Capítulo XIX: Mother Love (*)
Tipo de narrador: Tercera persona
—¡NO!— un ensordecedor grito se escuchó en el interior de una de las casas más lujosas de Loch Nora
Madelaine Mortenson era la dueña de ese grito, los policías frente a ella la miraban entre una mezcla de pena y algo de extrañeza, mientras que el jefe de la policía, el sheriff Hopper, entendía a la perfección su dolor, ambos estaban viviendo la peor pesadilla de cualquier padre, el secuestro de sus hijas
—¿Qué sabemos hasta ahora? — Pregunto la señora Mortenson hacia los policías— ¿Qué tenemos que hacer? ¿Pagar un rescate? ¿Cuántos miles quieren los secuestradores? El dinero no es problema para mí
—No sabemos nada, señora Mortenson— le respondió uno de los oficiales haciendo que la mayor se llevara las manos a la cabeza
Maddie estaba a punto de salir de su casa así fuera con las manos vacías a recorrer todo Indiana si fuera necesario con tal de traer a su pequeña con vida y a salvo, se sentía tan culpable ya que había dejado sola a su hija con sus amigos, era la primera vez que la dejaba sola con niños de su edad que no fuera en la escuela, por lo cual estaba emocionada al ver como se adaptaba, pero al ver que pasaban de las 8 de la noche y ella no había vuelto empezó a preocuparse, y parecía que estaba a punto de perder la cabeza desde que la policía entro a su casa con la noticia que su hija fue víctima de un aparente secuestro, pero cuando su esposo entro en escena se tranquilizó solo una línea del borde que tenia de un ataque de nervios
—¿Alguna noticia de mi hija? — pregunto Alexander colocándose detrás de su esposa en forma de apoyo, aunque por dentro estaba igual o más alterado que ella, solo que tenía que actuar fuerte para ser el red de apoyo de Maddie
No era la primera vez que ellos pasaban por esta locura, tenían la misma sensación de años atrás donde su hija apenas llevaba unas cuantas horas de nacida y se encontraba en terapia intensiva neonatal cuando todos los enfermeros fingieron la muerte de la bebé solo para llevarse y tenerla oculta por sus primeros 8 años de vida
—No sabemos nada— le dijo al señor Mortenson uno de los oficiales
La señora Mortenson se le quedo viendo al sheriff el cual apenas le había dicho unas cuantas palabras, miro la placa donde decía su apellido y al leer el Hopper, algo reacciono en su cerebro
Era el mismo apellido de la hermana de su hija, quien tanto le había contado y se había esforzado en acercarse a ella
—Quisiéramos hablar con usted, Sheriff— murmuro Madelaine mirando al hombre que tenía la vista fija en el suelo— a solas— aclaro mirando de reojo a los dos oficiales que lo acompañaban
Los dos oficiales se retiraron ante la petición de la rubia, Hopper esperaba que empezara a gritarle por su aparente incompetencia cuando él estaba igual de preocupado que el matrimonio
—Señora Mortenson...
—Mi hija también es un número.
Alex giro el cuello hacia su esposa a oír esas palabras, ese era el mayor secreto guardado en la familia Mortenson y ella acababa de decírselo al sheriff como si nada
—¡Maddie! — Alex la miro sin poder creerlo
—Tu hija— Maddie se dirigió hacia el jefe de policía que la miraba perplejo— ¿Jane, cierto? Liz me ha contado mucho de ella, sabe quién es, ha hecho lo posible por acercarse a ella, pero por su expresión dedujo que Jane estaba con Liz en el momento del secuestro, ¿no es así?
—Es usted muy buena deduciendo
—Psicología en Stanford— respondió Maddie con un ligero aire de grandeza— tengo razón, así que considéreme aliada en lo que sea necesario para recuperar a mi hija
—Déjame ver si estoy entiendo— Alex miro a su esposa y luego al jefe de policía— ¿usted tiene una hija que también estuvo en ese maldito laboratorio junto con la mía?
—Exactamente— respondió Hopper— y creo que los tres sabemos perfectamente quienes pudieron habérselas llevado
—Cuente con nuestro apoyo— respondió Alex apoyando su mano en el hombro de su esposa
Maddie se dirigió a su habitación donde aún tenía la bolsa de papel con los discos que le había comprado esta tarde, apenas hace unas horas había visto a su pequeña tan feliz y ahora debía estar en manos de gente que la iban a lastimar por habilidades que obtuvo a raíz de esas drogas que ella tomo sin saber que estaba embarazada.
Su vista se fue hacia la foto que tenía en su mesita de noche con el primer cumpleaños que pudo festejar con su niña a los 8 años, en la foto Liz le soplaba la vela a un gran pastel de chocolate mientras que ella y su esposo estaban detrás de ella viéndola con una sonrisa
El corazón se le apretujo de solo pensar lo asustada que podría estar Liz, pero eso la motivo a que debía de hacer lo que sea con tal de traerla de vuelta, lo hizo una vez, logro planear con su esposo una estrategia para sacar a su hija del laboratorio y lo logro, la trajo a casa sana y salva
Y lo iba a volver a lograr.
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-Ellis
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