𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐈𝐍𝐂𝐎
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𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐌𝐈𝐍𝐎 𝐃𝐄 𝐑𝐄𝐆𝐑𝐄𝐒𝐎 𝐀 𝐋𝐀 𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐅𝐔𝐄 𝐀𝐆𝐎𝐍𝐈𝐙𝐀𝐍𝐓𝐄, por decir algo.

He estado librando una guerra silenciosa dentro de mí misma porque no puedo recuperarme de ver el cuerpo de Arachne simplemente yacer allí. 

Pienso en lo asustada que debe haberse sentido, al quitarle el aliento lentamente y de manera creciente. 

Sentirme culpable por antagonizar a su pobre tributo, convertido en asesino. 

Ver el miedo en los ojos de Coriolanus cuando la sostenía, escuchar su respiración entrecortada y su grito de ayuda. 

Me pregunto si encontró la paz, si tal vez después de esos disparos y su último aliento, quizás lo aceptó y se permitió ir en paz. 

O si estaba tan petrificada como yo, sin sentirse lista para renunciar a su vida y aferrándose a esa botella rota como si fuera su vida. 

─ ¿Estás bien? ─me pregunta Coriolanus, con una voz suave y genuina. 

─ ¿Qué? ─lo miro, esperando ver una falsa simpatía, pero, en cambio, me encuentro con unos ojos azules como el cielo impregnado en una preocupación absoluta. 

Abre la boca para decir algo, pero cierra los labios como si hubiera cambiado de opinión sobre qué decir, antes de abrirlos nuevamente para hablar. 

─ Tus manos están temblando. 

Extiendo mis manos frente a mí para confirmarlo y sí, veo mis dedos rojos temblando entre sí y no puedo detenerlo. 

Los escondo detrás de mi espalda y trago saliva. 

─ Estoy bien. 

No quiero confiar en Coriolanus... no puedo confiar en Coriolanus Snow. 

Me da una mirada sabedora que solo puedo ver de reojo. 

─ Vamos, Mare. 

Mare. 

Nunca debería haberle dicho que me gustaba el apodo en aquel día de octubre, porque ahora está reservado para él y solo para él. Está utilizando el apodo para atraparme y recordarme que supuestamente está de mi lado. Quiere recordarme nuestros recuerdos; lo que solíamos ser y, por primera vez, casi quiero ceder. 

─ Nunca he visto morir a nadie ─admito en voz baja, con una voz tan suave que casi parece un susurro─. ¿Y tú?

─ No tan cerca como hoy, pero... ─mueve la cabeza, liberando un suspiro tembloroso de su cuerpo─, mis padres murieron cuando era más joven. 

Ya sabía esto sobre él, pero aun así me entristece. 

─ Pero ya lo sabías ─dice, y yo asiento. 

Mi cuerpo está formado por venas y arterias que están llenas de emoción, y no sé cómo canalizar o articular una sola cosa en este momento. Estoy llena de tristeza por todas partes y tengo miedo, no puedo pensar con claridad. 

─ ¿Cómo lo superaste?

Incluso si dejo que Coriolanus entre en esta ocasión, no me importa si nunca me vuelve a hablar o si me está utilizando para este proyecto. Estoy vulnerable y aterrorizada, necesito a alguien. 

─ No lo sé ─dice con el ceño y los labios fruncidos, parece completamente desconcertado, casi como si nadie le hubiera hecho esa pregunta antes─. Supongo que dejé que el tiempo me curara. 

Asiento, aceptando su respuesta, pero aún tengo más preguntas. 

─ ¿Cuánto tiempo te tomó?

─ Era joven ─él está evitando la pregunta porque no quiere preocuparme, pero ya estoy jodidamente petrificada. 

─ ¿Cuánto tiempo te tomó? ─repito. 

Me mira por un momento y finalmente puedo ver algo detrás de sus ojos; está librando una guerra consigo mismo y no quiere que yo lo sepa. No quiere que conozca sus verdaderos sentimientos complicados ni sus pensamientos retorcidos, quiere reservárselos para sí mismo. Como yo. 

─ Años. 

¿Años?

Esperaba una respuesta así, pero aún se siente como un puñetazo en el estómago y me quita todo el aire. 

─ Pero eran mis padres, Arachne solo era una compañera de clase...

─ Una compañera de clase que está muerta ─balbuceo─. Que murió trágicamente y justo delante de mí. 

Frunce el ceño y su manzana de Adán se mueve cuando traga. 

─ Prepárate, Marian. Estamos a punto de ver morir a muchos niños inocentes. 

© 𝑭𝑨𝑰𝑺𝑻𝑺𝑳𝑼𝑽𝑹𝑹