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Ninguno de los dos mellizos se quedó en silencio, de hecho había sido un récord que no la hayan enfrentado después de haberles dado un gran susto. Ahora Samantha se veía como la menor mientras escuchaba como sus hermanos la regañaban una y otra vez. 

— Sam! No es momento de salir últimamente las cosas están empeorando y debemos estar juntos — Dijo Stephen viendo a su hermana y recibiendo apoyo de Liam.

— Por favor deja de hacer esas locuras! Un día nos darás un infarto — Esas palabras provocaron que la rubia sonriera un poco —. No sonrías, no es divertido.

— Chicos, está bien tienen toda la razón — Dijo levantándose de aquella cama —. Estuve mal en no decir dónde iba pero pensé que podría salir de allí por eso no lo creí necesario, entiendo y acepto que estén molestos pero aquí estoy.

Liam la abrazo pidiendo que no volviera a irse de esa manera provocando que Samantha sintiese ganas de llorar al tener una gran posibilidad que rompa su promesa en no quedarse con ellos hasta el final. Con un movimiento tomo a Stephen para unirlo aquel abrazo de hermanos y disfrutar todo lo que fuese posible junto a ellos hasta que sea el momento de reunirse con sus padres y tía.

Recibieron la noticia que hubo otro ataque dónde no solo familias Muggles salieron heridas sino algunos magos y brujas que se ocultaban en la ciudad de Londres por esa razón algunos de los hermanos Rosier y los más jóvenes irían a inspeccionar en la noche.

— Yo iré, Damon te quedarás a cargo — Dijo Thomas al escuchar que era una situación crítica por esa razón iría con sus hermanos mayores y con Hydrus quien tanto insistir logro convencer al mayor —. Nadie saldrá, escucharon, sobre todo ustedes dos — Apunto a las dos chicas quienes asintieron.

— No te preocupes hermano, las salidas estarán tan vigiladas que ningún insecto podrá pasar — Aclaro Damon viendo a las dos amigas y dejando más tranquilo a Thomas.

Decidieron cenar todos juntos antes que el grupo seleccionado se marchara de la mansión. Tenían pensado regresar máximo dos días pero si llegaran a tardar más ordenaron que fuesen por ellos, aún así Thomas prometió comunicarse a través de Gryffin para hacerles saber si todo estaba bien o si necesitaban ayuda pero ellos creían que los mortifagos que habían atacado ya no estaban allí sino que habían huido dejando un gran desastre de por medio.

— Cuídate papá — Dijo Gryffin abrazando a su padre quien se marcharía junto a sus hermanos y sobrino pero quién quería más como un hijo por haberlo criado.

Se despidieron de los hombres antes de continuar con lo suyo. Samantha estaba en uno de los sofás junto a Finn mientras veían como Gryffin enseñaba a Luke y a sus primos Muggles jugar ajedrez mágico riéndose un poco del asombro que estos tres demostraban cuando las piezas se movían y más.

— Luego podrán hacer apuestas — Dijo la pelirroja viendo cómo poco a poco iban comprendiendo las instrucciones que no eran para nada complicadas.

Los chicos decidieron jugar contra los otros tres que sabían, de esa manera disfrutaron aquella noche mientras reían y comían tartas que acompañaban a la perfección aquel momento. Las horas pasaban y ellos estaban muy entretenidos por esa razón Grace debió anunciarles que era tiempo de descansar.
Al despedirse de la mujer, Samantha fue a ver a sus hermanos, Liam se encontraba muy dormido pero Stephen estaba con Cygnus en una de las bibliotecas de la mansión, mientras hablaba con ellos dos noto como John se marchaba a su habitación pero ignorando su presencia lo cual comprendió porque ella misma lo estaba causando y a pesar que dolía era lo mejor.

“ Veía su reflejo en el agua que se movía gracias a la corriente pero se veía triste y sola.

— No lo hagas — Escucho detrás de ella haciéndola voltear —. No amargues tu corazón con aquella soledad.

— Pero duele más ver a las personas sufrir por mi culpa — Respondió la chica a su madre quien estaba detrás de ella viéndola con una sonrisa.

— Todos necesitamos a prender pero en ese camino con dificultades en medio la mejor compañía es el amor, hija mía por más que no me hayas visto mi amor continúa a tu lado y de tus hermanos — Dijo Cassandra sonriendo mientras veía pacíficamente a su hija —. Eso te ha fortalecido, y no solo el mío sino el de los que están junto a tí, mi Sami no cierres tu corazón y te vuelvas fría se la misma de siempre con esa luz que te caracteriza... Hazlo por mí.

Samantha volvió a ver su reflejo allí pero se veía de otra manera cuando intento hablar otra vez con su madre está ya no estaba pero no logro buscarla ”.

Sintió como alguien la movía poco a poco hasta lograr despertarla allí vio a Ada quien la veía con preocupación.

— Que sucede?

— Es John — Ambas salieron de la habitación con rapidez.

No entendía que estaba ocurriendo la mujer solo la llevo hacia le habitación donde se escuchaba una discusión, al entrar vio a Polly tratando de calmar a John mientras que esté era sostenido por Damon y Michael. Samantha nunca lo había visto de esa manera tan alterado y enojado al mismo tiempo pero al verla logro relajarse solo un poco.

— Ada... — Damon creía que era mala idea traer a Samantha con el estado de su hermano pero su hermana creía lo contrario.

— Cállate Damon y dejen a John ahora mismo — A pesar que su sobrino quiso protestar con una mirada lo hizo callar —. Polly sacalos de aquí, ellos necesitan hablar.

La mujer obedeció a la petición de su cuñada y saco a los otros dos de allí ignorando las quejas, Ada antes de irse de la habitación le susurro a Samantha que John había tenido una horrible visión que la veía morir por esa razón intento cambiar ese futuro y Michael fue quien lo vio avisando a su tío, y evitando que hiciera una locura.
Al estar solos era consciente que debía ser cuidadosa incluso más al tener memoria de lo que habían hablado al mediodía pero Butler también recordó el sueño que tuvo con su madre.

— Yo... — Antes que pudiese hablar Samantha no dudo ni un segundo en actuar.

Se acercó a él estampando sus labios con los suyos dejándolo algo sorprendido ante aquel acto pero Samantha al verlo de esa manera no podía seguir reteniendo aquellos sentimientos que habían florecido por el menor de los Rosier. John la tomo de la cintura acercándola más a él para dejar que sus sentimientos fuesen los que gobernaran en ese momento creando un ambiente totalmente diferente al que estaba hace un par de minutos, ninguno de los dos quería despegarse de aquella danza apasionada que llevaban a cabo sus bocas demostrandose amor pero la falta de aire se estaba haciendo notar causando que se alejaran solo un poco.

— No te vayas de mi corazón, nunca — Dijo John uniendo su frente con la de ella —. Por favor.

— Nunca lo haré Johnny — Susurro con una sonrisa mientras mantenía sus ojos cerrados.

Sintió como las manos de John la envolvían más y como sus labios tocaban la piel de su cuello provocando que se erizara por completo. Era un amor diferente que por nadie habían sentido ninguno de los dos pero al conocerse y permitir que ese amor floreciera era como si ya estuviesen completos, era la pieza faltante en aquella vida.

— Hay un Dios que ha visto mi vida y decidió poner un ángel para salvarme — Dijo John viendo fijamente a su amada —. Salvarme de aquella caída sin fin.

Samantha sonrió con ternura y acaricio la mejilla del muchacho antes de volver a unir sus labios que eran una nueva adicción para ella. Pero ese beso se volvió más apasional y por más que era un gran paso para los dos ninguno quería detenerse, querían entregar su cuerpo y alma al otro porque estaban muy seguros que eran el uno para el otro.
Se sentía algo apenada y tímida ante lo que iba hacer pero John fue todo un caballero haciéndola sentir única, como una reina cuidando de ella en todo momento.

— No te ocultes que hasta las estrellas sienten envidia de tu belleza — Dijo viéndola con amor.

— Que hice para merecerte... — Susurro con calidez.

Era una noche que no olvidaría ninguno de los dos, era la primera vez donde sus almas se unían creando una alianza inquebrantable que era sellada por un acto de amor.