Capítulo 79.


La puerta del departamento de Nam Joon fue abierta con rapidez mientras que Yoon Gi no dejaba de besarlo. El alfa cerró la puerta detrás suyo y tomó a su omega de las piernas para alzarlo de forma que Yoon Gi le rodeara la cintura. 

Sus erecciones chocaban entre sí dándoles una placentera fricción. No perdieron el tiempo en ir hasta el cuarto. Nam Joon puso a su chico sobre la cama y comenzó a quitarse la ropa, lo mismo hacía Yoon Gi. 

Sonrió al ver el cuerpo del alfa desnudo, saber que todo eso le pertenecía lo volvía loco, su entrada deseando el nudo del alfa con prisa. Kim terminó de quitarle las medias al omega para poder acostarse sobre el pelirosa y volver a besarlo.

—Hazlo ya. —se quejó el omega al sentir como el glande del alfa sólo rozaba su entrada.

—No seas desesperado. —se burló con una sonrisa.

—¡Alfa! —dijo con un puchero.

—Atrévete a hacerme uno de tus berrinches y nos vamos a dormir en este momento. —gruñó fingiendo seriedad.

Yoon Gi se quedó callado y llevó su mano al pene del alfa, lo tomó para poder guiarlo a su entrada. Al ver como Nam Joon no le decía nada, ya que se entretenía en marcar su cuello, lo pasó unas veces alrededor de su trasero antes de meterlo de improviso. Gimió en el oído del mayor cuando toda la extensión de carne se colocó hasta su último anillo. Yoon Gi al asegurarse que todo estaba en su interior, abrazó a su alfa y le mordió el hombro levemente.

—¿Por qué te amo tanto, amor? —dijo el mayor recostando su mejilla en el pecho del omega.

—Ni yo sé qué ves en mí. —dijo aferrándose más al alfa.

—La pregunta es: ¿Qué no veo en ti? —sonrió y abrazó a Yoon Gi con cariño. —Yo te amo pequeño.

—¿Cuánto? —dijo dejando besitos en el cuello del alfa.

—Uff, si te dijera que quiero marcarte ya. —sonrió viendo como el omega se quedaba en shock. —Pero necesito tu permiso y saber que me amas como yo te amo, quiero...—el alfa pasó sus dientes lentamente por el cuello de Yoon Gi, enviándole un placentero escalofrío. —Morderte...

—A-Alfa quiero...—jadeó el omega.

—Dímelo... dime que quiere mi omega. —el alfa continuaba con una sonrisa en su rostro sin moverse en el interior de Yoon Gi.

—T-Tu mordida... en mi c-cuello...—gimió. Las manos del alfa acariciaban su espalda, el palpitante pene de éste daba pequeños roces y los dientes de Nam Joon junto a su lengua no abandonaban el cuello de su chico.

—Pronto amor...

Por fin los movimientos empezaron. Nam Joon elevaba su caderas una y otra vez sintiendo como Yoon Gi se abría sólo para él. Una marca púrpura comenzaba a aparecer en la piel del omega. Éste por su parte abrazaba y rasguñaba la espalda del alfa. Las piernas del mas pequeño alzadas y encogidas dándole un mejor acceso al cuerpo fornido que lo estaba dominando. Sus ojos estaban conectados con los del alfa mientras lo sentía entrar más y más.

—Soy tu alfa Min Yoon Gi, no lo olvides. —susurró contra los labios del omega.

—Y yo tu omega Kim Nam Joon.

Casi una hora después de rodar por la cama el alfa estaba listo para llegar al clímax. Yoon Gi sonrió esperando a sentir el líquido cálido de su alfa llenarlo. Un maldito "clic" llegó en su cabeza cuando su conducto se dilató más para recibir el nudo de su alfa. Se separó bruscamente del abrazo de Nam Joon con la intención de sacarse el pene del alfa. Desgraciadamente fue muy tarde y cuando se movió lo único que logro fue que ambos se lastimaran. El dolor les sacó un grito al omega y un pequeño rugido al alfa. Mierda ¿cómo no pudo haberse acordado? Lágrimas formándose en sus ojos y no le quedó de otra que mantenerse quieto aún con el pene del alfa en su interior.

Nam Joon apretaba los puños con fuerza. Fue como si le intentaran arrancar la zona genital. Estaba confundido además de adolorido. Yoon Gi nunca le había rechazado un nudo. Miró a su omega preguntándole con la mirada lo que su boca no decía.

Sin embargo, la pregunta se contestó sola cuando el mayor se enderezó y sintió su pene rozar las paredes del omega, mas no aferrarse. Frunció el ceño tratando de asimilar lo que sentía. ¿Por qué Yoon Gi no le aceptaba el nudo? Miró hacia abajo donde sus dos cuerpos se unían para ver una pequeña línea de sangre asomándose, lo más seguro era que por el movimiento brusco que el menor había hecho.

—¿Qué...? —y la seriedad en la voz del alfa lo había hecho temblar. —¿Qué demonios...?

Los nervios estaban jodiendo al menor. Yoon Gi no le dirigía la mirada al alfa, sólo se mordía el puño viendo un punto ciego en la habitación.

—Entonces era cierto. —la voz de Nam Joon llegó a sus oídos, seguidos de besos cariñosos en sus pezones. —Tienes mi cachorro en tu interior. ¿No es así?

Los ojos del omega se abrieron como platos y vio al alfa alarmado.

—¿L-Lo sabías...? —dijo con asombro.

—Mi amor puedo olerte...—dijo Nam Joon acariciando la mejilla del omega. —Además dejaste a la vista la prueba de embarazo.

Las mejillas de Yoon Gi no pudieron tornarse más rojas.

—¿No te importa? —dijo viendo a su alfa con lágrimas en los ojos.

—Yoon Gi, desde que nos conocimos en el supermercado, me he imaginado un hijo nuestro amor. —dijo algo apenado. —Saber que me lo vas a dar me hace tan feliz que podría gritarles a todos que mi omega va a tener a mi bebé.

—Me tuviste martillándome todo este tiempo...

—Yo sólo estaba esperando el momento en el que me lo dijeras. Pero pensé que querías que me diera cuenta cuando hiciéramos el amor. —besó sus labios con amor.

—Te amo alfa. —sonrió cuando el nudo pasó.

—Yo más bebé.



♦♦♦




Jeon Jungkook ama a Park Jimin y nada puede ser más lindo que eso.

Como había prometido el alfa, dos días después estaban camino a la playa. Ambos iban cantando una canción que pasaba por la radio. Al menos las cosas se habían puesto mejor, Jimin se veía con más energía, incluso feliz. Mientras el alfa conducía los dos cantaban una y otra vez bastante alto, tratando de escuchar sus voces por encima del volumen.

¿Podemos enamorarnos una vez más? —gritaban siguiendo el ritmo de la canción. —Y si te alejas me desvaneceré, porque no hay nadie más... tienes que ser tú...—cantaron alargando la nota. Ambos sonrieron viéndose a los ojos.

La música resonaba en todo el auto. Jeon tenía su mano en la pierna del omega mientras disfrutaba de la voz de Jimin. Era lo mejor que había escuchado en su jodida vida. Sólo podía pensar en sonreír por todas las cualidades que poseía el pelirubio. Siempre le gustaron su color de ojos, las facciones tan delicadas que llegaban a lo tierno, la piel perlada, la voz ronca pero delicada cuando se requiera. Siempre quiso quitarle la virginidad al omega con el que iba a compartir toda la vida, también tener un hijo con él. Y por el alfa, Jimin llegó como respuesta a sus sueños.

Faltaba poco para llegar a la cabaña. Continuaron cantando en el camino hasta cansarse. Sus voces eran tan hermosas juntas que no podían dejar de cantar con tal de escuchar al otro. Jimin sonrió cuando divisó el mar a lo lejos. Jungkook sólo pudo enamorarse más de él.

—¿Qué quieres hacer primero mi rey? —preguntó el alfa cuando estuvo afuera de la cabaña. Salieron del auto cargando las maletas. Jimin caminó sin dejar de ver el mar. Era de noche, por lo que la playa estaba sola.

—¡Vamos a la playa amor! ¡Desnudos! —dijo feliz tomando la camisa de Jungkook señalando el mar.

—Jimin hace frío, ¿quieres que enfermemos? —preguntó molesto. —Estás loco si crees que...—se detuvo al ver como los orbes del omega se llenaban de agua. —No amor, no llores... iremos a la playa sí, sólo por favor...—dijo viendo como Jimin se tallaba los ojos.

—¿Lo haremos? —murmuró con la voz aguda.

—Si minnie, lo haremos pero quédate con el bóxer...

—No seas malo Jungkook...—un hipido se salió de sus labios. —Hazlo por mí...

—Bien mi amor, está bien...—contestó limpiando el camino de agua salada por las mejillas del pelirubio y plantando un beso en sus labios.

Unos momentos más tarde la puerta de la cabaña se abrió y Jungkook suspiró pesadamente al ver como Jimin corría hacia afuera sin nada cubriéndolo y con los brazos al aire como si quisiera abrazar el agua. Dejó a Jungkook atrás. 

Jeon sólo veía como su chico corría hasta la orilla, observando como el trasero que tanto amaba de movía de un lado al otro. Jungkook se sintió estúpidamente enamorado cuando corrió detrás de Jimin tal cual quinceañera. Igual que su chico, sintiendo el aire golpeando cada parte de su cuerpo.

Quizás debían aprovechar la noche. 

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