003 | Don't Follow Me, Grimes

* • ° ▪︎ 03 ▪︎ ° • *

༄ ⁂ * • "Don't Follow Me, Grimes"


Habíamos pasado un rato con los chicos, antes de volver a nuestras respectivas casas. Ahora estaba sola en mi habitación, pensando en todo y en nada.

O bueno, para que miento. Pensaba en Enid, no me gusta caerle mal a la gente, y al parecer ella me odiaba por el simple hecho de mi existencia. Se nego a hablarme, aunque también se mantuvo alejada de Soph. Quizá le preocupaba que le quitaramos el lugar de "la chica del grupo".

Oí dos toquecitos en mi puerta, justo antes de que papá entrará en mi habitación.

—Hola, Rose—Saludo, sentándose en una esquina de la cama—¿Que haces?

—Nada—Me encogí de hombros.

—¿Como les fue con los chicos?

—Bien...o sea, no me acostumbro a todo esto, pero la pase bien. Y creo que Carl y Sophia también la pasaron bien—Hice una pausa—Hice amigos—Se me formó una sonrisa en el rostro.

—Me alegro mucho.

—¿Nos quedaremos aquí?—Pregunte, y la expresión de papá cambió de inmediato. Era un tema complicado.

—Es un lugar lindo. Y por lo que se ve, también es seguro.

—¿Entonces nos quedaremos?—Me gusta la idea de un lugar donde pueda salir a pasear con Judith, salir con amigos y esas cosas.

—No dije eso, Rosalie. Aún no conocemos a esta gente.

—Ojalá que esto funcione, quiero quedarme aquí, quiero hacer amigos.

—Yo también quiero que nos quedemos aqui, y lo intentaremos, ¿si?

—Esta bien.

—Bien. Iré a ver a Carl, ¿puedes cuidar de Judith?—Pregunto, poniéndose de pie.

—Claro, aunque más tarde iré a ver a Soph.

—Nos vemos luego, Ro—Dijo, dejando un beso en mi cabello.

—Nos vemos, papá.

Esa noche dormí mejor que nunca, cada uno en su respectiva habitación. Extrañaba tener mi poquito de privacidad, ese era otro punto a favor de quedarnos en Alexandria.

A la mañana siguiente, me desperté gracias a que alguien se lanzó sobre mi.

—¡Sophia!—Exclame, intentando quitármela de encima—Arruinas mis dulces sueños.

—No me importa. Tengo mucha energía y no quiero estar sola—Explico, sentándose junto a mi.

—¡Ey!—La voz de Andrew me hizo sobresaltar—¿Y yo que? ¿Estoy pintado?

Soph rió—Lo siento.

—Eso no importa. Los dos están perturbando mis sueños—Me queje, colocando una almohada sobre mi cabeza.

—¡Vamos, Ro! ¡Levantante!—Chillo Soph, sacudiendome.

—Ya, ya. Esta bien—Me resigne, poniéndome de pie—Ire a cambiarme.

—Apresúrate, la mamá de Sophia está haciendo pancakes y se acabarán rapido—Comento Andrew.

—¡Ya voy!

Luego de una agotadora mañana con Andrew y Soph, que en serio tenían demasiada energía, volví a quedarme sola en casa. Estaba lavando los trastes del desayuno cuando vi a alguien a través de la ventana.

Era Enid.

Tenía una mochila, y parecía estar alerta de si alguien la seguía. Y después la vi trepar por el muro, para salir de Alexandria.

¿Que estaba haciendo? ¿A donde iba?

Y esta claro que no me quedaría con la duda, así que tome mi navaja (solo en caso de que hayan caminantes) para ir detrás de ella.

Me costó un mundo trepar el muro, no se como ella lo hizo ver tan fácil, pero lo logré.

Me sentía algo culpable por seguirla en el bosque, pero mi curiosidad me estaba comiendo viva, por lo que enterré la culpa en el fondo de mi subconsciente.

Intente hacer el menor ruido posible, aunque era difícil.

De pronto, Enid se detuvo. Miro a su alrededor y me apresure a esconderme detrás de un árbol. Creo que no me vio, pero eso no evito que ella empezará a correr, haciendo más difícil la tarea de seguirla.

Corri detrás de ella, pero no sirvió de nada porque la perdí de vista. No me iba a quedar a esperarla. El único problema era que no sabía como volver.

Caminé por el bosque, hasta encontrar una pequeña casa, o más bien una bodega.

—¿Rose?—Escuché la voz de papá, que me hizo sobresaltar.

—Hola...—Salude, fingiendo demencia.

—¿Que haces afuera?—Frunció el ceño, y supe que me había metido en problemas.

—Lo mismo pregunto yo—Dije en broma, esperando que eso mejorará su humor.

Gracias a los dioses de las ardillas, un pequeño grupo de caminantes, para evitarme el regaño.

—¿Tu izquierda, yo derecha?—Pregunte—¿Como siempre?

—Claro que si.

Tome mi navaja, y entre los dos acabamos con los cuatro caminantes.

Comenzamos el regreso a Alexandria, ahora con sangre en la ropa y las manos.

—¿Que estabas haciendo afuera?—Pregunto papá.

—¿Si te digo que siguiendo a alguien me regañarias?—Pregunte yo.

Podría haberle mentido, pero no me gusta mentir. A nadie en general, pero menos a papá.

—¿Es algo que debería preocuparme? ¿Mi hija es una acusadora?

—No, no. Solo tenía curiosidad.

—Como siempre—Se burlo papá, porque de pequeña solía meterme en problemas gracias a esa curiosidad.

—Exacto, como siempre.

—¿Puedo saber a quien seguías?

—Uh...a Enid.

—¿Enid?

—Es una chica de Alexandria. La conocí ayer, pero tengo la impresión de que me odia.

—No puedes caerle bien a todo el mundo, Rose—Me recordó papá.

—Lo se. Lo se. Pero estamos en el apocalipsis, no estamos para odiarnos entre todos.

—Esta bien...¿y tu solución fue seguirla por el bosque como una psicópata?

—Eh, pues si. Pero no lo pensé bien.

Cuando volvimos a comunidad, encontramos a varios de nuestro grupo agarrándose a palos con la gente de Alexandria.

Papá fue a detenerlos, y yo fui con Carl, Andrew y Soph que observaban la escena.

De pronto, sentí la presencia de alguien detrás de nosotros. Y ese alguien era Enid.

—Se que me seguías, Grimes—Susurro en mi oido—No lo hagas otra vez.

Iba a voltear para responderle, pero ella ya estaba de camino a su casa.

—¿Vamos a mi casa?—Pregunto Andrew, luego de que Deanne diera un discurso sobre que nosotros ya éramos parte de Alexandria—Hace unos días mi mamá encontró gomitas en una expedición.

—Claro que iremos, nunca le diré no a unas gomitas—Dijo Soph.

Ambos me miraron—Oh, yo tampoco. Vamos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top