Summer Johnsson 

Me levante estirando los brazos por encima de mi cabeza, al parpadear para ver claridad me di cuenta que no estaba en mi litera, sino en una cama king-size que olía a desodorante de chico. El dueño de esta habitación entro con una bandeja de comida 

—Buenos días— Jaeden me saludó mientras que dejaba la bandeja en mi regazo, había hot cakes, jugo de naranja y fruta picada— anoche no cenaste, tienes que desayunar bien

—Gracias— empecé a comer porque de verdad tenía hambre

—Tía Giane me llamó anoche— deje de comer cuando me dijo eso— le dije que estabas conmigo porque se oía muy preocupada, me dijo que estaba bien pero que quería hablar contigo 

—Yo no quiero hablar con ella.— tomé el jugo de naranja bebiéndolo de golpe

—Summie...

—Me decepcionó, Jae Jae— lo miré tratando de no volver a llorar— mi mamá era la persona que más admiraba, quería ser como ella, toda mi vida me inculco nunca llorarle a ningún hombre, y a la primera que volvió a ver a mi papá lo perdonó y lo dejo volver a la casa 

—Pero escúchala— me tomó las manos haciendo que lo mirará— tú mamá sigue siendo la misma, te ama

—No sé si pueda— confesé mientras me mordía el labio con dudas— es que no logro verle la cara a mi padre sin tener ganas de llorar, odio que me afecte tanto 

—Yo te voy a acompañar— acaricio el dorso de mis manos con sus pulgares— siempre he estado a tu lado y está vez no será la excepción

—Okey— suspiré— pero primero quiero desayunar tranquila 

Jaeden me pellizco la nariz haciendo que riera mientras que me acompañaba a desayunar y veíamos un reality show en la televisión. Trate de aplazar lo más posible el tiempo para volver a mi casa, pero cuando eran pasadas las 12 del medio día, tuve que regresar a mi casa, Jaeden venia conmigo, me prometió que si las cosas se ponían feas, me iba a sacar de ahí, pero mientras me pellizcaba alrededor de las uñas por los nervios 

—¿Aun puedo salir corriendo?— pregunte al estar frente a la puerta de mi casa 

—Solo si te empiezan a gritar— me dijo con una sonrisa de lado— ¿tienes llave?

—No, la deje— respondí, así que Jaeden apretó el timbre

A los segundos mi mamá abrió la puerta y cuando me vio, me tomo para apretujarme contra ella, pero no le respondí el abrazó y solo me quedé con los brazos a los costados 

—No me vuelvas a hacer eso— mamá me tomó de las mejillas, pero aun seguía sin decir nada— me tenias muy preocupada

—No tenías porque, tu marido ya volvió a casa, tus hijas ya no importan una mierda— le di una mirada fugaz al señor Johnsson que estaba parado a unos metros de mamá 

—Summer...— Jaeden me apretó el hombro, en señal del trato que habíamos hecho de escuchar antes de empezar a gritar 

—¿Cómo habíamos dicho, Jae Jae?— me giré a ver a mi mejor amigo— ¿comunicación, verdad?

—Hija, quiero que hablemos— mamá me sobó los hombros

—Él problema es que siento que diré muchas cosas que no quiero decir si hablamos— confesé al ver las miradas de todos sobre mí, y fije mi vista en el señor Johnsson— no estoy lista para hablar, y sobre todo no quiero oír tu cuento de que te arrepentiste de abandonar a tu familia después de quince años  

—Te vamos a dar tu espacio— fue lo primero que dijo el señor Johnsson— pero vuelve a casa, tú madre no durmió anoche cuando se dio cuenta que te fuiste 

—Esta bien— suspiré resignada

Me acerque a Jaeden para enroscar mi brazo con el suyo para llevarlo a mi habitación, no íbamos a poder hablar como quería con mis padres abajo. Mamá no veía mal que Jaeden estuviera en mi habitación, pero el señor Johnsson miró mal a Jaeden cuando vio como subía a mi lado las escaleras

—¡Por dios!— me dijo en cuanto nos quedamos solos en mi habitación— ¡pero si es idéntico a Isabella!

—¿Tu crees?— me senté en mi cama al verlo tan exasperado que era gracioso 

—¡Si!— me respondió como si fuera muy obvio—  los ojos, el cabello y la postura. Aunque del carácter las tres son idénticas, tú papá no parece ser como ustedes 

—No es mi papá.— le dije severamente— yo no tengo papá. 

—No te voy a contradecir— suspiró pesadamente— mi lealtad siempre estará contigo, lo sabes, ¿no?

—Y te lo agradezco— le tomé la mano

—Bueno, quiero animarte— Jaeden se acomodó mejor sobre la silla de mi escritorio— quedé con Wyatt, Jack y Finn de ir a los bolos, ven con nosotros. Además van a ir con sus novias y que asco ser el único solo 

—¿Así que soy tu reemplazo?— me cruce de brazos fingiendo enojo 

—No— rodó los ojos fastidiado— pero así aplica mejor 2x1 en los rollos de sushi 

—Está bien— dije resignada, porque el sushi ya era una razón para ir 

—¿Dónde esta Isabella?— Jaeden miró a sus alrededores 

—No sé— me encogí de hombros

—Mira— Jaeden tomó una hoja de papel de la cama de mi hermana 

<<Summer, no encontré boletos a Boston, pero me fui a casa de Sarah, una amiga. Llámame cuando puedas>>

—¿Quieres hablarle?— me preguntó mirando el papel 

—Está con su amiga, y creo que también necesita tiempo— hice una mueca de lado— le hablaré mas tarde

—Okey.

(...)

Al menos está vez habíamos salido por la puerta como la gente normal, los bolos era un plan divertido, o al menos hasta que vimos a Finn y Jack jugando en la maquina de pescar peluches y como mis amigas, Danna y Steel estaban paradas a unos metros de ellos viéndolos cansadas. Wyatt andaba comiéndose un helado mientras que hablaba por videollamada con la chica con la que salía 

Y después de como veinte intentos, Finn logró sacar un perro rojo de la maquina de pescar peluches, y él y Jack lo celebraron como cuando ganaban sus premios por las películas

—Mira, te gane esto— Finn le entregó el perro rojo a Danna, mientras que mi amiga se reía 

—Le invertiste más a esa maquina que a tus ahorros— Danna rio mientras que tomaba el peluche 

—Y yo planeo invertirle el doble— Jack sacó otra moneda para volver a jugar en la maquina 

—Si no sacas el pato, ni me mires— Steel apuntó el peluche de pato detrás del cristal 

Jack se acomodo el cuello de la camisa mientras empezaba a jugar, Steel lo observaba con una sonrisa cuando Jack sacó el peluche del pato 

—Para ti, osita— Jack le enseñó el peluche de pato a Steel 

—Ignorare tu intento de apodo cursi— Steel tomó el peluche mientras que lo ponía bajo su brazo 

—¿Y tu cuando me vas a sacar un peluche?— me giré a ver a Jaeden 

—¿En serio quieres un dragón de tres ojos?— señalo un peluche entre la multitud 

—Si 

Jaeden sacó una moneda de su bolsillo malhumorado y empezó a jugar... tuvo que pasar siete intentos para que al fin pudiera sacar el dragón de 3 ojos 

—Ten— Jaeden me entregó el peluche que se gasto más de 10 monedas 

—Gracias— me puse de puntillas para dejarle un beso en la mejilla, pero al segundo me aleje por ver como es que él se ponía colorado 

—Ya cánsense, por favor— oí a Jack burlarse mientras que le pasaba el brazo por los hombros a Steel

—Ay por dios— bufé mientras que abrazaba mi peluche de dragón 

—¡Vivan los novios!— Finn alzó su botella de agua mientras que se reía al lado de Danna 

—¡Vivan!

—Llaman la atención— los reprendí malhumorada

Jack, Finn, Steel y Danna empezaron a caminar hacía los bolos, mientras que yo me quedaba con Wyatt y Jaeden, él ultimo seguía un poco ruborizado, y me hacía sentir extraña saber que yo lo puse así solo por dejarle un beso en la mejilla

—Tenemos razón— Wyatt dejó su teléfono para ponerme el brazo sobre la cabeza debido a nuestra diferencia de altura, lo mire mal— tranquila, veranito, sabes que te quiero

—Y yo te odio— le pellizqué la costilla, por lo que quito el brazo de mi cabeza  

—Salvaje— lo oí murmurar mientras que yo me encaminaba a seguir al resto a los bolos 

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-Ellis