Única parte.
Lo puede sentir a sus espaldas, lo escucha y está seguro de que alguien lo está siguiendo. El cuerpo se le congelo en una fracción de instante, le pesa pasar saliva, sus piernas parecen atrofiadas, su corazón está por salirse de su pecho y quiere llorar. No se considera un hombre miedoso, incluso lo tienen catalogado como un hombre valiente en la universidad y fuera de ella, la excepción a gran escala eran los fantasmas. Nada de brujas, demonios o cucarachas voladoras. A Oh SeHun le daban pavor los fantasmas y cada vez que hacían mención de uno, chillaba y huía.
Por eso cuando giro su cabeza en los primeros momentos de sentir a alguien detrás y no vio a nadie, entro en pánico. Los pasos se escuchaban y lo sentía cerca pero no había nadie. Absolutamente nadie.
— ¿q-quien está ahí? — pregunto temeroso, girando como por quinta vez. No había nadie como esperaba, quizás eso era lo que más le daba miedo.
Siguió su camino a un paso más apresurado, aferrándose a la bolsa de compras hasta que llego a su casa. Durmió con las sabanas cubriendo su cabeza durante toda la noche. Incluso en sus sueños pudo sentir ese miedo.
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La mañana siguiente despertó con la sensación de haberlo imaginado. Camino con cuidado, aun confuso de lo que paso. Le tocaba ir a la escuela así que se arregló y partió con un pan al vapor en la boca.
En el camino se encontró con su amigo BaekHyun, un chico de rasgos bonitos y ojos de un color castaño adorable. Se conocían desde que estaban en pañales y andaban juntos para todos lados, compartían los más grandes secretos, los vergonzosos y sus miedos.
BaekHyun sabia del terror que el rubio le tenía a los fantasmas.
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Tras dos días más, en uno de esos días donde BaekHyun se tuvo que ir más temprano para ir a reunirse con el club de canto, SeHun se tuvo que regresar solo. Estaba pensando en la tarea que tenía que hacer pero no quería cuando volvió a sentir que era seguido. Agudizo su oído cuando los pasos ligeros fueron lo único que se escuchaba además de los suyos.
Giro la cabeza y no vio a nadie, tampoco era su imaginación o alguien lejano. Las lámparas de la calle alumbraban lo suficiente como para darse cuenta de eso. Siguió caminando intentando ignorar el sonido y la inquietud que le provocaban, fracasando cuando los pasos empezaron a sonar más rápido y más seguido.
Acelero el paso, viéndose ridículo por la forma en que corrió hasta la esquina y se escondió.
— ¿Quién está ahí? — exclamo saliendo de la esquina. — ¡se karate y no dudare en usar...lo! — su grito murió cuando se topó con un rostro sereno que se frenó por su aparición. — ¿BaekHyun?
—yo soy BaekHyun. — respondió con simpleza, acomodando la correa de la mochila en su hombro.
—me diste un susto de los feos, creí que eras un monstruo.
El chico solo se le quedo mirando, con una sonrisa tranquilizadora. El rubio por su parte se encogió de hombros y siguieron caminando codo a codo en un cómodo silencio hasta que tuvieron que separarse. BaekHyun vivía unas casas antes que SeHun. Sin embargo, el castaño negó cuando el rubio estaba por despedirse y señalo su casa. El más alto se encogió de hombros, sonriendo por pasar un poco más de tiempo con su amigo.
SeHun vivía solo en un conjunto de departamentos en el tercer piso, un pequeño espacio que le servía muy bien.
Entraron y el rubio dejo sus cosas en el sillón, estirándose y caminando directo a la cocina.
—espera ahí, preparare la cena. — BaekHyun solo asintió y continúo caminando hasta que se sentó en el sillón de dos plazas.
El rubio empezó a tararear mientras lavaba sus manos y buscaba unos buenos ingredientes. Se le antojaba un poco de sopa de Miso, le salía bien y decente, pero lo más importante es que era comestible y a Baek le gustaba. Después de terminarla y servirla, su celular comenzó a sonar.
—ah, que lata. — tomo su celular para contestar cuando el nombre del contacto lo hizo pasmarse.
"Byun BaekHyun"
Momento, ¿Cómo era posible eso si lo estaba viendo sentado en su sala? Levanto la mirada y justo en ese momento, el castaño dejo de mirar la tv para mirarlo a él y el miedo que le recorrió desde la espina fue brutal.
— ¿c-como es posible que me estés llamando si te estoy viendo justo ahora?
<< ¿Eh? ¿Sucede algo malo, Sehunnie?>> se escuchó de parte de BaekHyun al otro lado de la línea. El tono cantarín se disipo un poco cuando el rubio soltó un jadeo de miedo. << ¿SeHun, estas bien? >>
— ¡deja de jugar conmigo! ¡Voy a colgar! — exclamo apretando el botón rojo para guardar su celular y voltearse hacia el chico que seguía sentado en su sillón. — ¿Quién eres?
El castaño se levantó, mirándolo con sus enormes ojos castaños mientras ladeaba la cabeza. —yo soy BaekHyun.
SeHun retrocedió asustado, tomando el sartén frio y apuntándolo hacia el chico que había empezado a acercarse. — ¡n-no te acerques! ¡Aléjate!
—SeHun, yo soy BaekHyun. — el castaño estiro su mano y el más alto retrocedió de golpe, estrellando su cabeza contra la pared, cayendo inconsciente.
El pálido chico se quedó mirando el cuerpo del rubio en el suelo, con sus ojos opacos y su rostro inexpresivo.
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Al despertar, parpadeo un poco para acostumbrarse a la inmensidad de la luz que se colaba por la ventana de la cocina. ¿Por qué estaba ahí tirado en el piso de su cocina?
— ¡el fantasma! —exclamo levantándose de golpe y empuñando de nuevo el sartén. Pero no había nadie, solo él y su sartén.
Incluso después de inspeccionar su casa con aquel sartén no encontró ninguna pista de "BaekHyun". Tal vez lo había imaginado por todo el estrés acumulado y se había espantado solo. Dios, era tan patético.
Se alisto para ir a la escuela, aun dándole vueltas al asunto. A metros de llegar a la escuela se volvió a acordar de ese par de ojos muertos que lo miraban desde su sala y volvió a espantarse. Se parecía tanto a su amigo bajito pero a la vez sabía que no lo era, su mirada vacía y opaca le dio un terror que ninguna película o historia le había dado.
—me estoy volviendo loco por tanto estrés y ahora imagino Baeks malignos. — bufo despeinando su cabello.
— ¿Baeks malignos? — se escuchó de parte del castaño a sus espaldas. SeHun pego un grito agudo y salto un metro lejos del bajo. —yah, eres un mal amigo. Ayer me cuelgas de esa manera tan grosera y ahora esto. ¿Qué sucede contigo?
El rubio estiro su mano y picoteo la frente de su amigo con su índice, cerciorándose de que era real. —e-enserio eres Baek ¿verdad? No un fantasma maligno y horrible ¿verdad?
El castaño lo miro sin expresión por unos instantes antes de golpearlo con su mochila. — ¡yah! ¡Cómo puedes decir eso!
Media hora después y un pan de mermelada para BaekHyun, SeHun ya le había contado al bajito sobre su experiencia supuestamente paranormal. Basta decir que el castaño había tirado medio de su pan después de que le contara.
— ¿es enserio, Hun?
— ¡Tuve mucho miedo, Baek! ¡Enserio se parecía a ti y hasta su voz era igual!
—pero es imposible, yo estaba con Lay bebé y Yeol. Escuchaba la historia de su última cita.
—lo sé, me llamaste justo cuando lo estaba mirando. Por eso me asuste más. Realmente quise pensar que fuera una broma pero... ¡debiste verlo! Sus ojos daban tanto miedo y creí que iba a morir.
—desapareció cuando despertaste ¿no? — Baek ladeo la cabeza, terminándose lo que quedaba de su pan, prosiguiendo con la bebida. SeHun asintió puchereando. — ¿no será el fantasma del que habla Lay?
El rubio volvió a tensarse. — ¿fantasma?
—hace un tiempo había un rumor que se puso muy de moda y cuando le pregunte a Lay, porque él estaba en la clase donde más se hablaba de eso, me dijo que era una especie de leyenda urbana sobre un fantasma maligno.
— ¿ma-maligno?
—sí, dicen que es un fantasma que se aparece a la gente y copia el aspecto de una persona conocida.
— ¿y qué hace?
BaekHyun se encogió de hombros, despegando sus labios de la pajilla de su bebida. —no lo sé. Los que dicen haberlo visto dijeron que solo los había mirado y después desaparecía.
El rubio apretó su bebida, inquieto y desconfiado. Si antes se lo hubieran contado no lo habría creído pero una vez que vio a ese "otro" Baek, porque está seguro de que no era su amigo, podría creer hasta que los cerdos volaban. Si aquel "fantasma" no le hacía daño a nadie ¿entonces porque se presentaba? Solo imponía terror con su presencia y estaba seguro que solo podrían comprenderlo aquellos que lo hubiera visto en otra forma.
—si no hace daño, ¿Por qué dicen que es maligno?
Los labios del castaño se torcieron. —dicen que podían verlo mirándolos en la noche y que luego les sonreía y parecía que sus labios fueran a salirse de su cara. Uno dijo que lo escuchaba reírse en la noche cuando le apagaba las luces.
Al más alto le tembló la mano. — ¿c-cómo?
—no lo sé, Hun. Dicen muchas cosas, intenta no espantarte mucho tu solo.
—te juro que lo intento pero sabes como soy.
La risa del castaño lo calmo un poco, adoraba a ese desmadroso chico. Sin importar que a veces se burlara de su miedo a los fantasma, que lo asustara con videos de ellos haciéndolos pasar por graciosos, que le saltara encima, que le jalara las mejillas, que le desordenara su cabello, que lo secuestrara para ir al cine a ver películas, etc. Lo quería pese a todo y sabía que intentaba animarlo y distraerlo.
Volvió a casa con el ánimo notoriamente mejorado, creyendo que quizás aquel traumático suceso no volvería a pasar. En todo caso, BaekHyun le había dicho que si seguía teniendo miedo, no le molestaría quedarse con él hasta que se calmara. SeHun declinó la oferta, creyendo que ya estaría bien solo.
Camino por el mismo lugar, tarareando una cancioncilla simple mientras miraba el cielo oscuro. Aquella canción se la había pegado BaekHyun durante una tarde de clase libre y al ser corta, pudo aprenderse la tonada y la letra.
El único sonido era su voz y sus pasos. Nada más se escuchó por un largo momento hasta que dejo de caminar para contar el dinero en su bolsillo para una magdalena en la tienda de 24 horas y el sonido de unos pasos ligeros lo puso en alerta. Giro unos cuantos centímetros su cabeza para buscar a la persona que lo seguía pero no encontró nada. Fue un efecto instantáneo y su cuerpo se tenso.
— ¿Quién anda ahí? —al no escuchar nada ni ver nada, prefirió seguir caminando, ahora con toda su tranquilidad al demonio.
Los pasos se volvieron a escuchar, mas sin embargo no lo acompañaron hasta su casa. Fue el único alivio que tuvo entre todo el miedo durante su camino a casa. Al llegar a su casa, prendió las luces del pasillo de entrada y se quitó los zapatos, sobando la planta de sus pies mientras pensaba que cocinar para cenar.
Estaba por llegar a su cuarto, que acostumbraba cerrar, cuando escucho una voz que le helo la sangre.
—SeHun...
De inmediato retrocedió de un rápido movimiento, cubriendo su boca para no gritar y salió corriendo con lo único que llevaba encima. Aquella voz provenía de su habitación y era la misma voz de su amigo. Era BaekHyun pero a la misma vez no lo era.
No dudo en sacar su teléfono mientras esperaba en el living de su serie de departamentos y llamar a su amigo. Intento contener su miedo pero fracaso terriblemente, aun así, BaekHyun acepto y le pidió que lo esperara en el recibidor. SeHun no se movió de ahí.
Al cabo de unos minutos, el castaño llego corriendo y lo abrazo, consolándolo de la terrible crisis que estuvo a punto de darle si no fuera porque BaekHyun llego. El rubio le conto todo, incluyendo que lo había escuchado en su habitación y que era imposible que estuviera ahí puesto que su departamento estaba cerrado.
El más bajo estaba muy preocupado por su amigo, SeHun no iba a mentir con algo así cuando le daba tanto miedo. Menos en un punto donde casi lo estaba haciendo llorar, le creía y lo que pudiera hacer para ayudarlo, lo haría con ganas. Por eso mismo se quedó donde el rubio después de verificar que nadie estuviera esperándolos.
—no hay nadie, Hun. Puedes entrar. — anuncio con una sonrisa tranquilizadora. El rubio no se le despego ni para la hora de la ducha. Este le había pedido que lo acompañara y le hablara de muchas cosas para distraerlo o subirle el ánimo.
BaekHyun tenía una voz preciosa al cantar y prefirió usarla para eso después de parlotear un buen rato sobre si ChanYeol dejaría de morder a YiXing o sobre aquel maestro que se parecía a él y le coqueteaba a su amigo Kook, que por cierto cantaba como los mismos ángeles. SeHun se relajó bastante cuando la primer canción llego y pronto se vieron cantando escandalosamente y rapeando, intentando imitar a ChanYeol. Todo el estrés, miedo y tensión que el más alto logro acumular, se marchó con aquellas canciones y un poco de comedia de tv acompañada de una rebanada de pastel.
Dado que solo tenía una sola cama, Baek se arrojó y se adueñó de la parte pegada a la pared. SeHun no tuvo problema y le volvió a agradecer por quedarse con él durante esa noche.
—no hay problema, me quedare todo el tiempo que necesites para calmarte.
Y así fue. SeHun se sentía más seguro si el castaño se quedaba en su casa. Paso una semana de esa manera y en todos esos días, no volvió a escuchar al otro Baek, mucho menos verlo. Pensó que al igual que contaron los demás, el fantasma solo los asustaba y se marchaba cuando menos lo esperaran. Quizás solo lo hizo pasar un muy mal rato pero gracias a eso se acercó más al chico de bonitos ojos y sonrisa cuadrada. BaekHyun le demostró su apoyo y fidelidad en esa semana y SeHun se vio realmente encantado con la presencia del castaño, descubriendo que su cariño hacia él era mucho más significativo como para llamarlo simple cariño de amigos. Solo tuvo que pasar ese tipo de experiencia para descubrirlo.
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Al inicio de la segunda semana, SeHun se creyó capaz para seguir viviendo solo y se lo comento a su amigo. BaekHyun le jalo las mejillas y como recompensa por haber sido un buen amigo guardián, lo hizo que empacara sus cosas y le comprara un delicioso frappe en la cafetería de la esquina.
Una vez que dejo al vivaz chico en su departamento, el rubio se retiró con una sonrisa enorme y otra nueva canción en su cabeza. Se sentía muy bien y tenía ganas de llegar a su casa y prepararse un bol lleno de palomitas de mantequilla y verse un maratón de Bob esponja.
Entro a su casa tarareando la canción de Baek y tuvo que callarse de golpe cuando al encender las luces y levantar la mirada, encontró a un sonriente BaekHyun mirándolo desde la sala. El corazón de SeHun se paró en ese instante y volvió a latir de golpe, haciéndolo soltar la chaqueta que recién se estaba quitando.
—t-tú... te habías ido, ya no estabas. — gimió sosteniéndose de la pared. — ¡¿Por qué no me dejas en paz?! ¡Deja de imitar a BaekHyun!
—yo soy BaekHyun. — respondió ladeando la cabeza con los mismo ojos muertos y la sonrisa congelada.
— ¡no! ¡Eres un impostor! — grito señalándolo. El castaño dejo de sonreír y se paró derecho de nuevo.
—yo soy BaekHyun. — repitió estirando su mano. SeHun gimió ante la acción y salió corriendo hacia la habitación más cercana: el baño.
Hurgo en su bolsillo por su móvil y tecleo a velocidad inhumana el número de BaekHyun, del verdadero BaekHyun. Mientras esperaba a que contestara, el impostor comenzó a dar golpecitos en la puerta, muy leves pero atemorizantes para él.
—Hun, yo soy BaekHyun.
— ¡VETE! — grito agarrándose la cabeza del miedo.
<< ¿Hun? ¿Esta....? >> Se escuchó del otro lado de la línea.
— ¡BaekHyun! ¡ESTA AQUÍ, ESTA AQUÍ! ¡NO SE HA IDO! — grito entre lágrimas de terror y sollozos. Quizás y apenas se logró dar a entender pero tenía demasiado miedo y necesitaba a BaekHyun.
<< ¿Qué? Eso es imposible... >>
— ¡TE DIGO QUE ESTA AQUÍ!
<< ¿Cómo es posible que me llames si estas frente a mi puerta? >>
SeHun sintió su mundo detenerse con una frialdad destructiva. —y-yo estoy en mi casa...
<< Estas frente a mi... >>
—BaekHyun.... — jadeo preocupado.
<< Se... >>
<<...Hun... >> El rubio no reprimió un gemido cuando escucho su propia voz a través de la línea. Escucho jadear de miedo a BaekHyun y lo que parecía el sonido de sus pasos. << Yo soy SeHun >>
— ¡CORRE! — grito levantándose del suelo. Estaba tan concentrado en BaekHyun que no noto cuando los toques en su puerta cesaron y ahora no le importaba, el castaño estaba en peligro.
No pudo escuchar nada más cuando la llamada se cortó abruptamente y se vio apretando el aparato con desesperación. Miro la puerta jadeante y lleno de incertidumbre. Si aquella cosa que lo había estado siguiendo, de verdad había ido por BaekHyun, por lógica entonces ya no estaría en su departamento y podría salir corriendo. Tomo aire mientras se echaba el cabello hacia atrás y tomaba profundas respiraciones, miro la puerta con desconfianza. BaekHyun lo necesitaba y ahora debía ir a salvarlo.
Estaba por abrir la perilla cuando unos toques fuertes y constantes lo hicieron chillar y saltar hacia atrás de nuevo, aferrándose a su celular y al lavabo. ¿Acaso la cosa esa había regresado? No pudo dejar de temblar conforme los toquidos se hicieron más y más rápidos y fuertes.
— ¡Hun, soy yo! ¡Por favor! — la voz desesperada de BaekHyun lo hizo soltar el celular y correr hacia la puerta. — ¡SeHun!
Abrió la puerta de golpe, mirando con alivio el rostro lloroso del castaño. Este se arrojó a sus brazos y el rubio lo acepto apretándolo. Estaba bien, de alguna manera había logrado escapar del otro SeHun y llego a su departamento.
—dios, BaekHyun. Estaba por ir a buscarte, tenía mucho miedo. — hablaba SeHun mientras el menor enterraba su cabeza en su pecho y el mayor le acariciaba el cabello con alivio y felicidad.
Poco a poco, SeHun cayó de rodillas sin soltarlo y el castaño paso sus brazos por debajo de los ajenos, apretando aún más el contacto. Los ojos del más bajito sobresalieron del hombro del rubio, fríos y sin brillo.
—sí, yo soy BaekHyun. — y SeHun se quedó abrazándolo, ignorante a la oscuridad que comenzó a cubrir su departamento.
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FIN.
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