𝑿𝑿. 𝑳𝑨 𝑺𝑬𝑪𝑻𝑨 𝑽𝑶𝑳. 𝟐 : 𝑳𝑨 𝑰𝑵𝑽𝑬𝑺𝑻𝑰𝑮𝑨𝑪𝑰𝑶𝑵
—Esto es indignante —Lucifer dijo al examinar a detalle el cadáver.
—Lo sé, es terrible —comentó Decker.
—No, me refiero a culparme —Lucifer habló—. Es una atrocidad. ¡Estos satanistas!, ¡culto de tontos e ignorantes con frisbees en las orejas! —Él añadió molesto, además de preocupado, ya que si no hubiera sido por la intervención de sus demonios, Scarlett estaría igual que aquella víctima—. La muerte de esta chica no tiene que ver nada conmigo, detective —explicó, y en sí Lucifer no quería que lo vieran como el malo del cuento, él no apoyaba a los idiotas que según lo adoraban, él para empezar no quiso ser envilecido.
— ¡ESTO ES TU OBRA! ¡ESTO ES TU CULPA! ¡TÚ ERES EL DIABLO! ¡ERES EL REY DE TODO EL MAL! ¡ERES EL REY DE LAS METIRAS! ¡DEBES DE SER DESTRUIDO! —Gritó aquel reverendo, que sin ningún permiso, entró a la escena del crimen. Por fortuna, antes de que Lucifer lo golpeara por insultarlo, un policía detuvo al loco, y lo sacó a patadas.
— ¿Quién lo dejó entrar? —Preguntó Chloe al personal que laboraban en la escena.
— ¡ERES EL DIABLO! ¡ME LEVANTARÉ CONTRA TI! —El reverendo siguió gritando estupideces, mientras se lo llevaban afuera.
—No es necesario que me agradezcan —el policía Malcolm Graham habló—. Sólo quise hacer mi parte por el momento —él le guiñó un ojo a Lucifer, causándole incomodidad.
—El guiño con tu bigote porno, envía un mensaje equivocado —Lucifer le replicó al policía, a lo que el sujeto lo tomó como una broma, riéndose sutilmente.
— ¿Ustedes dos ya se conocen? —Cuestionó la detective.
—No —respondió el policía—. Sólo he escuchado muchas cosas sobre él, puras cosas malas. Detective Malcolm Graham —el tipo se presentó de una manera absurda, sabiendo que ya se conocen, para después estrecharle la mano a Lucifer.
De repente Chloe se alejó de ellos para observar a detalle a la víctima, y en ese momento el policía corrupto aprovechó para decirle una cosa a Lucifer:
—Yo no iba a decirle que somos íntimos. Ya sabes, que intenté matarte, lo de la moneda mágica, sería demasiada información.
—Quisiera que dejaras de tocarme —reprochó Lucifer al ver que Malcolm lo estaba tomando del hombro.
—Qué gracioso eres, hay que ir algún día por un trago, y beber unas cervezas —rio el policía, y después se fue a otro lado, no sin antes darle una nalgada al Diablo, a lo que Lucifer se quedó asqueado por el atrevimiento de aquella escoria.
Lucifer se fue hacia un punto cualquiera de la escena del crimen, este hecho lo aprovechó el detective inútil (Dan Espinoza), para hablar con Chloe sobre algunos asuntos pendientes, pero rápidamente la rubia lo cortó en seco, ya que se enfocaba en observar con detenimiento a la víctima, dándose cuenta de unos extraños implantes subdérmicos que poseía el brazo derecho de la chica. Con estos datos el detective inútil se dedicó a investigar el lugar donde colocaban dichos implantes, mientras que la detective tenía que ir a ver al padre de la víctima, para así darle la noticia...
—Oye —Lucifer se dirigió a la detective—. ¿Y eso dónde queda? —Preguntaba, puesto que estaba distante de la detective, y quería avanzar rápido con el caso, para así corroborar o desechar su alocada teoría de la secta.
La detective, por cortesía, le dijo a su compañero la dirección de aquel departamento, el cual alguna vez perteneció a Rose Davis, a lo que Lucifer respondió:
—Bien, te veo allá.
— ¿Qué?! Pero, ¿a dónde vas? —Preguntó la detective confundida.
—Yo iré por mi cuenta, tú eres una pésima conductora —Lucifer dijo una excusa para zafarse de Chloe.
—Y desde cuando... —comentó Decker, pensando en por qué su compañero de trabajo actuaba extraño...
Y dicho y hecho, el Diablo se fue a aquella dirección...
Mientras tanto, Scarlett estaba en la escena del ataque, la misma calle desolada pero no oscura, sólo la tienda de autoservicio era la que le daba vida a ese sitio.
—Llegamos —Sariel aterrizó en aquel lugar, bajando cuidadosamente a Scarlett.
—Por fin, se tardaron una eternidad —bromeó Astaroth.
—Mientras llegaban examinamos el lugar, y sólo vimos esto —Beelzebub informó, señalando el lugar donde Scarlett casi moría.
Scarlett observó el sitio, pensamientos de impotencia y coraje inundaron su mente, al sólo saber que las tóxicas fueron causantes de eso.
—Todavía está mi sangre seca en este lugar —Scarlett se acercó hacia donde la hirieron, tocando cada centímetro de su misma esencia.
—Y estando esa gran mancha, ningún humano se da cuenta de nada —Sariel comentó consternado, porque nadie hacía nada al respecto.
—La tienda de autoservicio, está abierta —dijo Astaroth volteando a ver el sitio.
—La tienda por supuesto —Scarlett pensó en aquel lugar, y claro que ahí debía de haber cámaras de vigilancia—. Las cámaras de seguridad debieron de haber captado algo.
—Eso es totalmente cierto —dijo Beelzebub viendo la cámara de la entrada de la tienda de autoservicio, en donde se podía apreciar que el ángulo de dicha cámara enfocaba el lugar del ataque.
—Beelzebub y yo sacaremos ese vídeo —Astaroth se ofreció.
—Bien, de mientras buscaré más pistas —Scarlett asintió ante la petición del demonio, lo cual aceleraría la búsqueda de los culpables.
Los demonios se fueron directo a la tienda, mientras que Scarlett veía otra vez su sangre seca en el pavimento.
—Es raro ver el lugar donde casi falleces —ella murmuró.
—Pero no pasó, y nunca volverá a pasar porque ahora tienes compañía —dijo Sariel, dándole fuerzas a su amada.
De un momento a otro, Scarlett siente una minúscula luz en su mejilla, ella voltea a ver aquella luz, la cual provenía de unos arbustos. Scarlett sin más preámbulos se dirige a aquellos arbustos, quita de su camino algunas ramas, y al hacerlo se topa con una daga muy peculiar...
—Diablos —Scarlett expresó, tomando el arma entre sus manos, observando sus detalles—. Mira esto —ella le dijo a su novio, quien también estaba sorprendido por el hallazgo—. Con esto me rasgaron la piel en mi espalda, con esta cosa muy filosa, además tiene mi sangre —Scarlett añadió señalando la evidencia.
Sariel examinó con detalle la daga... Y entonces apreció un diminuto sigilo en su empuñadura, aquel símbolo no era muy común...
—No puedo creerlo —dijo Sariel.
Pero antes de que Scarlett pudiera decir algo, Beelzebub sale de la tienda de autoservicio, y los llama a ambos.
—Encontramos algo —el demonio informa.
—Nosotros también —Scarlett le enseña la daga a Beelzebub, quien también la examina, y presenció aquel sigilo, el cual se le hacía muy familiar...
—Oh por todo el infierno —expresó boquiabierto Beelzebub—. Puede ser el sigilo de un demonio que yo conozco, pero no lo recuerdo.... —el ser demoníaco pensó por un momento—. No, en definitiva no me acuerdo. Tal vez mi rey sabe...
Beelzebub sí sabía el significado de aquel símbolo, sin embargo no quería decirlo porque le aterraba ese demonio en especial... Ni siquiera quería decir su nombre en voz alta, es más ni lo quería recordar, ya que en su momento ese demonio fue un peligro para el mismo infierno.
—Sí, es muy raro, obviamente este culto adoraba a un demonio o varios —Scarlett dijo, convenciéndose de que el sigilo no tenía nada que aportar a la investigación.
No obstante Sariel, miraba al demonio con sospecha, ya que presentía que Beelzebub ocultaba algo, además de que el ángel sabía a quién le pertenecía aquel símbolo...
—Adelántate, ángel. Quiero decirle algo a Beelzebub —Sariel sonrió.
—De acuerdo —la chica asintió un poco confundida...
Luego Scarlett se fue con Astaroth, quien con una presencia imponente mantenía al encargado de seguridad a sus órdenes.
— ¿Qué tenemos, As? —Ella preguntó, al llegar al lado del demonio.
—Tenemos una grabación muy larga —bufó Astaroth con los brazos cruzados—. Reproduce el vídeo, humano —él ordenó al tipo de seguridad.
—Sí, señor —el tipo con miedo obedeció a la petición del demonio.
Cuando se reprodujo el vídeo, se pudo apreciar todo lo que pasó, Scarlett al ver cada segundo sintió una mezcla de sentimientos, sin embargo ella quería castigar a esos malditos, ellos la dañaron físicamente, y eso no se iba a quedar así.
Al finalizar el vídeo, no se encontró nada por el momento, solamente la bizarra escena de tortura, no se apreciaban los rostros de los atacantes...
—Nada... —susurró Scarlett para sí misma—. Todos se cubren la cara con sus estúpidas túnicas, y por la poca luz no se pudo distinguir sus asquerosos rostros —añadió un poco molesta.
—Pero hay diferentes estilos de túnicas —comentó Astaroth, observando detenidamente el vídeo, volviéndolo a repetir varias veces.
— ¿A qué se debe?, ¿por el rango del culto?
—Sí, según tengo entendido es por la jerarquización del culto, mientras que sólo una persona tiene ciertos detalles en su túnica como un buen diseño, las demás túnicas de las otras personas son sencillas, por así decirlo.
—Buen detalle, As —Scarlett felicitó al demonio.
No obstante, antes de que ellos vieran algún otro detalle en el vídeo, el teléfono de Scarlett sonó...
—Scarlett, que bueno que contestas estoy en un caso muy peculiar —Lucifer dijo a través de la llamada, cuando apenas ella contestó.
— ¿En serio?, pensé que estarías aquí, ayudándome a castigar a los culpables —Scarlett respondió.
—Créeme que esto es muy parecido, una secta asesinó a una chica rubia y la dejó tirada adentro de un teatro muy tétrico.
— ¿Nicole? —se alarmó Scarlett, pensando que era su amiga, puesto que no la ha visto desde que estuvo en el hospital.
—No es Nicole, eso te aseguro. Pero tienes que venir conmigo, hay una posibilidad de que sean los mismos que te atacaron.
—Acepto —Scarlett sonrió, pensando en cómo se vengaría.
Y justo cuando Scarlett colgó la llamada, minutos después llegó el Diablo a aquella tienda de autoservicio. Pero antes de entrar al dichoso lugar, Sariel lo intercepta y le dice:
—Samael, sé que esto es un tema muy delicado, pero tienes que ver esto —Sariel le dice mientras le enseñaba el sigilo de la daga.
Lucifer al ver aquel símbolo se quedó estático, no podía creer que le rindan culto a ese demonio.
—Maldito sujeto —él pronunció.
—Señor, no será que él esté haciendo de la suyas —Beelzebub se dirigió a su rey.
—No, eso sería imposible, lo dejé muy encerrado cuando se me quiso revelar —Lucifer respondió.
—Pero... ¿Cómo saben de él? —Preguntó Sariel.
—Los humanos tienen conocimiento de seres sobrenaturales, no los subestimes, su curiosidad a veces los condena —Lucifer contestó, y ya sin más que decir, se adentró en aquel sitio—. Vine lo más rápido que pude —él habló cuando vio a Scarlett.
—Por supuesto, en un momento voy contigo —dijo Scarlett, y después se dirigió hacia el sujeto de seguridad—. Necesitamos que nos guardes en un disco las grabaciones, por favor.
—Lo lamento, pero eso no es posible —respondió el sujeto—. Políticas de la empresa.
— ¡Haz lo que te dijo! —Astaroth dio un manotazo fuerte en la cabeza del tipo.
— ¡Auch! —Se quejó el sujeto—. Bien voy —asintió temerosamente.
—Yo me encargo de esto, Scarlett. Tú ve con Lucifer, luego los alcanzo —Astaroth le dijo a su invocadora.
Últimamente Astaroth le agarró cariño a Scarlett, puesto que él sintió simpatía por ella desde que vio aquellas visiones sobre su vida, ¿cómo podría ser esto posible?, ¿un demonio sintiendo afecto si ellos no tienen alma?
—Gracias, As —Scarlett sonrió.
Entonces Scarlett y Lucifer se dirigían hacia el departamento de la víctima, mientras ellos estaban en camino, Lucifer ponía a Scarlett al tanto del caso.
—Nunca he estado en una investigación policiaca —comentó Scarlett.
—Será divertido. Trabajaremos juntos —dijo Lucifer.
Al llegar al sitio acordado, la detective Chloe Decker los estaba esperando desde hace minutos, quien al ver a Scarlett salir del auto, frunció el ceño creyendo que Scarlett era una amante de Lucifer.
— ¿Quién es ella? —Preguntó Decker—. Lucifer no es momento de que traigas a tus conquistas, esto es trabajo policiaco. Y ella es una menor, debería darte vergüenza —reprochó la rubia.
—Ohh, tranquila detective. Ella no es mi amante. Además de que nos ayudará en el caso —Lucifer contestó.
—Por supuesto que ayudaré —dijo Scarlett—. Y claro que no soy amante del Diablo, soy como una socia —explicó ella un poco molesta por el comentario de la detective—. Bueno si te refieres a los pactos como un negocio —Scarlett añadió guiñándole un ojo a Lucifer, y él al presenciar dicho acto sonrió. Chloe al ver la actitud de los dos, entrecierra los ojos, sospechando de Scarlett, y estando un poco ¿celosa? —. Como sea, me llamo Scarlett Knight, un gusto conocerte —ella se presentó.
—Chloe Decker, detective de la policía de Los Ángeles —la rubia contestó evasivamente, y se dirigió a la puerta de aquel departamento, tocándola muchas veces, luego un señor mayor abrió la puerta—. Policía de Los Ángeles, estamos aquí para hacerle unas preguntas sobre el homicidio de Rose Davis.
— ¡¿Qué?! ¿Mi Rosy está muerta? —el señor respondió consternado, un nudo en su garganta se formó.... Una noticia inesperada... perder a su única hija lo hacía sentir muy culpable...
—Lamento mucho su pérdida —dijo Decker pasando a la vivienda, mientras Lucifer y Scarlett la siguieron—. ¿Era muy cercano a su hija?
—Sí, bueno... Lo éramos cuando era pequeña, pero... ya sabe un padre soltero con una hija adolescente... —el tipo habló.
—Sí, yo estoy familiarizado con las escusas de un padre ausente —Lucifer interrumpió, reprochando al mal padre—. ¿Sabe usted por qué Rose se desfiguró con implantes subdérmicos?
— ¿Qué? —Respondió extrañado el señor—. Eso no es algo que haría Rosy.
En tanto Lucifer y el señor hablaban, Chloe inspeccionaba el departamento, en donde pudo visualizar una pista...
—Este librero ha sido movido muchas veces —comentó la detective, lo cual llamó la atención de los tres presentes. De pronto Decker abrió dicha puerta secreta, lo cual dio a una entrada tenebrosa.
—Uyy, qué maravilla —sonrió el Diablo al ver algo interesante—. Muy de secuestros de mediados del siglo pasado —Lucifer añadió, oprimiendo el interruptor de una tenue luz—. Hola, señores malos —bromeó, a lo que la detective lo hizo a un lado, sacando su arma para inspeccionar el área.
—Maldición es como entrar a la casita del terror —Scarlett comentó.
Estando en el lugar tenebroso todos se toparon con un cuarto lleno de artículos de brujería satánica...
— ¿Qué es esta pocilga? —El señor dijo.
—Es una habitación secreta del mal —Lucifer habló.
— ¿No sabía sobre esto? —La detective le preguntó al señor.
—No —él negó con la cabeza.
—Muchas cosas para hacer magia —Scarlett comentó.
De pronto la detective descubrió algo un poco asqueroso...
— ¿Y eso qué es? —Dijo al destapar una manta que cubría los restos de algo—. Es un pollo... O lo que queda de él.
—Típico de la magia negra, un sacrificio animal —Scarlett miró detenidamente el pollo—. Por poco y así iba a quedar...
—Y eso es un sacrificio para mí. Lo rechazo por riesgo de salmonela —Lucifer habló irónicamente.
—En esta foto... Esta no es mi Rosy —dijo el señor adolorido internamente, observado una foto donde su hija vestía con ropas negras y hacía una seña satánica.
—Señor Davis lo siento mucho —la detective le dio el pésame al señor. Algunos policías sentían empatía por los familiares afectados, a otros les daba igual, pero Chloe Decker siempre sentía dolor al ver lo que la humanidad es capaz de hacer al dejarse llevar por malas decisiones...—. Pero tal vez no fue un ataque al azar, tal vez su hija estaba involucrada con quien la mató.
Mientras tanto, Scarlett y Lucifer recorrían el lugar para hallar pistas, ya sea de ese caso o del otro. Por un lado Scarlett observaba los utensilios de la fallecida, velas, hierbas... como lo que describió Nicole en el sacrificio... Pero cualquiera puede conseguir esos materiales...
—Y es un hombre grande como pueden notar —Lucifer dijo, al encontrar una bota sucia—. Y no es muy afecto a bañarse —el olor que desprendía aquella bota era muy hediondo, por lo que Lucifer la tiró muy lejos de su olfato.
—Es una locura, aun si ella hubiera estado en estas estupideces del Diablo, no se habría sacrificado —el señor Davis dijo.
—Pero a veces las personas más cercanas pueden traicionarnos, ¿verdad detective? —Lucifer comentó mirando detenidamente a Decker.
—Tal vez —la rubia entrecerró los ojos, muy extrañada de lo que dijo su compañero.
Ante eso Lucifer sólo le dedicó una mirada de pies a cabeza, queriendo examinarla muy bien.
Entonces la detective abrió un libro muy peculiar...
—Vaya como una biblia para los satánicos o un grimorio —Scarlett dijo acercándose a ver el libro muy de cerca.
—Para mi Corazón. Con amor Rose —la detective miró una dedicatoria en aquel libro—. Esto de para mi Corazón podría ser un término de afecto, o podría ser un nombre.
—Debía de haberla contactado... Llamarle más —sollozó el señor Davis—. Creí que la conocía.
—Ahh, sí entiendo cómo se siente —Lucifer le dijo una indirecta a la detective, esto por su vulnerabilidad claro, pensando en que la detective ocultaba algo.
Sin embargo, él no desconfiaba de Scarlett, porque muy en el fondo Lucifer pensaba que ella nunca le haría daño, y con tan sólo conocerla muy poco, ya sentía una conexión con ella. Además de que Scarlett no lo hacía vulnerable, al contrario...
En eso el celular de la detective suena, en donde el detective Espinoza le dio una pista importante... Llevando al equipo de investigación a la comisaría para investigar el significado de aquellos implantes subdérmicos.
—Esto no está tan mal. Es verdad que la redacción es horrible, pero no es tan estúpido —Lucifer comentó mientras leía aquella biblia satánica—. Escucha esto: Satán representa un faro de honestidad —Lucifer recalcó la palabra "honestidad", diciéndole una vez más otra indirecta hacia la detective, quien estaba acomodando las letras extrañas de aquellos implantes—. En un mar de enorme hipocresía.
—Esa descripción puede ser por tu nombre, en sí tu nombre significa el portador de luz —Scarlett dijo, quien estaba al lado de Lucifer, ambos estaban muy juntos leyendo el libro.
—Eso es verdad —él le dedicó una sonrisa a Scarlett—. Umm, ohh, hola —Lucifer hojeó rápidamente un capítulo—. Todo un capítulo de sexo, ¡qué gran libro! — El Diablo bromeó, acomodándose en un escritorio muy lejos de la detective.
—Vaya, mucho texto —Scarlett siguió el chiste de Lucifer. Pero de repente una llamada entró en el celular de Scarlett, era Sariel—. Tengo que contestar —ella añadió dirigiéndose a otro sitio para no interrumpir la lectura de Lucifer.
—Sí, no te preocupes —Lucifer le dijo a su protegida.
Cuando por fin se fue Scarlett de la vista de la detective, ella le empieza a hablar a Lucifer:
—Estos son los implantes subdérmicos de Rose. Estoy segura de que son letras, pero ya los acomodé de mil formas, y no puedo encontrar nada con significado. Chili Furis o Flatus Lentus —comentó la detective, lo cual llamó la atención de Lucifer, porque le recordó a un idioma muy peculiar—. No... Oye, ¿podrías venirme a ayudarme? ¿Qué?
Ante la petición de la detective, Lucifer sólo bufó, y se acercó a las piezas echándoles un vistazo, y al hacerlo pudo descifrar el mensaje.
—Ay, por un demonio —murmuró Lucifer, acomodando las letras en orden—. Fili Hircus, es latín, significa "hijos de la cabra". ¡¿Por qué me asocian con las cabras, ni siquiera me gusta su queso?! —Añadió indignado.
Ante la pista, la detective se puso a investigar en su computadora...
—Hijos de la cabra —ella repitió para sí misma buscando en Bing, y en sólo un segundo ella encontró una página muy interesante—. Aquí está, "iglesia del príncipe oscuro" —la detective entró a la página, en donde pudo divisar mucha información—. La ubicación es secreta, parece que tienes que ser miembro —informó la detective—. ¡Cielos! Mira ese cuestionario... Ahh y por supuesto hay que pagar.
—200 dólares, es pecado —dijo Lucifer.
—Debe de haber una forma más rápida —Chloe indagó más.
— ¿Cuál es tu obsequio para el Diablo? —Lucifer leyó un encabezado de aquella página.
— ¿Qué tal Fili Hircus? —Dijo la detective tecleando las dichosas palabras en latín, lo cual dio un resultado—. ¡Sí! —dijo ella anotando la dirección que la página le mostró.
Lucifer en un segundo memorizó la dirección de aquella iglesia, tal vez ellos fueron los responsables del ataque hacia Scarlett, y por eso él se adelantaría para darles una tortura horrorosa, sin mencionar que también él quería estar alejado de la detective.
—Muy bien —Chloe terminó de anotar dicha dirección, a lo que Lucifer ya estaba unos metros lejos de ella.
—Te veo allá —Lucifer dijo aproximándose a la salida.
Y justamente en la salida Lucifer se encontró a Scarlett, quien iba entrando a la comisaría, ya que había terminado de atender a la llamada.
— ¿A dónde vas? —Scarlett preguntó.
—Vamos, quisiste decir —Lucifer tomó la mano de Scarlett, en ese preciso momento ambos sintieron una punzada en el corazón, la cual se expandió por todo su cuerpo...—. Hay una nueva pista de los satánicos.
En el camino Lucifer ponía al corriente a Scarlett sobre el caso, otra vez, pero eso era la parte aburrida según él...
Ya estando en la dirección ambos bajan del auto, y para coincidencia de ellos la detective llega segundos después.
—Muy bien. Ya me cansé. Estás muy extraño. Me has evitado por semanas, y no entras a mi auto. ¿Cuál es tu problema? —Reclamó la detective.
—Ninguno, tal vez tú no eres tan encantadora como crees —Lucifer respondió aproximándose a la puerta de aquella iglesia satánica—. Además creo que ya tengo otra compañera de castigos —él dirigió su mirada a Scarlett.
—Espera esto es por lo de la vulnerabilidad —esa respuesta detuvo al Diablo en seco.
—De hecho sí —Lucifer contestó.
—Ohh, vaya, tuve un pequeño toque sentimental contigo, y te asustaste. Ah, lo que quise decir esa noche es que confío en ti —Decker explicó—. Eso es todo —afirmó con seguridad—. ¿De acuerdo?
—De acuerdo —Lucifer dijo.
—De acuerdo —Chloe ladeó la cabeza.
—De acuerdo —Lucifer volvió a repetir.
En eso Chloe se dirige hacia la puerta y la toca con fuerza.
—Diablos —Scarlett comentó al ver esa escena—. Este drama es mejor que las novelas de ficción.
De pronto un miembro de la iglesia abrió la puerta rechinante de madera, al observar esto, Scarlett se queda petrificada, ya que vio un tipo en túnica negra, lo cual le recordó a su ataque. Pero por las grabaciones no eran las mismas vestimentas, así que desechó esa teoría.
—Fili Hircus —Decker dijo la palabra secreta, pretendiendo ser un miembro.
Pero aun así el miembro no les dio acceso.
— ¿Hábeas Corpus?, ¿Baba Bui? —Lucifer dijo más frases en latín.
—Serpentibus, Tenebris, Aeterna Inferorum —Scarlett mencionó más palabras en latín para que los dejarán pasar.
—Acertó a la primera, pero hoy es un evento privado —el miembro dijo.
— ¿Y es privado para el mismísimo Lucifer? —Chloe empujó sutilmente a Lucifer a la entrada, a lo que él le dirigió una pequeña sonrisa al miembro.
—Debería de ser rubio —el tipo comentó, lo cual cambió la expresión de Lucifer de superioridad a indignación.
—Sí, algunos lo creen —respondió Lucifer.
—Todos están equivocados —Scarlett rio.
—Identificación —El miembro habló.
—Por supuesto —dijo Lucifer—. Sólo déjame... —él añadió fingiendo buscar algo en su saco—. Ohh, tal parece que la olvidé en el auto... ¿Detective podrías traérmela, por favor? —Dirigió su mirada hacia la rubia.
—Crees que soy tu criada —Chloe reprochó, a lo que Lucifer la miró fijamente, y con eso la detective accedió, pero estaba fastidiada de su actitud.
Scarlett al ver eso, sonríe, estar con Lucifer es algo maravilloso, él siempre te sacará una sonrisa, ya sea por sus ocurrencias o por las aventuras...
Justamente cuando Chloe se dirige hacia el coche de Lucifer, éste voltea hacia el miembro, y le muestra al tipo sus ojos rojos brillantes. Scarlett al presenciar eso se queda maravillada, aquellos ojos infernales la cautivaban... Sin embargo, no todos reaccionan de la misma manera, puesto que el miembro en túnica salió despavorido del lugar, traumado de por vida por lo que vio... Además Chloe al ver la reacción del tipo se queda confundida, pero no le importó mucho porque no le encontró explicación alguna.
—Detective, Scarlett —Lucifer abrió la puerta del culto—. Después de ustedes.
Todos entraron al dichoso lugar, todo era muy oscuro, tenebroso, como una película de terror...
—Es como en la película "Ojos bien cerrados". Lástima que no traje mi máscara sexy —Lucifer comentó.
— ¿A ti nada te asusta? —Preguntó Decker.
— ¿Debería? —Lucifer respondió.
— ¿De qué hablas? —Scarlett lo miró.
De pronto, ellos se encontraron con una escena muy peculiar, todos los miembros reunidos en círculo con esas dichosas túnicas de rituales, en medio del dichoso círculo se encontraba una estrella, y alrededor de ésta velas blancas... Sólo una puerta los separaba de ser vistos por aquellos, una puerta que les daba una vista completa del panorama.
Lucifer y Scarlett pensaron que se trataba de un ritual, pero la detective vio dentro de otra perspectiva...
—Esto no es un sacrificio, es un homenaje —ella dijo.
—Y bastante civilizado —Lucifer agregó.
—Menos mal, pensé que todo estaba cubierto de sangre —Scarlett dijo.
—Sí, no parecen asesinos —Chloe comentó.
La escena no era lo que parecía, pero de un momento a otro ésta se convirtió en una especie de invocación, ya que el miembro superior mencionó sobre invocar a los cuatro generales del infierno...
—Ah, borra lo que dije —Decker dijo al ver dicha escena.
—Visualicen una bella luz que los ilumine... —Scarlett escuchó detenidamente lo que decía aquel superior—. Satán hacia el este, Beelzebub al norte, Lucifer hacia el sur, Luzbel hacia el oeste...
—Esto es absurdo —Lucifer dijo indignado.
—Ay, creí que te iba a gustar —respondió la detective.
—En primer lugar, sólo hay un yo, ¿comprendes? Y en segundo esto de la veneración es para mi padre —Lucifer explicó.
—Beelzebub sí es otro demonio —comentó Scarlett.
—Bueno a excepción de él. Los humanos a veces confunden a los seres infernales. Pero eso no es el punto —Lucifer contestó.
—Y ahora, Lucifer hablará... —el miembro superior dijo, a lo que se abrieron unas puertas, donde una silueta oscura hizo presencia, pero no era algo sobrenatural.
—Esto se va a poner bueno —rio Scarlett.
— ¿Qué? —dijo Lucifer, y observó el panorama, en donde apreció a un tipo disfrazado de cabra, con una túnica oscura, entrando por el sitio; aquel tipo parecía torpe, porque incluso se dio un golpe con el marco de la puerta.
—No, no, no. Esto ya se pasó de la raya —Lucifer abrió la puerta, empujando así a la detective. Mientras que Scarlett lo siguió rápidamente para interrogar a los sujetos—. Disculpen, disculpen, lo siento, lo siento —él llamó la atención de todos—. Mira tú, vete de aquí —el Diablo apartó a la cabra, y después volteó hacia el superior—. Escuchen, yo soy el verdadero Lucifer. ¡Y exijo que terminen con estas tonterías de inmediato! —Lucifer los regañó a todos, quienes estaban expectantes porque un tipo que decía ser el Diablo, les estuviera dando órdenes—. Deberían escucharse. ¡Es vergonzoso! ¡LUZ AZUL SALIENDO DE TU TRASERO O COMO SEA! ¡PREDICAN REBELIÓN PERO SÓLO SON OVEJAS DESCARRIADAS, NO VEN, Y UNA CABRA! ¡DÓNDE ESTÁ EL VERDADERO DESAFIO, EL LIBRE ALBEDRÍO! —Lucifer exclamó muy molesto.
— ¡Sí, libre albedrío, VIVA EL LIBRE ALBEDRÍO! —Todos los satánicos aplaudieron cuando escucharon esas dos palabras, las cuales tiene mucho significado...
— ¡NO, NO! ¡LO ESTÁN HACIENDO OTRA VEZ! ¡NO APLAUDAN! ¡TODO ESTO ES UNA FARSA! —Lucifer continuó regañando a la muchedumbre.
— ¡Wuuu, anarquía! —Una tipa gritó, y todos los demás locos gritaron eufóricos, alabando vacíamente algo que siempre han tenido... El libre albedrío... Todos los humanos lo tienen, todos son responsables de sus actos, sólo que nadie lo quiere ver así.
— ¡Miren sólo, sólo, sólo vean esto! —Lucifer señaló hacia un extraño altar lleno de cosas muy bizarras—. ¡¿Esto qué se supone qué es?! —Lucifer tomó un frasco de vidrio con un contenido muy asqueroso—. ¿Un feto extraterrestre? ¿Un demonio en adobo? —Él cuestionó a todos indignado, ya que él nunca se había topado con un culto muy idiota. Anteriormente prefería visitar a las brujas que lo trataban muy bien, ellas nunca hacían daño a las demás personas, además de que juntos exploraban sus placeres más profundos...
—Es el mejor Lucifer que hemos tenido en años —un satánico comentó emocionado por ver al Diablo, que sin duda si supiera que era el verdadero... ¿Cómo reaccionaría? —. ¡Lucifer, Lucifer, Lucifer! —el tipo alabó en voz alta, haciendo que todos gritaran el nombre del ángel caído.
Scarlett solamente se quedó estática, examinado a aquellos idiotas, para ver si algún rostro le parecía familiar o incluso las túnicas, pero no eran ellos los que le hicieron daño...
— ¡YA BASTA! —Gritó furioso Lucifer tirando con fuerza aquel frasco de vidrio, que sin duda se rompió en mil pedazos, y a su vez el contenido salió disparado llegando a los pies de Scarlett, quien al ver aquella porquería, se detuvo a verla.
« ¿Esto sería material para un ritual? » pensó Scarlett, y de inmediato se dirigió a ese dichoso altar, examinando si había alguna otra pista.
—Esto se pondrá feo —murmuró Scarlett para sí, cuando vio molesto a su protector.
Y en cuanto a los demás, todos callaron en seco...
— ¡Alguien mató a esta chica, y no se lo merecía! ¡Eso no es lo que yo defiendo! ¡¿Esto es lo que ustedes quieren, eh?! —Lucifer expresó, ya estaba harto de que lo malinterpretaran. En eso todos los miembros se quedaron pensativos, el Diablo los hizo dudar de sus creencias.
Sin embargo, Chloe vio algo muy curioso en el brazo izquierdo del miembro superior, y es que tenía los mismos implantes subdérmicos que Rose... Por consiguiente, el tipo se fue a otro sitio, como si se escabullera de su culpa.
—Ustedes no deberían hacer sacrificios —Scarlett dijo—. Si ustedes quieren creer en Satanás, está bien, pero no dañen a terceros, eso no es justo...
—Deberían sentirse avergonzados —Lucifer habló en un tono de voz decepcionado, decepcionado por ser testigo de las acciones de unos humanos confundidos...
La detective al ver al sospechoso irse, lo sigue discretamente, a lo que Lucifer y Scarlett fueron tras ella.
—Policía de Los Ángeles, suelte ese cuchillo —Decker le advirtió al tipo, quien al escucharla se detuvo en seco, y dejó el cuchillo en una mesa—. ¿Por qué estaba huyendo?
—Yo no huía, estoy consternado —el sujeto contestó.
— ¿Te sientes culpable, cierto? —Lucifer intervino, mirando al tipo directamente a sus ojos—. Dime... ¿Por qué?
— ¿Qué ahora el Diablo es policía? —El hombre dijo extrañado.
—Ah, es mucho peor que eso, así que vamos... Dime, ¿qué sucio deseo ocultas en tu ser, eh? —Habló Lucifer, mirando a través del alma del tipo, haciendo su poder de los deseos...
El tipo quedó al instante hipnotizado, sólo en cuestión de segundos soltó sus verdades.
—Me gustaría matar... —Él comenzó a decir.
— ¿Sí? —Dijo Lucifer.
—Matar al maldito estúpido que asesinó a Rose, y después de eso quiero salir de este fraude —el sujeto terminó de decir.
—Oh —Lucifer volteó a ver a la detective y a Scarlett, quienes estaban confundidas por lo que dijo el miembro superior.
—Sabía que las religiones son falsas —Scarlett expresó.
— ¿Cuál es su nombre? —Preguntó la detective.
—Ónix —él contestó.
—Mmmm, no —la detective negó con la cabeza.
—Ahh, Mitch Watson —el tal Ónix, se acarició las sienes—. Sí lo cambié cuando fundé la iglesia, y doce años después soy el gran ministro. Quisiera renunciar, hacer un cambio de carrera, todo esto es un maldito fraude —añadió el tipo.
— ¡¿Qué?! Un segundo, estás diciendo que no crees en Lucifer —el ángel caído añadió molesto por la farsa, él cómo odiaba a los farsantes... Los detestaba con todo su ser.
—Mira, el Diablo no me va a comprar un Aston Martin —Mitch le respondió a Lucifer.
—No con esa actitud, olvídalo —Lucifer se dirigió al tipo, ya que estaba observando el área, la cual estaba llena de representaciones de su imagen diabólica.
—Me gusta la filosofía —el hombre ignoró lo que le dijo el auténtico rey del Infierno—. Pero atrae a un montón de raros que se lo toman demasiado en serio —él agregó a lo que Chloe y Scarlett asintieron—. Y ahora Rosy está muerta...
—Sí, y veo que usted tiene los mismos implantes subdérmicos que ella —la detective dijo.
—Todos los miembros destacados lo tienen. Intenté decirle a Rosy que se arrepentiría después, pero ella se obsesionó, se impresionaba muy fácil —Mitch explicó.
—Pues tenía un padre ausente, supongo que se involucró en todas estas tonterías para hacerlo enfadar —Lucifer comentó.
—Quería llenar un vacío... —Scarlett murmuró para sí, recordando que ella había hecho un pacto con Lucifer, pero fue por una buena causa, o quería llenar un vacío, ¿o más bien quería sanar una herida?
—La verdad es que, fue por su novio, Corazón fue quien la trajo aquí. Ese tipo es escalofriante, él insistía en hacer sacrificios reales en animales —el gran ministro dijo.
— ¿Corazón tuvo acceso a este cuchillo? —La detective interrogó.
—Sí, tal vez —el tipo respondió, tomando el cuchillo—. Pero esto, sólo es para el show, la hoja entra en la empuñadura —añadió demostrando que la daga era falsa.
—Mmm, qué extraño, si fuera real coincidiría bien con las marcas en el cuerpo de Rose —Chloe comentó.
—Tenemos una versión real —Mitch dijo, y se dirigió a un mini altar, en donde tenía un cofre de madera, el cual lo abrió, y se percató de que habían tomado el dichoso cuchillo—. No está.
—Bien debemos de buscar a Corazón —la detective volteó a mirar a Lucifer—. ¿Tiene usted, su nombre verdadero, dónde vive, su dirección? —Le cuestionó al gran ministro.
—Esperen —dijo el tipo, y se fue a otro sitio.
Mientras esperaban respuestas, Lucifer, Scarlett y la detective comenzaron a admirar los cuadros que tenía ese lugar...
—Agh —gruñó Lucifer, quien estaba mirando un cuadro de él, en donde se podía apreciar al Diablo en el vaticano, y dicha construcción estaba en llamas, simbolizando el mal sobre la Tierra.
—Es igual a ti —Decker comentó, acercándose a admirar la pintura.
—Yo me depilo, ¿sabías? —Contestó Lucifer, ya que el supuesto Diablo mostrado en el cuadro tenía piernas de cabra, ante esa contestación Scarlett soltó una pequeña risa.
—Comienzo a entender, por qué elegiste a este personaje. Es todopoderoso, invencible... —dijo Chloe, a lo que Scarlett la miró detenidamente.
—No del todo —Lucifer respondió cuando la detective dijo la dichosa palabra "invencible", ya que prácticamente una humana lo hacía sangrar.
—Decker, el Diablo existe —Scarlett le dijo a la rubia.
—Sí como no —ella rio, para después voltear hacia otra pintura, la cual Lucifer estaba admirando—. Mmm, o porque crees que todo mundo está contra ti —Chloe miró a Lucifer.
—Pues eso sí es cierto, pero créeme, yo no lo elegí... ¿Por qué querría alguien ser envilecido? —Lucifer expuso.
—Nosotros siempre hemos expresado a la maldad como una figura, no es culpa tuya —Scarlett le dijo a Lucifer.
—Sí, eso lo que veo —Lucifer le respondió.
—Aun así, se supone que eres inmortal —Decker comentó, ignorando lo que dijo Scarlett.
—Ahh, un ángel puede lastimar a otro —dijo Lucifer, y entonces una loca idea se le cruzó la cabeza: ¿Acaso la detective era una celestial?...
Por ende Lucifer volteó a ver a la detective, al igual que Scarlett, sus miradas se cruzaron por unos segundos, lo cual connotó complicidad.
—O un demonio —Scarlett susurró, a lo que Lucifer inmediatamente tocó la espalda de la detective para verificar si tenía alas.
— ¿Qué? —Chloe dijo cuando sintió la mano de Lucifer en su espalda—. ¿Qué estás haciendo? —Ella añadió... Lucifer la miró detenidamente, pero su mirada fue interrumpida por la llegada del gran ministro.
—No hay dirección, ni apellido, ni nada —el tipo dijo, entregándole una hoja a la detective.
—Mmm, usó PayPal para inscribirse —Chloe examinó dicha hoja—. Pediré una orden —finalmente dijo para salir de aquel culto, en donde Lucifer la siguió, sin embargo Scarlett no lo hizo.
— ¿Por qué no vienes, Scarlett? —Lucifer se detuvo al ver que ella no lo seguía.
—Tengo que averiguar si esta secta conoce a la secta que me atacó, incluso podrían darme su dirección —Scarlett mencionó, puesto que ese su plan original, pero aun así decidió ayudar a Lucifer con el otro caso, ya que era importante para él—. Sí quieres puedes terminar el caso con la detective, sé que es importante para ti.
—Scarlett no quiero dejarte sola, no otra vez, no quiero que te pase algo —Lucifer dijo.
—No me pasará nada, llamaré a Sariel y a los demonios, ellos me respaldan —Scarlett explicó.
— ¿Eso es lo que tú quieres? —Lucifer preguntó.
—Sí —Scarlett le contestó—. Estaré bien, ve con ella, se nota que deben de hablar de muchas cosas —ella añadió, y Lucifer al escucharla no puedo evitar sonreír...
En tanto, Maze estaba convenciendo a Amenadiel que se fue a la Ciudad Plateada, pero él estaba renuente de irse, quería completar su misión sea como sea, estaba consternado, y antes de que Maze lo visitara. Amenadiel llamó a su hermano Sariel...
— ¿Qué sucede, hermano? —Sariel apareció en los aposentos de Amenadiel.
—Sariel, le he fallado a papá —Amenadiel suspiró.
—No, no lo has hecho —Sariel explicó—. Papá es muy impredecible cuando nos da misiones, pero estoy seguro que no lo has defraudado, sólo necesitas tiempo.
— ¿Tiempo?, hermano Lucifer ha estado en la Tierra por 5 años para ser exactos.
—Vamos hermano, otros años no te harían daño.
—Sariel, he hecho cosas de las cuales me arrepiento...
— ¿Cómo cuáles? —Preguntó Sariel intrigado.
—No te las puedo decir exactamente...
—No te preocupes por ello, sé que podrás superarlas —Sariel dijo—. Pero algo debo de decirte, y es que parece ser que el demonio que se le reveló a Samael, anda haciendo de las suyas...
— ¿Qué? —Dijo Amenadiel.
—Sí, y presiento algo, algo que no me gusta.
— ¿Lucifer está enterado de esto?
—Sí, y dice que todo está bajo control. Pero esto es una gran amenaza, el demonio amenazó con causar el apocalipsis. ¡Estamos hablando del fin del mundo, del cielo y del infierno!... —Sariel caminó de un lado a otro, esta situación lo ponía paranoico.
De pronto, una llamada entró en el celular de Sariel...
—Hola ángel, ¿qué sucede?, ¿estás bien?, han pasado 2 horas desde la última vez que te llamé, ¿estás con Samael? —Dijo el ángel a contestarla, pero lo que él no pudo ocultar fue su nerviosismo.
Unos minutos transcurrieron para que Sariel terminara la llamada, ahora él iba a ir con Scarlett, tenía que ayudarla en su investigación, además de que no quería dejarla sola...
— ¿Todo bien hermano?, ¿acaso tienes una novia humana? —Cuestionó Amenadiel.
—Sí —sonrió Sariel.
—Hermano, sabes qué está prohibido relacionarse con los humanos. ¡Y menos con una chica que pactó con Lucifer! —Amenadiel regañó a su hermano menor.
—No del todo. Papá me envió hacía ella, y no pude evitar enamorarme —Sariel se defendió.
—Te ha hecho daño estar cerca de Lucifer, Sariel —Amenadiel dijo—. No quiero que tú también seas un caído, no hermano.
—Estoy perfectamente así, Amenadiel. Descuida, ella no es malvada... —Sariel expuso—. Tengo que irme —el ángel finalmente dijo para después desplegar sus alas e irse con Scarlett.
En cuestión de minutos Sariel estaba con Scarlett, quien ya estaba acompañada de sus demonios protectores...
—Justo a tiempo —Scarlett dijo.
—Te ganamos, angelito —Astaroth bromeó.
—Esto comprueba que los demonios son más rápidos que los ángeles —Beelzebub comentó.
—Ustedes alguna vez fueron ángeles —Sariel se defendió—. ¿Lo recuerdan?
Ante ese comentario, los demonios enfurecieron...
— ¡No hables de ese maldito tema, no te incumbe! —Astaroth sacó su lado demoniaco.
— ¡Quién te crees para decirnos eso! —Beelzebub exclamó también con su lado oscuro.
— ¡YA BASTA! —Scarlett gritó fuertemente para calmar a los seres sobrenaturales—. Estamos aquí por una razón, castigar a los responsables...
—Tienes razón, ángel —Sariel dijo, para después lanzarles una mirada asesina a los demonios, los cuales le devolvieron dicha mirada.
—Ay, por todos los infiernos —Scarlett se llevó una mano a su frente, cuando presenció dicha escena—. ¿Ya terminaron?
Pero antes de que alguno de los presentes dijera algo, el gran ministro de aquel culto hizo presencia en la sala principal.
—Como le decía señorita Scarlett, conozco a ese culto, no adoran específicamente a Lucifer, pero sí a uno de los principales ángeles caídos —dijo el gran ministro—. En esta carpeta está la dirección que necesita —él le extendió dicho objeto a Scarlett.
Ella sin más preámbulos hojea la carpeta, y le echa un vistazo a la dirección, así como encontró una fotografía de un sigilo, ese sigilo en particular.
—Son ellos —dijo Scarlett—. Vamos por esos hijos de perra.
Los seres sobrenaturales y Scarlett fueron hacia los aposentos de Lucifer, pero éste no estaba.
—Necesitamos a Lucifer, sin él el castigo no será suficiente —Beelzebub comentó.
— ¿Dónde estará?, no contesta las llamadas —Scarlett dijo con un tono de preocupación—. Me dijo que terminaría el caso con la detective, pero no vuelve.
—Tranquila, ángel, estará bien —Sariel puso su mano en el hombro de su novia para calmarla.
—Yo digo, que ya nos adelantemos al castigo —dijo Astaroth, encendiendo un cigarrillo.
—No —negó Scarlett—. Tenemos un fin en común... Solos somos vulnerables, pero juntos somos invencibles...
—Eso sí —Beelzebub dijo.
—Intentaré llamar a Lucifer una vez más —Scarlett dijo, para después marcarle a Lucifer, y justamente él le responde—. Por fin, Lucifer, te he llamado para informarte que ya encontramos la dirección de la secta.
—Eso es genial, pero no estoy bien, Scarlett —Lucifer dijo consternado.
— ¿Qué te pasó? —Scarlett habló en un tono preocupado.
—Estoy a dos calles del Lux, te contaré en detalle, estoy cansado Scarlett, estoy cansado de que me culpen de las atrocidades humanas. Hoy encontré un cuerpo... ahhh, fue horrible, no tengo palabras, y luego me quieren inculpar... ¿Acaso todo es mi culpa?, yo no pedí ser el Diablo... Nunca quise serlo... Todo es culpa de mi padre... ¡Él y sus estúpidos planes, ya me tiene harto! —Lucifer se desahogó.
—Tranquilo, sé que podrás manejar esto —Scarlett respondió.
— ¡TÚ, SÉ QUE PROVOCASTE ESTO, YO TE CONOZCO, SÉ QUIEN ERES EN REALIDAD! —En la línea se escuchó ora voz que no era la de Lucifer, sino la de un predicador...
—Debo de irme, tengo que encargarme de alguien —Lucifer dijo para después colgar la llamada.
Luego de esa acción, Scarlett se queda pensativa, ella quería ir a tranquilizar a Lucifer, ya que él la ayudó, y ahora era momento de ayudarlo.
—Tengo que irme —dijo Scarlett, dirigiéndose al ascensor.
—No puedes irte sola, ángel... —Sariel la detuvo.
—Es una emergencia, debo, debo de ayudar a Lucifer —Scarlett explicó.
—No quiero dejarte sola, no otra vez, por favor —suplicó Sariel.
— ¿Qué sucede con nuestro rey? —Beelzebub interrumpió.
—Él está muy consternado, debo de ayudarlo —Scarlett dijo, para después cerrar las puertas del ascensor.
Scarlett salió del Lux, para dirigirse hacia donde estaba Lucifer, y entonces ella se encontró con una muchedumbre de religiosos rodeando al Diablo.
— ¡ALÉNJESE DE ÉL! —Scarlett gritó, y entonces Lucifer la volteó a ver, sus miradas nuevamente se cruzaron...
De pronto el predicador quiso golpear a Lucifer, pero éste esquivo su golpe.
— ¡YA BASTA DE CULPARME DE TODO! —Lucifer tomó del cuello al predicador y lo puso en contra de un poste, alzándolo lentamente, ahorcándolo con todas sus fuerzas—. ¡DEBERÍA DESTRUIRTE!
—Lucifer —Scarlett corrió hacia él para calmarlo, y como si se tratase de un milagro, el toque de Scarlett calmó momentáneamente al Diablo.
Pero no sólo Scarlett impidió que Lucifer desatara toda su furia en contra de aquel humano, sino que el policía Malcolm también lo detuvo, mostrándole su placa de policía al predicador para que éste se fuera.
—Esto no ha terminado —el predicador masculló, para después irse corriendo.
—Gracias Scarlett —Lucifer miró a su protegida, y ella sólo asintió—. También vas a decirme que me vaya —él se dirigió al policía.
—No, Chloe dijo que te protegiera de esos idiotas —Malcolm dijo.
—Lo que quiero es un trago —Lucifer dijo entre dientes, y luego se encaminó hacia su club—. Vámonos, Scarlett —Lucifer se dirigió amablemente hacia ella. Aunque él estuviera en sus peores días, el ángel caído siempre iba a tener una sonrisa que darle a ella, porque ella lo hace fuerte, y no sólo físicamente, sino que lo hace fuerte mentalmente, lo cual lo hace capaz de soportar todos sus problemas celestiales.
Y en otro contexto, los demonios y el ángel estaban esperando a la mortal, la única que al parecer hacía que ángeles y demonios convivieran en paz.
—Ya ha tardado —Sariel dijo preocupado.
—Ay, no, As... —Beelzebub comentó—. Lucifer nos dijo que no nos separemos de ella...
—No, no, no. Le hemos fallado —Astaroth se tornó nervioso.
Justamente antes de que los seres sobrenaturales se dirigieran al ascensor para ir a buscar a Scarlett, ella aparece en dicho ascensor, pero no venía sola sino que estaba con Lucifer y el policía.
—Gracias a Dios —Sariel suspiró aliviado.
—Ya estoy aquí —ella dijo.
Inmediatamente Lucifer se sentó en su bar, mientras que Malcolm se fue a por una botella de licor.
—Señor, ¿está bien? —Beelzebub dijo.
—Necesito un momento a solas —Lucifer informó, a lo que sus demonios obedecieron y bajaron al club.
— ¿Estás seguro? —Scarlett dijo.
—No, tú quédate, por favor —Lucifer respondió sutilmente.
—Ese estúpido predicador y sus seguidores, quienes se creen que son... Jajaja, son unos farsantes, jajaja —interrumpió el policía, mientras servía dos tragos, uno para él y otro para el Diablo—. ¿A ti no te preocupa, verdad?, ¿qué te parece si traemos a unas chicas para que nos levanten el ánimo?, ¡y sea énfasis en que nos levanten!, bueno ya tenemos a una chica hermosa aquí, nos podía hacer el favor... —el policía dijo observando a Scarlett con una mirada lasciva.
Ella al presenciar su mirada pervertida, se aleja lentamente, a lo que Sariel la toma de la mano, y luego la resguardar tras de sí.
— ¡Ten cuidado, no te atrevas a faltarle el respeto! —Lucifer dijo molesto, mirando amenazantemente al tipo—. Es más, ¿por qué estás en mi casa?
—Porque te estoy apoyando, hermano —Malcolm se escudó—. Yo vi cómo te trataron en la escena del crimen —ante eso Lucifer suspiró pesadamente, bajando su mirada por la espantosa tarde—. Pero bueno yo sé que tú no los mataste... ¿O sí?
Esa pregunta hizo que Lucifer retornara su mirada hacia el tipo, mientras que Scarlett y Sariel miraban expectantes aquella escena... tan misteriosa y perturbadora.
—Él no haría eso —Scarlett rompió aquel ambiente de suspenso y tensión, defendiendo a su protector.
—Solamente estaba bromeando, ya —rio el tipo nerviosamente—. Tienes que relajarte, que te den un masaje —él le dio un sorbo a su bebida—. ¡Esto es intenso, se siente bien estando aquí contigo! —Añadió el tipo eufóricamente, como si el alcohol lo extasiara como una droga fuerte—. Y más desde que me fui al infierno. Siguen pasando cosas en mi cabeza, y nadie las entendería, salvo tú, por supuesto. Mira, quiero que sepas, que yo te respeto, ¡cómo Diablos, no!... Jajaja, entendiste... Diablos —él hizo una risa perturbadora, una mezcla entre ansiedad y nerviosismo—. Dame cinco —extendió su mano hacia la vista de Lucifer, en dónde él pudo apreciar que el tipo tenía manchas de pintura roja en sus manos—. Oye me dejarás así —Malcolm dijo al no ver respuesta de Lucifer.
—Tienes pintura roja en los dedos —Lucifer dijo seriamente—. Como la pintura que encontramos en la bodega.
—Ahh, yo creo que me manché en la escena del crimen —él se escudó.
—Eso lo dudo, todo el mundo llevaba guantes —Lucifer respondió.
El ambiente estaba más que tenso, un posible asesino, un Diablo enfurecido, una combinación perfecta para una explosión, lo cual por alguna extraña razón puso nerviosa a Scarlett, su corazón empezó a acelerarse...
—Ay, hermano me atrapaste, ¡y con los dedos rojos! —Malcolm rio otra vez nerviosamente—. Dios, yo me preguntaba cuando lo descubrirías... Oye cuando te pregunté si tú lo habías hecho, creí que me preguntarías lo mismo... Moría por decírtelo —agregó mordiéndose su dedo pulgar.
—Tú... —Lucifer se levantó de su asiento
—Sí —asintió el tipo.
—Tú lo hiciste, tú mataste a esas personas —Lucifer se acercó más y más al policía.
— ¿Te refieres a esos fraudes? Pues claro... ¿Y qué?, ¿qué te pareció?, ¿impresionante, hmm? —La voz del tipo se volvió trastornada.
— ¡Estás loco! —Lucifer dijo.
— ¡LO SÉ! —Rio Malcolm—. ¿No te fascina?, porque por supuesto somos uno mismo...
—No... Tú y yo no somos lo mismo —Lucifer pronunció.
—Ehh, espera. Oye, si te preocupa, tengo a la persona perfecta para culpar...El predicador, soy un genio, ¿no? Ese idiota está loco, y además ya dejé evidencia —ante eso Lucifer tiró su trago al suelo—. Ohh, espera, eso lo hice por ti, ¿no te pone feliz?
— ¿Por qué iba a estar feliz? NO SOY MALVADO, YO CASTIGO A LOS MALVADOS —Lucifer dijo entre dientes.
—Oye, pero si tú eres el... —el policía comentó, pero lo interrumpió el ángel caído.
—El Diablo sí, y tú crees que sabes cómo soy, ¡todo el mundo lo cree! Un torturador tal vez... Un ejecutor de lo que se merecen, claro. Pero no un asesino demente, NO, ¡olvídalo!, ¡¡tal vez debo de aclararte bien mi posición!! —Lucifer ardía en furia, el odiaba que lo trataran como el malo, eso lo encendía, eso desataba el mismo infierno.
—Un momento, espera, espera, espera mira tengo esto. ¿Lo olvidas? —El tipo sacó de su bolsillo una moneda de plata muy peculiar.
—Jajajajaja —rio el Diablo—. No te preocupes, Malcolm. No voy a enviarte al infierno —lo tomó de su chamarra con ardua fuerza y lo levantó del suelo—. Ahora mismo te voy a castigar —momentáneamente Lucifer aventó ferozmente al sujeto, dejándolo a dos metros de él—. Sariel, llévate a Scarlett. No quiero involucrarla en esto —ordenó el Diablo, y en eso Sariel asintió y condujo a Scarlett hacia el elevador, donde juntos salieron de aquella próxima escena de tortura.
Scarlett estaba en shock, nunca había tenido a un asesino en frente suyo, las piernas le temblaban... ¿Por qué tenía miedo, si ella ya conocía el mal... o no?
—Ahhhhhh —Malcolm se quejó temerosamente.
—Y cuando termine contigo, la detective Decker te pondrá en una fría habitación para que puedas pensar en lo que hiciste... JOVENCITO —Lucifer se aproximó a él.
Amenazado, Malcolm saca su arma y apunta al pecho de Lucifer, esta acción ya no le daba temor a Lucifer, al contrario él sabía que en ese preciso momento era invulnerable, lo cual le sacó una risa malvada al Diablo, para después tomar la muñeca del policía corrupto y torcerla con mucha fuerza, esto le provocó un intenso dolor al tipo, quien se retorcía en su propia miseria.
Pero antes de que Lucifer pudiera hacerle algo más a Malcolm, Amenadiel aparece en el balcón del pent-house...
— ¡POR QUÉ NO TE METES CON ALGUIEN DE TU TAMAÑO! —Amenadiel exclamó.
Esa voz... esa voz angelical, hizo enfurecer más a Lucifer...
—Después del día más espantoso que he tenido, ¡tú decides venir ahora! Estoy limpiando tu desastre si no te importa —Lucifer dijo.
—Enviaste a una demonio para seducirme y ASESINARME... —Amenadiel masculló.
—Ahhh —El Diablo suspiró pesadamente.
—Sí, definitivamente sí me importa —Amenadiel comenzó a aproximarse amenazadoramente hacia su hermano caído.
Lo que aquellos ángeles no contaban es que el asesino se escabulló...
—Adiós —dijo él burlonamente.
—Excelente, maravilloso. ¡MIRA LO QUE HICISTE! ¡EL HOMBRE QUE LIBERASTE, QUE TRAJISTE DE LA MUERTE, ESTÁ MATANDO HUMANOS! ¡Y ESO QUEDARÁ EN TU CONCIENCIA, HERMANITO! —Lucifer regañó.
—Te equivocas, es tu culpa... —el ángel se aproximó a su hermano—. Y SIEMPRE LO HA SIDO —Amenadiel soltó un golpe, sin embargo Lucifer lo detuvo a tiempo.
Una lucha entre ángeles comenzó, golpes duros se repartieron, Lucifer dio golpes certeros, pero Amenadiel los respondió de una manera voraz, parecía que desquitaba su frustración. Y entre la pelea hubo una conversación muy interesante, en donde el nombre de Maze se hizo presente, al parecer el ángel empezó a tener sentimientos por la demonio. Además de que se tocó el tema de la manipulación, que según Lucifer todo era culpa de su padre y de su hermano, ya que ellos utilizaban peones para sus planes, y eso a Lucifer lo sulfuraba, y más si se trataba de las personas que más amaba como la detective e incluso Scarlett.
Los estruendos de aquella pelea, inundaron aquel aposento...
Y mientras tanto, Scarlett y Sariel se resguardaron en el club, donde se encontraron con los demonios.
— ¿Sucede algo? —Preguntó Beelzebub al escuchar múltiples ruidos del piso de arriba.
—Lucifer está castigando a un humano asesino —Sariel informó.
— ¡Y no nos invitó! —Astaroth exclamó.
—Esto no es juego, As —Scarlett regañó a Astaroth, pero lo hizo de una manera suave, tratando de ocultar su nerviosismo.
— ¿Estás bien? —Sariel dijo al ver a su novia temblando.
—Estoy bien —suspiró Scarlett.
« ¿Segura pequeña humana? » una voz retumbó en la mente de Scarlett.
« ¿Quién eres? » respondió Scarlett.
«Muy pronto lo sabrás».
De repente del ascensor salió Malcolm, con su pistola en mano, a la defensiva...
—QUIETOS —él ordenó apuntando a Scarlett, mientras caminaba lentamente hacia la salida—. Luego me encargaré de ti, muñeca.
Todos se quedaron quietos, no querían arriesgar a Scarlett, ellos debían de resguardarla.
De inmediato Sariel, puso a su amada detrás suyo, pero ese mísero momento sirvió para que el policía corriera a la salida.
—Atrápenlo —Scarlett le ordenó a sus demonios.
Por consiguiente los demonios obedecieron y fueron tras esa escoria, pero el policía mañoso se les salió de sus garras, y se escondió entre la multitud de personas que pasaban por la zona.
—Verificaré el área —dijo Beelzebub, para después correr velozmente, inspeccionando cada rincón que rodeaba al Lux, cazando al sujeto para torturarlo como se merece, por poner a su invocadora en riesgo.
En ese momento, Maze apareció con una mirada triste, decepcionada... Un sentimiento que nunca había sentido.
— ¿Maze? —As dijo—. ¿Qué tienes?
—Me usaron, As... —Mazikeen suspiró.
En tanto, dentro del Lux, Sariel sintió la presencia de su hermano Amenadiel...
— ¿Qué sucede allá arriba? —Sariel murmuró.
—Una pelea... —contestó Scarlett.
Sin pensarlo dos veces, Sariel extiende sus alas y toma a Scarlett entre sus brazos para transportarse en un santiamén allá arriba.
— ¡ALTO! —Gritó Sariel.
— ¡YA BASTA! —Maze también gritó, apareciendo en escena.
Aquellos gritos detuvieron a los ángeles... Volteando a mirar a los presentes.
— ¡Esto se está saliendo de control! —Sariel exclamó.
—YO SOY EL PEÓN, ¡AMBOS ESTUVIERON USÁNDOME! —Maze miró furiosa al par de celestiales—. Saben que... —ella sacó sus cuchillos infernales—. Tomen, mátense —dejó los objetos, y se dio la media vuelta, sin mirar atrás...
—Maze, oye —As trató de calmar a la demonio; él había llegado junto con ella para calmar a los ángeles; pero ella aceleró su paso, a lo que Astaroth la siguió para consolarla.
Aquella acción dejó pensativos a Lucifer y a Amenadiel...
—Es un mal momento —Sariel comentó, para después irse con Scarlett a otra parte...
Ella no decía nada, no expresaba nada, alguien estaba en su cabeza...
«El castigo es parte de ti, ¿qué sucede Scarlett?, ¿por qué te impactas de ello?» La voz seguía...
Sin duda era el peor día de Lucifer, por el momento, ahora se encontraba solo en su bar...
—Hola detective, si vienes a atacarme es un buen momento, todos lo hacen —Lucifer se desahogó.
—Sí, tu pelea con el predicador apareció en las noticias —dijo la detective.
—Ay, eso. Sí, eso pasó hace cinco desastres.
—Dios, ¿qué te pasó? —La detective se detuvo a mirar el rostro lastimado de su compañero.
— ¿Qué te puedo decir? Debiste de ver cómo quedó el otro.
—Creo que lo vi. ¿Qué pasó?
—Bueno —suspiró el Diablo—. No sé dónde empezar... Con la más grande caída en la historia del tiempo, o tal vez con el castigo aún más horrible del que le siguió. Ser culpado por cada momento de maldad que ha sufrido la humanidad... Por cada atrocidad cometida en mi nombre... Como si yo quisiera que la gente sufriera... Todo lo que yo quería... era ser yo mismo aquí, y ser juzgado por mis propias obras... y por ello he podido ver lo débil que soy —él miró hacia la nada, ahogándose en sus penas—. Y que, hasta en quién confiaba, en la única persona, tú, eres usada para dañarme. Sólo me queda mi protegida, pero ella se petrificó al verme de este modo.
—Lucifer —la detective lo llamó al ver un cuerpo del otro lado del Lux.
— ¿Qué? —él dijo. La detective no podía creer lo que estaba presenciando, su compañero ¿un asesino?, entonces ella por un acto reflejo sacó su pistola y le apuntó—. ¿Qué? —volvió a decir.
—Manos a la cabeza, y aléjate de la barra —ella ordenó tambaleante, estaba decepcionada de él.
El predicador estaba muerto, un disparo fulminante en su cráneo lo llevó a la otra vida...
—Detective hay una explicación... —Lucifer explicó, pero lo interrumpió la detective.
— ¡Silencio! No digas una sola palabra, pon tus manos en la cabeza.
Lucifer miró atónito su alrededor, ya que varios policías lo habían rodeado.
—Ahhh —Lucifer suspiró.
—No nos dejas opción —la detective amenazó—. Lucifer Estrella de la Mañana quedas arrestado.
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