XXXVI | ¡soy suiza!

—¿que le dijiste?

—¡no la golpeé, creo que es suficientemente decente de mi parte!— se defendió Leah.

Apenas y había regresado de viaje había decidido ir a la reserva a estar con los chicos enterándose que minutos antes Jacob había llevado a Bella y la chica había tenido su primer encuentro con la mayor de los Clearwater.

—podrías haber sido un poco más amigable con ella, Lee— la empujó la italiana.

—¿y como te fue en tu viaje?

Nadie sabía de lo sucedido con su padre, nadie a excepción de Emmett quien no lo sabía por decisión suya si no por que el chico estaba fuera de la oficina de su padre cuando escuchó todo.

—excelente— sonrió forzadamente— disfruté mucho.

—oh se que me mientes— la señalo la mujer loba— pero lo dejare pasar por que allí viene el lobo enojadiso— señaló a Paul quien corrió a ella para abrazarla— yo sobro aquí, adiós.

—¡estas de vuelta!— gritó el chico.

—así es— respondió esta riendo—¡bájame!— le pidió al chico pues comenzaba a marearla— oh joder.

—lo siento— dijo el chico aún riendo.

—no lo sientes— le mostró el dedo la chica—¿qué pasó mientras no estaba?

—la verdad, nada interesante Victoria volvió a desaparecer y por cierto tu hermana se entero de que está aquí— le advirtió— te aviso para que estés preparada, se que tiende a hacer rabietas cuando no sabe algo.

Venus golpeó su cabeza.

—no hables así de bella— le advirtió.

—sabes que no es de mi total agrado— se defendió el chico— es algo irritante, ¿vas a negarlo?

—primero nadie es de tu total agrado y segundo no es irritante...solo algo complicada.

—es una chica obsesionada con su novio vampiro y que también está obsesionada en serlo, al menos tu podrás vivir un poco antes de— la abrazo.

Y otra vez se encontraba en una situación en la que no quería estar, ¿como le dices a tu mejor amigo que en un mes te volverás su peor enemigo?

Por unos segundos se planteó seriamente no decirle, ya había visto lo sucedido con su padre pero luego recordó que era su persona y no podía mentirle aunque eso significara que la odiará.

—iré a la universidad de Alaska...

Y chico rápidamente entendió de que hablaba, la universidad de Alaska donde iría bella por ser uno de ellos.

—Vee...

La chica sintió sus ojos aguarse, no quería perderlo.

—lo siento, de verdad lo siento— susurro con la voz cortada— si quieres gritarme que vas a odiarme, decirme que me vaya lo entenderé. Soy una horrible amiga.

Pero su reacción fue totalmente diferente a la de su padre o a la de Jacob con bella.

El calor de los brazos de Paul la abrazo de inmediato mientras acariciaba su cabello.

—¿quieres hacer esto tan al terminar la escuela?— susurro en su oído.

—si, después de la graduación.

—¿estás segura— la alejo un poco para limpiar sus lágrimas.

—por primera vez lo estoy— sonrió.

—pues te apoyaré, podremos siempre vernos en lugares neutros— trato de animarla— podría visitarte en Alaska, los Cullen no me quitarán a mi chica.

Venus le dio la sonrisa más sincera que había tenido tal vez en meses antes de lanzarse abrazarlo.

Paul podría ser un gran idiota con mucha gente y tal vez el hecho de que su chica se convirtiera en una sanguijuela hacia hervir su sangre pero algo era cierto, si la chica era feliz así no tenía mas nada que decir sobre el tema.

[...]

—saben, los Cullen al menos podrían respetar las horas de la comida— fue lo primero que dijo el hombre cuando ambas chicas entraron a casa.

—Estábamos en la reserva—sonrió bella— estuve con Jake.

La cara del hombre cambió completamente al escuchar eso.

—Oh, eso es fantástico— les sonrío—¿tu estabas con Paul?

—si señor— le sonrió cuando toques en la puerta se escucharon y el hombre rodó los ojos, eran Edward y Emmett.

—Les daré algo de privacidad entonces— se fue irritado.

Venus fue quien abrió la puerta para que Bella saliera a hablar con Edward mientras Emmett se quedaba allí con ella.

—¿como estuvo tu día?— pregunto mientras Edward le reclamaba a la castaña—¿estás bien?— sabía que hablaba de lo de su padre.

—siempre podría estar peor— trato de bromear pero Emmett la miro seriamente— estoy bien, lo prometo.

El chico iba a hablar cuando comenzó a olfatear todos a su alrededor.

—algo anda mal...

—oh seguro huelo a perro, lo siento se que os molesta— trato de quitarse el abrigo pero Emmett la detuvo.

—no es eso, ¡Edward!— llamó a su hermano quien se acercó subiendo las escaleras seguidos de ambas chicas quienes estaban totalmente confundidas.

Emmett rápidamente tomó rápidamente un dibujo interminado del escritorio de la chica.

—¿qué pasa, em?

—alguien estuvo aquí.

[...]

Segundos después Venus tuvo que rogarle a Charlie que las dejara ir a casa de los Cullen a esa hora por una emergencia con alice, quien sabía le agradaba el hombre.

—¿quien es? ¿Alguien que conocemos?— preguntó Carlisle a su hijo, todos estaban en la gran sala de la casa Cullen tratando de entender lo sucedido.

—Es un extraño, su aroma no es conocido— negó Emmett.

—¿un pasajero?— dudo Esme, era poco probable.

—Un pasajero no hubiera dejado a sus padres vivos— descartó la idea rosalie.

—el olor desaparece cinco kilómetros atrás de vuestra casa — informó Jasper quien había salido junto a Thomas a investigar la situación.

—Alguien está orquestando esto— confirmó Carlisle.

—¿Victoria?— pensó Bella.

—A Victoria le gusta tener crédito, hubiera dejado algo para que sepamos que es ella— descartó nuevamente Venus.

—cierto y en todo caso la hubiera visto decidirse— respondió alice.

—Tienen que ser los Vulturis— gruñó Edward.

—Tampoco creo que sean los Vulturis. Estoy vigilando las decisiones de Aro también— negó Alice.

—y tienen un trato conmigo, no lo romperán— les recordó Venus.

—Seguiremos buscando, no vamos a detenernos hasta saber quién es— dijo emmett acercándose a Venus quien estaba apoyada junto a una pared.

—también tomaremos turnos para proteger la casa— tomó medidas Carlisle.

—¿más tareas de protección?— preguntó molesta rosalie.

—Rosalie— la regañó su padre.

—pero tiene razón— lo interrumpió Venus— ustedes no pueden protegernos, vigilar a nuestros padres y encontrar al intruso.

—y a Victoria.

—y mantenerse alimentados, ¿habéis visto vuestros ojos?— siguió Venus.

—es cierto— asintió bella.

—no vamos a dejarlas indefensas— respondió Edward.

—pero no vamos a dejarlos hambrientos— le reto Bella—aparte no estaríamos desprotegidas, tenemos a...

—¿a quienes?— dijo molesto Edward sabiendo de quienes hablaba.

—oh quita esa cara, sabes muy bien que los lobos nos protegen y nunca nos harían daño— lo señaló Venus.

[...]

—Quienquiera que sea dejó su horrible aroma detrás — fue lo primero que dijo Jacob al salir de la casa mirando con una enorme furia a Edward.

—No será difícil distinguirlo si aparece de nuevo— hablo ahora Paul con algo de superioridad— nosotros podemos manejarlo de ahora en más.

—no— gruñó Emmett pues no odiaba la idea de que los lobos ayudaban pero tampoco les dejaría todo a ellos.

—no necesitamos que se hagan cargo de nada, ni de nadie—lo miro fijamente Edward.

—poco me importa lo que ustedes necesiten— se acercó molesto Jacob.

—de acuerdo, terminamos aquí.

—no, tu terminaste aquí— lo tomo del brazo Jacob.

Venus vio como bella no tenía intensiones de hacer nada así que se colocó en medio de los cuatro chicos.

—¡parad!— les grito— ustedes dos— señaló a Jacob y Edward— ¿ven a bella? ¡Vais a hacer que le salgan canas, si seguid peleando!— los movió de allí— y ustedes dos— golpeó la cabeza de su ex novio y de su amigo— ¡soy suiza! ¿Me oyeron?

Las noches siguientes habían sido alto complicadas, aquella alianza no hacía muy feliz a ninguno de los dos lados pero era necesaria por la seguridad de las cuatro personas en aquella casa.

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