༻04: Ángel༺

"Siempre pensé que eras un ángel, solo un ángel tiene la sonrisa que tú tienes, solo un ángel tiene esos ojos llenos de brillo que al mirarme hacen que los míos también brillen."

Jungkook caminó impaciente de un lado hacia otro, el chofer no llegaba rápido y tenía deberes que hacer. Cansado de esperar notó que a pocos metros de la salida se encontraba la parada de autobuses y desde esta podía notar la delgada y alta figura de Kim.

Caminó sin preocupación hasta donde se encontraba. Pudo notar que no estaba solo; con él se encontraba una pequeña niña quien supuso era su hermana. Pronto un autobús paró en frente de ellos y se levantaron para hacer fila y montarse, sin embargo una voz los detuvo.

–Taehyung.

Tanto el chico como la niña voltearon a ver a la persona y Taehyung se sorprendió de encontrarlo todavía por aquí.

–Jungkook, ¿Qué haces aquí? –preguntó el castaño mientras la pequeña seguía aferrada a su mano y miraba a Jeon como si estuviese viendo un ángel.

–Yo estoy esperando a mi chofer, el cual no llega todavía, te vi –el chico rascó su nuca algo nervioso –y quise despedirme.

–Oh. –esas fueron las únicas que salieron de su boca –Bien, que pases una buena tarde. –dijo mientras la fila se hacía más corta.

–¿Vas a tu casa?

-Sí, nosotros-

–No. –lo interrumpió su hermana.

El chico observó confuso a ambos. Alguno de los dos debía estar mintiendo.

–Iremos al hospital. –comentó la niña mientras su hermano la observaba con ganas de querer cambiar a su hermana por una menos metida en conversaciones ajenas.

–¿Hospital? ¿Pasó algo? –preguntó con preocupación el pelinegro.

–Nosotros -

–Iremos a ver a mamá. –si, definitivamente quería poder cambiar a su hermana.

El pelinegro no quiso entrometerse más, quizá era un tema delicado y no quería aturdirlo con tantas preguntas. Decidió que era buena idea si el lo llevaba hasta allá, de alguna manera le estaría pagando la ayuda que le brindaba estudiando con él matemáticas. Al principio se negó, pero al ver lo insistente que era este chico aceptó.

Ambos caminaron hasta el auto, el cual ya se encontraba ahí y el chofer se disculpó de antemano por el retraso, al parecer una presa había sido la culpable. El pelinegro sonrió de forma dulce y le informó que no se preocupara, eran cosas que pasaban y que no estaban al alcance de él.

Su forma de ser y como se comportaba ante las demás personas era de lo que se había enamorado Taehyung, y aún se seguía enamorando. Ver como respetaba a su chofer, e incluso también debía ser así con el personal de su casa, le hizo pensar en lo bien que lo habían educado en su casa, y ese mismo pensamiento lo había llevado a recordar que no conocía a sus padres.

¿Serían igual de gentiles que su hijo? Lo aseguraba pero, ¿serán homofóbicos?¿lo discriminarían y lo harían terminar con la amistad que tenían? No quería ni pensar en el hecho de alejarse de la única persona que lo hacía sonreír en momentos difíciles, la que con solo existir lo hacía feliz sin darse cuenta.

–¿Estás bien? –preguntó Jeon mientras abrochaba su cinturón y ayudaba a la pequeña Mai con el de ella, los tres iban el asiento trasero.

–Sí. –dijo saliendo de sus pensamientos.

El transcurso que recorrían no era muy largo. Durante ese tiempo se dio el gusto de observar a Jungkook, verlo tranquilo mientras el viento que se colaba por la ventana del auto golpeaba su cara y con ello hacía que su cabello se elevara un poco hacía que su corazón se sintiera bien. ¿Podía una persona perfecta ser amigo de alguien imperfecto? Sí esto no era un sueño, de seguro.

Siempre, incluso desde antes de poder hablarle, sentía que Jungkook no era real. Había leído algunos libros sobre ángeles, seres que cuidan de personas sin ser descubiertos. Algunos se enamoraban y terminaban mal, pero si Jungkook no era un ángel y mucho menos debía cuidar de él al menos lo hacía feliz con su existencia.

Veinte minutos después el auto se detuvo al frente del hospital. Ese lugar que se había convertido en la segunda casa, tanto de Taehyung como de su hermana. Noches en vela y sin comer debido a la falta de dinero, él sabía el dolor de esperar por algo que no se sabe si llegara o no.

Taehyung y su hermana bajaron del auto agradeciéndole al chofer. Una vez afuera el castaño agarró la mano de la pequeña para luego observarla, la misma mantenía la mirada puesta en la de Jungkook. Así había pasado todo el camino.

–No sé como agradecerte.

–No te preocupes, lo hago porque eres mi amigo. 

Por supuesto que lo hacía por eso, ¿por qué lo iba a hacer? Tenía una novia a la cual amaba, una familia bien acomodada en la sociedad y amigos del mismo nivel. Todo lo contrario a él, quien todos los días debía cuidar de su hermana y de si mismo a la vez. Una oportunidad con él era casi imposible.

–Bien, nos vemos.

–Hasta mañana. –dijo el pelinegro mientras agitaba su mano y desaparecía de la vista de ambos.

–Parece un ángel.

Tehyung sonrió ante la comparación que hacía su hermana luego de conocer a Jungkook. No lo iba a negar, poco le faltaba para ser un ángel. No necesitaba ser inmortal, no necesitaba alas y mucho menos volar por los aires, no tenía que presentarse como uno ya que él lo consideraba como un ángel.

–Y lo es.

–¿De verdad?

–Si así lo ves tú es porque de verdad es uno. –contestó Taehyung mientras caminaban para entrar al hospital.

–Lo seguiré llamando así.

Una vez dentro del hospital los dos olieron un aroma a cappuccino. Delante de ellos pasó una enfermera, conocida por ambos, quien llevaba un carrito con comida para los pacientes. 

–Oh, hola chicos.

–Hola. –contestaron al unísono.

–¿Quieren un café?

El chico asintió y la misma le pasó un vaso desechable con el contenido. Mai escogió un jugo de uva. Se despidieron de la enfermera, tomaron el ascensor apretando el botón que los llevaría al quinto piso y caminaron hasta la habitación de su madre.

Era como una rutina, todas las tardes de seis a ocho de la noche era el horario de visita. Y ellos no faltaban a la misma. Taehyung no quería acostumbrar a su hermana a venir ciertos días al mes nada más, temía que la pequeña se fuese olvidando de su madre y perdiera las esperanzas de que día despertara.

Una vez dentro, Mai quiso que su hermano hablara primero con ella por lo que la pequeña salió de la habitación, no sin antes depositar un beso en la frente de su madre.

Taehyung arrastró una silla y se sentó al pie de la cama.

–Hola mamá. –comenzó a hablar –Sé que me escuchas, aunque no te muevas o me respondas sé que puedes entenderme y espero pronto que despiertes. Los días sin ti cada día son más difíciles, tía Hyeon nos ayuda con el aseo de la casa y ayuda a Mai con sus tareas, me gustaría hacer más por ella pero a veces siento que ya no puedo. Tengo un amigo, ¡es mi primer amigo mamá! –exclamó sintiendo felicidad en su interior –Recuerdo todas las veces que decías que luchara por alguien que me hiciera feliz, él me hace sentir más que feliz, estoy enamorado mamá. Lo repito siempre que vengo y ya debo tenerte cansada con lo mismo, –una risa escapó de sus labios –pero en verdad lo amo. Amo su forma de caminar, su forma de hablar, sus ojos, hasta verlo sudar mientras juega en los campeonatos del colegio. Todo me encanta de él y es una lástima que no pueda decírselo. Tiene novia y sé que no es algo debido estar enamorado de tu amigo y mucho menos tiene novia, pero es Suni mamá. Ella no lo merece, no merece una persona como lo es Jungkook, él... –a este punto lágrimas querían salir de sus ojos –él es un ángel. Pero no descansaré hasta mostrarle quién es Suni en realidad. –el chico agarró su mano –Despierta mamá, Mai y yo te necesitamos.

Lloró silenciosamente, no sabía hasta que punto iba a llegar todo esto. Se sentía cansado, de los mismo, de tener que vivir sin ella, sin sus consejos. No quería perder las esperanzas pero tampoco quería esperar algo que no sabía si llegaría.

Luego de esperar mientras su hermana hablabla con su madre, ambos salieron del hospital. La pequeña salió llorando de la habitación, lloraba sin parar pensando en lo que le había pasado hace un rato.

Taehyung se arrodilló para estar a la misma altura –Mai, ¿por qué lloras?

La chica sorbó su nariz -Ma-mamá no volverá. –dijo mientras abrazaba con fuerza a su hermano.

–Ella volverá, ya lo verás -

–¡No! –gritó –Ella susurró en mi mente "No me extrañes pequeña".

El castaño ahora entendía todo, desde hace dos meses su hermana escuchaba voces en su mente y en sus sueños. Escuchaba cosas como "Nunca me olvides", "Te cuidaré desde otro lugar" o "Mamá te amará siempre". Mai no era tan ingenua, ella sabía perfectamente lo que esas frases significaban.

–Todo estará bien pequeña. –susurró en su oído mientras frotaba su mano en la espalda de la menor.

Estas y muchas otras situaciones más tenía que afrontar Taehyung solo, no tenía nadie en quien apoyarse y solo quería que algún día todo acabara. No podía mostrar debilidad ante las personas y mucho menos a Mai, quien lo consideraba como un héroe y el mejor hermano del mundo.

VCM⚘

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