𝗖-𝟭𝟮┃𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐟𝐮𝐢𝐬𝐭𝐞 𝐭ú

Flashback:

Una vez más habia tenido que decirle a una familia que el tratamiento no podría cumplirse como se debía,no porque él quisiera,los de más poder en el hospital o gobierno decidían eso por él.Chishiya solo camino hasta el padre y le dijo fríamente que debía llevarse a su hija,no le quedaba más de una semana y le aconsejo aprovechar ese tiempo con ella.

-¿Esta bromeando?-pregunta sin poder creerselo-¿Cómo puede bromear con algo así? ¡¿acaso sabe lo que esta diciendo?!

Mientras el padre gritaba con los nervios de punta, Chishiya solo se mantenía callado e inexpresivo.No tenia sentido alterarse.No podía hacer nada.

-¡Diga algo! ¡parece como si no le importara!-exclamo la madre mientras apretaba en pañuelo entre sus manos y las lágrimas rodaban por sus mejillas sin permiso.

El estudiante la miro sin cambiar su expresión.

-Si a usted de verdad le importara su hija ya estarían en el auto de camino a casa- la mirada de los padres quedo en shock ante las palabras de Shuntaro, pronunciadas con tanta frialdad.-Si me disculpan,debo firmar unos papeles.

Dicho eso se marcho.

No tenia sentido seguir ahí.

-Chishiya,te llego esto-la recepcionista deja las flores en su mesa-Bueno,te dejo, felicidades.

Las flores sobre la mesa eran hermosas, su color rojo era tan intenso como la sangre,
las espinas a pesar de lastimar completaban el significado de las rosas.
Pues las rosas representan el amor y la pasión,mientras que sus espinas son la prueba de que el amor puede llegar a doler a pesar de lo hermoso que este pueda llegar a ser.

Había una carta en el centro del ramo,la tomo y abrió el sobre.

De: S.N

Para: Shuntaro Chishiya

Seguro ya sabes quien te envió las rosas por las iníciales,pero no creí que te gustara un "admirador secreto" así que bueno,espero te gusten las rosas.

Son algo caras pero vale la pena si son para usted,mejor así,porque sino mi padre me robaría el dinero para beber.

Es inteligente doctor,no creo que se le complique saber porque se las envie.

Pensó en tirarlas,estuvo veinte minutos(los cuales eran para descansar) pensando en si tirarlas o no.Se trataba de un adolescente, se llevaban seis años,no estaba bien,ni mucho menos seria bien visto para las personas en Japón.Ni en su carrera,aunque la verdad eso ultimo no le importaba mucho.

Y era la primera vez que algo como esto le sucedía,varias veces mujeres se le habían declarado,incluso hombres,pero a todos les había rechazado sin ningún problema y de manera completamente sincera y apática.
Porqué,ahora que él era el adulto y el pretendiente un adolecente, le resultaba complicado el decidir si tirar unas simples rosas.

El chico obviamente nunca se había confesado a nadie,al parecer era su "primer amor".

¿Es que acaso el chico es masoquista?

Chishiya es la persona más apática,
antisocial,egoísta,mezquina y egocéntrica que te podías encontrar.¿Por qué un joven como Niragi le interesaría estar con alguien así?

Los lentes debían estar empañados y sus oídos obstruidos,porque Shuntaro no le encontraba una respuesta a eso.A ese interés genuino e ingenuo.

Mira el ramo de rosas y lo recuerda.

El adolescente es alguien muy inteligente, a pesar de ser alguien introvertido lograba hablar con fluidez e ironía cuando estaba con Chishiya.Últimamente lo veia más seguido de lo normal,llego a pensar que provocaba a sus agresores para ser atendido por él.

«Debo hablar con él.»













Suguru volvía estar en el hospital,sentado en una camilla y recibiendo atención medica,aunque esta vez no era Chishiya quien lo atendía,era una mujer.Ella era amigable y muy simpática,todo lo contrario al pasante de cirugía que Niragi conocía.
Al menos,la diferencia más notable que él noto era que con la doctora hacia falta indagar o pasar mucho tiempo con ella para saber como era,era sencilla y muy extorvertda.

Chishiya transmitía paz y tranquilidad, y para saber como era él era necesario horas,incluso creía que jamás lograría comprenderlo del todo.Pero aún así,eso encantaba por completo a Niragi.

No le importaba la diferencia de edad,ni los agresores,solo quería verlo,pero al contrario no parecía pasarle lo mismo.








-No lo se.

-¿No lo sabes? ¿esa es tu repuesta?-la voz de Nirahi sonaba desilucionada.-Shuntaro Chishiya,nunca creí que escucharía eso saliendo de ti.

El más bajo lo mira,los recuerdos estaban enterrados ¿por qué ahora amenazaban y forzaban la puerta para salir?

Niragi suspira y fija su mirada en él contrario preparado para disparar,o al menos eso creía.

-¿Por qué?

-¿Eh?-inquiere el pelinegro, desconcertado.

-¿Por qué me enviaste las rosas ese día?

Los ojos del más alto se agrandan,
recibiendo ese recuerdo con dolor.
No pensaba que Chishiya recordara eso.

-Crei que ya lo sabias.

-Al parecer no fui lo suficientemente inteligente para saberlo.

-Estaba enamorado.Era un adolescente enamorado de su doctor,un pasante en practica,supongo que ya no hay dudas de que soy un verdadero masoquista-el recuerdo del rechazo,de su soledad,le daban un sabor amargo a su boca.-Tiraste las rosas,me dejaste,en la cirugía...estuve solo.Mi familia me dejo,no soy merecedor del amor de nadie.

-Niragi...

-Y tú,me lo dejaste en claro varias veces.

-Estuve ahí,Suguru.

Los ojos se agrandaron y su brazo titubeo al oírlo decir su nombre,al igual que la confesión,pues él nunca lo había visto.

-¿Qué?

-Yo estuve ahí,en la cirugía...no pude dejarte solo en ese momento.













Niragi yace en la fría mesa de operaciones, su cuerpo marcado por los crueles golpes infligidos por sus agresores. Las luces quirúrgicas brillan intensamente sobre él, mientras los médicos y el equipo quirúrgico se preparan para abordar las lesiones que amenazan su vida.

El cirujano, el Dr. Matsuoka, dirige la operación con manos firmes. La incisión se realiza con precisión, revelando los daños internos causados ​​por la brutal golpiza. La sala está llena de sonidos quirúrgicos, desde el zumbido de las máquinas hasta el murmullo concentrado del médico personal.

Niragi está inconsciente, ajeno al delicado ballet que se desarrolla en su interior. Sus signos vitales son monitoreados de cerca, cada latido del corazón marcando la urgencia de la situación.

En un rincón oscuro de la sala, Shuntaro observa en silencio, su corazón latiendo con una mezcla de angustia y determinación. Con habilidades médicas adquiridas en circunstancias desconocidas, Shuntaro reconoce la gravedad de la situación y sabe que debe intervenir discretamente para aumentar las posibilidades de supervivencia de Niragi.

Mientras el Dr. Matsuoka se centra en la reparación de los órganos dañados, Shuntaro se desliza sigilosamente hacia la mesa de instrumentos. Con manos expertas, selecciona las herramientas adecuadas, su mente trabajando rápido para entender la complejidad de la cirugía.

Sin que nadie lo note, Shuntaro realiza ajustes sutiles en el equipo, mejora la eficiencia de los procedimientos y brinda asistencia adicional donde sea necesario. Su intervención es una danza silenciosa entre las sombras, un acto de altruismo quirúrgico que busca salvar la vida de Niragi.

A medida que la operación avanza, el Dr. Matsuoka percibe una extraña sensación de facilidad, como si la cirugía estuviera siendo guiada por una fuerza invisible. Sin saber que Shuntaro está presente y contribuyendo discretamente, el cirujano se sorprende por la aparente mejoría en el desarrollo de la intervención.

La sala de operaciones se llena de una tensión palpable, pero también de una esperanza silenciosa. Niragi, ajeno a la complejidad de la coreografía médica que se lleva a cabo en su interior, sigue inmerso en un sueño profundo, confiando su vida a manos hábiles, algunas de las cuales permanecen en las sombras, velando por su supervivencia.

Chishiya iba a dejar todo e irse,pero cuando la cirugía termino y llevaron al adolecente a su habitación de reposo,estuvo ahí a su lado sosteniendo su mano.

Y en cuanto pudo percibir que despertaría, soltó su mano con una delicadeza no muy característica de él,para mirarlo por unos segundos y abandonar la habitación de paredes blancas y sutil olor a alcohol que ya comenzaba a ser molesto.

Niragi no supo de su intervención ni de su preocupación al verlo tan herido, solo sintió como su pecho se oprimía al preguntar sobre Chishiya y que las enfermeras le dijeran que jamás estuvo ahí.

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