Capítulo 1

— 𝐍𝐎𝐑𝐈𝐄𝐋 —

Volvía a repetirle a todo el corillo lo que tenían que hacer después que Nashley llegara a mi estudio —sí, estamos en Las Monjas—, Jonniel, Ardilla y Jon Z estaban aquí, grabando desde bien temprano a lo que yo desde un inicio les advertí:

—Nash viene, ya está cerca de aquí —les avisé a los tres mientras leía los mensajes que ella me enviaba.

—Cabrón, ¿no se pueden ir ustedes dos solos para otro lugar? —decía Jon, quejándose.

Dije que no moviendo mi dedo de lado a lado, sin verlo porque respondía el mensaje de la nena y oí como chasqueó la lengua, después la risita burlona de Jonniel.

—Es un cobarde, porque la invita al estudio con pretextos de grabar algo, en vez de llevarla por ahí a pasear —soltó a modo de burla, ese cabrón.

—¿Cobarde? Cabrón, ya la he llevado pa’ todos lados conmigo, me la llevé a España los otros días —explicaba moviendo mis manos, sonriendo con rabia—. Estando allá fuimos pa’ un club, la llevé a cenar... La hice caminar conmigo, ¿sigues pensando que soy un cobarde, cabrón?

Asintió Jonniel.

—Brother, estás en tu zona... Estás en PR, en tu barrio... ¡Las Monjas, cabrón! —decía Jonniel, obvio—. Es pa’ que esa chamaca ya estuviera llegando al estudio y tú la recibieras con el condón puesto y el lubricante en la mano, ¿qué no lo entiendes, papi?

Bufé—. No es fácil.

Jonniel y Jon se vieron entre sí, Ardilla me miró y luego nosotros nos fijamos en ellos. Quizas si tenían razón y fuera para que Nashley y yo, ya estuviéramos en una relación pero, ella ni me ve, ni siquiera como opción.

¿Qué iba a hacer? Ella tiene un crush con Luar.

—Te da miedo que te rechace, ¿es eso? —fue Jon.

Negué arqueando mis cejas—. ¿Tú crees que me da miedo? ¿Qué me rechace, Nash? Papi, lo que tú no entiendes, es que la nena ni siquiera se da cuenta de lo que quiero con ella...

La puerta se abrió de golpe, vibró mi celular y entre ver la pantalla y hacia la entrada, ahí estaba Nash sonriendo súper coqueta y yendo directamente hacia Ardilla. Yo miré a los dos estúpidos —Jonniel y Jon—, una mirada bastó para que cerraran la boca e hicieran como que esto jamás pasó, mientras Nash saludaba a mi hermano.

—¡Dany! —lo abrazaba y lo movía para todos lados—. ¡Te eché mucho de menos, nene! ¿Cómo estás?

Ardilla sonriendo nervioso y correspondiendo al saludo de Nashley, viéndome nervioso como si fuera a hacer algo en presencia de ella, obviamente no, tal vez cuando ella no esté yo me arreglo con el brother.

—Bien, bien nena... Tranquilos, con par de cositas pendientes pero, todo bien. ¿Y tú? Te vimos en los vídeos de backstage que tiraron por insta, anduviste con Miko pa’ todos lados.

—¡Hijo de puta! Eso estuvo, ¡hijo de puta! —decía en alto, muy emocionada y sonriendo ampliamente—. Aunque con mi hermana ahí, Miko estaba pendiente a ella, así que... Era un poquito raro, me sentía en medio de ellas.

—Si, me imagino —dijo entre dientes, desviando la mirada ese cabroncito.

—Bueno, ¿y nada más te alegras de verlo a él? —interrumpí la escenita, ella se giró con esa misma sonrisa y negó—. ¿Qué estás esperando?

Miró a Jonniel y después a Jon, esos dos seguían sentados mirando como unos pendejos.

—A que se pongan de pie —respondió, mandándome al carajo y quedando como un tonto ahora.

Esos dos se levantaron haciendo un ruido exagerado al deslizar las sillas, Jonniel fue el primero en acercarse a ella y la abrazó por encima de los hombros mientras Jon le tiró del cabello, un jalón suave para que ella soltara a Jonniel y fuera con él.

—Te queríamos ver... ¿Ya te extrañábamos? No mucho pero... —se encogió de hombros, burlándose y la nena sonrió.

—Jonathan, por favor... Si tú fuiste el que lloró por mi la última vez que me fui, ¿o ya se te olvidó? Tuvimos una llamada en grupo, ¿no recuerdas eso?

Me reí, Ardilla y Jonniel también, pues la nena tenía razón y el tipo chasqueó la lengua negando.

—Eso fue porque estaba viendo una serie con la doña, y pasó algo de un accidente con un perrito... No te crezcas tanto.

—Ajá, bueno —le sonrió la nena y todo se quedó en silencio.

¡Ella por fin venía hacia a mi!

Sentí escalofríos y como se me bajaba y subía la sangre, manteniéndome frío y caliente al verla acercarse a mi, con sus ojos fijos sobre los míos y mordiéndose el labio inferior mientras que yo la veía embobado, sin saber si sonreírle o solo esperar a que llegara. Todos nos veían, yo me cagaba del desespero por que ella estuviera ya, aquí pegada a mi.

—¡Nos vamos! Es hora de almorzar... Te saludamos, te dimos la bienvenida, ¿qué nos faltó hacer? —ese hijo de puta, Jonniel.

—¡Callarte la puta boca, huele bicho! —le grité.

Nashley se giró dándome la espalda, riéndose por mi reacción y como todos esos se iban, dejándonos a solas mientras se reían y hacían esa bullita saliendo de acá. Yo me aclaré la garganta, respiré profundamente y le sonreí, exhalando despacio por la boca y Nash nuevamente, venía hacia a mi, la notaba nerviosa.

—¿Y a mi no me querías ver, Nashley? —ladeé la cabeza y ella arrugó la nariz, poniéndose roja de la cara, sonreí.

—Un poquito, nada más...

—¿Y eso?

—Hablamos diario, ¿como iba a extrañarte? No me dejabas en paz ni un segundo, esos reels estaban buenos —rió bajito, llegando conmigo y abrazándome por debajo de mis brazos.

—Pa’ la próxima me voy a hacer el cotizado contigo, no te voy a enviar ni un carajo...

—Te extrañé mucho, Noel —confesó entre risas y suspiró.

En verdad, eso me hizo sentir las dichosas mariposas en el estómago. Hace tiempo que no las sentía y bueno, el pecho se me hinchó y sonreí para mi mismo mientras nos abrazábamos con fuerza y nos quedamos así, moviéndonos de lado a lado en el mismo lugar, en silencio.

Yo no quería soltarla, quería quedarme así con ella para siempre pero, se removió de manera sutil y de la misma manera la solté, ella haciéndose para atrás con una sonrisita nerviosa y bajando la mirada mientras que yo, no le quitaba los ojos de encima.

—Te queda bien esa falda... Tus piernas, se ven...

Cerré la boca, ¿qué puñetas estaba diciendo?

Nash rió de forma escandalosa, dejándome saber que no quería seguir escuchando mis tonterías y me di la vuelta, tecleando en la mierda esta de Jonniel, dónde estaba el beat que con mentiras, iba a grabarle un verso a la nena.

—Mera, de esto te estaba hablando Nash... ¿Qué te parece? —necesitaba que se olvidara de todo, tenía que hacer como si nada pasó.

La miré de reojo, esperando a que se acercara y cuando llegó al lado mío, nos vimos a los ojos sin decir nada y nos quedamos un momento así, solo viéndonos.

Recorría su cara, iba de sus ojos a sus labios y a su mentón. Me volvía loco ese lunar que tenía justo debajo de sus labios, después mis ojos regresaban a ese cabello negro ondulado, a sus cejas y después a esas pestañas rizadas que en esos ojos oscuros, se veían tan bien. Sonreímos como dos tontos al reaccionar —y es que ella también parecía examinarme—, negué volviendo la vista al monitor y puse el ritmo que el tipo había creado hace par de días.

—¿Qué tú crees?

—Que deberíamos hablar antes de comenzar con el trabajo —dijo mirándome fijamente y se humedeció los labios, pasando su lengua de una manera tan sensual que mi piel se erizó—. ¿No lo crees, Nori? A fin de cuentas, grabaremos de todas formas... Hablemos antes.

Puso su mano sobre la mía, movió mi dedo haciendo que la pista se detuviera y me empujó de la cadera hacia el lado, para que me sentara. Yo completamente hipnotizado, dejando que esto simplemente pasara, me dejé llevar y terminé sentado frente a Nash, con sus rodillas rozando las mías.

—Ahora si, Danger... ¿Qué tanto hablaban de mi hace rato?

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