𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 58: 𝑆𝑖.
No era consciente del tiempo que había transcurrido, me dejaba llevar por una pesada medicina que me cegaba completamente hasta que anochecía. Perdí la noción del tiempo en algún punto de mi encierro.
Veía a Jihyun, seguido, igual que a NamHyuk. Yo no tenía idea de qué clase de fetiche tenía ese hombre por reconstruirme, o lo que sea que quería, pero pasaba largas horas en mi cuarto viéndome compartir con mi hermano y la vaga forma en la que intentaba recuperar el tiempo perdido. Él, a pesar de ser pequeño, sabía que algo estaba pasando, y yo también sabía que había algo mal conmigo.
Estaba perdiendo la cabeza.
Cuando SeoMin se llevaba a mi hermano a sus "salida" que parecían más paseos para alejarlo de mí, yo solo me sentaba en mi cama y miraba a la tela que usualmente utilizaba, negra, ancha, con aquel fantasma del olor de YoonGi que se ha ido disipando mediante a los lavados. Llevando un estampado de alguna banda de la que nunca en mi vida he oído hablar, la mayoría de las veces, con el cuello arrancado, dándole un aspecto extrañamente callejero.
Tenía unas cuatro o cinco en mi cajón.
El silencio estaba enloqueciendo lo poco que quedaba de sensatez en mi cerebro. A veces me despertaba con ganas de salir a delante, abandonar esta casa como fuera posible, y escapar a donde YoonGi se encontraba, otras, no quería levantarme más que para desear estar muerto.
Siempre que me decía a mí mismo que podía, nacía esto dentro de mí que me repetía.
No, sabes que no puedes.
Cada vez, que yo me enfrentaba a mis propios negativos pensamientos sobre como todo esto acabaría mejor de lo que imaginaba, escuchaba ese eco detrás de mi nuca.
Nada saldrá bien jamás para ti.
Y también, siempre que yo me repetía que YoonGi me amaba y que saldríamos de esto como siempre, ahí estaba.
Él se fue, y es seguro que encontró algo mejor que tú con lo que pasar el tiempo. Ni siquiera te ha buscado.
Fui interrumpido bruscamente cuando la puerta de mi cuarto se abrió. Y NamHyuk, como siempre, a lo que parecía ser una misma hora cada día, entra por mi habitación examinando todo con cautela. Tira sobre mi cama, a centímetros de mi cuerpo, una serie de papeles en una carpeta de color crema. Examiné, desde donde estaba, pero no lo abrí, ni miré lo que había adentro. —Vamos, revísala. Estoy seguro de que será interesante para ti.
Eso hice. Tímidamente, y algo inseguro con un leve temblor en mis manos, me decidí a echar un vistazo. Algo de ahí no desprendía nada bueno, pero lo abrí. Había un informe policial dentro, con el nombre y la foto de YoonGi. Leí todo rápidamente, estoy seguro de que mis cansados ojos usaron todo lo que podían para terminar cada línea. —Tres asesinatos impunes, diez acusaciones por robo y una por tráfico de drogas. No sé qué clase de contactos tendrá ese bueno para nada, pero no duró más de una semana en la cárcel. ¿Es eso lo que realmente quieres en tu vida, JiMin? ¿Un narcotraficante asesino? Y eso no es todo, debes ver su historial psicológico en la página siguiente, ¿Principios de trastornos de ira, y psicosis? ¿Indicios esquizofrenia infantil en su niñez? Se pone mejor, JiMin, se pone absolutamente mejor.
Cuando mis ojos pasaron por los nombres de los asesinatos por los que había sido acusado, se detuvieron en un nombre conocido; TaeHyung, Kim TaeHyung. Pasaron varias cosas por mi cabeza, primero, los últimos mensajes que había recibido de él y que nunca me vi capaz de responder porque estaba demasiado metido en mi mierda.
No tenía mi teléfono ahí, pero podía repasarlo por mi mente y sentir esa asquerosa sensación de culpa colmar todos mis sentidos. No tardé en sentir que estaba llorando, y NamHyuk, solo pensando que se trataba de YoonGi, se acercó en un pobre intento de consuelo que no sirvió si no para recriminarme más a mí mismo el no haber estado ahí, y el haber sido el porqué del asesinato de alguien que nada tenía que ver con lo que me pasaba y cuyo único error fue amarme, querer que le amara e intentar arreglar con sus propias manos el desastre de persona que era, como también el que seguí siendo después.
Los intentos de NamHyuk por hacer que el amor que sentía por YoonGi se fueran tan lejos que me viera incapaz de alcanzarlos otra vez, eran en vano, sin embargo, cumplió su meta ese día. Porque mientras me abrazaba, y yo intentaba hablar entre un borbotón de palabras que ni siquiera lo parecían, me detenía a darme cuenta de que el desastre que creí que era YoonGi, era si no uno muchísimo peor. Subestime de lo que era capaz, y termine por amar a alguien que no es más que un monstruo, sonaba terrible. Sonaba terrible porque siempre le defendí de esa palabra, una cuyas voces habían repetido alrededor de él muchísimo tiempo. No fue hasta ese momento, con la imagen de TaeHyung, una persona inocente, siendo llevada hasta su muerte en manos de alguien como YoonGi, lo que me hizo creer que todo lo que decían, o gran parte de ello, era cierto.
Me lamentaba, y patéticamente sentía lastima de mismo, porque jamás iba a poder dejar de sentirme de esta forma por YoonGi. Incluso cuando muera, yo solo sé que no voy a poder. Aun siendo consciente de sus errores estoy quitando la culpa de ellos de sus hombros y cargándola en los míos.
Con calidez, la mano de Namhyuk fue a mi muslo y lo palmeo un par de veces en forma de aliento. Me vio totalmente ignorante, y sin saber qué clase de cosas pasaban por mi mente en este momento, mientras que yo, intentaba dejar fuera todo rastro de tristeza de mi rostro, porque odio demostrarla. Tendió un teléfono en mis manos, arrastrando un tenue brillo de esperanza en mis ojos, lo miré, y volviendo a sus facciones duras, se inclinó a darme un beso en la frente. —Acaba con esto, acaba con lo que está torturándote. Si no te deshaces de lo que te aferra al dolor, jamás podrás salir de el. Y mientras estés estancado a una persona que no es más que un suplicio, de apoco iras pereciendo, hasta convertirte en alguien que no existe más que para cumplir con amar a quien no puede amar.
Fue difícil ver los números en la pantalla para poder deslizar mis dedos y marcar el número de YoonGi, pero lo hice. Lo hice mientras la mirada atenta de Namhyuk inspeccionaba todo lo que yo hacía. Me aferré al teléfono, y eché un vistazo hasta el espejo que estaba enfrente a mi cama, para ver que mi rostro había enrojecido, sobre todo mi nariz. Fueron tres tonos, y la voz de YoonGi produjo un gran escalofrió que continúo recorriendo mi espalda, esa sensación que no iba a dejar de tener cada vez que lograba escucharlo, y cerciorarme de que estaba bien. —¿Hola? ¿Quién habla?
Guardé silencio unos segundos, pero hablé. —YoonGi. YoonGi-solo, soy yo.
Sé que debí contener la emoción que mi voz parecía trasmitir, pero no podía lograrlo. Él, demoró en decir algo más, pero me llenó de preguntas sobre mi estado, mientras que debí mantenerme firme respondiéndolas todas.
No flaquear, no llorar, no hacer algo bochornoso. —Algo está mal contigo, tu voz no se escucha como siempre.
—Nada está mal, he comido adecuadamente y tomo mi medicación diaria. Mi cuerpo está perfectamente bien ahora, solo, es importante que hable contigo.
—¿Por qué? JiMin, no hay nada más que decir, estoy planeando algo para sacarte de ahí, Dios, he pasado dos o tres semanas sin drogarme, ¿Entiendes? Es solo- he logrado tanto estos días que solo me queda la ilusión de recupérate. Vamos a lograrlo, sé que vamos a hacerlo. —mi labio inferior tembló.
Joder, no podía hacerlo, no podía decirle. —Estoy orgulloso de ti, pero no creo que eso sea posible.
Empezó
—¿Qué? ¿De que estas hablando? No estoy entendiendo.
—Irme de aquí. Irme contigo, no me iré, YoonGi. Y creo que esto llega hasta acá, sigue tu camino solo.
El silencio que hubo después quebrantó más de lo que creía. No iba a largarme a llorar.
No, iba a largarme a llorar.
—Tu no me estás diciendo eso, tú no puedes. ¿Es una broma?
—Supe que mataste a TaeHyung, YoonGi.
—¿Me estás diciendo que vas a mandar a la mierda todo lo que hemos pasado porque maté a un hijo de puta? JiMin, no puedes hacerme esto, no puedes jodidamente hacernos esto. —presioné mi mano cerca de mis labios. Era tan difícil, no creo que nadie sepa cuán difícil es esta situación para mí. —Sé que me amas, sabes que te amo. Con eso, no puedes rendirte.
—No te amo, ya no-
—Eso es pura mierda, y lo sabes. —Namhyuk estaba escuchándolo todo, ansioso a que llegara la hora de cortar, obviamente. —Eres mi bebé, JiMin, yo no sobrevivo en este mundo sin mi bebé.
—Lo harás, sé que lo harás. Yo no puedo seguir contigo, no puedo seguir intentando levantar lo nuestro, me di cuenta de las cosas, no estamos realmente destinados a estar juntos.
—¡No, no lo estamos! ¿Estas escuchándote a ti mismo? ¿La clase de estupideces que me estás diciendo? El destino es una mierda, la gente destinada no existe, nosotros solo nos encontramos, nos amamos, solo fue eso. Nada de almas gemelas, nada de algo predestinado, solo éramos tú y yo en una habitación, pensando en quien hundiría al otro primero y terminando por hundirnos los dos. ¿Qué es? Explícame, ¿Qué demonios es? ¿Namhyuk, el imbécil ese te metió mierda en la cabeza?
No contesté.
—Es eso, puedo casi apostar a que está ahí mismo ahora, ¿Te gusta él JiMin? ¿Olvidaste en estos meses lo que fue de nosotros y decidiste que enamorarte de él era algo mejor?
El sí que di después, fue lo que acabó con la llamada.
Y con YoonGi.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top