𝐮𝐧𝐚 𝐫𝐨𝐬𝐚 𝐫𝐨𝐣𝐚
Luego de que Lisa se fue de la floristería una sensación extraña abarcó a Jisoo, como si se sintiera más ligera y la presión del jardín dentro de su pecho por un segundo se desvaneció. Ese momento de paz no duró mucho porqué a los cinco minutos Wheein, la chica del estudio de arte de la otra calle, arribó en busca de su arreglo semanal para su madre, lo cual no hubiese sido gran cosa si Hyejin pudiera controlar su nerviosismo cada vez que la pequeña chica siquiera pasa frente al local.
Aunque eso fue temprano, Jisoo todavía no ha podido liberarse por completo de ese sentimiento tan curioso, la última vez que recuerda haberse sentido tan tranquila Roseanne ni siquiera era parte de su vida.
Y hablando de la rubia...
ㅡ¡Sooya unnie, apúrate! ㅡRosé grita desde el elevador que mantiene abierto.
La historia se repite una y otra vez, algo cuyo inicio incierto le dió paso a un nudo que parece tan lejos de deshacerse al igual que el final de llegar porque cada vez que se encuentran se siente como la primera vez. Una trama que nunca cambia, la única diferencia entre inicio e inicio es la manera en que Chaeyoung y Jisoo se miran entre sí una vez dentro del elevador.
Por ejemplo, antes estas dos apenas y compartían saludos cordiales y ahora mismo Roseanne busca esa atención especial de su girasol favorito, de Jisoo.
ㅡGracias por esperarme. Otra vez. ㅡJisoo le sonríe.
ㅡY lo seguiré haciendo hasta que alguna de las dos se mude de este apestoso edificio. ㅡel afilado comentario de Rose hace a la mayor reír por lo bajo. ㅡNo le digas a Jimin que le dije apestoso a su edificio, no quiero que me corte el gas otra vez.
ㅡTranquila, no le diré. Tuve suficiente de ti en mi cocina la última vez que te lo cortó.
Cierto, hace un par de semanas Roseanne volvió a incendiar su horno, Jimin le cortó el paso de gas, el rubio no le volvió a creer la mentira sobre la señora Lim, entonces a Jisoo le tocó prestarle su cocina a Rosé y dejar que la menor incendiar su horno también. Esa semana Jisoo lleno de aromáticos pensamientos amarillos toda su habitación.
ㅡ¡Yah, te preparé los más deliciosos panecillos que has podido comer en tu vida! ㅡla más alta comienza a defenderse mediante gritos.
ㅡEstaban quemados por fuera y crudos por dentro, Roseanne.
ㅡPero cuando regresé en la noche la bandeja estaba vacía. Sé que te gustaron.
ㅡSeulgi se los comió. ㅡy así termina la discusión.
El resto de los tres minutos que el anticuado elevador se toma para llegar al piso correspondiente pasan con una Rosé haciendo un pequeño puchero y Jisoo en completa adoración por ello.
Justo como en las películas de romance con las que la pelinegra sueña, ambas se quedan de pie frente a la puerta de Rosé, esperando algo que ninguna de las dos realmente saben que pueda ser. Pero es esto es que Jisoo finalmente toma nota de lo que la rubia sostiene con tanta delicadeza en su mano izquierda.
Una sola rosa roja. Sin papel que la envuelva u hojas verdes que la decoran, es una rosa solitaria, aún así, luciendo como la reina de las flores que es.
ㅡLinda flor.
ㅡLo sé, Lalisa me la dió hoy. ㅡRoseanne delinea los pétalos más abiertos.
ㅡSabe muy bien cuáles ejemplares escoger. ㅡsiguiendo con la mirada el trazo de los dedos de la menor, Jisoo ignora cómo se siente ligera otra vez.
ㅡEsta la hizo ella.
Justo como los lirios de Jisoo, la rosa de Lisa es única. ㅡMe dijo que ha estado expulsando rosas desde hace un par de días, desde que me dijo que regresaría a Corea de vacaciones y se dió cuenta que ya no me emocionaba. Esta fue de hoy.
ㅡTiene la enfermedad de Hanahaki...
No era necesario decirlo, pero las palabras simplemente se escaparon de los labios de Jisoo al igual que el aire de sus pulmones. Es demasiado, la sensación de estar flotando y la revelación de Roseanne son demasiado para Jisoo lograr procesar eficazmente.
Puede jurar que flaqueará en cualquier momento pero la sonrisa triste de Rosé la mantiene de pie por un poco más.
ㅡSi, Lisa me llevó a cenar para decirme y para dar por terminada nuestra relación antes de que se mude definitivamente a Nueva York.
ㅡYo- yo lo si-
ㅡTe he dicho que no digas eso, además, eso era lo que yo había estado esperando, ¿No?, que Lisa fuese quien diera por terminado lo que significaba nosotras. ㅡaunque está cabizbaja, Jisoo todavía puede ver cómo los ojos de Rosé se llenan de lágrimas. ㅡSolo necesito algo de tiempo para acostumbrarme a no tenerla, cerca o lejos, a no ser de ella.
ㅡNo soy de mucha ayuda, pero puedo hacer mi mejor intento en cualquier cosa en que me puedas necesitar. ㅡJisoo ofrece su mano.
Pero los planes de la rubia son otros. Chaeyoung toma la mano de Jisoo solo para jalar de ella hacia si, atrapando a su mayor en un abrazo dónde se acurruca en busca de algo más que el frío de su tristeza, sin notar como Jisoo se siente arder por estar tan cerca de su sol.
ㅡEso está muy bien, porque voy a necesitar de ti en este proceso.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top