¿𝐇𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐝ó𝐧𝐝𝐞 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐜𝐚𝐩𝐚𝐳 𝐝𝐞 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐫 𝐩𝐨𝐫 𝐚𝐦𝐨𝐫, 𝐩𝐨𝐫 𝐚𝐦𝐚𝐫 𝐚 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧?

Kwon, quien se había retrasado, estaba comprando unos juguetes para Brandon y unas flores para Tory. No tenía idea de sus gustos, así que optó por margaritas.

El camino se le hacía cada vez más corto; estaba nervioso. Nunca antes había hecho eso por nadie. Era la primera vez que abría su corazón y se mostraba así con alguien. Él solía ser frío y engreído, pero con ella era diferente; ella lo hizo mejor.

Mientras Kwon caminaba hacia West Valley, no se percató de que un auto estaba cerca de él. Robby, quien estaba viendo su teléfono, notó al nuevo novio de Tory. Miguel también lo notó.

-¿Quién es ese? -preguntó Miguel en un susurro desde el asiento del copiloto.

-Es el novio de Nichols -dijo Robby seriamente, recostándose.

Sam frenó de golpe al escuchar eso.

-¿Cómo que su novio? Pero el sensei no dijo... -dijo Sam, confundida, pero Miguel le hizo una seña para que no continuara.

-¿Qué dijo mi padre? -preguntó Robby, serio.

-Iré caminando hacia la escuela. Adiós -dijo Anthony, huyendo de la situación.

Robby cerró el auto con cerrojo.

-Aquí no se va nadie hasta que me digas -dijo Robby.

Miguel miró a Sam, y ella asintió.

-Recuerdas cuando el sensei peleó con LaRusso?

-Sí, con eso.

-El sensei reveló que estuvo con Tory, que la había encontrado y la ayudó. No sabemos más.

Robby quedó sorprendido, no sabía qué decir. Su padre ayudando a su ex.

-¿Robby, estás bien? -preguntó Sam.

Miguel lo miró preocupado y quitó el cerrojo del auto.

-Sí, solo quiero estar solo.

Bajó del auto dirigiéndose a la escuela. Empezaba a ser intrigante. Kwon sabía que, según Tory, era su novio, pero una parte de él no quería asegurar todo. Era masoquista.

Devon y Tory se separaron del abrazo. Ella le había preguntado y, así como Tory protegía a Devon de Cobra Kai, ambas eran amigas.

-Gracias, Devon -dijo Tory.

-Sabes que siempre estaré para ti, Nichols. Misma pasión, distinto dojo -dijo con una sonrisa.

-Además, como decía mi madre, la única forma de perder es rindiéndote -dijo la pelinegra.

-La mía decía que somos luchadoras y aprenderemos a defendernos -dijo Tory con más ánimo.

En ese momento, alguien le tapó los ojos a Tory. Su amiga se puso alerta para defenderla.

-Adivina quién -dijo Kwon, pero fue interrumpido cuando la rubia le metió un codazo en el estómago.

Cuando Tory volteó para ver quién era, notó que era Kwon.

-¡Kwon! -El joven estaba arrodillado con una mano en la panza y otra sosteniendo las flores, llevando la mochila de Tory en su espalda.

Devon miró divertida y curiosa la escena y dijo:

-Vaya, Tory, aún se sigue manteniendo el romanticismo.

-Kwon, lo siento, pensé que eras... Olvídalo -dijo la rubia, ayudándolo a incorporarse.

-Debí suponer, tú siempre alerta -dijo adolorido-. Te quería dar estas flores -dijo con jadeos.

-¡Acá hay amor, acá hay amor! -dijo Devon, animando el ambiente.

Tory lo miró, pero no molesta, sino colorada.

-Sé que tuviste una semana difícil, por eso te quería dar esto -dijo el asiático entregándole el ramo.

-Ay, Kwon, muchas gracias. Me encantan -dijo Tory, recibiendo las flores.

Kwon se acordó y robó un beso, tomándola por la cintura. Tory correspondió al instante. Estuvieron así un rato.

-Lamento interrumpir este momento, pero debemos entrar -dijo Devon.

Pero en ese momento llegó Robby, quien los miró y pasó de largo. Aún estaba procesando todo y quería estar solo.

-Oye, tú eres de primaria, ¿cierto? Ve a tu aula -dijo Kwon, molestando a Devon.

-¿Cómo que niña chino?

-Tú también eres china.

-¡Insoportable!

-¡Caprichosa!

-¡Egocéntrico!

-¡Perdedora!

-¡Prepotente!

-¡Esperen! ¿Ustedes se conocen? -preguntó Tory, algo confundida.

-Es mi prima, lastimosamente -dijo Kwon.

-Por el lado paternal.

-Pero sus apellidos...

-Es mi tío  primo.

-Es mi molesta prima.

-Nuestros padres son hermanos, por lo cual nos convierte en primos. Entonces tenía que soportarlo, pero eres insoportable -gritó Devon.

-Tú eres una maleducada caprichosa -dijo Kwon.

-¡Ya paren de una vez! Parecen niños. Devon, vamos, debemos entrar antes que...

En ese momento llegaron Miguel y Sam junto a Anthony. Ambos se quedaron congelados viendo al chico con flores junto a ellas. Sam estaba algo dudosa de hablar, en cambio, Miguel analizaba al chico. Anthony se acercó a Devon para liberarla de ese momento.

-Devon, vamos, debemos entrar.

-Sí, Anthony. Adiós, Tory. Adiós, idiota -dijo refiriéndose al asiático.

-Tory -dijo Sam tratando de sonar amable.

-LaRusso -respondió Tory de manera tranquila-. Lindas flores.

-Gracias. Lindo sweater -respondió la rubia de la misma manera.

-Gracias -dijo la castaña.

Ambas chicas querían decirse mucho, pero Sam quería ir y hablar con ella, aunque no creía que era el momento.

Kwon notó esa tensión y decidió alejarla de ellos.

-Te veo luego. Sí, ten tu mochila -le dio un beso en los labios y se fue. Tory, con las flores en las manos, se dirigió a la escuela. Sam, Miguel y ellos también.

Entre tanto, Kwon, antes de ir al dojo, se dirigió a hacer una llamada.

-Hola, tanto tiempo -habló Kwon.

-Lo mismo digo, empezaba a extrañarte -respondió la persona desde la otra línea.

-Quería saber si aún sigues haciéndolo -dijo Kwon.

-Por supuesto, sabes que para ti sin problemas. Veámonos en el restaurante -indicó la persona.

-De acuerdo, te quiero. Besos -dijo el chico antes de colgar.

En el transcurso de las clases, Robby estaba sentado en el salón de matemáticas. Tory había entrado con su ramo y su mochila.

-Señorita Nichols, ¿vino aquí a estudiar o a hacer jardinería?

-Lo siento, profesor.

Se sentó en un asiento junto a Moon, quien se conocían.

-Qué hermosas flores -dijo Moon, apreciando las margaritas. Significan amor verdadero y pasión.

Tory miró las flores. No había pensado en ese significado, pero le agradaba el gesto que tenía hacia ella.

-Mira, Tory, lo que pasó en la pelea sí fue grave y fuiste muy lejos -dijo Moon, sincerándose.

Tory mantenía su mirada.

-Pero supe que tú y Sam se perdonaron finalmente, así que no tengo problema.

-De verdad, muchas gracias -dijo Tory.

-Sabes, haré una fiesta por los seleccionados del Sekai Taikai.

-¿Cómo sabes sobre eso? -preguntó Tory.

-Oh, Halcón me contó. Él irá y estoy orgullosa de él. Y quería invitarte, puedes ir con Robby, seguro le encantará.

-Robby y yo terminamos -dijo Tory.

-Lo siento, no debí -dijo Moon, apenada.

-No es nada y claro que sí, me encantaría ir a tu fiesta, Moon.

En Starbucks, Kwon estaba esperando con una taza de té, como todo asiático, hasta que vio a una mujer entrar a la cafetería.

-Vanessa, siempre tan puntual.

-Kwon, siempre tan persistente.

-Dime en qué te puedo ayudar -preguntó ella.

-Necesito tus servicios. Una persona tiene un problema por un tema de custodia de su hermano, pero su tía es una adicta apostadora que quiere la custodia del niño por beneficios.

Ya han ido asistente social y le citaron, pero ella trabaja doble turno o más, estudia y mantiene a su hermano. Sé que no pediría ayuda, pero quiero hacerlo.

-Es la primera vez que te veo así por alguien. ¿Esa persona es importante, es tu novia o algo?

-Es mi novia -dijo Kwon, sonrojado.

-No te había visto tan enamorado. Sabes, me sorprende que te muestres tu lado romántico así. Veré qué puedo hacer. No te puedo asegurar nada, pero dale mi teléfono.

-Juro que te pagaré -dijo Kwon.

-No es necesario, Kwon.

Gracias, Vane -agradeció Kwon.

-No es nada, hermanito. Familia es familia, negocio es negocio -dijo antes de irse.

En ese momento, Kwon pagó la cuenta y salió del lugar dirigiéndose al dojo.

Al llegar, vio que Yoon estaba dirigiendo el entrenamiento, el cual había tomado el lugar de Kwon. Molesto al ver a Yoon en su puesto, Kwon se acercó para enfrentarlo, pero Kim se lo impidió.

-Llegas tarde. Tu impuntualidad ha cambiado y tu determinación también. Sabes, desde que estás con Nichols, te has vuelto más blando. Ya no eres el líder que solías ser, eres débil -dijo Kim con desdén.

-Sigo siendo el mismo, no veo qué hay de malo en eso. Pero sí es malo que Yoon ocupe mi lugar cuando yo soy el líder -respondió Kwon, visiblemente molesto.

-Tory Nichols es una chica linda, ¿verdad? -dijo Kim, alardeando.

-¿Qué dijiste? -dijo Kwon, amenazante.

-Toda cobra tiene su debilidad -dijo Kim. En ese momento, Kwon lo miró confundido.

-Ella es la tuya, ¿cierto? -preguntó Kim, observando el rostro enfurecido de Kwon.

-Sabes, Tory no es de fiar. Ella tuvo un amor, Robby Keene. Él se enfrentó a Silver por ella y hizo todo por ella. ¿Y tú, qué serías capaz de hacer por ella?

-No te atreverías a hacerle nada.

-¿Por qué harías algo? Sabes, podríamos hacer un pequeño trato. Tu capitanía a cambio del dormitorio de Tory.

-¿Qué? ¿Y quién sería el capitán? ¿Yoon? -dijo Kwon.

-Él tiene mejor liderazgo y es predecible. Sus movimientos podrían hacernos perder el Sekai Taikai -aclaró Kwon.

-Pero es una mejor opción. Tú eres capitán por Kreese, no por elección. Así que ahora mismo habrá una pelea.

Si tú pierdes, Yoon será el capitán y Tory no sufrirá. Si tú ganas, Tory sufrirá y tú conservarás tu capitanía -declaró Kim.

-¿El sensei sabe de esto? -preguntó Kwon.

-No, no es de importancia quién será el líder o no, pero para mí sí lo es. Así que tú decides.

Kwon y Kim se miraron desafiantes mientras el ambiente se cargaba de tensión. Kwon sabía que la propuesta de Kim era una trampa y que tenía que elegir sabiamente.

-No te temo ni me interesa lo que propongas -dijo Kwon con firmeza-. No soy Yoon, y no puedes manejarme como quieras. Protegeré a Tory y seguiré siendo el líder, como dictó el sensei. Llevaré a Cobra Kai al Sekai Taikai.

Kim sonrió de manera sardónica.

-Sabes, Tory podría lastimarse accidentalmente si no te comportas.

Kwon lo miró con determinación.

-No te atreverías. Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para proteger a Tory y cumplir con mi rol como líder.

Kim, frustrado por la resolución de Kwon, se dio la vuelta y se alejó, dejando a Kwon con una decisión crucial que tomar.

El dojo estaba en silencio, esperando el regreso del verdadero líder y la resolución del conflicto que estaba por venir.

Kwon se preparaba para la batalla, decidido a no dejar que nadie, ni siquiera Kim, interfiriera en su camino.

Con la determinación y la lealtad como sus principales aliados, Kwon se adentró en el entrenamiento, listo para enfrentar lo que el destino le tenía reservado.