𝐍𝐈𝐍𝐄𝐓𝐄𝐄𝐍
"¿ESTARÁ BIEN?"
KOTA SONRIÓ AL MIRAR LA LLUVIA QUE ESTABA DETENIENDO EL FUEGO POCO A POCO. El niño miró a todos a su alrededor, ya había pasado el incidente, ahora solo esperaba que los dos que lo habían salvado aparecieran.
Pero pasó casi una media hora y la peliazul no daba señales de vida, cosa que preocupó al pequeño, quien sin dudarlo alertó al profesor Aizawa, esté de inmediato corrió hacia el lugar donde el niño le indicó.
Al llegar a la escena, se encontró con bastantes manchas de sangre por todos lados, se encontró árboles un poco destruidos, hielo empezando a derretirse, pero lo peor fue que encontró a su alumna al borde de la muerte.
Aizawa de inmediato cargó a su alumna y corrió hacia el campamento, no tardó casi nada en llegar, los paramédicos de inmediato tomaron a la chica y empezaron a aplicarle primeros auxilios.
Kirishima casi se desmaya al reconocer quien era. Todos miraron con horror la escena, pues literalmente la peliazul estaba sangrando demasiado, ella estaba cubierta de suciedad y sangre.
Una ambulancia se la llevó, de todos ahí, ella era posiblemente la que estaba en peor estado.
Kirishima seguía incrédulo, no podía creerlo, su amiga mas cercana estaba a punto de morir y su otro amigo estaba desaparecido mientras que él estaba sin ningún rasguño.
Mientras tanto, los paramédicos estaban sorprendidos, la peliazul había perdido demasiada sangre, pero seguía con vida gracias a que detuvo el sangrado por poco.
Curaron sus demás heridas, tenía rasguños y cuchillas por todas sus extremidades. Pero la peor herida de todas fue la que tenía en su pulmón, el cual había sido atravesado por una cuchilla.
Un par de horas después, dos personas estaban en el hospital esperando a recibir noticias de la peliazul.
Keigo y Kira. Al primero se le había avisado al ser su tutor, y él le informó a su tía el estado de su sobrina.
El héroe número tres estaba llorando, el doctor les había dicho que había un 80% por ciento de probabilidades que la chica muriera.
Su hermanita no podía morir. No ella.
No podía perder a Natsuki, era la única persona a quien amaba de verdad a parte de su tía, ella era la razón por la que era un héroe, quería que su hermana viviera en un mundo mejor.
Pero si ella ya no estaba en el mundo ¿qué sentido tenía vivir?
Pasó toda la noche ahí, y en la mañana, su tía le dijo que fuera a descansar, que si algo ocurría ella le avisaría.
Más no lo hizo, no se apartó de su hermana, Kira fue a la cafeteria del hospital con la intención de distraerse, no soportaba lo que estaba ocurriendo. Keigo tampoco podía soportarlo, pero él iba a estar peor si no estaba ahí.
Fue un par de días después que dos chicos entraron a la habitación de la de cabellos azules. Ambos miraron con impotencia a Natsuki, quien tenía vendas en sus brazos y piernas, también tenía una de esas máscaras para que pudiera respirar. Había cables conectados a ella.
La escena les causó tristeza, de todos los que estaban ahí ella era la que más grave estaba, después de todo la bala en el pulmón, la hipotermia que había adquirido y la gran pérdida de sangre eran cosas que no podían pasarse por alto.
Ninguno dijo nada, la solo imagen de la chica les provocó más ganas de ir y rescatar a Bakugō, sabían que ella lo apreciaba mucho y en el fondo él a ella.
Todos notaron como en poco tiempo habían adquirido un gran vínculo.
[...]
En la noche, mientras que algunos de sus compañeros de la clase 1-A estaban camino a rescatar a Bakugō, Natsuki y el rubio ceniza luchaban por su vida, claro que ambos de diferentes maneras.
La chica estaba siendo trasladada a un hospital cercano de donde vivían. En la ambulancia Natsuki y Keigo iban juntos, sin embargo algo inesperado ocurrió, una embolia pulmonar.
Los paramédicos de inmediato empezaron a actuar, el héroe número tres estaba prácticamente orando a quien fuera que estuviera allá arriba por la vida de su hermana.
Mientras eso ocurría, Bakugō y los demás luchaban para que él pudiera escapar de los villanos, consiguiéndolo.
Y, cuando la medianoche cayó, dando inicio a un nuevo día, la joven Natsuki estuvo estable por toda la noche, permitiendo así a Keigo descansar de las mayores horas de sufrimiento que había pasado.
El día siguiente a ese la de cabellos azules aún no había despertado, además de que el pulmón aún no se había curado y las heridas en sus piernas tampoco. Kira había llegado durante el almuerzo y decidió cuidar de sus dos sobrinos, le dio ropa nueva a Keigo y estuvo pendiente de Natsuki.
Por otro lado, Aizawa y All Might estaban yendo de casa en casa para ver si los padres o tutores estaban de acuerdo con la idea de que sus hijos vivieran en los dormitorios de la U.A.
En esos momentos, estaban en la casa de Bakugō, quien se estaba muriendo por preguntarles a sus maestros si tenían noticias de Natsuki.
Fue por eso que en cuanto ellos salieron él corrió detrás de ellos. Hablaron acerca de Midoriya, y luego de eso, preguntó lo que se moría por hacer.
—¿Takami está bien? —cuestionó sorprendiendo a los dos profesores—. ¿Despertó?
—No lo sabemos con certeza, pero ella sigue en el hospital —respondió Aizawa.
Bakugō no dijo nada, solo apretó los puños con fuerza, la impotencia golpeándolo de nuevo.
No había podido hacer nada por su amiga, la única persona que a pesar de las bromas pesadas, su forma tan única y a veces cruel, le entendía y ni le juzgaba, le trataba bien y nunca lo miró con prejuicios o malas miradas.
Takami Natsuki era alguien que valía oro, y eso él lo sabía muy bien, por lo que se repitió muchas veces que su amiga era fuerte y que iba a sobrevivir.
En la tarde, Aizawa estaba llegando al hospital, donde le dieron permiso para ir a la habitación donde Natsuki residía.
Era claro que Aizawa tenía cierta esperanza de encontrarse con la parte más hermosa de su pasado, pero no se sintió preparado para ello, ni un poco. Habían pasado ya más de cinco años desde que se habían alejado, claro que por petición de la de cabellos azules.
Por su lado, Takami Kira si que se sorprendió al encontrarse cara a cara con su ex-novio, no tenía idea que los profesores de su sobrina iban a llegar ese día.
—Takami-san —saludó con una pequeña mueca en su rostro.
—Aizawa-san —espetó ella con una sonrisa nerviosa—. Es bueno verte después de tanto.
—Pensé que.... Pensé que seguías encerrada en el hospital.
—Ya no más, ahora que mi querida sobrina terminó así... no pienso volver a ese lugar, viviré con mis sobrinos desde ahora.
—¿Sobrinos?
Y como si le hubieran querido responder, Takami Keigo entró por la puerta con comida, ya duchado y cambiado.
—Tenías razón, esa d- ¿Eraser Head?
—¿Hawks?
—Bueno, creo que viene a hablar acerca de los dormitorios de la U.A ¿No es así? —Aizawa asintió recobrando la compostura—. Me opongo totalmente a que mi hermana vuelva a ese lugar.
—Eso no-
—Mira cómo está Natsuki, casi muere dos veces en menos de una semana ¿Y crees que la dejaré volver a ese lugar? —interrumpió el héroe número tres a su tía.
—No puedes quitarle sus sueños —replicó Kira, pero incluso ella misma tenía sus dudas sobre dejar a su sobrina en ese lugar.
—Estoy cuidando a mi hermana, tu sobrina —remarcó—. Quién en estos momentos está luchando por su vida.
—Ella decidió ser heroína, y sabemos muy bien lo que eso significa .
Kira lo sabía perfectamente.
La mirada que el azabache y la de cabellos azules oscuro compartieron lo decía todo, ambos estaban recordando ese trágico día.
—Sigue siendo una estudiante de primer año —remarcó las últimas dos palabras—. Ni siquiera está en segundo año y ya está enfrentándose a villanos.
—Tienes... tienes razón —murmuró la de cabellos azules—. Pero creo que ella también debería opinar al respecto.
—Los dos sabemos muy bien cuál será la respuesta de Natsuki, y no tengo intenciones de que continúe arriesgándose —replicó Keigo de brazos cruzados.
—Disculpen por todo lo que ha ocurrido con Takami —espetó Aizawa ganándose la atención de sobrino y tía—. Si nos dan su confianza, haremos lo mejor posible para que los alumnos no vuelvan a tener incidentes de este tipo.
—Keigo —insistió Kira, después de todo, él era el tutor de Natsuki, no ella.
—Está bien —murmuró el rubio soltando un suspiro, Kira sonrió aliviada al escuchar tales palabras—. Pero al próximo incidente de está magnitud no dejaré que ella continúe en la U.A.
—Gracias por su confianza —espetó el sensei haciendo una reverencia y saliendo del lugar lo más rápido posible.
Había vuelto a mirar a Kira, después de tanto tiempo la había vuelto a mirar.
Y su corazón, que latía erráticamente, le decía una cosa.
Ella seguía siendo dueña de este.
Author's note:
Ahora que estoy re-editando el capítulo y la historia en general, me doy cuenta que habían ciertas cosas que debía mejorar y cambiar, espero que esta nueva versión les esté gustando.
A continuación una imagen (créditos a quien corresponda, yo saqué la foto de Pinterest) de como me imagino a Kira.
Dato: Natsuki si llega a la adultez luciría casi igual que Kira, solo que el cabello de Natsuki es de un azul más claro.
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