XIX. 𝐄𝐋 𝐓𝐎𝐑𝐍𝐄𝐎 𝐍𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐀𝐋
El año escolar transcurrió rápidamente, y el tan esperado junio llegó.
Era un mes muy esperado porque comienzan los preparativos para el gran Torneo Nacional, el cual comienza a principios de julio.
Urabe y el entrenador sometieron a los demás a un duro entrenamiento, corriendo treinta kilómetros, practicando pases, practicando tiros, sus barridas, sus remates de cabeza, absolutamente todo. A pesar de que Kumiko les vivía recalcando a los muchachos que era totalmente inhumano hacer todo eso, y más con el insoportable calor, ellos no le hicieron caso en absoluto.
─Y yo que pensaba que me escuchaban como si fuese una dios, ¿eh?
─Oh, Kumi-chan, dulce, pobre e inocente Kumi-chan─ Nakayama le palmeó la espalda─. Hacemos esto para derrotar al Nankatsu en la final del torneo prefectural, ya que los demás equipos no serán un problema, y luego ganarle a todos los equipos del torneo para darte la bandera del campeonato.
─Tampoco se confíen tanto, no quiero que pierdan tan pronto─ los miró con los ojos brillosos.
Urabe se le puso en frente y la vio a los ojos.
─No vamos a perder tan fácilmente, porque contamos con la mánager más hermosa que alguien podría tener.
─Exacto─ respondieron todos los del equipo.
─Snif. Gracias, amigos. Los quiero─ abrazó al cuarteto.
─Nosotros también, nuestra reina.
─Y nosotros también─ todo el equipo (sin ser Nitta e Ichijo, quienes entrenaban por su parte) se sumó al abrazo.
─¡¿Y yo?!─ preguntó Ai, totalmente excluida.
─Si no te acercas no podemos abrazarte─ le respondió Nishio.
Ai bufó con una expresión muy tierna.
─¡Muy bien, muchachos!─ apareció el entrenador Sagawa─Hoy solamente correrán a la escuela Nankatsu y volverán, y luego podrán irse a casa.
─¡Sí, señor!
─Entrenador─ le habló Ai.
─¿Mmm? ¿Qué es lo que pasa, Ai?
─Perdón, entrenador. Kumiko hizo algo especial para todos.
─¿Huh?
─Yo... supuse que podría animar a los muchachos a correr.
─Kumi, ¿puedes mostrarnos?
─Síp─ le dio el tupper.
Eran unos mochis helados.
─Wow, ¡se ven deliciosos!
─Jiji, supuse que les gustaría...
─¡CON PERMISO!─ Nakayama los apartó a todos y agarró tres mochis.
─¡HEY, NO, ESO SE COMPARTE!─ todos intentaban apartarlo del tupper. La pelirrosa rio.
─¡Oigan, yo también quiero!─ exclamó Nitta.
─¡Yo te...!─ Ai fue interrumpida porque la pelirrosa fue corriendo hacia los chicos de segundo año.
─Toma, Shun, es para ti─ se lo dio.
─Muchas gracias─ tomó el bocadito. Ambos se ruborizaron levemente por el tacto de sus manos.
─Grr, maldita...─ susurró la peliblanca, mirándola con odio.
Nitta y Kumiko aún no eran pareja, ya que Kumiko no le ha dado su respuesta en todos estos meses, pero vaya que Shun tenía una paciencia enorme. Ha estado esperando meses a que ella le diera la respuesta, y nunca la presionó para que se lo dijera, por más que esperaba en lo más profundo de su corazón que su respuesta fuera un "sí".
Este año ganará este torneo como prueba de su gran amor por ella, también para ayudarle al cuarteto a demostrarles a todos que ellos son tan buenos jugadores como los del Nankatsu.
No va a dejar que los esfuerzos de los demás hayan sido en vano.
Finalmente, llegó el día tan esperado, la final del torneo de Shizuoka, y el día en que se enfrentarán al Nankatsu. Los chicos ya estaban más que listos.
─¡No lo olviden, hemos tratado de vencer al Nankatsu desde hace un año! ¡Y hoy, es el día en que ese equipo mediocre caiga ante nosotros! ¡No olviden, tenemos que ganar hoy, por Kumi, por el colegio, y por nosotros! ¡¿Oyeron?!
─¡Sí, capitán!
─Estos hijos de puta ya se olvidaron de mí...─ pensó Ai con desprecio.
─No vayan a pasarse del límite, ¿me escucharon?─ les preguntó Kumiko.
─Mi reina, siéntese en las gradas con tranquilidad, que derrotaremos cinco a cero al Nankatsu sin ninguna dificultad─ le dijo Urabe.
─Más vale que ganen o los decapitaré a todos, ¿oyeron?─ les dijo Ai.
─Heyyy, ¿por qué tan agresiva?─ le habló Nishio.
Ai no contestó y se fue de los vestidores para ir a las gradas.
─Ella cada vez actúa más raro...
Las chicas estaban en las gradas, junto con estudiantes de su clase, la clase de Shun y demás estudiantes del colegio Otomo, quienes apoyaban como locos a su equipo.
─¡Vamos, Otomo!
─¡A ganar, Otomo!
─¡Sí se puede, Otomo!
─¡Amigos, ganen y demuestren que el Otomo es el mejor equipo de la región!─ les gritó Kumiko.
─¡Esto irá por ti, Kumi!─ le contestó Urabe.
─Nitta-sempai...─ pensó Ai─Tienes que ganar, por mí...
Pero las cosas no resultaron tan fáciles en el primer tiempo: sí mantuvieron presionado al Nankatsu con su impenetrable defensa, lograron detener un tiro a portería de ellos, e inmovilizaron a Tsubasa por unos minutos, pero él como siempre logró arreglárselas para anotar un gol a larga distancia. En el primer tiempo, quedaron uno a cero a favor del Nankatsu.
─Amigos...
─¡HIJOS DE PERRA, DEJEN DE IMPEDIR LOS PASES A NITTA-SEMPAI!─ gritó Ai, totalmente encolerizada. Varios de las gradas la observaron con confusión.
─Cuando Ai se enoja puede salir cualquier palabra de su boca, ¿no creen?─ preguntó Nishio, entre risas.
─Chicos, tenemos que vencer a Tsubasa, ¡en el segundo tiempo no dejen respirar al Nankatsu, ¿escucharon?!
─¡Sí!
Mientras tanto en el colegio Toho:
─No tengo nada contra el Nankatsu, pero no quiero que ganen─ habló Yoshiko─, o Kumi-chan se pondrá muy triste.
─Pero nosotros queremos derrotar al Nankatsu en la final.
─Lo sé, Takeshi, pero es que... Ay, no sé...
─Mira, Yoshiko, vamos a vencer al Musashi mañana, y ganaremos el torneo de Tokio, para pasar al torneo nacional y vengar al Otomo, haciendo pedazos al Nankatsu y a Tsubasa─ le dijo Hyuga, el capitán del equipo.
─O-ok...
─Y eso es lo que va a pasar porque el Otomo no sabe jugar bien─ comentó otro jugador del equipo.
─¡Sorimachi, tampoco lo digas así! Aunque es cierto, Urabe como siempre le falta ser más inteligente...
─Te contradices mucho, ¿sabes?
─¡CIERRA LA BOCA, TAKASHIMA!
─De todas formas, lograron mantener bajo presión al Nankatsu. Veamos si eres capaz de superar esto, Tsubasa─ pensó Hyuga.
En el segundo tiempo lograron hacerle pases a Nitta, pero él falló cada tiro a portería. Le faltaba dominar su Tiro del Halcón.
─¡YA JUEGA BIEN, NO TRATES DE IGUALAR A TSUBASA!
─¡YA RÍNDETE! ¡ACEPTA QUE NO PUEDES GANARLE!─ le gritaban los que apoyaban al Nankatsu.
─¡USTEDES ME ENFERMAN, PEDAZOS DE IDIOTAS!─ les gritó Ai. Estaba muy furiosa.
─Ya, cálmate, Ai-chan. Todo va a estar bien. Tampoco hay que ponerse violentos...
─¡ESCUCHA, SAKAGAMI, NO VOY A DEJAR QUE LE HABLEN ASÍ A MI NITTA!
─¿Pe-pero qué te pasa...?
Ichijo logró detener dos tiros del Nankatsu, y Urabe un pase a Nitta, quien conectó correctamente el Tiro del Halcón y anotar un gol.
─¡LO HICE! ¡LOGRAMOS EMPATAR! ¡POR FIN PUDE REALIZAR MI TIRO DEL HALCÓN EN EL AIRE!
─¡Fue increíble, Nitta!─ todo el equipo fue a felicitarlo.
─¡ESE ES SHUN NITTA, CARAMBA!─ gritó Ai, totalmente feliz─¡EN SU CARA, NANKATSU!
─¡Kumi!─ le gritó Nitta─¡Ese gol fue para ti, porque te amo!
La pelirrosa se ruborizó.
─¡G-gracias, Shun!
─Pero...
Ai estaba que se moría del coraje.
Pero la felicidad del Otomo se derrumbó cuando Tsubasa logró el gol de la ventaja, y a un minuto de terminar el partido, Taki, otro jugador del Nankatsu, anotó el tercer gol.
El Nankatsu ya casi tenía la victoria.
─¡PELEEN, OTOMO! ¡PELEEN!
Kumiko no aguantaba más las ganas de llorar.
─¡URABE, DEJEN DE DEPENDER DE SHUN Y ATAQUEN USTEDES!─ les gritó.
─Kumi... ¡MUY BIEN!─ Urabe comenzó a correr con el balón hacia la portería del Nankatsu─¡HOY TENEMOS QUE GANAR, POR KUMIKO, QUIEN SE HA ESFORZADO TANTO POR NOSOTROS! ¡NAKAYAMA, TE TOCA A TI!─ hizo un pase largo a Nakayama, pero...
El árbitro pitó el fin del partido, y el Nankatsu ganó tres a uno.
─Amigos...
─¡AYYYY, SE CONFIARON DEMASIADO! ¡LES VOY A ENSEÑAR!─ Ai estaba furiosa.
Mientras los del Nankatsu celebraban su victoria, el cuarteto fue con Nitta.
─Perdón, Nitta, no pudimos pasarte el balón a tiempo, Nitta, todo fue nuestra culpa...─ se disculpó Urabe.
─No tiene por qué disculparse, capitán. Fui yo el que fallé. Fui yo quien no pudo vencer a Tsubasa─ sonrió levemente, y lo observó, celebrando con sus amigos─. De ahora en adelante, nuestro rival a vencer, es Tsubasa, y volveremos a enfrentarnos...
─¡Amigos!─ Kumiko se acercó a ellos.
─Kumi, lo sentimos, no pudimos...
─No importa, jugaron excelente─ sonrió con algunas lágrimas en los ojos─. Para mí, ustedes son el mejor equipo de Japón.
─Ay, Kumi, te amamos tanto─ todo el equipo le dio un abrazo─. El próximo año ganaremos por ti.
─La próxima vez estudien mejor el estilo de juego del Nankatsu y no entrenen de más, o se cansarán en el partido.
─Pssh, nosotros tenemos mucha resistencia─ alardeó Urabe, con los brazos en jarra y una mirada que denotaba superioridad─. Podría seguir corriendo como hace ra...─ de repente le dio dolor de espalda─¡AYYYYY, MI ESPALDA!─ se sentó en el césped.
─Capitán...
─¿Con que resistente, eh?─ le preguntó Kishida, y todos los demás rieron.
Sin embargo, Ai no fue con ellos. Se retiró del estadio sin decir una palabra.
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