⵰ 🩸▦⃟ (1) ༽ 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐚 𝐦𝐢𝐬𝐭𝐞𝐫𝐢𝐨𝐬𝐚.

─Oye, ¿has oído del caso de la chiquita que fue asesinada en una playa de Okinawa hace pocos días?

─Sí, fue espantoso. Todos estaban en la playa vacacionando, pero justo donde estaba ella no había nadie para ayudarla.

─¿Y cómo carajos van a matar a alguien en la playa? Se supone que ese lugar era totalmente seguro para vacacionar, ¿pero y ahora? Ya nadie va a querer ir allá, un lugar tan turístico...

─¿Sabes qué es lo que me da más bronca? Que andan diciendo en todos lados que ella se lo buscó por "irse a caminar sola", ¡¿es en serio?! ¡Una adolescente de quince años caminando sola por la playa, que para eso es: para caminar! ¿Hay algo de malo en eso? ¿Está rompiendo alguna ley? No, para nada.

─No les hagas caso a los comentarios que ves en los posts de Instagram, la gente de Internet está mal de la cabeza, atacan sin dar la cara, porque son unos cobardes. Hay que enfocarse en lo importante, que es que hay quienes sí se solidarizan con la víctima y le prometen que se hará justicia.

─Espero que realmente se haga justicia, que encuentren al responsable de esto y le den la pena máxima.

─Lo mismo digo para todas las víctimas que hay. Es impresionante. Prendes la tele, ves el informativo y es una desgracia tras otra, un local robado, un hombre asesinado, una mujer violada y asesinada, una niña o adolescente subida a una camioneta, un policía corrupto... Yo ya no miro más las noticias porque termino deprimida. No quiero ser la siguiente...

─He notado que desde la muerte de esta chica en la playa, ha aumentado el número de asesinatos y rapiñas, es como si este caso hubiese marcado un antes y un después en nuestras vidas.

─Es que antes de eso pasaban estas cosas, muy de vez en cuando pero pasaban, sin embargo, ahora parece que más que nunca estamos rodeados de la muerte...

─Lo sé, es terrible.

─Por cierto, ¿cómo se llamaba esta chica? Quiero informarme más sobre este caso.

─Su nombre era...


Un nuevo ciclo escolar comienza, pero para los estudiantes que comienzan tercero de secundaria, no es un año lectivo cualquiera, es uno muy especial, que marca el fin de la etapa de ciclo básico, ya que el siguiente año ingresarán a la preparatoria.

Los estudiantes del colegio Nankatsu se encuentran en la papelería Miniso, ubicada en el centro comercial de su ciudad, haciendo el surtido de materiales escolares que necesitan para este regreso a clases.

─Muy bien, vamos a comprar solo lo importante y lo que realmente no tenemos. Los lápices, bolígrafos y cosas así tenemos que cuidarlo para no tener que comprar más cada año.

─¿Cuidar? Pssh, no me pidas mucho, Yukari. Kisugi me vive robando las cosas.

─Tienes la cartuchera muy llena, solo te estoy haciendo lugar─ Kisugi le codea el brazo de manera cómplice, y le guiña el ojo.

─Sí, sí, qué excusa más creíble, ladrón.

─Ishizaki, ¿por qué te compras tantas cosas si solo terminas usando la mitad?─ le pregunta Izawa, el mejor amigo de Kisugi.

─¡Es que hay tantas cosas lindas!

─Pareces una chica obsesionada con los plumones─ se ríe, otro de sus amigos.

─La verdadera morra de los plumones es Kumi. Esta niña tiene tremendo consumismo─ Yukari le da palmaditas en la cabeza a Kumi, como si fuese un perrito.

─Ya, no me pegues, Yukari. Mi pobre cabecita.

Sanae, de cabello bordó, se ríe.

─Ishizaki, ya que tienes tantas cosas que no usas, se las puedes dar a Tsubasa, ya que sus apuntes son muy desprolijos, jaja.

─Gracias, Sanae, pero dudo mucho que las vaya a usar, estoy tan acostumbrado a solo tener lápiz y goma, que tener bolígrafos de colores me va a resultar extraño.

─Ah, ya sé, va a estar tanto tiempo pensando en fútbol que se le va a torcer el resaltador y va a arruinar el apunte.

Todos se ríen con ganas al imaginarse tal escena.

─Me conoces más que nadie, Yukari─ dice Tsubasa, tentado.

─Bueno, entonces me los quedo yo─ Kisugi se encoge de hombros.

─¡Oye!

─Y sí, Ishizaki, este año me puse la meta de usar más colores para poder imitar los apuntes bonitos de Pinterest, y como no vas a usar los tuyos, los voy a usar yo, estos no se van a secar, me ahorro mi dinero, y tú te quedas con espacio en la cartuchera. Todos salimos ganando.

─Bueno, está bien, quédatelos, pero yo me voy a quedar con uno.

─Préstamelos a mí, Kisugi.

─Claro que sí, Izawa.

─Kisugi, el morro de los plumones, ¿cómo lo ven?

Todos se vuelven a reír a carcajadas.

─¡Ay, me hace tanta risa la palabra morro!

─Bueno, ¿vamos a comprar o no?─ Kumi cambia de tema.

─Ay, sí, ay sí, ya vamos, morra de los plumones.

Tsubasa se ríe para sus adentros. Es el único que está parado sin buscar nada.

─Yo me divierto mucho jugando fútbol, pero esto también es divertido. Tengo amigos increíbles. No cabe duda de que este año será grandioso si estoy con ellos en el salón.


Unos treinta y cinco minutos después, los ocho salieron del lugar con sus compras. La única compra que todos tienen en común son cuadernos nuevos. Los únicos que compraron bolígrafos son Taki, Kumi, Sanae y Yukari; Kisugi e Izawa van a usar los de Ishizaki, y él y Tsubasa no usan. Kumi y Sanae se compraron unas notas adhesivas de colores pasteles que encontraron. Y eso es todo, ya que mochilas tienen, y cosas como lápices, goma, sacapuntas, regla, etcétera, ya tienen del año pasado.

─De todas formas algún profesor nos va a pedir algo que no tenemos, como una carpeta, hojas de un tipo específico, lo que sea, así que tendremos que volver─ dice Izawa.

─Que se dejen de joder, que gastamos un montón de dinero en todo esto─ habla Kisugi.

─Como si tú hubieras comprado un montón de cosas, solo mira las bolsas de Kumi─ le dice Ishizaki.

─Te amo, Miniso─ expresa la castaña clara, con los ojos brillosos.

─Ay, Kumi, jaja.

─Oigan, ¿quieren ir a tomar un helado o algo?─ pregunta Sanae.

─Sí, vayamos.

─Quiero uno de menta granizada.

─Ay, no sueltas más ese sabor, Kisugi.

─¿Tienes algún problema?

─Ya, no discutan tonterías. Pidan los sabores que quieran y listo.

Tsubasa ríe levemente, en eso le entran unas ganas enormes de ir al baño.

─Uy, chicos, tengo que ir al baño urgente o sino me voy a mojar los pantalones del uniforme, y mi mamá me va a matar.

─Ah, ¿ves? Eso es por pensar en fútbol veinticuatro siete y olvidarte de las cosas importantes.

─Cállate, Yukari. Cállate.

Tsubasa se sube al ascensor para poder ir al baño, pero por andar mirando el celular para ver si su mamá le había mandado un mensaje, no se dio cuenta de que había una chica detrás de él, que ya estaba en el ascensor.

─Oh, l-lo siento.

La chica no contesta. Sigue con su mirada seria, pero que parece reflejar un poco de tristeza en el fondo. Es una chica de ojos azules, cabello lacio, largo hasta la cintura, pero con una particularidad: es de color rubio, algo no muy común en la población japonesa, donde el color de cabello predominante es el negro. Esto le llama la atención a Tsubasa.

─¿Eres japonesa?

La chica apenas asiente con la cabeza, sin cambiar la expresión en su cara.

─Ah, me sorprendió ver que tienes el cabello rubio. Pensé que serías de algún país europeo.

No obtiene respuesta de nuevo. Hasta que finalmente llegan al piso de arriba. La rubia es la primera en bajar. Camina a paso lento, haciéndola aun más misteriosa.

─O-oye, espera.

Ella se detiene.

─¿Cómo te llamas?

Unos segundos de silencio donde ella en ningún momento se da la vuelta para mirarlo y contestar, hasta que al fin rompe el silencio, dándole la espalda.

─Kaede. Kaede Tsuchida.

Y sigue caminando, sin siquiera despedirse de Tsubasa.

─Esa chica... me genera mucha intriga. Llevaba el mismo uniforme del Nankatsu...

Entonces recibe una llamada de parte de Kisugi. Atiende.

─Oye, ¿te caíste adentro o qué?

Tsubasa se aguanta las ganas de reírse.

─No, no, ya voy. Es solo que... había una chica en el ascensor que...

─¡NOOOO, TSUBASA! ¡SANAE ESTÁ A MI LADO!

─¡Uuuuuh, Tsubasa encontró algo mejor que el fútbol!─ se ríen al otro lado de la llamada.

─¡KISUGI, NO DIGAS ESTUPIDECES!─ Tsubasa cuelga la llamada─Espero que Sanae no se haya sentido incómoda. Me pregunto si esa chica está en nuestra clase este año. Kaede Tsuchida, es la primera vez que la veo. Debe esconder unos cuantos misterios... Bueno, ya me enteraré pronto, pero si no voy al baño ahora, me va a explotar la vejiga.


Los ocho están en la camioneta del padre de Taki, que es en la que viaja junto con otros diez colegas del trabajo cuando les toca hacer las labores de cada día. La madre de Taki pensó que sería lo mejor, ya que a esa hora los colectivos están llenos, y ni de broma los va a dejar andar solo por la calle a esa hora, no después de todas las noticias que ha visto en los últimos días. No quiere que a ellos los ataquen por sorpresa. Sí, les recomiendan andar en grupos, ya que es menos probable que los ataquen a que anden solos, pero de todas formas puede pasar cualquier cosa, así que más vale prevenir que lamentar.

─¿Todo eso te compraste, Kumi?─ le pregunta el señor Taki.

─Y bueno, estaba bonito, estaba barato. Solo soy una chica─ se encoge de hombros.

Tsubasa está contra la ventanilla, mirando hacia afuera, pero al pasar por una parada de autobuses en una esquina, logra divisar a aquella chica que vio en el ascensor. Kaede. Está sola, casi a oscuras, esperando a que pase el autobús que le sirva para llegar a su casa.

─Al parecer a ella sí la dejan andar sola. Espero que llegue bien a casa─ piensa el castaño de cabello puntiagudo hacia atrás.

No se la va a poder sacar de su cabeza tan fácilmente.


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