第十三章 | 𝔠𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯 𝔱𝔥𝔦𝔯𝔱𝔢𝔢𝔫🌹❠
𝐭𝐡𝐞 𝐝𝐢𝐬𝐜𝐨𝐫𝐝 𝐤𝐢𝐬𝐬
; Donde el ángel es quién toma las riendas de la historia...
Emily observó asombrada a Eren. No podía creer lo que había dicho. Él, realmente se preocupaba por ella.
—Pero Eren...— Emily miró al castaño, siendo ella la que ahora se encontraba preocupada por él. ¿Acaso, él pensaba sacrificar su vida de algún modo?.
Eren le sonrió con dulzura y se acercó aún más a ella. Emily por inercia, se alejó un poco pero se quedó quieta en su lugar, realmente quería estar cerca de él, lo deseaba y mucho. Ella se había enamorado de aquel joven y no había vuelta atrás.
Así que por primera vez en mucho tiempo, Emily decidió seguir a su corazón sin importar que.
Los brillantes ojos verdosos y azulados de Eren y los miel de Emily se conectaron una vez más uniendo sus almas en una tierna mirada de amor verdadero, ambos sabían muy bien lo que sentían por el otro, y no querían seguir ocultándolo más. No podían.
Las respiraciones de ambos se tornaron pesadas, y con lentitud, se acercaron el uno al otro, profanando el ínfimo espacio que existía entre ambos.
Los largos cabellos de Eren se deslizaban por su rostro rozando la piel de Emily, causando un leve cosquilleo en ella.
Y cuidadosamente, el castaño posó su mano derecha en la mejilla de su contraria dando suaves y leves caricias, apreciando su rostro e intentando grabarse eternamente aquel recuerdo en su mente, el recuerdo de la mujer que bajo sigilo era la amante de su corazón.
El tiempo al rededor de ambos jóvenes transcurría con lentitud, haciéndose aquel momento eterno para ambos. Permitiéndole a sus corazones, guardar en su propia memoria, aquel feliz y nostálgico sentimiento que nunca olvidarían, ni aunque la muerte les arrebatara de los brazos del otro.
Y como si se encontraran atrapados en un cuento de hadas, o en una bella historia de amor. Los dos amantes secretos juntaron con suavidad y ternura sus labios, terminando de enlazar sus almas por el resto de sus vidas, en una promesa de amor que nunca moriría.
Lentamente, cerraron sus ojos, guardando en sus pensamientos, el recuerdo de sus rostros una última vez, antes de comenzar a desplazar sus labios en un pequeño vals al compás de sus inquietos y traviesos corazones. Que sin parar, latían intranquilos por las sobredosis de amor que recibían con dulzura y vehemencia.
Una cálida y abrigada sensación de amor florecía con más ímpetu entre ambos, envolviendo a los amantes, en una invisible nube de amor, cayendo rendidos por el sentimiento mutuo que les dictaminaba amarse.
Las maravillosas sensaciones y la delicadeza con la que el afecto endulzaba sus alamas, los hacía ansiar de más contacto entre ambos, para expresar y derramar hasta la última gota de aquel amor prohibido que a gritos, suplicaba palpar la pasión de ambos cuerpos ansiosos y tentados a cometer el pecado original.
Pero entonces, aquel fuego vivaz producto del solo roce de sus labios, afiebrados de suaves emociones deleitosas. Fue violentamente apagado por inesperadas imágenes que comenzaban a abrumar sus mentes temerosas, por lo que se abría paso en sus indefensas almas.
Personas, momentos, hechos, muertes, sangre, guerras y destrucción se mezclaba con la desafortunada historia de los amantes desventurados, que solo deseaban huir de aquel destino que les deparaba la mismísima muerte.
Pero no fue sino entonces. Cuando la revelación de la muerte de uno se le fue revelada al otro, que abrieron sus ojos, acumulados de lágrimas pequeñas y cristalinas. Mirándose, aún sin ser capaces, de separar sus labios movidos por el egoísmo de ambos, sin importar cuanto les doliera ver el fin, que por desgracia, los separaría por el resto de sus desdichadas vidas.
Vidas, que acabarían encerradas en un abismo de dolor y sufrimiento eterno.
Transportándolos a aquellas memorias, que lo único que generarían, sería la discordia entre los amantes que al final, habían conseguido liberar sus verdaderos y más genuinos sentimientos, antes que el reloj marcara su hora final.
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Los ojos miel de la joven podían apreciar aquellas escenas pertenecientes al pasado de el mundo. Sus ojos veían la verdad y las mentiras, que enmarañadas, dirigían el destino de la humanidad hacía un solo punto. La destrucción.
Todo se veía tan real, que no sabía si creer que era una ensoñación creada por su mente o algo más allá de su comprensión.
—¿Qué es todo esto?...— susurró, mirando la gran extensión arenosa donde se encontraba, percatándose de que ante ella, se alzaban grandes senderos de luz parecidas a una gran aurora multicolor, en el oscuro y despejado, cielo nocturno.—¿Qué lugar es este?...
Emily, se levantó del suelo sintiéndose algo mareada. Los recuerdos que ella obtuvo aún no era capaz ni de entenderlos en lo más mínimo, y mucho menos, de procesarlos. ¿Qué era todo eso que vio?. ¿Dónde estaban Eren, Peter y su familia?. ¿Cómo pudo acabar en ese lugar?.
Lo único que recordaba escasamente, era que ella y Eren habían osado besarse.
—Espera...— Los ojos de Emily se abrieron de golpe al caer en cuenta de lo que había hecho, sintiéndose avergonzada de ello. ¿Por qué lo besó?. Pensaba desesperada y mirando a todas partes en espera de encontrar un alma que se apiadara de ella. Pero no había nada, estaba sola envuelta en la turbia aura melancólica del lugar.
Con pesadez en su cuerpo, Emily caminó hacía aquella luz, esperanzo hallar alguna respuesta que resolviera sus dudas, y repentinamente, todo a su al rededor cambió. Llevándola a arcaicos recuerdos, que le revelarían, secretos particularmente desconocidos, a los que nadie podía tener acceso.
Ahora, la joven aturdida por la circunstancia, se hallaba en un oscuro y frío bosque de altos pinos que oscurecían más la noche. Solo Dios sabía donde estaba.
—¡¿Hola?!— gritó buscando rastros de presencia humana.—¿hay alguien ahí?...— preguntó, caminando hasta toparse con una especie de cabaña.—me pregunto si habrá alguien...
Emily caminó hasta aquella cabaña encontrándose con un escenario extremadamente extraño y retorcido, no solo por la situación misma, sino por quienes la protagonizaban.
—¿Eren?... ¿Zeke?...— susurró con sorpresa al darse cuenta de que su primo y el joven a quién ella cuidaba, quién se encontraba completamente normal, sin ninguna de las discapacidades que se suponía padecía. Estaban ahí junto a su fallecido tío Grisha y otros dos niños, logrando identificar solo a uno, quién nuevamente, para su sorpresa era el mismísimo Eren, pero cuando era tan solo un niño.
Todo era tan, extraño y confuso, que Emily solo conseguí aumentar el dolor de su cabeza al pensar en una respuesta lógica para lo que sucedía ante sus ojos. ¿Grisha era el padre de Eren?, ¿pero cómo?, ¿en qué momento?, ¿Eren y Zeke eran medio hermanos, y ninguno fue capaz de contárselo a ella?, ¿en qué clase de mentira vivía?.
Ambos hermanos dirigieron su atención a la dueña de la voz que les miraba consternada, confundidos al no saber de quién se trataba. ¿Quién era aquella intrusa y cómo lograba verlos?.
—Eren, ¿quién es esa chica y cómo consiguió acceder a los caminos?...— preguntó Zeke sintiendo cierta familiaridad con ella, pero no lograba recordarla ni identificarla de ninguna parte.
Los ojos de Emily se abrieron con horror al oír las palabras de Zeke. ¿Caminos?, ¿quién era ella?. Acaso era una broma de mal gusto. Aquello era como si su existencia hubiese sido borrada de la historia real, ¿cómo era posible que Zeke no la reconociera, si eran familia?.
—¿Quién eres?— la mirada que Eren le había dedicado a Emily, era distinta a la del Eren que ella conoció, o al que creía conocer. Su mirada era triste, sí, pero llena de un odio que atusaría a cualquiera que se atreviera a ver esos fríos ojos sin vida.—te hice una pregunta, ¿quién demonios eres?...— la severa voz del castaño atemorizó a Emily. Estaba asustada, no entendía qué clase de pesadilla era esa.
—So... soy Emily... ¿no... no me recuerdan?...— preguntó derramando las lágrimas que acumulaban sus ojos, cerrando estos con violencia a la espera que todo acabara y solo fuera una muy mala jugarreta de su mente.—esto es solo una pesadilla... solo eso...— susurró con su voz que flaqueaba llena de terror y miedo al pensar que posiblemente lo que veía, era verdad.
¿Ella aunque sea era real o existía?.
Eren y Zeke se miraron sorprendidos y desconcertados por la inexplicable circunstancia. El castaño trató de acercarse a la indefensa joven que no dejaba de susurrar que aquello era una pesadilla, algo le decía que se acercara a ella, quizás la curiosidad, quién sabe, algo en su interior lo movía a ello.
Pero cuando intentó dirigir su mano hacia la chica, la joven automáticamente le alejó de un solo manotazo. Dejándolo sorprendido por su reacción.
—Aléjate de mi...— Emily lo vio con miedo, y desesperada, salió corriendo para huir de ahí, escuchando como aquellas personas le llamaban con confusa insistencia.
Y nuevamente, todo a su alrededor cambió drásticamente. Ya no se encontraba ni en la cabaña ni en el bosque, ahora se encontraba en un lugar distinto, mirando todo lo que pasaba ante ella. Porque eso era lo único que podía hacer, mirar y ver la historia que ella creía conocer, siendo contada desde otro punto de vista.
Todo desde lo que parecía ser el punto de vista de Eren Jaeger, y las desgracias que vivió por culpa de Marley y el mundo.
Y cómo él, incluso desde antes de nacer, había planificado y modificado todo a su antojo, para que la historia que parecía estar siendo contada con pequeños pero importantes fragmentos de la vida suya, lo beneficiaran para conseguir su objetivo único: la libertad a través de la destrucción de aquellos que se la arrebataron desde un inicio.
Pero, ¿Qué entendía él por libertad?. ¿Asesinar a personas inocentes?. ¿Vengarse?. ¿Qué clase de libertad conseguiría él causando el retumbar y la destrucción del mundo?.
Entonces, finalmente la chica que sentía que transitó eternamente observando aquella historia. Pasó a entrar en el epilogo de toda la trama final, que se desarrollaba ante sus ojos que tristes y cansados miraban como Eren activaba el retumbar y destruía todo a su paso.
Se cuestionaba por qué ella hasta ahora, no había aparecido en ningún momento aún. ¿Acaso ella habría muerto en algún punto anterior de la historia, previo a la infiltración del Cuerpo de Exploración en Marley?. O qué sentido tenía todo lo que ella vivió en el último año con Eren, si eso no había sucedido en ningún momento de lo que se le era enseñado.
¿Por qué ella estaba viendo todo esto?, ¿quién era el responsable de que ella descubriera lo ocurrido en el pasado y lo que terminaría ocurriendo en un futuro?. ¿Acaso era el mismo Eren el causante de esto?. Incluso, ahora se cuestionaba si él no la habría estando usando.
¿Pero para qué?, si al fin de cuentas ella no le serviría de nada, era una persona del monto y ya, ni siquiera estaban destinados a conocerse realmente.
Emily dirigió su mirada, a lo que se mostraba como el final definitivo de todo, o quizás no. Y vió como él verdadero amor del chico de quién lamentablemente se había enamorado, lo decapitaba para en suma besarlo y ser correspondida, lógicamente.
Ver aquello estremeció de dolor y miedo a Emily, al pensar que todo podría terminar así. No por aquel beso, sino con la muerte del ochenta por ciento de la humanidad y la de Eren. Le resultaba tan injusto e injustificado, que sentía impotencia y rabia al no poder hacer nada al respecto para solucionar el problema que pesaba sobre todos, y sobre Eren especialmente.
Él tuvo que cargar con esa responsabilidad durante toda su existencia y cuando se "arregló" todo al final, ni si quera pudo ver a sus amigos ser libres y felices, a pesar de que obtuvo eso de la forma menos adecuada. Que a palabras de él mismo, era la "única" forma de traer la libertad.
Porque, a pesar de que ella tenía en sus manos la solución a ese gran problema. ¿Cómo podría ella sola siquiera cambiar algo?, ¿si ni siquiera ella existía en lo que entendía por la línea real de los sucesos?.
¿Por qué esto no se le fue enseñado a Mikasa o a Armin?, lo únicos que verdaderamente hubieran podido haber hecho algo o actuado para solucionar todo este horrible conflicto.
¿Porqué ella?.
Si su destino y el de Eren eran completamente divergentes el uno del otro, ni siquiera el amor pasajero, y claramente unilateral, que se formó era correspondido. Todo era como una dolorosa mentira de la cual ella también era una participante y víctima más.
Pero no sería capaz de culparlo, él lo hizo con una razón justificable, pero que lamentablemente por circunstancias externas y malas decisiones, acabaron llevándolo a ser el villano de la historia, hasta para su propio pueblo.
Entonces, de tanto pensar y pensar, Emily llegó a una conclusión, algo dolorosa, pero que quizás explicaría más de una cosa en ese mundo, incluso que explicaría la misma existencia e inexistencia suya a la vez.
Emily observó la tumba de Eren, que yacía ubicada en aquel gigantesco árbol. Su mirada demostraba, no lástima o pesar, sino gallardía y valor. Ella no dejaría que Eren cargará con eso él solo y mucho menos ella dejaría que el se fuera a la tumba cargando con todos los pecados del mundo. Ella lo salvaría a él y a todos. Cambiaría el transcurso de los hechos y engañaría a los Dioses para darle un final distinto a la historia que con mucho dolor tuvo que ver.
Ella sería el chivo expiatorio y el sacrificio de Eldia y el mundo. Era su deber como descendiente de la familia real, pues habían sido sus ancestros los causantes de todo este caos.
Ningún descendiente de Ymir, liberaría a esa pobre niña de su perpetua esclavitud sometida ante los Fritz hasta que alguien lo suficientemente osado, llegase y le diera fin a ello. Y ella sería esa persona. Un Fritz inició todo y un Fritz le daría fin a todo.
—Solo dame un poco más de tiempo Eren...— la muchacha sonrió feliz y se agachó ante la pequeña lápida de su fallecido amor, posando con sutiliza su mano sobre el césped donde descansaban sus restos.—sé que todo es muy difícil, pero te prometo que conseguiré la forma de liberarte a ti y a todos... lo lograremos, solo no pierdas la fe y la esperanza...— dijo sonriendo ampliamente y secando la pequeña lágrima rebelde que se escapó por su ojo.—yo siempre cumplo mis promesas...— finalizó dejando una pequeña flor azul ante la lápida de su amor no correspondido, alejándose del lugar para ver desde lejos como la dueña del corazón de aquel muchacho llegaba como todos los días a visitar su tumba.
Emily sonrió enternecida y ante un último vistazo a la triste escena, se retiró del lugar.
—No te preocupes Mikasa, yo lo salvaré...— pensó desapareciendo completamente, para regresar a donde pertenecía.
Aquella joven de oscuros cabellos y delicadas facciones, observó intrigada y levemente sorprendida, aquella pequeña flor azulada que reposaba sobre el césped ante la tumba de Eren. Preguntándose, quién era aquella enigmática persona que había realizado ese particular e inesperado acto de respeto y condolencia por Eren Jaeger. Quizás, nunca lo sabría.
❪➽ Sí, Emily literalmente vio todo lo que ocurre ¿/y ocurrió/? en la historia original de Shingeki no Kyojin. Así que sí, se sabe toda la historia de atrás para a delante y al derecho y al revés...❫
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