┃Capitulo 17┃

── ¿Que le pasa a el señor Midoriya?── Pregunto una.

── Al parecer uno de sus antiguos socios se a vuelto contra el.── Murmuró en respuesta.

Las mujeres salieron despavoridas a la cocina al escuchar un grito glutural que venía de la parte de arriba de la mansión, sabían perfectamente de quién se trataba así que preferían huir por sus vidas.

Ellas aún querian conservar su cabeza...

── ¿¡DONDE DEMONIOS ESTA MI PUTA ARMA!?── Aquel grito asusto a todos los empleados haciando que corrieran despavoridos a la cocina.

Literalmente todos habían dejado sus tareas solo por conservar su cabeza, mientras el la parte de arriba había una bestia furiosa, izuku estaba perdiendo la paciencia lentamente.

Mitsuki simplemente hacia eso para reventarle las pelotas.

La muy hija de puta había estado atacando diferentes puntos estratégicos, había arruinando sus tratos y convenios con otras Mafias y lo peor era que estaban detrás de su cabeza.

Estaba totalmente harto de esta situación, después de que shoto le había dado la información se puso manos a la obra, katsuki estaba herido y en celo.

No podía ponerlo en más peligro, suspiro con cansancio mientras se daba una ducha, sentía como sus músculos se iban relajando lentamente, los dos últimos días habían Sido una mierda.

Se sentía muy cansado, tenía que estar al pendiente de todo y estar moviendo los hilos para que esa perra no le fuera a dar en la yugular.

Además con katsuki en sus pensamientos no era muy bueno que digamos, el solo pensamiento de que se lo llevarán le dejaba un mal sabor de boca, puede que tengan sus diferencias pero no sé llevaban tan mal.

O bueno tal vez si.

Suspiro mientras salía de la ducha totalmente derrotado, iba ir a vestirse ya que tenía una reunión importante pero un griterío fuera de su habitación lo hizo desistir de su acción.

Cuando se acercó a la puerta y la abrió se encontró a katsuki peleando con las mucamas.

── ¡Suéltame con un demonio!── Gruño.

── ¡Joven tiene que volver a su habitación o el amo Midoriya nos matara!── Gritaba de forma desesperada la mujer siendo respaldada por otras dos más.

── ¿Que demonios pasa aquí?── Pregunto izuku en un tono neutro.

Aquella pregunta hizo sobresaltar a las mujeres que se arrodillaron rogando por su vida, mientras katsuki solo desvío la mirada mientras pasaba al lado del mayor y entraba a la habitación como si fuera suya.

Izuku suspiro cuando olió las feromonas del menor para después mirar a las mujeres, le dijo a las mujeres que se retiran mientras que el se volvió a ver al más bajo que se había sentado en su cama.

Tenía la cara roja por el celo y estaba sudando levemente, mientras el mayor mantenía su cara neutral esperando aver que le diría, estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no saltar sobre el.

Así que decidió mantenerse alejado.

── ¿Que quieres? Creí haberte ordenado no salir de tu habitación hasta que terminara tu celo.── Regaño.── Pudo hacerte sucedido algo.── Gruño mientras se cruzaba de brazos.

── Aizawa me dijo que estaba en deuda contigo y que debía protegerte el trasero.── Se defendió aún sin ver a el mayor a los ojos.

── Si, pero no es estás condiciones, sabes que hay más alfas en la mansión.── Puntualizó

── Se que los hubieras asesinado si me tocaban aunque sea un solo cabello.── Por fin katsuki levantó la vista dejando ver sus ojos totalmente rojos.

Eran brillantes casi de un todo rosa neón, en ese momento izuku pudo apreciar el por qué el comportamiento de katsuki era diferente, sus mejillas se pintaron de un leve color carmín viendolo sonreír.

Marcando dos huecos a cada lado de sus mejillas.

── Deberías de estar en tu habitación.── Resongo izuku avergonzado.

── Mi parte humana por alguna razón quiere estar junto a ti pero se reuso a hacerlo, tal vez sea por su orgullo.── Hablaba con naturalidad la bestia.

── ¿Y por qué me dices todo esto?── Pregunto.

El menor lo miro unos segundos antes de sonreír con dulzura, se bajó de la cama de el mayor y camino lentamente hasta estar frente a el.

Izuku se sentía un tanto extraño pues katsuki no era tan tranquilo y amable, pero aunque lo hacía sentir algo raro, también se sentía muy afortunado por ver a katsuki en una faceta tan distinta e... Íntima.

── Por qué quiero que lo protejas.── Esas 6 palabras lo atropellaron como un camión.── Se que suena raro pero tanto mi parte humana como yo hemos sufrido mucho, pero por alguna razón el se siente protegido a tu lado, no nos has hecho daño y yo fui testigo de como lo cuidabas a pesar de que te rechazo.

En ese momento izuku recordó lo que pasó en la sala de entrenamiento, apretó sus labios indeciso.

── Se que mi parte humana se siente dañada y sucia al igual que yo pero se que tu puedes ayudar.── Explico.

El olor a bosque se hizo presente haciendo que el más bajo ronronear levemente, izuku tomo una postura recta para después hacer algo que el menor no se esperaba, lentamente el mayor fue abrió los brazos para aprisionar a él menor en un suave abrazo.

Después de esto el cuerpo de katsuki callo como peso muerto.

Sonrió para después levantarlo y llevarlo hasta su cama y arroparlo, estos días las cosas habían estado muy locas.

Mientras katsuki dormía profundamente izuku se terminó de vestir, al terminar se acercó a él viendo como dormía, acaricio su rostro con suma delicadeza para después besar su mejilla.

Ya listo se retiró...

Cuando katsuki despertó se sentía algo desorientado, después de todo la última vez que estuvo conciente estaba en su habitación, pero ahora estaba en una habitación que no era la suya.

Se levantó con pesadez mientras frotaba sus ojos, aún se sentía cansado pero no quiera dormir más en ese lugar, cuando se levantó vio algo que capto su vista.

Era un cuadro en dónde aparecía izuku, kaminari y una pequeña mujer de cabello verdoso en medio de ellos, parecía que estaban felices, también pudo notar que la mujer era muy parecida a su jefe.

Con la única diferencia que la mujer no tenía pecas, así que pudo deducir que era la madre del pecoso, extrañado siguió mirando la imagen hasta que sus mejillas se pintaron de un leve color carmín.

Midoriya al parecer en la foto no tenía más de 25 años, se veía muy relajado, muy diferente a lo que el conoce, su corazón latía fuertemente mientras que sentía un cosquilleo desconocido en su estómago.

Se veía muy guapo...

Ese solo pensamiento hizo que si mente estallara y su cara se pusiera colorada,  dejo la foto donde la encontró para después levantarse, al parecer está era la habitación de izuku.

Su pregunta era como había llegado allí.

Con suma curiosidad se acercó al guarda ropa de el mayor y grande fue su sorpresa al ver que era casi otra habitación en dónde habían  un montón de trajes y demás.

Con cautela se acercó hacia una parte del armario que estaba abierta con cuidado de no liberar su olor para no dejarlo impregnado en la ropa, al asomarse se encontró con un montón de camisas.

Habían de varios colores pero las que más le llamaron la atención fueron una sección negra en la que habían más o menos unas tres camisas negras, con algo de duda tomo una.

La acercó a su nariz y pudo sentir su olor, bosque, sus piernas temblaron por lo sensible que se encontraba, después de todo su celo aún no había terminado.

Se encontraba fascinado, aquella fragancia era embriagante, de forma lenta se fue arrodillándose hasta quedar recostado contra el armario, mientras apretaba fuertemente sus piernas.

Se sentía algo extasiado, mordió su labio inferior al sentir como su lubricante natural empezaba a chorrear su entrada palpitante, mientras su cuerpo tenía espasmos gracias a esa fragancia tan dominante.

De forma inconsciente empezó a recordar el incidente que tuvieron en el gimnasio, sus piernas se apretaron más mientras empezaba inhalar con fuerza, se sentía muy avergonzado pero su cabeza estaba dando vueltas mientras la calentura iba en aumento.

Empezó a recordar cómo lo miraba esos penetrantes ojos color esmeralda, recordó en ese momento aquella sensación electrizante que sintió cuando lo vio, se había sentido intimidado.

Ese hombre parecía un lobo listo para cazar a su presa, con mucho afán desabrochó sus pantalones mientras se deshacía de ellos, puede que se sintiera avergonzado pero el calor estaba nublado su juicio nuevamente.

El solo pensamiento de que izuku, su jefe y uno de los mafiosos más peligrosos lo encontrará en su guardarropa masturbándose con una de sus camisas (Favoritas) lo hacía exitar más.

Ese sentimiento de adrenalina creía cada vez más en su pecho mientras llevaba sus dos de sus dedos a su entrada, sus piernas estaban empapadas cómo nunca antes, era la segunda vez que su lubricante natural lo llenaba de ese modo.

Parecía cono si tuviera un llave, su olor ya había empezado a esparcirse por la habitación mientras que el delineaba de forma suave su esfínter, cuando introdujo uno de sus dedos pudo suspirar con tranquilidad aunque se sentía insatisfecho.

El recuerdo de aquel hombre pecoso lo jodió sin descanso, sus pecas, sus hombros anchos, su olor natural, su cuerpo bien estructurado, cada músculo, cada cosa de él le provocaba una oleada de calor más.

Cuando un solo dedo empezó a ser poco introdujo otro mientras gemia contra aquella camisa negra, sus ojos dilatado y cada músculo de su cuerpo tensionado, en ese momento no se sentía para nada avergonzado.

¿Por qué mierda ese hombre tenía que ser tan sexy? Recordó como su cuerpo se ponía tenso cuando se enojaba, su voz ronca a la hora de dar una orden definitiva, sus colmillos blancos que en una ocasión amenazaron con perforar su cuerpo y reclamarlo cómo suyo.

Un grito de agonía salió de sus labios, su dedos no eran suficiente, sentía un nudo en su estómago que cada vez más aumentaba la intensidad, un cosquilleo en su parte baja empezó a hacerse más fuerte.

Sentia claramente como algo estaba por salir de su pene.

Lo sentía claramente y cada vez más se hizo más fuerte, llevo sus dedos lo más profundo que pudo mientras restregaba aquella prenda contra su cara, sus dedos tocaron algo esponjoso dentro de él.

Aquel punto lo hizo ver estrellas, grito fuertemente mientras se venía, había Sido su primer orgasmo tan intenso, respiraba de forma agitada, como si hubiera dejado salir algo que lo estaba matando.

Cuando se dió cuenta de su desastre si cara estalló en color rojo, ¿Cómo limpiarla todo este desorden?

Miro la camisa que tenía entre sus manos y noto que aún tenía el olor del peliverde, ¿No estaría mal si la conserva no? Después la devolvería completamente limpia.

Tomo su ropa y se vistió rápidamente mientras limpiaba el suelo con unos paños que había encontrado en uno de los cajones, y sin más se fue de forma apresurada había sin dejar rastro alguno.

O eso creía el.

Ya que su olor estaba esparcido por toda la habitación mientras que en el baño se escondía el dueño de la habitación, con la cara completamente sonrojada y una erección en los pantalones.

Suki satisfaciendo sus necesidades con una camisa de izuku.

Joder, las cosas van a estar un poco calientes y peligrosas por aquí.


  una cosa mas.

¿Que es esto alguien sabe?

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