2.9
Elena sale con mi hijo dejándome sola con Özil. Por alguna extraña razón me siento nerviosa y mi respiración se acelera.
-Es un gran chico. Nuestro hijo- Mesut inicia con una sonrisa tierna.
-Cómo te fue?- pregunto.
-Bien, gracias. Me agrada pasar tiempo con Sebastián- no deja de sonreír.
Agh! Puta madre! Por qué no deja de sonreír para que yo deje de estar nerviosa.
Últimamente he dejado a un lado el coraje y enojo que el alemán había provocado. Porque ahora lo que siento es, cariño?
No! No puedo sentir eso! Lo que pasó en España fue cosa de una noche y jamás se repetirá. Mesut y yo no estamos destinados a estar juntos.
Yo diciendo estás cosas? Agh!
En solo pensar en aquello de jamás estar juntos me pone triste. Jamás ser alguien importante para el alemán de origen turco y solo ser la imagen de la madre de mi hijo, me desanima.
Creo que lo mejor es seguir con Mathieu y alejarme de Mesut para no salir lastimada, por parte de ambos.
-Caro? Escuchaste lo que dije?- Mesut coloca su mano en mi hombro.
Vuelvo al mundo real -No, lo siento- digo.
Özil suelta una risa -Te dije que Sebastián me contó tu mayor secreto- dice con una mirada divertida.
Ay no! Qué le dijo a este?! -Y..... cuál...... es?- tartamudeo.
Mesut se acerca aún más -En que aún me quieres- con lentitud y ahora con las dos manos, las desliza por todo mis brazos hasta llegar a mis manos y las toma delicadamente.
Y es verdad lo que dijo Sebástian, aún lo quiero. No lo aceptaba.
Pero recordando lo de hace rato, debo estar alejada si no quiero salir lastimada, es por el bien de todos.
Pero su rostro reflejaba tranquilidad y ganas de que esto funcionara. Demonios! Tenía ganas de besarlo.
Parece que Mesut me leyó la mente, porque se fue inclinando, nuestras respiraciones chocan, al igual que nuestras narices y yo reacciono.
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