piense en mí cuando le ponga nombre.

─Jaja, por supuesto.

Se subieron a la montaña rusa, a los carritos chocones, al carrusel, y finalmente a la rueda de la fortuna.

Más tarde fueron al Centro Comercial. Kumiko se compró un buzo rojo y unos jeans celestes, y Shun unos pantalones marrones claros.

─Siempre que vengo a este lugar me gasto dinero en al menos una prenda. ¡Es que todo es tan lindo y tan económico...!

─Me imagino, las chicas viven gastando su dinero en ropa.

─Una vez vine con Yoshiko y los muchachos, y ellos se fueron a jugar a la sala de juegos de lo hartos que estaban de esperarnos─ rio.

─Lo típico─ rio también, para fijarse en su reloj de muñeca─. En cuarenta minutos empieza la película, tenemos que ir a merendar ahora si luego la queremos ver e ir al lugar secreto. Tenemos que ser rápidos.

─Sí, vamos ya─ estaba por salir de la tienda, pero sonaron las alarmas─. Uy, hay que pagar, jeje.

Fueron a comer unos sándwiches calientes y a tomar un capuchino caliente en el lugar al que fueron Kumiko y Ai la otra vez. A Nitta le gustó mucho, porque además podían ver la ciudad. Una vez terminaron, corrieron al cine que estaba en el piso de más abajo para no perderse ni un minuto de la película, la cual no llegó a durar más de noventa minutos; era corta, pero la disfrutaron. Rieron muchísimo porque era de comedia.

Kumiko se imaginó la clásica escena romántica de tomarse las manos justo cuando van a sacar palomitas de maíz del pote, y se quedó con las ganas de hacerlo con Nitta, porque lo cierto era que sus manos eran calentitas y suaves.

Salieron del cine y se fijaron la hora. Eran las seis y cuarto de la tarde.

─Puede que lleguemos un poco tarde a casa, pero no voy a irme hasta que veas la sorpresa.

─Que mis padres esperen, ¿no?─ rio.

─Obvio, te voy a llevar en una pieza, no a la hora acordada, pero vas a llegar entera.

─Y sí, jaja.

─Bueno, ¡vamos, que ya está oscureciendo!

─¡Sí!

Nitta pedaleaba lo más rápido posible para llegar a ese lugar, mientras que Kumiko se preguntaba qué podría ser.

─¿Qué otros lugares puede haber en la ciudad?

─Llegamos, Kumi─ frenó─. Ufff, parece que llegamos a tiempo.

El lugar era la playa, pero casualmente hoy hubo un atardecer espectacular.

─Quería terminar este magnífico día mostrándote este atardecer hermoso, espero que te guste, como todo el día de hoy.

─Nitta, eres el mejor al momento de darle sorpresas a alguien.

El chico sonrió.

─¿Enserio?

─Pues sí, cuando me sorprendiste con los helados de rana, tu comida especial, tu gran itinerario para tener un gran día... Tienes muy buenos gustos para todo.

─Sí, soy el mejor. Soy Shun Nitta, que no se te olvide.

La pelirrosa rio levemente.

─Hoy me divertí mucho, querido amigo. Tenemos que hacerlo más seguido.

─Yo también me divertí. Nos recorrimos casi toda la ciudad, jaja, y pude estar contigo─ la abrazó por detrás, y la sorprendió con las siguientes palabras─: Desde el día que te conocí, supe que eras alguien increíble, y no me equivoqué. Eres linda, eres divertida, tienes buen corazón, te preocupas por las cosas buenas, siempre estás dispuesta a ayudar a todos, personas como tú hay muy pocas, por eso hay que aprovechar estar contigo. Te quiero mucho, y disfruto mucho tu compañía. Quiero estar contigo hasta el fin de mi vida, que espero que no sea pronto, jaja, pero a lo que voy es que...─ sacó de su bolsillo un papelito arrugado, y se lo entregó a la pelirrosa, ella lo abrió y se encontró con un...

"Me gustas, ¿yo también te gusto?

Sí                       No"

─Te amo.

La pelirrosa no emitió sonido alguno.

─Puedes darme tu respuesta cuando quieras. No te quiero incomodar.

─Yo...

─¡Uy, lo había olvidado! ¡Tenemos que volver a casa!─ dejó de abrazarla y fue por su bici─¡Vamos, Kumi!

─Oh, sí...

Sin duda, ese día iba a quedar marcado en el corazón de Kumiko. Fueron demasiadas cosas en un momento tan efímero.

Oficialmente, él gustaba de ella, al igual que ella de él. Los dos están enamorados del otro.

Ella llegó a casa y guardó ese papelito en su cajón. No lo perdería nunca. Tenía que buscar una forma de decirle que sí, que no sea solamente a través del papelito. Quería hacer algo especial por él, ya tenía una idea, pero quería hacer algo más.

Cuando fue a dormir, sentía su cuerpo caliente. Su rostro quemaba mientras la imagen de Nitta no dejaba de aparecer en su mente.

─N-nitta-sempai, te amo...

Al día siguiente, en el colegio, la pelirrosa decidió confesarle esto a los demás.

─Amigos, ¿puedo decirles algo sin que ustedes se lo cuenten a nadie?

─Siempre, bebé, puedes decirnos lo que sea─ Urabe puso una mano en su hombro.

─Yo...─ se arregló la garganta─estoy enamorada de Nitta...