Capítulo XXVIII: Koroleva (*)

FRANCINE ROMANOVA

No podía negar que me carcomían los nervios mientras el elevador bajaba con fuerza hasta la base de operaciones, estaba a punto de destruir mi trabajo de un año, pero a decir verdad ya no me importaba

Estoy muerta

Me acabo de echar encima a toda la unión soviética desde el instante en que golpee a mis camaradas solo para que los marineros salieran con vida de esa oficina, y ahora, estoy entrando de nuevo a la boca del lobo, donde sabía que no saldría, o al menos no viva

Nikolay Romanov me iba a matar apenas me viera, solo esperaba poder hacer algo de provecho antes de morir, por eso estaba ayudando en este plan de destruir la llave, se los debía a mis hermanos, sin contar que ahora que Jessie, Rachel, Paul, Daniel y Charlie estaban arriba, tenía la seguridad de que no iban a correr con el mismo destino que yo

—Voy a tirar de los cables como si fueran lianas— murmuró el hombre de barba mirando los planos improvisados que tenía entre las manos

—¿Eso disparará las alarmas? — preguntó la señora castaña

—Lo que nos daría la oportunidad de tomar las llaves de la caja fuerte— murmuró el hombre rubio

—Y luego seguimos hasta la base de observación, metemos las llaves— le siguió el tipo del bigote

—Y lo volamos en mil pedazos

—Sí, y cuando se cierre, escapamos por la ventilación

—Frente de esos comunistas

—Hacia la libertad

Libertad, una palabra que yo nunca conocería, Niko tiene razón, tengo una maldita en que cuello que nunca me dejaría libre hasta que haya una muerte de por medio

—Que no sea tu plan, no quiere decir que sea malo— la señora castaña miro con un mohín al tipo del bigote

—Yo no dije que fuera malo— se excusó el anterior

—Pero hiciste un ruido

—No hice ningún estúpido ruido

Mire con una mueca como la señora castaña y el tipo de bigote discutían como si en realidad tuvieran cincuenta años de casados, por dios, parecía cotilleo de dos críos de preescolar, por lo cual acomode la espalda en la pared del elevador viendo su discusión con un mohín

—¡Niños! — El hombre de la barba interrumpió al viejo matrimonio haciendo que se lanzaran miradas ligeramente acusatorias— es un buen plan, le doy un ocho, considerando la improvisación, me atrevo a decir que si todo sale bien, nunca sabrán que estuvimos aquí

Eso era mentira, claro que lo sabrían

—Claro que sabrán que estuvieron aquí— todos me miraron, pues era lo primera que les decía desde que salimos del centro comercial— necesito que me prometa algo— me gire hacia el hombre alto de bigote

—Niña...

—No soy una niña— le dije con un ligero tono de molestia, terminé suspirando— quiero que quede claro algo, se darán cuenta que entramos, pero de mi depende que ustedes salgan vivos

Todos en ese elevador sin excepciones me dieron una mirada de desconfianza, por obvias razones no confiaban en mí, y ni siquiera me sorprendió cuando vi como el rubio y el de bigote empezaban a alzar sus escopetas

—No es lo que piensan— aclare ante las miradas asesinas que me lanzaron— mire, yo traicione a mis camaradas, y apenas me vean, me van a capturar, y no volveré a salir de ahí

—Oye, no...— la mujer se me fue acercando con una cara de lástima— no tiene que ser así

—Estoy condenada a muerte— les respondí a la defensiva— pero necesito que ustedes me prometan que mis chicos estarán bien, que tendrán una vida alejada de toda esta mierda

—No tiene que ser así— murmuró el alto de cabello rubio— las cosas pueden cambiar

—Él no va a dejarme— respondí negando ligeramente

De solo pensar en lo que me esperaba... yo tenía la culpa, todo lo que estaba a punto de pasarme eran solo las consecuencias de mis actos

—Miren, no me importo yo— aclaré para todos los presentes— solo quiero que mis chicos estén bien, todos, incluidas sus hijas...

—¿Por qué arrepentirte hasta este momento?

—Ustedes tienen familia, hijos— los mire a los dos hombres y a la mujer— mientras que yo no tengo nada. Los marineros, esos niños, ustedes, todos tienen a alguien que los espera en casa, yo soy completamente olvidable, sé que moriré en poco tiempo, pero no quiero irme sin aunque sea remediar un poco de lo que yo provoque

En el mejor de los casos, me pegarían un tiro en la frente que fuera rápido, en el peor, me iban a violar en manada y luego me tirarían a algún contenedor de basura para que sufra mientras muero lentamente

El sonido del elevador deteniéndose me hizo cerrar los ojos, tenía que irme preparando para lo que venía

—Не стреляй, не стреляй <<No disparen, no disparen>>— Murray alzó las manos hablando en un perfecto ruso que me sorprendió al notar los oficiales que nos miraban con las armas alzadas— документы, важные документы для товарища лейтенанта <<documentos, documentos importantes para la camarada teniente>>

—позвонил нам ни с того ни с сего <<Nos llamó de improviso>>— murmure sacando mi segundo idioma— Извините за неосторожный вид, он искал их как можно скорее, они прибыли сегодня днем. <<Disculpen la apariencia descuidada, él los buscaba lo más pronto posible, llegaron esta tarde>> — las armas de mis soldados fueron bajando lentamente al reconocerme— Я лично пошел их получать, нас ждет лейтенант <<yo personalmente fui a recibirlos, el teniente nos espera>>

—Лейтенант? Какой лейтенант? <<¿Teniente? ¿Qué teniente?>>

Bien, definitivamente no podía decir el nombre de Nikolay, pero a decir verdad, no se me ocurría algo más además de soltar un apellido a lazar

—Лейтенант... Молотов <<El teniente... Molotov>>— Murray respondió por mi

Idiota

Las preguntas no siguieron ya que el tipo del bigote alzó su rifle provocando una ráfaga de disparos hacia los soldados que hizo que Murray y yo nos inclináramos levemente tapando nuestros oídos

Bueno, sirvió, y eso era lo importante

—Jim, lo tenía todo bajo control— Murray miró incrédulo los hombres heridos en el suelo

—Si, como no— soltó Jim con ironía mientras se inclinaba hacia los soldados

—¿Qué haces? — preguntaron la castaña y el rubio viendo a Jim

—Improvisando— respondió bigote mientras se colocaba el sombrero de soldado ruso

(...)

—Habrá sufriente oxígeno— le hice una mueca a Murray al ver que abrió la rendija de la ventilación

—Eso espero— me dijo fastidiado

—Águila calva, ¿me copias?— oí la voz del niño, Henderson, si no mal recuerdo, por la radio que Murray llevaba en el brazo— ¿me copias?

—Sí, te copio— respondió fastidiado

—¿Nombre en clave?

—Águila calva

—Repítelo, por favor

—Águila calva, soy águila calva— el ver como Murray soltaba maldiciones al aire me daban ganas de carcajearme

—Es bueno oír tu voz, águila calva ¿su situación?

—Llegamos a la ventilación, te contactare cuando te necesite, hasta entonces, silencio— pidió águila calva implorando paciencia al techo

—Recibido, águila calva, scoops troop entra en silencio radial, diez-diez, cambio— Henderson cortó la comunicación

—Odio a los niños— hablo Murray con fastidio

—Los veré en la base de operaciones — les dije a los cuatro adultos mientras que me dirigía a la salida— me encargaré de quitar las piedras del camino, y si alguien les dice algo...

—Sonreímos y asentimos— me dijo la castaña

—Buena suerte

—Tú también— los mire con un ligero asentimiento al notar las miradas de lástima de los adultos

—Алексей, давай <<Alexei, vámonos>>— le hable a mi colega en el idioma que ambos conocíamos, él me miró asintiendo antes de seguirme

(...)

Lo único que llevaba en mi bolsillo era una fotografía de la mujer que me trajo al mundo, era lo único que había sacado de mi oficina, no sabía que pasaría conmigo una vez que mi llave explotara, pero quería tener esta foto conmigo

Hasta ahora había pasado desapercibida, el caos se empezaba a formar, lo que me indicaba que águila calva ya había tirado de los cables, y con un poco de suerte, el matrimonio disfuncional ya había logrado encontrar las llaves

Y lo comprobé, porque cuando camine hacia la sala de operaciones, la castaña, el rubio y bigotito ya estaban ahí

—¡Oigan, todos salgan!— gritó el rubio hacia los científicos en esa sala que lo miraron confundidos

—Todo el mundo salga— bigotito solo lo repitió una vez más antes de sacar su arma volviendo a dar una ráfaga de disparos

El rayo que salía rumbo a la grieta estaba descontrolado

—Niebla rosa— murmuré casi por automático

—¿Qué?

—Niebla rosa— repetí para los tres adultos que me miraban confundidos— cuando las máquinas de prueba explotaban, destruía todo a su alrededor... no quedaba nada... solo... niebla rosa... ni siquiera podíamos encontrar un dedo... niebla rosa

El rubio y bigotito sacaron las llaves del maletín, poniéndolas en cada tablero, mientras que yo apretaba un par de botones del centro de control

—A la cuenta de tres— sentencie hacia los dos hombres

—A la cuenta de tres— asintieron ante mis palabras

—Uno...

—Dos...

Un golpe seco en mi nuca me dejó desorientada haciendo que cayera en el panel de control, pero solo duro un poco la desorientación, ya que mi rostro se estrelló repetidas veces contra el metal sacándome gemidos de dolor y sangre de la boca

Él estaba ahí, justo detrás de mí

Veía de reojo como Grigori, uno de los matones de Niko también golpeaba a los tres adultos que me ayudaba, a la castaña le dio una bofetada que la mandó al suelo, al igual que al rubio, pero bigotito le daba buena pelea

Sin embargo dejé de verlos a ellos cuando sentí en mi cuello la respiración del hombre que por mucho tiempo vi como mi salvador

—¿Creíste que escapar es tan fácil? — Nikolay me tomó del cabello sacándome un quejido de dolor, la sangre en mi boca y nariz me hacía sentir como si me ahogara

Era el fin, lo sabía, Nikolay no me va a dejar, solo esperaba que me matará rápido, pero sabía que estaba tan furioso que no lo haría rápido, sino lento y doloroso, lo comprobé cuando chocó mi rostro contra el metal de los controles tantas veces haciéndome sangrar más de la boca y sentir mi cara palpitando de dolor

Al menos ya sé cómo se sintieron los marineros

Luego me tomo la cara girándome para verlo, que por supuesto se notaba la furia que emanaba de él, y aunque nunca me mostraba débil frente a él, por esta ocasión no pude evitar llorar

—Tú me perteneces, mi koroleva— me repitió esa frase que él me dijo desde que era una niña mientras me apretaba el cuello sacándome pequeños sollozos

—¡Ya déjame en paz! — grite tratando de liberarme de su agarre, aunque era imposible ya que me ganaba en fuerza por mucho

—No— acercó más su rostro al mío haciendo que girara la cara— eres mi trofeo, Francine, y los trofeos los conservo en casa

No... ya no... ya no quiero... nunca quise ser su propiedad, y aunque lo que estaba haciendo era remediar las cosas, sabía que había una pequeña posibilidad de también remediar lo mío

—No— lo desafié, creo que por primera vez en mi vida— la cadena se rompe hoy.

Nikolay me tenía desde que era una niña, él me compró a los doce años, creó la basura que ahora soy, por eso sentía la necesidad imperiosa de estar siempre a sus espaldas, pero la realidad es que estoy harta

Hoy muero, sí, pero me llevo a un par de hijos de perra conmigo

—¿Sabes? Tengo muchas cosas en mente para ti, koroleva— acercó su rostro al mío haciéndome hacer una mueca al sentir su aliento con olor a cigarro contra mis labios— ni siquiera reconocerán tu cadáver, nadie sabrá quién fuiste, porque siempre viviste a mi sombra y morirás bajo mi sombra

No, ya no, ya no seré la sombra de nadie

—Te dije que la cadena se rompe hoy— le repetí entre dientes— y la muerte es la única manera de arrancarme la cadena que tú me pusiste

Fueron años en los que nunca me atreví a alzar la voz, en que tuve que tragarme mis lágrimas cuando se metía a mi habitación y me lastimaba de la peor manera en que se le puede lastimar a una niña, me golpeaba, abusaba de mi, una vez me dejo embarazada pero sus golpes me hicieron tener un aborto, me maltrataba psicológicamente y eso solo era la punta del iceberg 

Tenía razón, era su maldito trofeo

—Eres una basura— sus manos me rodearon el cuello cortándome el aire— eres una maldita zorra que no sirve para nada, por eso tu papá te vendió conmigo, porque eres una inútil— me estaba quedando sin aire, así soltaba pequeños sollozos— ¿te he dicho lo mucho que me encanta que grites y que te resistas cuando te follo, maldita perra? pero tampoco sirves para eso, ni siquiera pudiste parirme herederos

Y eso fue lo que más me enfado, me recordó lo que me hizo a los 17, no solo me dejo embarazada, sino que cuanto apenas estaba digiriendo la idea, me golpeo con tanta fuerza que me hizo perder mi embarazo. Una rabia que no pude controlar se instalo en mi pecho, con la poca fuerza que me quedaba, le di un golpe en el costado que hizo que me soltará, alce mi pierna dándole una patada en la mandíbula con mi bota que lo mando al suelo

—¡¿Que dijiste hijo de puta?!— lo vi retorcerse de dolor en el suelo— ¡¿que dijiste?!

Torpemente tome un puñal de una de las mesas y me abalance sobre él enterrando la navaja en su pecho una y otra vez 

Cada puñalada era tan liberadora, recordé todo lo que me hizo, cada uno de sus maltratos, de sus golpes, de sus abusos, todo. No podía parar de enterrar ese cuchillo en su pecho

Los gritos que me salían de la boca fue una distracción aprovechada por Jim que se las arreglo bien con Grigori dejándolo inconsciente en el suelo

Y yo no podía dejar de ver el cadáver de Nikolay con el tórax repleto de sangre, mi cara también tenía sangre por sus golpes y lo que me chispó

—Niña...— el mayor me habló al ver que no quitaba la vista de Nikolay muerto en el suelo

—Lo maté...— me gire hacia el mayor con la voz temblorosa— lo maté... soy... soy... soy libre...

Me solté a llorar ahí mismo cubriendo mi boca y apartándome con las manos las pequeñas manchas de sangre de mi rostro... no puedo creerlo...

Al fin, al fin soy libre...

—Tenemos que cerrar esto— giré mi vista al portal que se parecía extender

Con las manos temblorosas volví a apretar los botones del centro de control, mientras que Jim ayudaba a Alex y Joyce a levantarse. Ellos se pusieron frente a las llaves girándolas al mismo tiempo

Alce mi brazo cubriendo mis ojos cuando el laser se volvió loco disparándose por todos lados, me acerque a los adultos para que se fueran al suelo a mi lado y que nada nos saltara 

Cuando me levanté, vi por el cristal como solo quedaba una cicatriz en la pared que se cerró a los segundos haciéndome soltar un gran suspiro

—Vámonos de aquí

Miré por ultima vez al hombre que me destrozó la vida muerta en suelo... siempre pensé que si algo le pasaba a él me iba a sentir perdida, pero no siento nada 

Fue la primera en salir de la sala de operaciones algo mareada por el olor de la sangre y por los golpes en mi cara, tomé el borde la escalera para empezar a bajar, pero no pude bajar porque sentí que alguien me tocó el hombro

—¡NO!— empecé a manotear— ¡DÉJAME! ¡DÉJAME!¡SUÉLTAME!

Cuando abrí los ojos, me di cuenta que quien me sostenía era el único hombre en quien podía confiar, Henrik Antonov

—Tranquila, soy yo— me dijo aun sosteniéndome por los hombros— soy yo, todo esta bien 

Me lance a sus brazos para empezar a llorar, escondí mi cara en su cuello mientras que me aferraba a él

—Todo esta bien, pequeña— Henrik me acaricio el cabello— te tengo, mi niña, tranquila...

Me sobresalté un poco cuando oí el movimiento de los guardias, pensé que venían por mi por lo que le había hecho a Nikolay, pero me di cuenta que los oficiales eran estadounidenses 

—Finge el acento— me giré a Henrik aun con las manos hechas puños en su camisa— si se dan cuenta que eres ruso te van a matar, finge el acento como te enseñé

—Tranquila, mi niña, yo estaré— Henrik dejó un beso en mi cabeza sin dejar de abrazarme 

—¡Suéltala!— Jim le apuntó a Henrik al verlo sostenerme

—Lo conozco, tranquilos— murmuré aun abrazándolo, aunque aun le daban una mirada de desconfianza al hombre que me sostenía 

—¡Todos al suelo!

—¡No disparen, somos estadounidenses! ¡estadounidense!

No sabía que iba a pasar conmigo, pero sabía que ahora solo era yo, al fin era la dueña de mis decisiones

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Si les interesa la historia de Francine, su historia al lado de Steve esta publicada en mi perfil, llamada "KOROLEVA"

-Ellis

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