V. 𝐂𝐎́𝐌𝐎 𝐈𝐌𝐏𝐑𝐄𝐒𝐈𝐎𝐍𝐀𝐑 𝐀 𝐊𝐔𝐌𝐈𝐊𝐎
Los niños llegaron a sus casas luego de un día muy divertido en la capital de Japón. Kumiko, como siempre, escribió en su diario.
"21/10/2018:
Hoy fui a Tokio con todos mis amigos a ver a Yoshiko y a pasarla bien en una de las plazas de ahí. Jugamos a las escondidas, Takeshi trajo el UNO y jugamos un rato (Urabe se quejaba porque perdía en cada partida, jaja), e hicimos un picnic. Fue un día muy lindo ヾ(•ω•')o".
─Qué gran día─ se acostó en su cama, ya en la noche, lista para dormir. Prendió las luces LED y agarró el libro que actualmente está escribiendo. Estuvo unos treinta minutos leyendo hasta que le dio el suficiente sueño para dormir rápidamente, y dejó el libro en su mesa de luz.
Mientras tanto, Urabe hacía lo habitual: pensar en Kumiko.
─Dios, estuve apunto de besarla. ¡Estaba tan cerca!─ exclamó en voz baja para no despertar a sus padres. Estaba metido dentro de su cama, con las sábanas cubriendo todo su cuerpo, hasta la cabeza─Si no fuera por esos malditos que andan siempre interfiriendo en mis planes. Yo quiero a Kumi sólo para mí, pero siempre tiene que haber alguien para arruinarlo todo, si no son mis padres son los de ella (que no tengo nada en contra de ellos, al contrario, pero a ver... ¡me irrita que vengan a decirnos algo cuando intento acercarme a ella!), o si no son ellos son cualquiera de los chicos─ suspiró con pesadez─. ¿Qué hago para impresionar a Kumi y quiera ser mi novia?─ se destapó y miró fijamente al techo, a ver si se le ocurría algo─Mmmm... en esas estúpidas películas románticas y clichés compran cajas de bombones, un ramo de flores y joyas, no sé si a Kumi le guste eso... Nah, las joyas no, las flores puede ser, pero si son reales se van a marchitar enseguida y ella se va a poner a llorar (la conozco), y si son artificiales siento que no son suficientes para alguien tan especial como ella. Una flor para otra flor, como dice el dicho, jaja. Supongo que me quedaré con los chocolates. Mañana, cuando salga de la escuela, voy a ir al supermercado y veré si venden cajas de bombones con forma de corazón.
─De la mejor calidad para una niña de la mejor calidad. Ese es mi lema─ sonrió con orgullo. Luego dio un bostezo─. Bueno, vamos a dormir porque mañana hay que despertarse a las siete y cuarto de la mañana, y son las dos de la mañana─ se dio a sí mismo un pulgar arriba─. Típico de Hanji Urabe. Pero mañana me voy a ver más decente de lo normal para atraer a esa belleza, jeje─ poco a poco empezó a cerrar los ojos lentamente, hasta quedar profundamente dormido.
─¡Hanjiii!─ Kumiko se acerca corriendo al oji-verde.
─¿Qué pasa, Kumi?
─¡Encontré pegatinas de los personajes de Héroes de Saitama en modo chibi!─ le muestra dos planchas de pegatinas con la gran mayoría de los personajes de la serie. Eran dieciocho pegatinas pequeñas por cada plancha.─¿Y si las pegamos en nuestras loncheras?
─¡Oye, síii! Así se verán mejores.
Kumiko pega seis pegatinas en ambas loncheras. En la de ella puso una pegatina de Miu, una de Kota, una de Inuyama, una de Yumi, una de Rika y una de Kanako. En la de Hanji había un Goro, un Gun, un doctor Kubodera, una Yuzuki, una Kirara y una Yumi también (varias de las pegatinas están repetidas).
─Para los demás voy a poner el resto de las pegatinas, así seremos el equipo de Héroes de Saitama, jiji.
─Tuviste una idea muy creativa, Kumi─ sonríe.
─Gracias...
Urabe la atrae hacia él con su brazo, y la recuesta en su hombro.
─¿Ha-hanji?─ la pelirrosa se ruboriza un poco.
─Kumi, ¿nunca te han dicho lo hermosa que eres?─ acaricia su largo y sedoso cabello rosa.
─S-sí, me lo dice todo el mundo, jeje...
─Pues están en lo cierto. Eres lo más lindo y bueno que hay en este mundo tan cruel─ ahora la toma de las mejillas y la obliga a mirarlo a sus ojos verdes y brillantes─. Kumi, no te voy a apartar de mí, nunca. Tú debes ser solamente mía y de nadie más.
─Hanji, ¿qué estás...?
El oji-verde acerca cada vez más su boca a la de la pelirrosa. Parece que por fin va a suceder...
─¡Hanji, despierta!
Hanji abre los ojos al escuchar la voz de su madre.
─Recuerda que hoy es lunes y tienes que ir a la escuela, ¿eh?
─...
─¿Qué pasa?
─N-nada, sólo tengo mucho sueño como para hablar─ da un gran bostezo, estirando los brazos.
─Siempre te acuestas muy tarde, tienes que cambiar ese hábito, jovencito─ le dice, con los brazos en jarra y el ceño fruncido.
─Tú no entiendes a los niños, les cuesta acostarse tarde.
─Kumiko se acuesta entre las diez y media y once de la noche de lunes a viernes, por lo que me dijo Tomoko, como debe ser. Se desconecta totalmente de la pantalla del celular y la televisión, prende las luces LED de su cuarto que le puso Daichi, se pone a leer un libro durante media hora y luego se duerme. Eso deberías hacer tú para mejorar tu calidad de sueño.
─Meh, leer libros es un embole. Solamente leo los mangas de Héroes de Saitama. Demás, olvídate─ le hace un ademán con la mano.
─Cuando seas mayor no tendrás ni tiempo para dormir. De una te lo digo, y tampoco tendrás tiempo para vivir tu vida por el trabajo y mantener tu casa. Ahora duerme entre las once y siete de la mañana y habrás dormido las ocho horas que debe dormir un niño, y tendrás tiempo para disfrutar del día, ¿no crees?
─Supongo─ le responde, sin siquiera prestar atención a lo que dice su madre.
─Mira, te propongo que hagas eso de lunes a viernes, cuando tengas clase, y los fines de semana te dejo dormir hasta la una de la mañana, y te despiertas a las nueve de la mañana, así duermes las ocho horas necesarias, y estarás despierto desde temprano para disfrutar del día, ¿te parece?
─Sí, sí.
─Entonces hazlo.
─Bueno─ se despereza.
─Ahora ve a lavarte el rostro y a desayunar. Luego cámbiate y ve a la escuela.
─Bueno, mamá─ se intenta levantar de la cama, pero una "fuerza", según él, lo atrae de nuevo a la cama, como si fuese la gravedad de la Tierra─. ¡Ay, no puedo levantarme! Jiji.
─Ya, dale─ aplaude dos veces y lo agarra del brazo para obligarlo a levantarse.
─¡Ñoooo! ¡Quiero dormiiiiir!
Ya en la escuela, Kumiko está hablando con unas niñas de su clase sobre los plumones que utilizan para decorar sus apuntes en el cuaderno.
─Cielos, nada resalta mejor que el rosado─ comenta Sakura, una de sus compañeras.
─También me gusta resaltar todo con dorado y escarcha─ dice Kumiko.
─Yo utilizo más que nada los colores pastel─ dice Masami, otra de sus compañeras.
─Yo compré unos resaltadores de treinta y seis colores, son colores opacos, y son muy bonitos para apuntes minimalistas─ comenta Mirai, otra compañera.
─Wow.
─Pssh, quién usa colores, yo escribo todo con lápiz─ piensa Urabe, viendo todos sus "apuntes", si se les pueden llamar así, puesto que apenas ha rayado hojas en el cuaderno─. Maldición, estaba apunto de besar a Kumi en el sueño, ¡¿POR QUÉ JUSTO TUVO QUE LLAMARME ESTA VIEJA BRUJA?!─ está tan furioso que, sin querer, rompe la punta del lápiz─Uppsi.
─¿Saben qué es lo que escuché? Que hay unos plumones que son para resaltar, para hacer títulos, para pintar, para todo, pero son muy caros. Se llaman Kuretake 3000─ les comenta Keita, uno de sus compañeros y amigo de Urabe del equipo de fútbol de la escuela─. Son cincuenta colores, y esos colores son hermosos.
─¡Wow!
─Yo he escuchado sobre esos. Son los únicos que tienen todos mis colores favoritos, el turquesa, el verde agua, el rosa pastel oscuro y el nut─ dice Kumiko.
─Ajá, pero son muy caros para todos nosotros. Cuestan dos mil yenes el paquete de cincuenta, y nosotros somos tan pobres que por eso vamos a una escuela pública como la Nishigaoka─ Keita se ríe a carcajadas junto a sus otros amigos que se sientan al fondo del salón.
─Lo sé, sé que para comprarlos tendría que vender mi páncreas, jeje, pero... sería un sueño hecho realidad tener esos colores. Quizás si le digo a mis padres de que me los regalen para mi cumpleaños...
─¿Es el veintiséis de enero?─ pregunta Mirai.
─Sípi.
─¡Eso es!─ exclama Urabe en su mente─. Si le regalo esos plumones a Kumiko, me va a amar. Gracias, Keita, por mencionarlo. Tendré que ahorrar como loco para comprarme todo eso, pero valdrá la pena, con tal de ver a mi niña feliz.
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