Capítulo Veintisiete.

-De verdad te agradezco los que hiciste anoche- comenzó NamJoon por llamada en su oficina-. Estaba tan enojado que pensé en ir yo mismo a hacerlo.

-No te preocupes, TaeHyung es mi nieto claro que no iba a dejar pasar las cosas.- contestó el señor Kim del otro lado de la línea y NamJoon suspiró pesado.

-Esperemos que las cosas pasen y no haya más inconvenientes.

-Ilit sabe hacer su trabajo, es un profesional y no dudo que si doy la orden realmente cumpla la amenaza que hizo.

-Y para todo esto, ¿cuál fue la amenaza?

-No creo que sea bueno que lo sepas, lo único que sí deberías saber es que un alemán nunca es sensible con sus amenzasas y que no es de buen corazón.

-Entiendo... será mejor así.

El señor Kim, padre de NamJoon, había sido parte de las fuerzas aéreas, el mejor en su categoría de hecho. Después de retirarse se ganó el título de coronel en las fuerzas armadas lo que restaba de sus años antes de poderse jubilar en su totalidad y dedicarse a su familia.

Era un hombre alto, moreno, atractivo y por sobre todo muy temido.
También era muy respetado, se había ganado no solamente el cariño de su nación sino que también la de otras naciones. Como la alemana entre ellas...

Así que era normal que todos estuviera a su disposición cuando él lo solicitaba. Y al defender a su familia no había sido ni dudosa la excepción.

-Aún así ¿Cómo se encuentra TaeHyung en estos momentos?- siguió el mayor después de un breve silencio.

-Está dormido, pero habla entre sueños... nunca se me ocurrió llevarlo a terapia individual por todo lo que pasó con ese idiota y con Jolie.

-Deberías hacerlo, fueron cosas fuertes.

-Lo haré, por hoy me tengo que ir, ya es tarde y SeokJin debe estar esperándome. Hablamos después.

Siguiente a eso y una corta despedida la llamada cortó y NamJoon se levantó de su enorme silla para salir de su oficina.
La noche era muy silenciosa, y tenía que ser así porque TaeHyung aún se estremecía con los ruidos inesperados.

Finalmente se asomó por la puerta entre abierta de la habitación de su hijo mayor, viéndolo en la cama matrimonial acostado,profundamente dormido y con un JiMin abrazándolo igual de dormido.

Sonrió levemente y cerró la puerta en su totalidad asegurando más el silencio, volteó hacia la puerta de JungKook igual de cerrada y ahora sí se dirigió a su habitación al fondo del pasillo.

Ahí adentro estaba Jin, quien efectivamente lo esperaba en frente del tocador acomodando la última crema de su skincare y sonriéndole cuando se vieron por el espejo.

-¿Todo bien con tu padre? Es muy tarde para que te haya llamado- comenzó el mayor poniendo ahora hidratante en sus labios haciéndolos más carmín y brillosos.

-Sí, sólo quiso asegurarse de que TaeHyung estuviera bien- contestó restándole importancia. Su esposo no debía saber muy bien las soluciones que su padre le dió para terminar con el sufrimiento de su hijo.

Por otro lado SeokJin le sonrió dejando el hidratante en el tocador y ante esa imagen linda NamJoon se acercó a pasos tranquilos, para finalmente abrazarlo por la espalda y empezar a dejar pequeños besos en su cuello.

Jin rió por la sensación de cosquilleo.

-Vamos a descansar, mañana aún hay cosas que hacer.

-Es domingo- contradijo el moreno y Jin asintió.

-Sí, pero hay actividades- respondió y lo único que obtuvo fue que NamJoon levantara la mirada.

Él conocía esa mirada.

-Jin...- llamó en un susurro y el nombrado soltó un ujm nervioso-. Tengamos otro hijo.

El mayor tragó pesado ante la confesión muy repentina.

-¿Qué...?- sus palabras salieron nerviosas cuando una de las manos de NamJoon bajó desde su abdomen hasta el incio de su pantalón de pijama para terminar adentrandose en este.

-Sí- siguió él, ahora metiendo su otra mano por debajo de la camisa hasta llegar a uno de los pechos de su esposo-. Quiero que tengamos otro hijo.

-Eso no es posible NamJoon-

-¿Por qué no?- interrumpió dejándo esta vez besos en los hombros suaves y empezando a juguetear con el elástico de los bóxer.

-Ya no tenemos la edad-rió y NamJoon le siguió-. No quiero ser un padre viejo.

-Eso es mentira. Por favor, será el último.

-Eso dijiste con JiMin, que sería el único y ahora tenemos tres hijos. No podemos con cuatro.

NamJoon respiró hondo, empezando a sentir las piernas del contrario comenzar a flaquear.

-Vamos... tengamos otro. Mantendré a todos nuestros hijos, sabes que lo haré. Tendremos una enorme familia y te trataré como un rey, por favor...

-¿No crees que es mejor decirme que tengamos sexo a que me convenzas de tener otro hijo?

-No- negó con la cabeza-. Porque realmente quiero tener otro hijo- los besos comenzaron a ser más excitantes y Jin se tuvo que aguantar uno que otro gemido-. Quiero hacerte otros diez hijos si es posible.

-¿No que este sería el último?- bromeó y NamJoon lo apretó más contra él sintiendo así su evidente problema.

Y soltó una risita.
-Veremos.

Al constatar que SeokJin no se negó ante su petición, no dudó en bajar los pantalones de pijama de su esposo, lo suficiente para tener expuesto su trasero y después siguió con los suyos sacando su miembro en el proceso.

Dejó en paz los pechos de Jin y se alineó con la entrada del mayor para adentrarse casi de golpe.

SeokJin no necesitaba en sí una dilatación porque de tratarse de su esposo siempre estaba listo para recibirlo en cualquier momento.
Así que fue fácil, los dos gimieron satisfechos por el extasis que sintieron.

Primero la estocadas fueron lentas, para ser concientes de lo que hacían y disfrutar de lo que seguiría. Después NamJoon comenzó a ser más rápido y un poco más rudo cuando empujó a SeokJin hacia el tocador recargándolo en este.

Lo tomó de la cintura con las dos manos y comenzó un vaivén más rápido, disfrutando no sólo de la sensación en su erecto pene sino también de la vista.
El enorme trasero de Jin y su rosotro sonrojado qué se reflejaba en el espejo del tocador.

Por otro lado Jin trataba de sujetarse de la madera lijada del tocador y de respirar con normalidad apesar de estar sintiendo que todo en su interior se movía.

Su propia imagen le parecía exótica, le gustaba verse en el espejo e imaginarse como el trozo de carne de su esposo entraba y salía de él. También le gustaba ver el ceño fruncido y la quijada marcada del moreno, o sentir las enormes manos de este mismo tomar sus glúteos y apretarlos.

Finalmente los dos se voltearon a ver por el espejo y se sonrieron confidentes, de que esa noche sería larga y las que venían también.

A ver video o fake 🤨

Kim_SeokJin_05.

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