Capítulo XXX: I want you
Summer Johnsson
Ir en una moto no se me hizo tan terrible, al principio me aferre al agarre de Marko como si mi vida dependiera de ella, pero luego de que me gusto la velocidad, no me desagrado como el aire me daba en la cara hasta que llegamos al centro comercial
Me compró un helado, por lo cual veníamos charlando de cual estupidez mientras caminábamos por las miles de tiendas con nuestros helados en las manos
Hasta que llegó la pregunta incómoda
—¿Es cierto lo que dijo Lilia?— me rasque la nuca con vergüenza— ayer llegó a mi casa diciendo que por su culpa, tú y Jaeden habían roto, y se la pasó llorando en brazos de mi hermano
—Es cierto— respondí con un nudo en la garganta— Jaeden y yo no estamos juntos— me dolía decir esa verdad en voz alta, era hacerla real y saber que me había dejado
—Lo siento— Marko me miró con lástima— sé que lo amabas mucho
—No quisiera hablar de eso— cerré los ojos unos segundos
—Bueno, ¿me dejas darte un abrazo?— asentí con una pequeña sonrisa
Marko me rodeó los hombros con su brazos juntando su cabeza contra la mía por unos segundos, y agradecí que no dijera ni preguntara nada
—Bianca me dijo que iba a estar por aquí— me dijo mientras pasábamos por la puerta de una tienda de ropa
—¿Bianca comprando ropa?— me reí
—Si, para la exposición— me informó mientras caminaba a la entrada— ven, también me hace falta una corbata
Lo seguí mientras me imaginaba a Marko con una corbata, pasamos por el área de mujeres y mas en especifico donde vendían trajes y cosas como para ejecutivos, había corbatas, sacos, pantalones y zapatillas
—Mira, ahí anda— señalo a nuestra amiga, la cual contrastaba con el resto de los sacos, ella aún vestía sus camisas anchas y llevaba su inseparable gorrito
—Vamos— ambos nos acercamos hacía la rubia de cabello más corto
—Holaa— Marko y yo la saludamos animadamente
—Hola— nos respondió secamente— y tú, ¿no que andabas enferma?
—Mentí— respondí— ¿en serio vas a comprar eso?— era extraño pensar a ver a Bianca con un traje
—Tengo que— me respondió mientras me daba dos sacos para sostener, uno era azul cielo y tenía una falda de tubo del mismo color, y el otro era gris con un pantalón del mismo color— dios, odio lo que me hace hacer Mariano
—¿Mariano te obligo a comprar esto?
—Es para la exposición, mujer— me dijo en un tono algo harto, abrí los ojos— espera, ¿Cómo te planeas ir vestida a la exposición del proyecto final?
Me encogí de hombros con simpleza, no era algo que hubiera contemplado, me concentraba más en la documentación
—La maestra Emmy dice que se evalúa la presentación— mis amigos me miraron hartos— eso incluye la nuestra, no puedes ir a la exposición solo con jeans, así que ve escogiendo un modelito
—Oigan, pero no...— Marko me paso dos conjuntos de falda y saco
—Nada— me cortó el azabache— mi hermano te va a matar si llegas a ir con esas fachas a la exposición
—No, mejor que si se vaya así— Bianca me quitó los ganchos de ropa— así tenemos más posibilidad de exentar
—Ah, eso si que no— les quite los ganchos de regreso— yo también estoy en la competencia para exentar
—Excelente— Marko sonrió— ahora, ayúdenme a escoger corbata
Marko escogió una corbata roja, mientras que Bianca se decidió por el saco azul y unas zapatillas negras, mientras que yo me llevé el saco negro, una blusa de botones y unas zapatillas de tacón, me gustaba más de lo que admitiría
—Pero vamos por algo de comer— los tres salimos de la tienda con nuestras respectivas bolsas
—Quiero sushi— murmuré pensativa
—Lo que mande la enfermita— Marko me rodeó los hombros con su brazo
—Oye, distancia— Bianca lo apartó de mí— que Jaeden es celoso
—Eh, Bianca— baje la cabeza con una pizca de vergüenza— Jaeden y yo... ya no estamos juntos
—¿Que?— Bianca dejó de caminar para mirarme con los ojos abiertos— ¿pero, que paso? Si tienes a ese idiota en la palma de tu mano
—Les cuento en el sushi— insistí, al menos me ayudaría a pensar en otra cosa más que en Jaeden
Nos fuimos hasta el sushi, y después de ordenar, empezó el interrogatorio
Le repetí a Bianca y Marko lo mismo que ya le había dicho a mi hermana, omitiendo detalles que afectan mi privacidad, así como la de los involucrados, son mis amigos y los quiero, pero no me sentía lista para decirlo en voz alta
—Wow— Bianca estaba completamente anonada— ¿eso quiere decir que se acabó las tres chifladas?
—Ay, no— Marko se quejó después de llevarse un rollito a la boca— me encantaban las tres chifladas, Hugo, Paco y Luis
—Si, supongo que se acabó— tomé de mi té helado
—¿Es cierto que fue culpa de Lil?— Marko me preguntó con sutileza
—Las dos somos culpables— fue lo más que les diría— más yo que ella, yo tenía novio, yo era la que debía ser fiel, fue más culpa mía
—Okey...— ambos me miraban con una pequeña mueca
—Yo digo que hables con él— me dijo Bianca— lo tienes comiendo de tu mano, se ve que te quiere mucho, háblenlo
—No lo sé— me crucé de brazos— él dijo que no me quería ver
—Bueno, demos tiempo— murmuró Marko
—No quiero hablar de eso— hice musarañas con las manos— mejor hablemos de otra cosa
—Mis padres se van a divorciar— murmuró Bianca como si nada— mi mamá le puso el cuerno a mi papá, ella se va a regresar a Italia, y mi papá y mi hermana nos quedamos aquí
—Bianca, lo siento mucho— tomé su mano por encima de la mesa. Mis problemas eran nada comparado con eso
—Oigan, estoy bien— nos aclaró la italiana— a decir verdad lo esperaba desde hace mucho
—¿Y como se dio cuenta tu papá?— preguntó Marko
—Eso es lo interesante— Bianca colocó ambas manos bajo su mentón— alguien le mando fotos a mi papá de ella con su amante, mi papá anda feliz porque le va servir para el divorcio y no le dará pensión alimenticia, además de que nos quedaremos con él
—Guau, problemas de adulto— Marko bufó mientras tomaba la salsa de soya— héroe sin capa quien le mandó las fotos a tu papá
—Cuando lo vea le voy a mandar una botella de ron— murmuró Bianca mientras comía de su rollito— no se imaginan como me rei cuando le sacó las fotos entrando al hotel a mi madre
—Has esperado ese divorcio desde los 13, ¿no?— pregunto Marko
—Sip— Bianca volcó los ojos— me alegra, salud por eso— tomó de su té helado
—¡Salud!— los tres chocamos nuestros té helado
Una vez acabamos de comer, salimos del restaurante y cada quien se fue por su lado, en el caso de Bianca, se iba a encontrar con su hermana en el cine, mientras que Marko me pidió que pasaramos a su casa porque su mamá le encargó pagar la factura de luz, y si llegaba y no encontraba el recibo, le iba a quitar su consola
—Pasa, mientras dejó el recibo— Marko me hizo un ademán de pasar y así lo hice, fui a su sala mientras él dejaba el recibo y guardaba lo que le dio su madre— ¿quieres tomar algo?
—Coca— murmuré casi por automático
—Claro...— Marko volvió de la cocina con mi lata, la recibí mientras la abria y me la llevaba a la boca, mientras veía de reojo el piano de la señora Davis
—¿Puedo?— me señaló el piano, por lo cual me acerque a este sentandome en la silla de terciopelo y pasaba mis dedos por las teclas— dios... que pasada
—Toca algo— me pidió— algo de tu autoría
—No he escrito nada desde que empezó el semestre— le dije, no tocaba el piano desde la presentación de navidad
—No dicen por ahí que si le rompes el corazon a un músico, saca su frustración haciendo arte— lo miré cansada
—No lo he hecho— lo mire cansada— pero está bien
Empecé a tocar una pequeña composición triste, no tenía letra por obvias razones, pero Marko me escuchó con atención, incluso una pequeña lagrima me brotó de los ojos porque está canción también la había escrito para Jaeden
Cuando termine de tocar, miré a Marko, que me miraba con una pequeña sonrisa que me quitó la vergüenza, estaba a punto de decirme algo pero el ruido del timbre nos distrajo
—Oh, debe ser mi mamá— Oliver se levantó de la silla haciéndome salir de mi trance— siempre se le olvida la llave
—Espero no le moleste— me reacomode en la silla
—No, no creo, no te preocupes— se terminó de acercar a la puerta— hol...
—Hola, hijo— en la puerta había un hombre de estatura promedio con un sombrero en la cabeza
—¿Qué haces aquí?— la voz de Marko era desinteresada
—¿Puedo pasar?— Marko se hizo a un lado para dejar pasar al hombre misterioso, cuando me vio, se quito el sombrero— señorita, buenas noches
—Buenas noches— saludé por educación
—Oliver no está— Marko llegó hasta la sala donde estaba el hombre
—Lo sé
—Mi mamá tampoco está— dijo en el mismo tono
—También lo sé— repitió el hombre misterioso— Marko...
—Oh, te acordaste de que existo— Marko soltó una pequeña risita mientras se cruzaba de brazos— ¿a qué vienes?
—Vine a Los Ángeles por unos dias y queria ver a mis hijos— ahora entendía, este señor era el papá de los gemelos
—A Oliver le importa más tu presencia que a mí— le dijo el pelinegro, su actitud me recordaba un poco a mí el mismo día que volví a ver a mi papá
—Esas son palabras de tu madre— el padre de Marko soltó un largo bufido— no las repitas
—Si viniste a hablar mal de mi mamá, ya te puedes ir— Marko señaló la puerta
—Vengo a verlos a ustedes— repitió el señor Davis— pero sobretodo a ti, a veces hablo con Oliver, pero no contigo
—Hace mucho dejé de preguntar por ti— si a Marko le dolía eso, lo disimulaba muy bien— eres mi padre en el papel, de ahí en fuera, nada— le dijo tajante— te respeto porque mi hermano aun te quiere, pero a ti no te quiero cerca, y si solo viniste a eso, ya te puedes ir
—Hijo...
—Siempre has preferido a Oliver por sobre mí— me llegó a asustar el tono que estaba usando Marko— pero antes de mi hermano, siempre estarán tus bastardos
—Marko, no les digas así— le advirtió el mayor
—Bueno, los hijos de tu amante— corrigió mientras sonreía levemente
—Entiendo— el señor Davis bajo la mirada— ya me voy, estaré unos días en la ciudad, dile a tu hermano que me pase a ver, y si cambias de opinión, quisiera que fueras tú también
—No voy a cambiar de opinión, no te preocupes— Marko camino a la puerta abriendola— que te vaya bien, cuidado con la lluvia
—Señorita— el señor Davis me miró con un pequeño asentimiento de cabeza que le correspondí antes de irse a la puerta— adiós, hijo
Marko se limitó a solo cerrar la puerta, y cuando volvió, se fue al sillón y empezó a llorar, me sorprendió, así que me acerque lentamente
—¿Quieres hablar?— me acerque con sutileza, no sabía cómo iba a reaccionar
—Lo siento— Marko se limpió las lágrimas de tirón— lamento que veas algo tan desagradable como eso
—Él era tu padre— más que una pregunta, era una afirmación, Marko asintió
—Lo odio.— murmuró entre dientes— lo odio por hacer sufrir a mi mamá y a Oliver
—Marko, tú eres un gran chico— tomé su mano— y eso es gracias a tu mamá
—Eso siempre me digo— Marko — pero a veces recuerdo las veces que me sentía tan miserable y me preguntaba qué tenía yo de malo para que mi papá no me quisiera ver y en su lugar prefiriera a los hijos de la mujer con la que traicionó a mi mamá...
Ni siquiera se lo dije, Marko empezó a contarme todo lo que parecía que se había guardado por mucho tiempo
—Él me hizo falta la mayor parte de mi vida— Marko se cruzó de brazos— tenía el consuelo de que al menos fue un padre para Oliver, pero también lo hizo sufrir, hubiera dado lo que fuera por proteger a mi hermano. A nuestro padre no le importa nadie más que él mismo
—Lo siento— tome su mano una vez que me terminó de contar— yo tambien vivi mucho tiempo sin mi papá
—¿Tú papá? Me pareció agradable, se ve que te quiere mucho
—Él estuvo un tiempo en la cárcel— abrí la boca pensando si de verdad le diría esto a Marko, pero tuve la confianza para hablar— yo nunca lo supe, lo supe cuando salió, me había mentido pensando que me abandono, y en realidad no quería que yo me avergonzara de él, lo odie por muchos años mientras que él se la pasaba pagando un crimen del que era inocente
—Guau— Marko me veía algo sorprendido— supongo que ambos tenemos problemas paternales
Eso me hizo reir
—Somos gemelos de traumas— bromee
—No le digas a Oliver que somos gemelos o se pondra celoso— sus lágrimas se disfrazaron con sus carcajadas
Estaba casi hundida en el sillón, pero gire a mirarlo cuando se acercó más a mí para acunar mi rostro, la respiración se me entrecortó cuando pasó su índice por encima de mis labios, de repente, caí en la cuenta de que estábamos solos, y mi corazón comenzó a latir como loco
Se fue inclinando hacía a mi dándome el tiempo para rechazarlo, y cuando no lo hice, sus labios envolvieron los míos, me sorprendí, pero aun asi le correspondí, su mano sostuvo mi cadera mientras que mis manos se hicieron puños tomando su camisa sin despegar mis labios de los suyos
Era la primera vez que besaba a un chico que no fuera él...
Me empujo levemente sobre el respaldo del sillón, hasta que mi espalda quedó sobre un costado del sillón antes de que tirara de mis piernas para recostarme por completo y separarlas antes de ponerse encima de mí sin llegar a lastimarme
Sus manos me recorrían los hombros, mientras que yo le pasaba las manos por la espalda queriendo sentirlo más cerca de mí, después de todo, Marko me había gustado desde los 13 años hasta los 16
—Perdón— de un momento a otro, se separó mirándome a los ojos— yo debería...
—No quiero que te detengas— le di un beso esta vez más lento antes de separarme y mirarlo con una sonrisa— quiero hacerlo
—¿Estás segura?— me veía algo sorprendido
—Si— le di un beso más profundo mientras que le pasaba las manos por el pelo— te deseo— dije en su oído
—Yo tambien te deseo, Summer— Marko me sonrió mientras me acariciaba la mejilla antes de volver a besarme
Cerré los ojos cuando sus labios pasaron por mis labios hasta mi cuello mientras recorría mis piernas por encima de mis jeans apretando mis muslos, pequeños suspiros salieron de mi boca cuando bajo mi camiseta para descubrir mi hombro y dejarme un beso en el sin dejar de recorrerme las piernas
Mis dedos quitaron los botones de su camisa antes de bajarla por sus hombros, mis manos se aferraron a su espalda con fuerza mientras le dejaba un beso en el hombro, Marko empezó a tocarme los pechos y a dejar besos en mi estomago que me hicieron removerme con incomodidad, no me estaba gustando que me tocaran de esta manera
—Jaeden...
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nota de Ellis del futuro: siempre me gusto el shipp de Marko y Summer, jejej
—Ellis
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