𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗳𝗼𝘂𝗿

▃▃▃▃ 𝗦𝗧𝗔𝗥𝗦:
¡!  ֺ ָ ֙⋆ 🍒  ִ𓄼ꜝꜞ ᳝ ࣪ 𔘓 ֺ ָ ֙⋆ ࣪ ꞌꞋ
𝐑𝐈𝐓𝐌𝐎 𝐃𝐄𝐒𝐀𝐅𝐈𝐍𝐀𝐃𝐎

— A mí me pareció que Han Seo Jun se parece a un mafioso — habló Jukyung, a lo que todos asintieron ante tal comentario, a excepción de Seo.

Dalmi se encontraba al lado de Soojin, mientras que Jukyung, Sooah y Taehoon enfrente de ellas, exactamente en el comedor de la escuela.

— Definitivamente tiene un aspecto de chico malo — agregó la de cabello corto — Lo que se rumorea es que no se fue por el hecho de tomar un tiempo libre — informó, más que nada a las dos transferidas — Sino que fue detenido por golpear a un chico.

Dalmi alzó ambas cejas sorprendida, pensó en inmediato en todos los escenarios posibles cuando aquel chico se diera cuenta que era ella quien se llevó su casco.

— ¿De qué estás hablando? — Soojin exclamó inconforme — Se tomó un tiempo por problemas familiares.

— Nadie sabe si es verdad — comentó Sooah mientras tomaba una porción de su comida.

Aquello pareció tranquilizar un poco a la castaña, tal vez tenía aspecto de chico malo, pero, ¿y si no lo era?

— Es algo atractivo — murmuró Dalmi, se dio cuenta que fue un error decir aquello cuando el novio de su amiga azotó sus manos contra la mesa algo sorprendido.

— ¿Te gustó Han Seo Jun? — exclamó eufórico, a lo que Sooah tomó sus manos.

— ¿En serio te gustó? — se metió Soojin — No pensé que te gustaran los chicos malos.

Seo negó inmediatamente mientras pedía que bajaran la voz — Claro que no, que me parezca atractivo no significa que me guste — explicó, con una expresión de desagrado — Además, no creo que sea malo.

— Niegas que te gusta y lo defiendes — Taehoon apuntó a la chica con su dedo — Es un ship realmente bueno.

— Déjenme en paz — pidió — No creo estar nunca con un motociclista — informó, a lo que todos fruncieron el ceño — Tengo pavor a las velocidades, me pongo nerviosa — explicó en un tono más bajo, pues quería evitar hablar de su enfermedad.

Sin decir algo más, Dalmi se paró de aquella silla para dirigirse al aula, en unos minutos empezaba su próxima clase, pues quería llegar antes para así evitar alguna pregunta de sus amigos.

— Dalmi, eres la primera en llegar — habló el profesor al verla entrar — ¿Por qué no vienes con tus amigas?

La castaña tocó su cuello nerviosa — Acabé mi comida antes que ellas — mintió — Y no quería llegar tarde a su clase.

El docente sonrió ante tal comentario — Me alegra que te hayas adaptado y ya tengas amigos — mencionó, haciendo sonreír a la chica — ¿Ellas lo saben? — preguntó, Seo sabía a lo que se refería — Lo de tu enfermedad.

Dalmi negó levemente — En la secundaria en la que estuve me molestaban cuando tenía ataques cardíacos y me llamaban rara — explicó entre murmullos — Sé que ellas son diferentes y jamás harían eso — llevó a juntar sus manos frotándolas, aún más nerviosa — Pero, creo que es mejor que no lo sepan.

El mayor hizo una mueca, no estaba del todo de acuerdo con su alumna, sin embargo, sabía que era solo decisión de ella decirlo o no.

Dalmi agradeció al profesor por animarla, para después caminar a su banco al ver que sus compañeros ya se encontraban llegando.

Seo notó que los bancos se encontraban unos enfrente de otros, divididos en grupos, en ese instante recordó que tenían un trabajo en equipo, haciéndola suspirar con cansancio.

— ¿Hicieron la investigación sobre los poetas de la clase pasada? — preguntó el docente, a lo que solo obtuvo un de parte de todos los grupos — Es un proyecto en equipo, lo discuten y luego lo presentan.

No muy lejos de dónde se encontraba Dalmi, estaba Seo Jun, quien estaba con Soojin, Sooah y otros compañeros de clase.

— Han Seo Jun — llamó Soojin, obteniendo su atención — ¿Haces presentaciones?

— ¿Modelar? — cuestionó — Sí, por supuesto — acomodó su saco mientras peinaba su cabello — Antes solía modelar.

Sooah y Soojin intercambiaron miradas confusas, sabían que sería difícil que el chico se adaptara después de tanto tiempo sin haber pisado la secundaria.

El chico no notó aquellas miradas, pues su vista se encontraba en Dalmi, quien se encontraba platicando con Suho, ya que estaban en el mismo equipo.

Su ceño se frunció al ver lo tan bien que se llevaban — Oigan — llamó a ambas chicas — ¿Esa chica es cercana a Suho?

Las dos voltearon a ver a los mencionados — Se conocen desde hace tres años — la de cabello corto fue la primera en hablar — Se llama Dalmi — dijo con una sonrisa, aunque él ya lo sabía — Pero parece que ahora que la transfirieron aquí, formaron un lazo más fuerte de amistad, a lo que nos ha contado.

Soojin ignoró aquella plática con una mueca, no le había gustado el hecho de que su amiga le contara aquello a Seo Jun.

— Incluso practican jiu-jitsu juntos — agregó Sooah, a lo que solo obtuvo un leve codazo de su amiga, indicándole que no hable más.

— Enfócate en el trabajo, Seo Jun — finalizó Soojin dando un leve golpe en la mesa, haciendo que todos el equipo le prestara atención.

Desde el otro lado del salón, se encontraba el equipo de Dalmi, quienes discutían sobre qué poetas iban a hacer la investigación.

Seo no prestaba mucha atención a sus compañeros, pues ésta se encontraba viendo discretamente cómo Suho miraba a Jukyung, quien se encontraba enfrente del chico. Dalmi parecía sospechar algo entre los dos, como si fuese algún secreto que solo los involucraba a ellos.

— No te olvides que tenemos a un alumno destacado en nuestro equipo ¿No? — mencionó Taehoon, aquel comentario sacó a la castaña de sus pensamientos — Además, Dalmi también era posición uno en su secundaria, tenemos a dos mentes brillantes.

— Estoy muy cerca de ser la número uno de nuevo — aclaró Seo, haciendo que Suho la mirara unos segundos — Me encuentro en tercera posición, unos cuantos días más y dejaré atrás a Soojin, luego a Suho.

Ante tal comentario, Taehoon carcajeó, indicándole a la chica chocar los cinco. La castaña aceptó aquel pedido junto con una leve risa al ver el suspiro de Suho.


Dalmi se encontraba en su habitación, exactamente buscando por todos lados su listón rojo, aventando algunos libros o revistas que le estorbaban para ver mejor entre todos sus objetos que se encontraban en el tocador.

Desde que Suho le había mencionado en aquella clase de jiu-jitsu sobre aquel listón rojo, no lo paró de buscar día y noche por toda su casa, y aunque ya había revisado muchas veces por todo el cuarto, volvía a revisar, como si por arte de magia éste apareciera.

Aquel listón era muy especial para ella, pues Jaesung se lo había regalado en su cumpleaños anterior, siendo el listón y el mayor muy importantes para la chica.

— Por suerte no se ha dado cuenta Jaesung — murmuró aliviada.

Antes de irse ató su cabello con una simple goma, pues solía hacerlo cuando le tocaba deportes. Esta se miró en el espejo con disgusto, pues su listón era el que siempre solía destacar cuando se hacía ese peinado.

Rápidamente tomó su mochila y bajó al jardín, subiendo rápidamente al auto. En cuanto se acomodó en su lugar, el chófer avanzó a una velocidad un poco más rápida pero controlada, para no alterar a Seo.

— Jaesung, quería preguntarte algo — llamó la castaña — ¿Crees que mi padre me deje tomar el bus desde mañana para ir a la secundaria?

El mayor la miró por unos segundos, algo sorprendido — No lo creo, señorita Dalmi — respondió con sinceridad — Usted está enferma y el señor Seo no quiere que esté sola de camino a su secundaria, y menos de regreso a casa.

Después de un largo silencio entre ambos, la chica soltó un gran suspiro, captando de nuevo la atención de Jaesung.

— No me va a dar un ataque por tomar el bus — la chica observó cómo se acercaban a la secundaria — Hablaré con él — miró al chófer — Debes ayudarme a convencerlo, por favor — pidió mientras bajaba del auto.

Jaesung rió levemente — Siempre tendrá mi apoyo, señorita Seo.

La chica sonrió de inmediato, despidiéndose del mayor con un ademán, corriendo de inmediato hacia la cancha donde ya seguro se encontraban todos. No llegaría al aula a dejar su mochila, pues sería más agotador dar dos vueltas.

— ¡Dalmi! — Llamó Sooah con una gran sonrisa — Por un momento pensamos que no ibas a venir.

— Lo siento, no calculé bien mi tiempo — dijo mientras dejaba su mochila en el pasto.

— Señorita Seo — la voz del profesor de deportes se escuchó — Acérquese.

Dalmi caminó hacia él, obteniendo la mirada de todos los demás, avergonzándola de inmediato.

— Debe correr diez vueltas a la cancha por tu demora — explicó, mientras anotaba el retardo de la chica en su libreta — Sin parar.

Seo se acercó un poco más a él, esto para no ser escuchada por alguien más — No puedo correr por tanto tiempo, profesor — murmuró — Tengo prohibido hacer carreras, ya sabe el porqué.

En la secundaria, antes de que transfirieran o ingresara algún alumno siempre se tenía que llenar un formulario sobre si el estudiante tenía alergias o enfermedades, esto para así justamente evitar que hicieran algo que los perjudique en su salud, siendo este mandado principalmente al profesor de deportes.

— Me imagino que si estás en jiu-jitsu puedes hacer esto — mencionó sin mucha importancia — Empieza.

Dalmi intentó negarse, sin embargo, comenzó a correr al saber que le bajarían el 20% de calificación si no lo hacía.

Seo corría con la mayor velocidad posible, con su cabeza hacia abajo para evitar las miradas de sus compañeros, aunque notó cómo el profesor se fue del lugar, dejando encargada a Jukyung de ella, exactamente en verificar que Dalmi no parara de correr.

La frecuencia cardíaca de la castaña empezó a aumentar en la sexta vuelta, como si su corazón quisiera salirse de lo rápido que éste latía, mientras su vista se nublaba, su agotamiento avanzaba, hasta que finalmente cayó al suelo, recibiendo un fuerte golpe.

De inmediato llevó su mano a su pecho, en su cara se observaba una expresión de dolor, mientras empezaba a escuchar las voces de sus compañeros preocupados, en especial de Sooah, quien intentaba ayudarla a pararse.

— ¡Dalmi! — llamó la de cabello corto, intentando ayudarla — Vamos a la enfermería rápido — antes de que la chica pudiera ayudarla, Seo salió corriendo.

Dalmi tomó las pocas fuerzas que tenía y se paró, aún con su mano en su pecho, tomó su mochila y corrió hacia algún pasillo. Rápidamente sacó su inhalador, usándolo repetidas veces sin parar.

La castaña logró calmarse un poco al sentir aquel aire en sus pulmones, aunque su corazón seguía latiendo algo rápido, parecía no tener la misma frecuencia que anteriormente.

Cerró sus ojos ante que el dolor se disminuyó, a lo que respiró profundamente.

— Tú — escuchó una voz cerca de ella, haciéndola elevar su cabeza rápidamente — Tú eres quien escapó con mi casco.

Han Seo Jun se encontraba enfrente de la chica, quien solo asintió ante tal comentario.

El chico llevó su mirada a la mano de Seo — ¿Te encuentras bien? — preguntó al ver el inhalador — ¿Quieres ir a la enfermería?

Dalmi asintió — Estoy mejor — respondió, mientras rápidamente ocultaba el inhalador.

— Estás enferma — soltó el chico — No es normal cómo te pusiste — mencionó con leve preocupación.

La castaña llevó de nuevo su mano al pecho al sentir punzadas en éste, a lo que Seo Jun no dudó en tomar a la chica y pasar el brazo de ésta sobre su hombro, guiándola a lo que seguramente sería la enfermería.

Dalmi no refutó ante tal acción, realmente sentía que se podría desmayar en aquel momento. La expresión de la chica cambió al ver cómo todos llegaban al lugar, quedándose sorprendidos al ver a Han Seo Jun ayudando a alguien.

— Yo la llevo a la enfermería — llegó Suho preocupado por su amiga, quien intentó tomar a Dalmi.

— Yo la llevaré — Seo Jun quitó el brazo del pelinegro, para después volver a caminar a paso rápido para no hacerla esperar más.

Mientras el chico se encargaba de hacer que ella siguiera su paso, Seo pensó en por qué aquel chico apareció primero que Suho, se supone que él era su amigo más cercano, hablando de chicos, o en cómo él sabía sobre su enfermedad y no le ayudó a replantearle la idea tan mala que tenía el docente.

Sus pensamientos fueron borrados al sentir cómo Seo Jun la sentó en un sofá, llamando rápidamente a la enfermera.

— ¿Qué fue lo que te ocurrió, Dalmi? — preguntó aquella enfermera preocupada al verla con la mano en su pecho — ¿Hiciste mucha actividad física?

Seo dudó un poco en decirlo, pues aquel chico se encontraba presente. Al sentir otra punzada en su pecho, decidió hablar.

— Sí, corrí demasiado — asintió levemente.

— Dalmi, sabes que no debes de correr demasiado o hacer carreras — le recordó, mientras le daba un fármaco.

— ¿No debe correr? — preguntó Seo Jun confundido — El profesor la puso a correr diez vueltas por llegar tarde.

— Él sabe que tienes arritmia — aseguró la mayor, haciendo que Dalmi diera un suspiro al saber que Seo Jun se enteró — Voy a hablar con el director para que se lo hagan saber a tu padre.

Seo solo se limitó a asentir con la cabeza, ahora no solo Soojin y Suho sabían sobre aquello, ahora también ese chico, quien parecía que se lo diría a todo el mundo.

La enfermera salió de inmediato de aquella habitación, dejando a los adolescentes solos, con un silencio incómodo, hasta que Seo Jun se atrevió a romperlo.

— ¿Tienes arritmia? — preguntó, aunque era obvia la respuesta, ella solo asintió.

Dalmi se atrevió a verlo a los ojos con una gran angustia — No le digas a nadie, por favor — suplicó apenada — Haré todo lo que me pidas.

Seo Jun la observó suplicar, sus recuerdos sobre su madre enferma invadieron su mente, recordando las veces que estaba en el hospital, o cómo un día de repente podía estar bien y al otro no.

El chico negó de inmediato — No le diré a nadie — notó cómo pareció relajarse — Y no te pediré nada.

Seo Jun mencionó aquello último para después simplemente irse, dejando a Dalmi confundida, pero a la vez aliviada.

Mientras Han Seo Jun le guardaba aquel secreto a Seo Dalmi sin algún tipo de recompensa, Lee Suho guardaba el secreto de Lim Jukyung a cambio de favores tontos, incluso hacerla salir de casa en pleno diluvio.


























El corazón de Seo Dal-mi late a mil,
su cuerpo se rinde, su visión es gris.

Corre, buscando un respiro,
y en ese instante, Han Seo-Jun la mira, firme, decidido.

"¿Estás bien?", su voz es un consuelo,
y aunque el dolor persiste, algo en ella se calma.

Él la guía, sin dudar ni titubear,
un gesto simple, pero un amor por despertar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top