❝O5. - 𝘿𝙚𝙣𝙪𝙣𝙘𝙞𝙖 ❞

𝑯𝒐𝒚 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒆𝒏𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔
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Denuncia
╰───⌲Cap. 𝐎𝟓. ༣. . ·

Narra Izuku:

Habíamos llegado rápidamente a casa. Abrí la puerta de la casa y rápidamente me dirigí a la habitación de Leo con ___-san en mis brazos. Al entrar espanté a Leo, pero al ver a ___-san en mis brazos se levantó rápidamente de la cama para que pudiera acostarla en ella.

¿Qué sucedió? -preguntó, acercándose a nosotros.

Un chico trató de... -dije enojado.

No, no lo digas -se acercó rápidamente a ella- Pobre -acarició su cabello- ¿Sabes quién era?

Dile que era un tal Alejandro, hijo de la vecina -me dijo Nana.

Fue un tal Alejandro, creo que era el hijo de una vecina -dije rápidamente.

Tan pronto como dije eso, Leo me volteó a ver como si hubiera visto un fantasma. Sacó su celular y me mostró una foto que me dejó congelado.

Es él ¿Verdad? -preguntó.

Asentí efusivamente. Tomé el celular y en la foto se mostraba a ___-san y a Leo sonriendo en la foto, con el tal "Alejandro" en medio sonriente. Este tenía su mano en la cintura de ___-chan y su otro brazo alrededor de los hombros de Leo.

Es él -dije.

Leo me observó unos segundos y salió de la habitación. Regresó y le puso su pijama, mientras yo había salido para darle privacidad. Al finalizar Leo salió de la habitación y yo entré.

Pobre chica -apareció Yoichi- Quien sabe que más le pude haber pasado si Nana no te decía nada

No me lo quiero imaginar -sentándome al lado de ___-san.

Acaricié con cuidado su cabello, viendo como esta sonreía ante mi tacto. Sonreí para mis adentros.

No te preocupes, ___-san. Mientras esté aquí nada te pasará, y si eso pasa, primero quiero estar muerto a que tú estés en peligro -pensé determinadamente.

Sabemos que estás pensando mocoso -Daigoro apareció.

Nosotros te ayudaremos -sonríe Nana.

Gracias -sonreí aliviado.


• • •


Una hora había pasado, y Leo no había llegado a la habitación. Me iba a levantar de la cama, ya que me había acostado un momento con ___-san, debido a que estaba teniendo pesadillas; pero me detuve al sentir que ella estaba despertando.

¿Qué sucedió? -preguntó somnolienta.

Iba a contestar, pero se sentó rápidamente. Creo que recordó lo que le había pasado con ese chico.

Él no hizo eso ¿Cierto? -me preguntó.

Yo no sabía que contestar, por lo que simplemente me senté a su lado y simplemente la abracé con todas mis fuerzas.

Lo siento -susurré.

Ella me regresó el abrazo y empezó a sollozar en mi pecho. Sabía que me iba a arrepentir de esto, por lo que tomé aire y la obligué a sentarse en mi regazo, acomodándola mejor en mi pecho, mientras acariciaba cuidadosamente su cabello, tratando de que se calmara.

Tiempo después ella dejó de sollozar y se separó ligeramente de mí.

¿Ya mejor? -pregunté.

Un poco -susurró- ¿Dónde está Leo?

No lo sé, desde que le dije lo sucedido no regresó -hablé.

Creo que te vas a tener que dormir en la cama de arriba -ríe.

¿Por qué? -extrañado.

Posiblemente, la habitación de huéspedes esté hecha un desastre y de tanto que la destruyó Leo, se quedó dormido en la cama -dijo.

Ya veo -dije.

___-chan se levantó de mi regazo y se levantó de la cama.

¿Dónde vas?

Quiero ir un rato al patio, quiero respirar un poco de aire fresco -se puso su chamarra.

Te acompaño -dije levantándome, copiando su acción.

Ambos salimos de la habitación, fuimos al primer piso y salimos al patio. El patio era algo grande, se podían apreciar las flores y los árboles que estaban alrededor del patio. La luz de la luna era lo que nos hacía apreciar la hermosura de las plantas. El aire fresco acariciando suavemente nuestros rostros, dejándonos en tranquilidad.

Voltee a ver a ___-san, pero esta parecía concentrada en la luz de la noche; y como no podía estarlo, el cielo se veía hermoso.

Debía admitirlo, ___-san se veía tierna haciendo eso, admiré sus ojos azules brillantes como un diamante, siendo más brillantes gracias a la luz de la luna. Sus regordetas mejillas teñidas de un rosa claro. Su largo y hermoso cabello color café. Su pequeña nariz que daban ganas de acariciarla.

Sentí que la sangre subía a mis mejillas, por lo que voltee rápidamente a ver el cielo, admirando también la belleza de esta.

¿Sabes algo? Siempre soñé en conocerte -admitió.

Voltee a verla completamente anonadado.

Cuando me sentía mal y no tenía con quien desahogarme, veía el anime solamente para verte, ya que tú eras el personaje que más alegraba mi día, y es por eso que agradezco que estés aquí -voltea a verme para sonreír.

Simplemente, sonreí y la abracé, atrayéndola hacia mi

Eres mi héroe -confesó.

Sentía mis ojos arder por las lágrimas que se empezaban a acumular en mis ojos, pero no eran lágrimas de tristeza, eran de felicidad, al saber que yo era la razón de alegría de alguien más.

Y lo serás por el resto de mi vida

Sonreí, dejando escapar alguna que otra lágrima. ___-san se separó de mí y con sus pulgares, limpió cuidadosamente mis lágrimas y acariciar mi cabello.

Vamos adentro, necesitamos dormir -dijo caminando hacia la entrada.

Solamente la seguí, sin dejar de pensar en lo que me había dicho.


• • •


Me desperté con cuidado, dándome cuenta de que estaba en la cama que se supone era de Leo, por lo que bajé con cuidado, dándome cuenta de que ___-san seguía dormida, por lo que salí con cuidado de la habitación, encontrándome con Leo.

Buenos días Izuku, perdón si me quedé en tu cuarto -bostezó.

Oh, no te preocupes, ___-san me dijo que me quedara en tu cama -sonreí.

De acuerdo, por cierto -dijo- Cámbiate y despierta a ___, iremos a la estación de policía -caminó hasta el primer piso, siguiéndole yo por detrás.

¿Denunciarán al chico? -pregunté.

¿Qué más sino?

Solamente asentí y fui a la habitación, encontrándome con ___ apenas levantándose.

¿Sucede algo? -preguntó.

Leo dice que iremos a denunciar al chico -hablé- Dice que te apures

Solamente asintió por lo que me fui de ahí a ayudarle a Leo con el desayuno.

Horas después ya no encontrábamos cambiados, bañados y todo, ahora mismo nos encontrábamos de camino hacia la estación de policía. Leo iba manejando en el carro de ___-san, mientras yo iba en la parte trasera con ella.

Minutos después llegamos, por lo que bajamos con cuidado.

¿A qué vienen? -preguntó alguien de ahí, en español, cosa que no entendí.

Denuncia por intento de abuso -Leo dijo.

¿Viene los tres?

Ambos asintieron, por lo que yo asentí rápidamente.

Nos dejaron pasar, y nos sentamos hasta que nos dijeran cuando podíamos realizar la denuncia. Estaba concentrado pensando en que hacer, pero me sorprendí al darme cuenta de que todo lo que hablaban en español, podía entenderlo a la perfección. Leo me volteo a ver y extrañado me preguntó.

Izuku ¿Qué te pasó?

—Entiendo lo que dicen -dije, sorprendentemente en español.

Ambos me vieron sorprendidos, pero creo que el más sorprendido era yo, ya que al llegar aquí no entendía nada. Los chicos iban a hablar, pero nos llamaron a los tres, así que seguimos a la mujer hacia lo que al parecer era una sala de interrogación y a una mujer sentada en una silla.

—Bien, primero necesito que me den identificación, o credencial escolar -dijo la mujer.

___-san sacó su credencial escolar y se la dio a la mujer. La mujer revisó los datos y los anotó en una hoja de papel ¿Para qué? Quién sabe.

—Bien, ¿cuántos años tienes preciosa? -preguntó.

—Dieciséis años señorita

—De acuerdo -escribió en la hoja- ¿Me puedes decir que fue lo que pasó? Cuéntalo con lujo de detalle, para que así sea más fácil la investigación

—De acuerdo, lo que sucede, es que estaba en la casa de mi amigo Leo aquí presente -Leo levanta la mano- Apenas había terminado de hacer mis tareas de la preparatoria, por lo que me puse a hacer un traje de un personaje de anime para una convención que es esta semana, pero al tratar de buscar la base de la máscara no la encontré, por lo que le dije a mis amigos que iría a mi casa para buscarla. Ellos estuvieron de acuerdo, por lo que agarré las llaves de mi coche y me dirigí a mi casa -dijo- Al llegar a mi casa, busqué la base de mi traje y al encontrarla, me dirigí de nuevo a mi coche, pero cuando estaba a punto de entrar, alguien me toma de la cintura y me lleva a un callejón que estaba al lado de mi casa. En ese momento sentí miedo, ya que me empezaron a besar el cuello y me sentí sucia. Esta persona, al separarse lo reconocí de inmediato, era Alejandro Salazar Gómez, hijo de mi vecina y un año mayor que yo. Él no olía a alcohol ni nada, por lo que se podía notar que estaba consciente de lo que estaba haciendo -sollozó.

La abracé con cuidado y dejé que siguiera contando lo sucedido.

—Él me quitó la playera que llevaba de mi pijama, dejándome solo en sostén. Yo traté y traté de alejarlo de mi, pero él era más fuerte que yo y no tenía la fuerza suficiente -se detuvo- Simplemente dejé que él hiciera conmigo lo que quisiera, después de todo, no podía pedir ayuda, ya que nadie salía a esas horas -suspiró- Él estaba a punto de bajarme el pantalón, pero no sucedió debido a que mi amigo Izuku -dijo, a lo que levanté la mano- Lo noqueó de inmediato.

—De acuerdo, pequeña -dijo la señora- ¿Tienes algo más que decir, como un vídeo o algo por el estilo?

—No

—Yo si tengo -saqué mi celular.

Entré a galería y presioné un video, se lo entregué a la señora y ella miró el video.

En el video se podía mostrar como yo estaba en el techo de la casa de ___-san, pero sin enfocarme. Y se podían oír los sollozos de ___-san, diciéndole que la dejara ir y que no le hiciera nada; también el cómo Alejandro la tenía acorralada en la pared y no hacía nada, más que seguir en lo que estaba. De ahí se termina la grabación y la señora me entrega mi celular.

—De acuerdo, eso será prueba suficiente -confesó- Necesito que preguntes por este lugar -me dio un papel- Ahí darás la evidencia, o sea, el vídeo. Ve en este momento

Asentí, por lo que me separé de ___-san y salí de ahí.


• • •


Narra ___:

—Bien pequeña, ya que sabemos quien es tu agresor ¿Puedes rellenar este papel por favor? En un momento vuelvo -asentí a su pregunta y esta salió.

Nadie dijo nada, solamente se podía escuchar el sonido de la pluma escribiendo en el papel. Tiempo después terminé y dejé de lado la hoja y la pluma. En ese momento entra Izuku a la habitación, y se sienta a mi lado.

—Gracias -le dije en un susurro.

—¿Por qué? -desconcertado.

—Por el vídeo -sonreí.

—No me tienes que agradecer nada, sabía que si lo ibas a denunciar, necesitarías pruebas, así que era lo mínimo que podía hacer -sonríe.

Solamente quedaba esperar a que se detuviera a Alejandro, y podía estar en paz.

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