5여섯.
—¿Y que me dices tú? ¿Tuviste una buena vida? —le preguntó la peli negro cambiando completamente de tema.
Aquel chico esquivó su mirar.
—No lo sé —respondió con cierta melancolía en su voz—No logro recordar nada, ¿Qué me pasó? ¿Quién es mi madre? Pará empezar... ¿Tenía una familia? —frunció el ceño —¿Cuál es mi nombre? Son preguntas que me hago todos los días, sin embargo, nunca encuentro respuesta alguna
Su mirada se perdió por completo, y eso no hizo más que sólo entristecerla.
—Te ayudaré—soltó sin pensar, él le miró sorprendido—Voy a ayudarte, no sé exactamente qué haremos, pero...vamos a encontrar cada respuesta para cada una de tus preguntas.
—¿De verdad lo dices enserio? ¡¿Vas a ayudarme?!—vocifero el chico con entusiasmo.
—Supongo que, si no soy yo, nadie más podrá hacerlo—le respondió la chica sonriendo.
De pronto un sonido se hizo presente en el pasillo, alguien podía sacarlos de ahí, así que sin esperar mucho, se levantó rápidamente.
—¿Hay alguien ahí afuera? ¡Estoy aquí! ¡Saquenme por favor! —gritó a todo pulmón.
Un silencio los envolvió, y cuando menos lo esperaron, la puerta se abrió dejando ver a un tierno anciano con anteojos más grandes que su rostro, aquel era el señor de limpieza.
—¿Qué hacías aquí encerrada jovencita? —le preguntó con cierta seriedad—Todos a se han ido a casa.
—Bueno, amm...
—Olvídalo, largo ya de aquí, aún debo limpiar esto —se adentro ignorándola completamente.
Se veía dulce por fuera, pero era demasiado amargado por dentro.
—Gracias —hizo una reverencia para después salir de ahí.
—Ahhh ¡Por fin en casa! —exclamó tumbándose en el sillón de la estancia—¿Tienes hambre? —preguntó mirándole atenta—Yo muero de hambre. ¡Estoy exhausta!
Sin más, se levantó nuevamente y se encaminó a la cocina.
—En realidad, no sé si tengo hambre o no—contestó siendo honesto. Y luego camino hasta la estancia con sus dos manos pegadas a su espalda.
—Aún así te prepararé algo—mencionó sacando dos razones de la alacena—¿Te gusta el ramen picante?—le cuestiono prendiendo una de las hornillas de la estufa.
—Parece que lloverá pronto —dijo aquel fantasma mirando por la ventana, ignorando completamente a su pregunta—Siemlre he tenido una fuerte obsesión con ella. Con la lluvia.
Jojo lo miro. Luego, camino hasta donde el se encontraba y también se dispuso a observar por la misma ventana.
—Es como...música—explicó—Crea una nota en cada gota que golpea el suelo, cuando se mezclan, una tonada se presencia, ya sea una balada de tristeza o tranquilidad, es mágica porque, sólo dependerá de la persona que la oiga cantar.
Ella sólo se limitó a observarlo. Lo observó todo lo que pudo tratando de mantener ese recuerdo almacenado en su memoria.
—Cenaremos y luego iremos a dormir—fue lo único que se limitó a decir—Necesitamos empezar a buscar mañana.
Todo a su alrededor era negro, envuelto en rotunda oscuridad que le ponía los pelos de punta y aumentaba su nerviosismo, caminaba sobre agua cubriendo por completo el piso, y le sobrepasaba los talones. El olor era a aceite de un auto, su respiración era agitada, el miedo se apoderaba completamente, cada vez más de su ser.
—Hyun Joo —se escuchó en eco —Haré un pacto, el pacto de...
Pudo sentir una fuerte presión en el cuello, de pronto le soltó, devolviéndole el aire a los pulmones, haciéndole caer en un profundo lago.
La imagen era borrosa.
—Lo siento...
—¡No! —gritó con fuerza.
El sueño abrumador por fin la despertó.
No sabía si era una pesadilla, pero le había perlado la mayor parte de la cara con sudor frío. Ese sueño, comenzaba a pasar cada noche, ya sin falta.
—¡No!—espeto incorporándose en la cama.
—¡Hyun Joo! —apareció de pronto frente a la chica—¿Pasó algo? ¿Estás bien?
Ella al verlo, trató de controlar la respiración acelerarada.
—No, fue.. fue solo un extraño sueño —sonrió ligeramente tratando de calmarlo—Ah, temo que no podré volver a dormir.
—Qué alivio, creí que había pasado algo—susurró.
—V —mencionó llamando su atención—¿Podrías... Podrías quedarte conmigo está noche? —dijo casi inaudible
El la miró a los ojos con tranquilidad tomando asiento a su lado.
—Está bien, si tú lo quieres —menciono con un dulce tono—No iré a ninguna parte, me quedaré aquí.
—¿Lo prometes?—preguntó frunciendo el ceño.
—Lo prometo —contesto sonriendo genuino—Cuidare de tus sueños y alejare tus pesadillas.
Menciono haciéndola sonreír.
—¿Puedes contarme algo feliz?—le pidió acomodándose nuevamente en la cama.
El contrario se quedo pensando un momento.
—¿Qué hacia tu padre para que pudieras dormirte?—preguntó.
—Papá cantaba una canción para mi, una que le había dedicado a mi madre—sonrió melancólica al recordar ese hecho, lo miró—No, ¿Me vas a hacer cantarla?
—Por favor—pidió sonriente.
—Oh, no, no, cantó espantoso—advirtió riendo nerviosa.
—Ya lo dejaré a mi criterio —dijo terminando de acomodarse.
—Bien...Sólo si prometes que no te reirás de mi.
—De acuerdo, lo prometo—mencionó levantando su mano como diciendo: te doy mi palabra.
La otra se aclaró la garganta.
You know I can't smile without you
I can't smile without you
I can't laugh and I can't sing
I'm finding it hard to do anything
Pero no pasó mucho, cuando le fantasma empezó a reír a carcajadas
You see I feel sad when you're sad
I feel glad when you're glad
If you only knew what I'm going through
I just can't smile without you
—Oh vamos, dijiste que no ibas a reír —se quejó la chica defendiendo su canto—No es gracioso ¿Sabes? Aunque debo admitir que necesito mejorar mi inglés.
—Lo siento—dijo cubriendo su boca—Tenías razón, no debí hacerte cantar.
—¡Oye!—le aventó una almohada en la cabeza la cual esquivo.
Hyun Joo escuchaba el sonido de la lluvia desde la cama, junto a él. Podía observarlo. Observar cada detalle.
Su perfil.
Sus delgados labios formando esa sonrisa.
El en calma mientras la conversación fluía.
Y sintió...Sintió que no le hacía falta nada.
Qué en ese momento efímero, el era todo lo que necesitaba.
Y sin darse cuenta. Un sueño dulce le envolvió por completo. De golpe.
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