Capítulo 2

















Faltaba un día para la boda, en la mañana del día siguiente a su llegada todos corrían por el castillo llevando arreglos y pendientes atrasados, ella quedó en su habitación probando la ropa que le habían comprado.

Hasta el momento solo conocía al mayordomo y a las dos mucamas de nombre Ashley y Eva, su criada había huido a penas pudo y en el fondo lo agradecía.

—Todo le queda grande  - murmuró la joven Ashley —Debemos de hacerle algunos ajustes.

—No es necesario...

—Lo es señorita.

—Su vestido llegó - Eva se acercó con una caja enorme entre manos —La costurera está aquí para hacerle los arreglos necesarios.

Un grupo de mujeres ingreso, Beatrice se coloco en la pequeña base y alzó los brazos para ser despojada de su ropa, las damas vieron su cuerpo delgado y moreteado, era evidente que su señora había sido abusada y estaba en ellas hacerla sentir mejor.

—El vestido le queda perfecto exceptuando por lo grande del pequeño - comentó la mayor —Nos haremos cargo de eso, deben de darle un buen baño y aplicar las cremas, deben de disminuir los morados - Beatrice quizo hablar —No es necesario explicarnos nada señora.

—Sí terminaron es hora de ir a su clase - Beatrice miro al mayordomos, Ashley la ayudó a vestirse y la guió por los pasillos hasta la biblioteca.

—¿Clases de que?

—De etiqueta, baile y de educación sexual - Beatrice se sonrojo —Como tenemos solo un día debemos de darnos prisa.

—Bien...

Comida, modales, vestimenta, forma de hablar y demás había recibido las primeras cuatro horas del día, aunque estaba agotada no tuvo otra opción, después del almuerzo al que fue obligada a comer todo, fue directo al salón de baile en donde practico hasta que sus pies sangraron y cuando la noche estuvo en su máximo esplendor  las clases a las que más temía llegaron.

Una mujer algo mayor ingreso a sus aposentos, se sentó en el escritorio y abrió varios libros que contenían miles de imágenes comprometedoras.

—Para algunos dar hijos es un deber, los hombres piensan en su propio placer y no en el nuestro - Beatrice trato de ocultar su sonrojo pero le fue imposible, imaginarse a ella y al Duque en una habitación solos le era molesto y vergonzoso — Pero nosotras también merecemos sentir placer y sentirnos amadas, así que señorita debe de pensar en usted y en su placer.

—¿Sí?

—Sí señorita, así que hoy la instruire muy bien, tenemos hasta las doce de la noche para aprender todo.






















La mañana llego más rápido de lo esperado, Beatrice apenas y había pegado un ojo por los nervios, las clases con la institutriz habían sido todo un reto, pero no se sentía tan nerviosa como antes en respecto a ese tema.

—Se ve hermosa señora - Eva la elogio, el vestido se ajustaba perfectamente a ella.

—La señorita Fiona esta aquí  - Beatrice soltó el aire que retenía y acepto su entrada, al verla entrar se sorprendió, no era hija de Abel pero era realmente idéntica a él, cabello blanco igual a el y la misma mirada tenebrosa.

—Señorita  - Beatrice se inclino brevemente.

—Eres hermosa señorita Ashet, suerte en este día  - Beatrice asintió levemente y la vio salir, había sido rápida y directa.



















Cuando la hora llego fue acompañada de sus criadas hasta el gran salón que simulaba ser una iglesia.

Cuando emprendió su camino pudo ver a toda la gente presente, nobles del norte que la veían de forma sonriente, soldados y las personas del castillo.

Logro ver a Fiona al lado de Abel y de un joven alto y apuesto.

—Comencemos  - dijo el sacerdote, Beatrice apretó fuertemente el ramo y asintió.

—Te vez decente hoy - Beatrice miro a Abel de reojo. —No me quejare luego cuando te vea en la cama.

Beatrice apretó más el ramo y sonrió de lado.

Era un bárbaro sin educación, podía comprender lo, debía de hacerlo para poder sobrevivir en aquel frío lugar.

Cuando la ceremonia terminó todos se dirigieron al salón principal, Beatrice se había quedado quieta esperando el beso pero Abel había besado su frente respetando su espacio y su miedo a el.

La fiesta pasó rápidamente, debido a su nerviosismo apenas y había logrado comer algo, luego del baile en donde bailo torpemente sus damas la llevaron hasta una habitación en donde la esperaban con su cambio de ropa.

—¿Cual elegirá? -Ashley le mostró dos camisones, uno era tan corto que parecía solamente un trozo de tela y otro que era largo pero transparente que no dejaba nada a la imaginación.

—Otro...

—Solo se compraron estos dos señora, no hay nada mas, a menos que quiera dormir desnuda...

Beatrice soltó un suspiro lastimero y asintió, escogió el más largo, las mucamas la arreglaron con agilidad y la dejaron en la habitación de en medio en donde el Duque la estaba esperando.

El aire que retenía salió de sus labios de forma rápida y se tambaleó ligeramente cuando lo vio acercarse.

—No me equivoque, se podía hacer algo mejor - Beatrice le miró con una sonrisa.

—No sea grosero...

—No lo soy - Abel la tomo de las caderas y la acercó a él —Solo soy sincero y cruel, deberías de huir.

—No me iré de aquí  - Abel sonrió y la beso, Beatrice se mostró sorprendida pero acepto aquel beso.

Abel la empujo sobre la cama y se coloco arriba de ella con ambas piernas reposando a cada lado de ella, Beatrice se había quedado sin aliento y quieta, la sonrisa de Abel creció más.

—¿No quieres?

—No he dicho nada.

—Puedes arrepentirte ya.

—No quiero - Abel beso su cuello, leves gemidos salieron de los delgados labios de Beatrice, aquello prendió a Abel y la despojo de su ropa de un solo tirón.

—Luego no te arrepientas niña  - Abel sostuvo uno de sus pechos con su mano y llevo su lengua hasta su pezon, saboreo lentamente de el hasta que bajo su mano a su vientre y lo acaricio con delicadeza. —Hazlo más alto, es como música para mi Bea.

La joven se sonrojo levemente y lo vio bajar su cabeza hasta su intimidad, sus gemidos no tardaron en salir, se sentir en la gloria con cada caricia que recibía de Abel.

Pensaba que su primera vez sería triste y dolorosa pero aquel Duque al que todos le temían estaba siendo el más cariñoso con ella.

El cuerpo de Abel se alzó hasta llegar al techo, la vista que tenía de Beatrice era deliciosa, la joven estaba sonrojada y sudada, su entrepierna estaba rebasada y una enorme sonrisa se instalo en los labios de Abel.

—Aprieta las sábanas - Beatrice hizo lo indicado, sus se dirigió hacia Abel el cual estaba desabrochando su pantalón.

Su rostro nuevamente se sonrojo al ver el tamaño de bulto, un miedo terrible le invadió.

—Respira hondo - Abel se acomodo y entró en ella, Beatrice soltó un leve quejido, Abel beso su cuello para tratar de calmarla y comenzó a moverse lentamente para aliviar el dolor.

—Duele.

—Pasará niña - Beatrice cerró sus ojos —Ábrelos, abrelos y mírame. - Beatrice hizo caso y miró su rostro, este se contraia de placer.

La noche fue larga para los nuevos esposos.





























































Capítulo 2 listo.

Espero les guste y dejen sus comentarios para saber que tal el capitulo.

Imagen completa.

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