CAPÍTULO 9: A MYSTERIOUS CONNECTION
—— A MYSTERIOUS CONNECTION ——
—Eso es.— Sonrió Baghra al ver la luz azul que Tomiris había sido capaz de invocar. —El té debería de hacer efecto.— Añadió mientras los ojos de la inovodadora empezanban a cerrarse al mismo tiempo que su luz empezaba a fallar.
—¿Qué?— Murmuró sin entender nada de todo cuanto estaba pasando.
—¿Dónde estás niña?— Preguntó Baghra mientras Tomiris mantenía los ojos cerrados.
—En el orfanato.— Murmuró en el estado de trance.
—¿Qué día es?— Preguntó queriendo saber ha donde la habían llevado sus recuerdos.
—El día que nos hicieron la prueba.— Respondió recordando con claridad todo cuanto pasó aquel día y todos los días posteriores.
—¿Qué ocurrió aquel día?— Quiso saber ya que nadie sabía de verdad lo que pasó, el como ambas se libraron de no ser descubiertas.
—Nos hicieron la prueba a Alina y a mi, yo sabía que usaban el dolor repentino para descubrir poderes, por lo que se lo dije a Alina. Pero si nosotras lo sentíamos no pasaría nada, así que ambas nos protegimos.— Explicó mientras ante ella transcurría todo cuanto sucedió aquel día como si lo estuviera viviendo en primera persona. —Yo no sabía que éramos Grisha, solo hacíamos lo posible para que no nos separasen de Mal o entre nosotras.— Admitió siendo consciente de que las cosas ya no eran como creían, ellas jamás imaginaron que pudieran ser tan especiales.
—Os protegisteis negando quienes erais.— La acusó Baghra mientras Tomiris regresaba a la realidad.
—Le pegaban cuando estaba solo, y Alina es la única familia que me quedaba.— La recordó haciendola ver que para ella la familia era la cosa mas importante. —No pensábamos en nosotras, pensábamos en él.— Garantizó. —Pleneabamos huir juntos.— Insistió creyendo que aquella solución hubiera evitado muchos de los problemas en los que se habían metido.
—Vosotras tal vez sí, pero él puede que no. Porque, ¿dónde está ahora?— La recordó haciéndola creer que Mal las había abandonado a su suerte.
—No lo se.— Murmuró.
—¿Y por qué te contienes?— Preguntó sabiendo de lo que ella era capaz de hacer. —Invoca la luz.— La ordenó haciendo que Tomiris volviera a juntar sus manos para intentarlo.
—Lo intento.— Insistió.
—¿Cuántos huérfanos Ravkanos va a dejar esta guerra por tu miedo a afrontar la verdad?— Preguntó haciendo que la luz creciera de una manera abrumadora, haciendo que la cueva fuera completamente iluminada.
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Keramzin, trece años atrás.
—Vosotros vigilar, si veis venir a alguien hacerme una señal.— Les pidió Alina a su hermana y a Mal mientras ella se dirigía al despacho.
—Entendido.— Sentenció Tomiris mientras miraba a todas partes.
—En cuanto coja mi cuaderno nos vamos, sin mirar atrás. ¿Vale?— Insistió con convicción de que tendrían la oportunidad se huir sin mirar atrás.
—¿Cuantas veces tendremos que salir al prado?— Le recordó Tomiris a Mal, el cual parecía dudar de la idea de alejarse de allí y comenzar una nueva vida. —Si no nos separa los Grisha lo hará la guerra, no podemos escondernos toda la vida, pero sí huir.— Afirmó creyendo que la idea de ella y de su hermana era la mejor que podían tomar.
—Juntos.— Añadió Alina apoyando a su hermana.
—Juntos.— Sentenció Mal justamente cuando se daba la vuelta justamente cuando tiraba un vaso.
—¿Creías que podíais esconderos?— Preguntó la directora del orfanato acercándose a los tres niños. —Pues no.— Garantizó mientras les miraba con severidad. —Vamos.— Les indicó justamente cuando Alina y Tomiris cogían un trozo de cristal.
Los tres niños salieron detrás de la directora, sabiendo que su oportunidad de huir no había sido nada exitosa, pero aún así las hermanas tenían un plan. Nadie les iba a separar.
—Así no puede hacer la prueba, con la herida es imposible.— Le dijo la Grisha a la directora mientras miraba a Mal.
—Ponte aquí, conmigo.— Le indicó mientras le ponía a un lado.
—Acércatos, no tengáis ningún miedo. Sí no eres Grisha vuestra vida será como ahora, pero si lo sois os aguarda un nuevo mundo y esto será cosa del pasado.— Las dijo a las dos hermanas mientras intercambiaban una mirada para a continuación estás acercarse a la mesa. —Es solo un pinchazo, vosotras respirar y relajar los brazos.— Añadió mientras ambas estendian sus dedos para que les hicieran la prueba. —No son Grisha.— Sentenció haciendo que ambas volvieran a mirarse sabiendo que su plan había salido tal y como habían planeado.
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Tomiris camino por un bosque nevado mientras su rostro reflejaba la felicidad de estar en el bosque, de estar en un lugar que la transmitía calma y tranquilidad. Desde que era pequeña lugares como aquel la transmitían una gran tranquilidad, acallaban sus pensamientos y alejaban sus temores. Pero incluso en un lugar tan hermoso como aquel no podía deshacerse del todo de la sensación de miedo.
Siguiendo su camino, la joven Grisha llegó hasta un claro, donde de forma imponente y majestuosa se alzaba un gran ciervo blanco. En los años que llevaba sirviendo en el ejército, jamás había visto a un animal como aquel. Un animal que no se alejo al verla, sino que la mantuvo la mirada, como si la estuviera esperando, e instintivamente Tomiris se acercó a él, con el objetivo de poder acariciarlo, de poder descubrir que significaba todo aquello.
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—Tomiris.— Dijo Kirigan sorprendido de ver allí a la invocadora.
—¿Te interrumpo, quizá?— Preguntó de alguna forma intimidada.
—En absoluto, ¿no puedes dormir?— Preguntó mientras esta se acercaba a la mesa.
—Pesadillas, nada sin importancia.— Respondió dando a entender que ya estaba acostumbraba a ellas, a fin de cuentas las pesadillas y los sueños llevaban atormentandola desde que era muy pequeña.
—Pasa, toma.— La sonrió mientras la daba un vaso con un líquido de color amarillento.
—¿Es el mapa actual?— Preguntó con curiosidad viendo que las cosas no pintaban tan bien como creía.
—Nuestra mera existencia es una amenaza para el enemigo, pero Ravka sólo podrá hacerle frente estando unida.— La explicó haciéndola entender que las cosas no iban nada bien. —Corren rumores de una insurrección en el oeste liderada por nuestro estimado general del primer ejercito, nuestra propia gente nos da la espalda.— Murmuró con frustración haciendo que Tomiris viera aquel lado oscuro que de alguna forma Aleksander siempre se había empeñado en no dejar ver a nadie, únicamente a sus enemigos.
—Aleksander...— Murmuró la invocadora de la luna en señal de que debía de mantener la calma.
—Llevo librando esta guerra tanto tiempo, he enterrado a muchos buenos soldados, amigos. Las arcas se están vaciando, la soga al cuello, los nuestros nos dan la espalda a los Grisha, tal y como hicieron sus ancestros.— Añadió recordando que de alguna forma la historia volvía a repetirse otra vez.
—No estás solo.— Le recordó mientras le agarraba de la muñeca haciendo que de aquella unión saliera una potente luz azul que hizo que Kirigan se diera cuenta de lo equivocado que estaba.
—Por cierto, tengo lo que me pediste.— Añadió mientras se alejaba de ella y se dirigía a una silla para coger algo que estaba envuelto con una tela. —La he mandado hacer únicamente para ti.— La reveló mientras la mostraba una espada envuelta en una vaina. La espada era algo corta, perfecta para ella, con el filo brillante y bastante afilado, la empuñadura era simple, pero con dibujos de la luna y toques en negro y plateado. La viana estaba hecha en cuero de color negro y por completo estaba decorada con dibujos en plateado.
—¿Para mi?— Murmuró maravillada por el arma que ahora estaban en sus manos, jamás había visto una espada tan hermosa como aquella. —No era necesario, con una vieja me hubiera servido.— Aseguró sin apartar la mirada del filo, donde se reflejaba a la perfección su rostro.
—Eres la invocadora de la noche, mereces una espada digna de ti.— Insistió Kirigan en señal de que nada era suficiente para ella.
—Nunca había tenido una nueva, todas las espadas que he tenido eran viejas o las tenía que arreglar.— Admitió sorprendida por aquel detalle, porque de alguna forma podía decir que era de ella, solamente de ella. —Es hermosa, muchas gracias.— Sonrió mientras alzaba la cabeza para poder mirarle.
—Me alegro de que te guste.— Sonrió de vuelta Kirigan.
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—¿Dónde te habías metido esta mañana?— Preguntó Tomiris al ver aparecer a su hermana.
—Estuve entrenando con Baghra y luego con Genya.— Se limitó a decir la menor mientras se sentaba en una silla.
—¿Y tú cicatriz?— Preguntó al ver que la palma derecha estaba completamente desnuda, no tenía ninguna cicatriz. —Alina...— Murmuró dándose cuenta de lo que significaba.
—Siempre fui solamente su amiga, tal vez era solo yo la que le veía de forma diferente.— Murmuró dándo a entender que aquello lo hacía para cerrar lo que para ella era un ciclo.
—Ven, vamos.— Sonrió Tomiris mientras la agarraba de la mano.
—No hace falta...— Empezó Alina haciendo que la mayor se detuviera.
—Sí, sí hace falta. Pediré que te hagan chocolate caliente y nos sentaremos a hablar, como cuando éramos pequeñas.— Aseguro creyendo que de alguna forma aquello la animaría.
—Cometimos un error.— Garantizó la menor.
—Alina no cometimos ningún error, tomamos la decisión que creíamos que nos protegería, la que no nos separaría. Nunca pienses lo contrario, y si Mal no ve lo maravillosa que eres es su problema.— La recordó mientras la agarraba de los hombros y la obligaba a mirarla a la cara.
—Me alegro de que estes aquí, conmigo. Que siempre hayas estado a mi lado.— Sonrió la menor mientras se acercaba a ella y la abrazaba.
—Eres mi hermana pequeña, te prometí cuando éramos pequeñas que cuidaría de ti pasara lo que pasara y sabemos como soy con mis promesas.— La recordó mientras la guiñaba un ojo y la dedicaba una sonrisa.
—¿Y esa espada?— Preguntó Alina viendo el arma que estaba sobre la mesa de centro de la habitación.
—Le pedí al general si podía volver a llevar una y si podía volver a entrenar.— La explicó mientras Alina cogía entre sus manos el arma.
—Que filo más brillante.— Observó dándose cuenta de que parecía ser completamente nueva.
—La ha mandado hacer para mi.— La reveló haciendo que la menor la mirase sorprendida.
—Vaya, que generoso. Primero las Keftas de color negro y ahora tu espada, sin duda es algo que no esperaba.— Admitió sorprendida por todos los regalos que estaban recibiendo.
—Venga, vamos.— Sonrió la ojiazul mientras cogía la espada y se la colocaba en la cintura.
—¿A donde?— Preguntó Alina mientras la seguía.
—A entrenar.— Sentenció con una sonrisa.
—¿Qué? Tomiris no, por favor.— Se quejó Alina mientras la mayor la agarraba de la muñeca y tiraba de ella obligándola a caminar.
Las dos recorrieron los pasillos del pequeño palacio entre risas, sin tardar mucho, llegaron al patio trasero donde Tomiris la colocó en una zona para luego ponerse frente a ella, para a continuación acercarse a los bastones que estaban colgados sobre unas repisas de madera.
—Ponte recta.— La ordenó Tomiris mientras ambas tenían entre sus manos dos bastones. —Sigue mis movimientos.— La indicó.
—No me trasmite nada de confianza.— Admitió la menor con una expresión de pocos amigos.
—Vamos, Alina, confia en mi. He enseñado a mucha gente también te enseñaré a ti, piensa que es una manera más de protegerte.— La recordó dando a entender que nada era poco suficiente para seguir con vida.
—Ya tengo una forma de defenderme.— Puntualizó mientras hacía aparecer una esfera de luz.
—Lo se, pero confía en mí. Créeme que aparte de saber usar este poder es bueno saber defenderse de una forma física, además es divertido. Como cuando éramos pequeñas, ¿acaso no te trae recuerdos?— La animo esperando de alguna forma poder distraer a Alina de todo lo que estaba pasando y de la presión que ambas tenían sobre sus hombros.
—A cuando éramos pequeñas y Mal y tu entrenabais y yo os dibujaba para practicar.— Admitió sonriendo con nostalgia.
—¿Entonces que tiene de malo?— Preguntó dando a entender que todo eran ventajas.
—En verdad nada, este es el lugar perfecto. Por una vez me siento como el casa.— Aseguró con certeza.
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—Me mentiste, la invocadora de la noche no existe. Tomiris invoca la luz de la luna.— Comentó Aleksander mientras desde la lejanía observaba como Tomiris enseñaba a Alina.
—La última invocadora de la luna murió a manos tuyas, ¿o debo de recordarte lo que la paso a Katerina?— Puntualizó Baghra mientras se ponía al lado de su hijo y le miraba con seriedad.
—¿Por qué me mentiste?— Preguntó mientras la miraba de reojo.
—Ella te robo parte de tu poder, ¿verdad? ¿Cuando intentó proteger a Ravka de ti?— Inquirió sin confirmar el hecho de que Tomiris fuera la invocadora de la luna.
—Un Grisha no puede robar a otro su poder por muy poderoso que sea. Dime lo verdad, madre. ¿Quien es en verdad Tomiris?— La exijo saber mientras la miraba entre cerrando los ojos.
—Me sorprende que no te hayas dado cuenta de ello, siendo tu el Oscuro. El parecido que guarda con Katerina es tan abrumador que incluso parece sobrenatural, pero de ti también heredo esa rabia y esa furia, también la cabezoneria.— Se limitó a decir la mujer mientras le miraba con frialdad mientras la expresión de Kirigan cambiaba.
—No, no es posible. Katerina murió, tu misma lo dijiste, murió delante de mi.— Garantizó sin creerse que aquello pudiera ser cierto.
—Katerina era muy poderosa, te recuerdo que las ilusiones eran parte de su poder. Tomiris nació, yo misma fui la primera en cogerla en brazos, pero Katerina la escondió de ti, y por cuestiones del destino Alina y ella han crecido juntas.— Le informó mientras la expresión de Kirigan cambiaba, no podía creerse que Tomiris fuera su hija. —Tomiris no es como Katerina, se dará cuenta de quien eres tu y te detendrá.— Le recordó en señal de que las cosas no volverían a repetirse y que Kirigan no conseguiría aquello que estaba planeando.
—¿Eso crees, madre?— Inquirió mientras se daba la vuelta convencido de que Tomiris se pondría de su parte.
—Tomiris ha descubierto por su cuenta que es la invocadora de la luna, sabe que es un amplificador humano y no dudará en matar a quien sea para proteger a Alina. Por mucho que quieras engañarla ella jamás traicionara a la invocadora del sol, y cuidara de ella hasta la muerte.— Le recordó haciéndole ver que si quería a la invocadora de la luna de su lado debería de tener también de su lado a la invocadora del sol, o por lo menos hacer algo para que Tomiris le ayudará sin engañarlo.
—Nadie va a interponerse entre mis planes y yo.— Garantizó entre dientes.
—Tu ambición, Aleksander, puede destruirte. Recuerda que las dos son una sola, y creo que deberías de tener presente que Tomiris te supera en poder. Es la Grisha más poderosa que ha existido, la única capaz de controlar en armonía luz y oscuridad.— Le recordó haciéndole ver que las cosas podrían complicarse más de lo que él podría imaginar.
★★★
Finalmente han vuelto las actualizaciones de Daylight y con un capítulo muy revelador.
Sí, Tomiris es la hija de Kirigan.
Obviamente las señales estaban ahí, en especial con el poder. Pero no se si las habréis visto.
Sí es cierto que en un principio mi intención era que hubiera un triángulo amoroso entre ella y Kirigan y Nikolai, pero luego tuve esta idea y me pareció más interesante, por todo lo que puedo transmitir, además de que de sería todo más impactante.
La escena del principio, con Baghra, obviamente me centro en la serie y me encanta los métodos que ella usaba, así como la escena del recuerdo.
Pero lo que quiero destacar es la escena con Kirigan, una escena que puede tener múltiples significados, pero para Kirigan ella es un recordatorio de Katerina (personaje que pronto se conocera) y obviamente ella es la madre biológica de Tomiris.
Se que todo es extraño, pero os lo aclararé a lo largo de los capítulos os lo aseguro.
Por otro lado, las escenas con Alina..., bueno es que amo a ambas y todo lo que representan. Pero también creo que es una bonita contraposición con lo que pasara. Dentro de MUCHOS capítulos sabréis a que me refiero.
Se que también es confuso y que no dejo claro el porqué Tomiris sueña con el ciervo, pero todo tiene un motivo. Un motivo que está unido al linaje.
Y la escena de Baghra y Kirigan..., obviamente ella sabía desde el minuto cero que era su nieta, pero tenía que poner las cartas sobre la mesa. Porque os aseguro que Tomiris es clave en todo esto. Se que de alguna forma no se ve claro y que parece que me centro en la historia, pero os adelanto que tengo intención en cambiar determinados eventos de la historia. Sí sucederán todos (o casi todos) pero no tal cual ocurre, alterare ciertas escenas pero al final la idea principal se mantendrá.
Dicho esto solo me queda decir una cosa, estoy deseando terminar esta temporada. Porque la temporada dos me gusta muchísimo más. Tampoco es que haya mucho donde elegir, pero la segunda es muchísimo mejor.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
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