Sentí que alguien me atacaba por la espalda, le di un codazo haciendo que este se quejara me dio un golpe con el puño cerrado sintiendo ese sabor metálico de la sangre en mi boca, comenzamos a pelear Ray le disparó.

Todos los atacantes estaban muertos de la nada salió un tipo, me miró a los ojos y senti el sonido del disparo cerré mis ojos lentamente pero un sonido hizo que los abriera de golpe.

Jade: ¡RAYMOND!
Aldo: señora, ¿esta bien?.
Jade: mi marido está herido, suban Hasta mi habitación llamen a nuestro mejor doctor, ¡RÁPIDO! .
Brisa: ¿estas bien?.
Jade: Ray esta herido.
Victoria: mierda (llega corriendo) necesito hacer más ejercicio (dice agitada)
Jade: sin duda, registren todo iré a ver a Ray.
Danna: anda perra ¡CORRE!.
Jade: deja de joder.

Narra Jade.

Corro a la casa desesperada, subo a la habitación donde me encuentro a Ray en el sofa con su pierna un mar de sangre me quite la pequeña polera y la amarre en su pierna calmando la hemorragia y el dolor.

Jade: necesito que te mantengas quieto en lo que viene Oscar.
Raymond: di que se apure me duele mucho.
Oscar: jefa, ¿necesita ayuda?.
Jade: mi esposo necesita una revisión de urgencia.
Oscar: si señora, jefe le pediré que no se mueva mientras corto sus pantalones.
Raymond: solo dame un maldito calmante.
Oacar: la bala no penetró mucho, solo le pondré un poco de anestesia local, abriré un poco con el bisturí sacaré la bala y cerraré, ¿le parece?.
Raymond: solo saquen la maldita bala.

(...)

Oscar:listo jefe, mi señora debo atender a los hombres heridos, estaré a su disposición.
Jade: déjame lo necesario, yo me encargaré de cambiar las vendas.
Oscar: también le dejaré algunas pastillas para el dolor, mientras trate de no mover su herida en un par de horas podrá hacer más movimientos.
Jade: esta bien, puedes irte.
Oscar: permiso jefa (deja todo lo necesario)
Raymond: bueno ya estoy bien (se para) debo ir a ver el cargamento.
Jade: no irás a ninguna parte, te recostaras en la cama mientras te quito la ropa.
Raymond: ¿me violaras? .
Jade: después  (me quito la ropa) por cierto me debes una camisa.
Raymond: te llevo de compras y te compro la tienda completa su quieres.
Jade: sólo recuestate, te quitaré la poca tela del pantalón y la camisa.
Raymond: no tengo sueño.
Jade: sólo intenta dormir ¿esta bien?, iré haber a mis hermanas cuando venga quiero verte recostado.
Raymond: esta bien jefa.

Salí de la habitación con una bata de ceda, camine a las habitaciones de mis hermanas y estaban dormidas, revise por última vez y entre a mi habitación donde Ray estaba sentado en la cama con su espalda recargada en el cabezal de la cama.

Raymond: ¿todo esta bien?.
Jade: si, mis hermanas están dormidas los hombres ya fueron atendidos y tu estas bien.
Raymond: tranquila somos inmortales.
Jade: sin duda, ¿te duele la pierna?.
Raymond: un poco, pero es leve.
Jade: si tu lo dices (me quito la bata?.
Raymond: tu sostén me gusta, te hace ver sexi el encaje.
Jade: así  (le sonrio coqueta)lástima que no puedes hacer nada (me quito el short).
Raymond: yo no me puedo mover pero tu si.
Jade: será mañana  (me siento a su lado)
Raymond: ven debemos hablar.
Jade: sobre que (me quito los zapatos).
Raymond: siéntate encima de mi.
Jade: Ray no quiero lastimarte.
Raymond: por favor.
Jade: esta bien (me siento encima de su miembro) ¿contento?.
Raymond: mucho (me sonrie) ¿porqué no le quitamos el bebé a Christian y lo hacemos pasar por el nuestro?.
Jade: porque mi padre es astuto, nuestros rasgos son únicos, quieren estar presentes en el embarazo, ¿acaso no te gusta la idea de tener sexo?.
Raymond: claro que si (la tomó del la cintura) porque eres provocadora.
Jade: no tengo la culpa de ser tan tentativa.
Raymond: eres el maldito pecado  (se acerca más a mi) así me mates pero ya no soporto más.
Jade: sólo hazlo (roso nuestros labios) se que quieres (pongo mis brazos alrededor debe si cuello) y te daré ese gusto.

Raymond unió nuestros labios en cálido beso, mis manos paseaban por su cuello, bajo sus labios a mi cuello para luego regresar a mis labios.

Poco a poco la ropa fue estorbando Hasta luego unirnos en la pasión que nos consumía hace mucho.