━━XI: blood and a wolf
━━CAPÍTULO ONCE━━
【 DE SANGRE Y UN LOBO】
Un dolor profundo atravesó su pecho. Se sintió como el acero de una daga helada, que congeló su cuerpo y detuvo las lágrimas que caían de su rostro. Lentamente, bajó el rostro para ver lo causante de ello, pero cuando lo hizo, ya no estaba ahí.
Estaba en Fair.
Había guerreros vikingos usando sus armaduras de piel y cuero, sus escudos de madera y sus armas hechas del acero de dragón. Estaba presenciando una masacre, vio guerreras escuderas correr con espada en mano y unirse a la batalla con la tribu invasora. Sangre, humo, cenizas. El humo la hizo toser mientras se encaminó tambaleante hacia el centro, pasaron hombres arrojando sus hachas y ella tuvo que hacerse ovillo para evitar que impactasen en su rostro; pero nadie prestaba atención a lo que ella hacía o parecía verla. Tuvo que cubrir su nariz con su antebrazo cuando se aproximó al centro de la batalla, una pila de cadáveres se almacenaba del lado contrario, el humo le impedía respirar correctamente y los dragones volaban cercas para disparar su fuego o tomar a los invasores con sus garras. Un grito escapó de su garganta cuando vio a un pequeño niño fairiano correr con la espada en manos y luego, todo se volvió tan real que las voces se hicieron presentes, gritos desgarradores, gritos de batalla, llamados y búsquedas.
El niño alcanzó a esquivar a un par de hombres que quería tomarlo rehén y se escabulló con la ayuda del humo que cubría sus rastros. No pudo evitarlo y lo siguió, entonces se dio cuenta que no era la única. Ahí estaba Erwan, debía ser unos tres años menor, su piel aún no estaba cubierta de tatuajes, solo tenía unos pocos, usaba su usual vestimenta oscura que le permitía infiltrarse junto a su dragón, pareciendo una sombra nebulosa. Tenía tensado el arco y en menos de un santiamén, ya había derribado a cinco hombres distintos. Se apresuró para seguir al niño y, aunque sus piernas fallaron al principio, Sigrid le siguió.
Su hermano estaba bien.
—¡Erwan! —llamó, pero no obtuvo respuesta alguna—. ¡Erwan! —Lo volvió a intentar, cuando giró su rostro para verlo, él ya no estaba ahí.
Los lobos la habían hecho aparecer en ese recuerdo, ¿podría salvar a Erwan? La multitud comenzó a aglomerarse cuando la pelea se volvió más intensa y ella tuvo que correr en busca de su hermano. Se metió entre la neblina causada por el humo y revisó cada posible posición en la que un arquero se encontraría, pero cuando lo vio, el corazón le dio un vuelvo. Alejado de la pelea, estaba sentado con las piernas cruzadas y encima sostenía el cuerpo del niño, le habían clavado la espada en el pecho. Intentó dar un paso y sus piernas temblaron, al hacerlo. Lo demás se volvió lejano mientras se acercaba, pudo ser capaz de escuchar los sollozos de Erwan desde la distancia.
—Erik... —murmuró Erwan, acarició el cabello castaño del niño pequeño y unas lágrimas rebeldes le cayeron en su rostro—. ¿Cuándo... Cuándo harás lo que se te dice? —Un sollozo escapó de su garganta y Sigrid pudo ver los ojos del niño abiertos cuando finalmente se posicionó a su lado, la respiración del niño era lenta, pesada—. ¿Te duele? ¿Dónde?
—M-mi p-pecho —contestó el pequeño, acercó su mano y tomó la de Erwan entre las suyas—. L-le v-vas a d-decir a... mamá.
—Le diré que has peleado valientemente y que ahora un guerrero digno cruzará Valhalla —dijo este, apretó la pequeña manita, hizo una mueca cuando el dolor del niño atravesó ahora su cuerpo y después, este desapareció—. No puedo sentir tu dolor.
—N-no m-me...
Sus últimas palabras fueron opacadas, las lágrimas cayeron del rostro de Erwan al ver como los ojos del pequeño dejaban de brillar y como su mano había perdido su contacto con él. Había muerto. La mano de Sigrid ascendió para tocar el hombro de su hermano, pero él no reparó en su presencia. Algo había hecho ahí, le había quitado el dolor al niño, ¿cómo lo había hecho? Volvió a intentar llamar la atención de su hermano, pero no funcionó. Algo no estaba haciendo bien.
—Erwan.
Él no la escuchaba, él no la veía. Cerró sus ojos y se concentró.
—Niels —murmuró y entonces, pudo ser capaz de escuchar a su hermano mencionar su nombre—. ¡NIELS! ¡Estoy aquí!
Sin embargo, la voz de su hermano no provenía del Erwan frente a ella. Alzó la cabeza y lo vio entonces, la visión se esfumó y nuevamente estuvo en ese lugar.
Toma su dolor.
Murmuró una voz, el lugar estaba desierto y no sabía quién lo había dicho, pero no era Rekvhan. Esta voz era distinta.
Toma su dolor, Sigrid.
—¡¿Cómo?! —preguntó a la nada y su cuerpo se giró intentando encontrar al causante.
Tuyo es el poder, tuya es la salvación.
Ella pensó y se concentró en recordar como lo había hecho Erwan con ese niño antes de que muriera. Cerró sus ojos y se olvidó de su propio dolor, acercó sus manos hasta las de Erwan y las tomó entre ellas, ignorando lo heladas que estaban. Se concentró tanto como pudo en esa conexión que emitían sus manos unidas y pensó en el calor reconfortante de una chimenea en una noche nevada, sin abrir los ojos, aceptó el dolor de Erwan, se manifestó como un hilo dorado y entonces, lo tomó y lo jaló hacia ella. Ese era su dolor, ella debía tomarlo. El hilo lentamente fue rompiendo la conexión con Erwan y cuando sus ojos se abrieron, el dolor se hizo presente en su pecho. La sensación era horrorosa, sentía su pecho arder por dentro, como si tuviese ácido atacando sus órganos. Se contrajo y se retorció mientras su cuerpo tomaba ese dolor, gesticuló una mueca y evitó gritar. El dolor se desplazaba en su cuerpo como una llama abrasadora, sentía sus tejidos abrirse y, cuando finalmente, su cuerpo acabó con ese dolor, la mano de Erwan se posó en su hombro.
No lo pensó dos veces y se echó a sus brazos, lo abrazó tan fuerte sin importar que diría él y las lágrimas corrieron de su rostro. Él acarició su espalda y le devolvió el abrazo con la misma fuerza. Ninguno de los dos dijo nada sobre ello, a través de su abrazo se manifestaron todo lo que con palabras no podía y Sigrid sintió, desde lo profundo de su corazón, que Erwan no aguardaba más rencor hacia ella, que al final, ambos se habían comprendido gracias a las visiones compartidas que visualizaron y lo que pasaron. Que al final, ambos se aceptaban como familia del otro.
—¿Cómo hiciste eso? —preguntó Erwan cuando se separaron, ella misma había roto las cadenas que apresaban su cuerpo y la herida que tenía en el pecho, había desaparecido.
—Los lobos me ayudaron y tú me enseñaste cómo. —Ella no esperó respuesta alguna, se incorporó tan pronto que el dolor y todo por lo que habían pasado se sentía tan lejano, aunque solo habían pasado unos minutos. Pero tenía esperanza y tenía confianza, los lobos le habían abierto los ojos, la habían hecho testigo sobre el poder de los lobos al trabajar en conjunto y la memoria—. Tenemos que salir de aquí o encontrar algo para defendernos.
⚘❀༄
Pasaron un par de horas antes de que ruidos provenientes de exterior se hiciesen presentes, lo único que encontraron fue un pedazo de madera que Erwan terminó partiendo para que algunas astillas sobresalieran de este y pudiesen defenderse. No iban a atacar en cuanto abriesen las puertas porque corrían el riesgo de que Lord Gray les cerrase las puertas en cuanto los viera o fuera acompañado de más hombres. En su lugar, ambos se colocaron por encima aquello con lo que habían sido atados para que el lord no se diese cuenta, hasta más tarde. Un par de murmullos se escucharon desde el exterior y la puerta abrirse, la voz del lord más joven la hizo querer vomitar.
—¡He venido a ver cómo se encuentra la reina! —manifestó cuando atravesó parte del montículo y llegó hasta ella, mostrando una sonrisa radiante—. ¿Te sientes cómoda? No te preocupes, cariño, ya pronto podrás ver a tu padre.
Las uñas de sus dedos atravesaron sus manos detrás de su espalda, para evitar revelarse a sí misma, un gruñido escapó de sus labios, pero no dijo nada, ni siquiera cuando Lord Gray se acercó peligrosamente hasta ella y rozó su aliento sobre su oreja. Giró su rostro tratando de alejar la sensación tan repugnante que se esparció en su cuerpo y cerró sus ojos con prepotencia. Debía de esperar.
—No puedo esperar el momento en el que tú veas el tuyo, milord —expresó sin poderlo evitar, una mirada fría fue dirigida hacia ella y las manos veloces de lord Gray la tomaron de la barbilla, sintió algo frío y puntiagudo acariciar la punta de su mentón y pasó saliva al reconocer el arma que portaba.
Lord Gray siguió su mirada y ensanchó una sonrisa.
—Ah sí, una linda daga. —Presumió, soltándola para modelar la daga perfectamente equilibrada elaborada con hierro de Gronckle que el padre de Erwan le había vendido en Fair tras su primer visita. Con su mano equilibrada, giró el mango sobre su palma para presumir los detalles rojizos y las flores con la que la habían diseñado—. La tenías muy escondida, Sigrid, de no ser porque tuvimos que destrozar tu vestido para sujetarte, jamás me habría dado cuenta de ella. Gracias por el obsequio, la utilizaré para matar a este pagano.
—¡No!
—¡Ah! Ahora sí hablas, ¿por qué no me dices quién es él? Nos facilitaría un poco el trabajo.
—No necesita saberlo, milord.
—Tú no decides lo que necesito. —Nuevamente sintió el filo de su propia daga recorriendo su cuello, su rostro, mientras Lord Gray escupía sus palabras. Se detuvo en su rostro y pinchó sin delicadeza su mejilla, un pequeño brote de sangre surgió desde su piel—. ¿Duele, no es así? Mi padre tuvo una muerte espantosa que lo persiguió por años. ¿Lo conocías? Claro que no, eras demasiado estúpida en aquel entonces para interesarte en algo.
» Tú tía Naara Whiterkler fue la causante de que mi padre sufriera durante diecinueve años, hasta que la muerte vino por él. Hace dos años ascendí como parte del Consejo Real y mi propósito siempre estuvo claro, vengaría a mi padre por lo que le pasó. —Antes de que Sigrid pudiese preguntar que había sucedido, el joven lord se puso de pie y se paseó por el montículo, el rostro consternado por el recuerdo que lo atormentaba, pero ella no sintió lástima alguna cuando lo escuchó—. Naara Whiterkler era tan intrépida y estúpida, justo igual que tú, ella solo tenía una simple labor: Ser la princesa del Reino. Pero ella aspiró por más cuando su padre, el Rey, le daba todas las libertades de perseguir sus sueños. A los lugares donde no era llamada, ella acudía y desafiaba la autoridad de sus superiores, entre ella, la de mi padre. Mi padre desde siempre supo que ella era una amenaza que debía ser eliminada.
La información que les estaba tan proporcionando la dejó tan pasmada, que incluso si era tiempo de actuar. No lo hizo y aprovechó que el se distraía mirando otras cosas para negar con la cabeza a su hermano que estaba preparado. Esa información, en un momento como ese, era crucial.
—Verás, Sigrid, el trabajo de los lores del reino y formadores de la Cámara del Consejo no era únicamente sentarse a escuchar al Rey decir estupideces. Hacíamos el trabajo que los Whiterkler no se atrevían a hacer, eliminábamos toda amenaza existente, teníamos que mancharnos las manos por ustedes.
—¡Y nunca pedimos eso!
—¡CÁLLATE! —Lord Gray se giró tan ella y la pateó con tanta fuerza que la falta de aire cortó su respiración, se retorció en su lugar y un aullido escapó desde su garganta. Lord Gray la observó serio—. Esa era la justa razón, seguir la moral y ser pacíficos no eran los pilares para sostener una monarquía como lo ha sido Kain. Teníamos que mancharnos las manos, algo que tú como mujer no entenderías y que tampoco lo hizo Naara.
—No creo que fuera tan estúpida si logró matar a tu padre —replicó Erwan, quien hasta entonces se había mantenido increíblemente silencioso.
—No, tienes razón —concordó—. ¿Sabes qué es lo que pasa con las mujeres a las que se les permite hacer lo que quieran? Su estupidez les hace pensar que pueden lograr cualquier cosa, las convierte en un peligro, una amenaza por eliminar. Ella era astuta, mi padre y difunto señor, la descubrió espiándoles durante varias ocasiones, los otros lores eran tan estúpidos como para suponer que serían una amenaza y no actuaron.
» Ellos tenían todas las de ganar, habían contratado un poderoso grupo del norte para que atacara Fair y acabara con los señores dragón que habitaban la isla. Estaban hartos de que intentasen imponer sus ideales desde que se habían unido en alianza y aún después de que rompieran los acuerdos, sabían que Branden aún tenía comunicación con esos paganos. Suponían una amenaza para el reino, era cuestión de tiempo para que intentasen lavarnos el cerebro con sus ideales, los ideales de este bárbaro. —Lord Gray escupió sobre Erwan y el ojigris, apretó sus puños con unas ganas increíbles de estamparlos en su rostro—. En otros reinos del sur es lo que pasa con las aldeas vikingas, saquean, roban y violan a las mujeres y, sino fuera todo, los sobrevivientes son obligados a renunciar a su Dios para obedecer las órdenes de sus Dioses tiranos. Un pueblo vikingo con dragones, era más peligros. —La mente de Sigrid dio vueltas, pese a sus razones, no había justificación en lo que iban a hacer—. La estúpida de Naara no perdió el tiempo en informarles y cuando los hombres que mi padre contrató aparecieron en la isla fueron reducidos en cenizas. Mi papá supo más que nada, que no podían esperar a que ocurriese una desgracia por las estupideces de una princesa que decidió que era momento de actuar. Al poco tiempo, su pequeño secreto había sido descubierto, por meses no salió del reino, fue casi un año. Nadie la veía, nadie más que Branden. Había tenido un hijo bastardo. Aquella fue la oportunidad perfecta para mi padre cuando lo descubrió en una noche, Lord Charles le ayudó a congregar a las personas para que fueran testigos del pecado que había cometido, el Rey Eilad estuvo presente de cuando la apresaron en conjunto con su vikingo amante. —El dolor se instaló en el pecho de Sigrid, no había sabido cómo había sucedido su muerte, pero ahora, al fin había encontrado la verdad que tanto había buscado. Sabía que no se quedaría sin actuar, pero necesitaba escuchar sus palabras—. Lord Tiberio alcanzó a encerrar en una celda a Branden para que no pudiese intervenir y fue la mejor decisión que tomó, se presentaron los cargos y los lores estuvieron de acuerdo en perdonar la vida de Naara y solo asesinar al pagano, pero su estupidez la venció.
» En el momento de la ejecución, una neblina helada se esparció por todo el reino y un sonido electrizante puso nerviosas a las personas congregadas. Nadie pensó que un dragón aparecería en ese momento, las probabilidades de que se acercaran a Kain eran escasas en esos días, pero ahí estaba. Era un dragón de hielo con la apariencia de un Furia Nocturna y se había acercado, porque Naara Whiterkler había formado un vínculo con esa bestia, desobedeciendo las órdenes del reino sobre tener a un dragón como amigo. Eran peligrosos y él, fue un peligro en ese momento para todas esas personas inocentes que se encontraban en el centro del pueblo. Hubo fuego, su neblina provocada por su cuerpo entorpeció la vista de los soldados y se rehusó en abandonar a Naara. Mi padre fue lo suficiente valiente para enfrentarlo, porque sabía que la gente corría peligro, nadie veía y el dragón atacaba sin vacilar. El humo y el fuego se esparció tan pronto y mi padre tomó su espada y se enfrentó a la bestia, el dragón fue lo bastante rápido y anticipó sus movimientos. No mató a mi padre porque Naara no lo quería, pero clavó sus garras en lo profundo de su brazo y el veneno de ese dragón lo mató lentamente durante diecinueve años, nunca encontramos una cura, pese a que buscamos a esa bestia. Estuvo planeado por ella. Entonces, esa misma noche y tras lo que pasó, lo más sensato que pudo hacer fue pedirle a la bestia que se fuera y el dragón se marchó, una criatura leal no era, como ustedes suelen decir, huyó y entonces, los hombres del pueblo fueron testigos de la verdad, del peligro en el que había expuesto al pueblo y aunque el Rey no quería perder a su hija, tuvo que aceptar las plegarias de mi padre. Naara fue ejecutada y un mes después, el Rey Eilad falleció, preso de la culpa de haber aceptado aquel crimen cometido. Únicamente faltó Branden y toda su estúpida dinastía habría caído hasta los cimientos.
Lágrimas de impotencia descendieron del rostro de Sigrid tras escuchar todo el relato, el dragón del que había hablado... No había duda de que se trataba de Draco, las acciones por las que fue ejecutada y cómo su mismo abuelo se vio forzado en consentir la ejecución. Su padre... No pudo hacer nada y Sigrid había sido consciente todos esos años de lo mucho que cargaba con la culpa de haber perdido a su hermana y padre seguido. Cómo había aceptado la corona aunque nunca la quiso por todo lo que conllevó tenerla y como la instruyó para poder dársela a ella. Ahora lo comprendía todo. Oh, si su padre supiera toda la verdad que había descubierto.
La ira sucumbió su cuerpo, no pensó en nada y se lanzó directo hacia Lord Gray que se había entretenido tirando los artilugios que se encontraba. Aquello lo tomó desprevenido y le dio a Sigrid la oportunidad perfecta para empujarlo sobre ese mueble viejo y estampar su rostro en la superficie. Estaba cegada por la furia y harta de no haber actuado antes, de no haber tenido la fuerza necesaria para hacer lo que debía. De no creerse capaz de hacerlo. Los lobos habían tenido razón, ella ahora era la cabeza de la familia y del reino, no podía esperarse a que las cosas se calmaran o intentar entender el porqué de sus acciones. Esas personas habían causado mucho daño por más que se excusaran por la seguridad del Reino. Era el poder el que anhelaban y al que se aferraban.
Erwan tampoco se la pensó dos veces y se desprendió de las caderas causante de su casi muerte, Lord Gray dio un giro brusco que terminó causando que la morena trastabillase unos pasos atrás, pero antes de que fuese a impactar al suelo, las manos del lord se cerraron en torno a su garganta. Esta vez fue distinto, esta vez lo hizo con toda la intención, la marca de sus uñas cortaron un poco de su piel sensible y el aire le hizo falta en cuestión de segundos, Erwan se apresuró y lo apartó de un empujón, Sigrid cayó al suelo y se sujetó su cuello intentando recuperar el aliento. Pero antes de que el ojigris pudiese hacer algo, se escucharon pisadas y dos guardias junto al hombre que les había secuestrado se aparecieron con sus armas en mano. El hombre sostenía una espada de doble filo que no dudó en usar para atacar a Erwan, dio una embestida que pudo haberlo partido en dos, pero el vikingo fue lo suficientemente rápido como para esquivar el arma y tomarla desde el metal afilado. Sus manos sangraron al sentir el hierro sobre su palma, pero no importó, le dieron el tiempo suficiente como para usar la fuerza en su favor y debilitar a su oponente aferrado al mango de su arma.
El hombre no tenía la misma experiencia que él, golpear a mujeres no lo hacía tener ni la mitad de fuerza que Erwan tenía, quien había crecido como vikingo y entrenado como uno, había recurrido a mancharse las manos en más de una ocasión y nunca dudó, pero pudo ver los ojos del hombre abrirse tanto del miedo cuando Erwan usó la espada en su favor y se la logró arrebatar, para atravesarlo con su propia arma. La sangre emanó de su boca y el ojigris retiró el arma, el cuerpo cayó en un sonoro estrépito. No estaba arrepentido, ese hombre había sido la razón por la que él y Sigrid habían terminado tantos días sin comer o poder sanar. La energía que tenían y la adrenalina no los detendría hasta salir. Sin embargo, antes de que Erwan pudiese hacer algo, un carraspeo lo hizo girarse. Sigrid se encontraba de pie y se sostenía del estómago, el mundo se le vino abajo cuando vio la daga atravesada en su cuerpo. La daga que él le había vendido y que Lord Gray había empuñado.
—Erwan... —Ella murmuró y él reaccionó, aferrado a la espada se acercó con toda la intención de acabar con ese tirano, pero los dos soldados lo acorralaron y consiguieron quitarle la espada de sus manos.
—Te dije a que había venido, Sigrid —bisbiseó Lord Gray cuando la reina escupió un poco de sangre, el giró un poco la daga, haciendo que su cuerpo se contrayera del dolor. No sería capaz de soportar más tiempo de pie—. He venido a terminar el trabajo que mi padre empezó.
A pesar del dolor, ella fue capaz de mostrar el reflejo de su duda. Lo que hizo que el hombre esbozara una sonrisa socarrona, Erwan mientras tanto, intentó zafarse de los hombres, pero en su lugar, se ganó un par de cortes.
—Sí, así es, eras muy pequeña para recordarlo. —Él volvió a girar la daga y ella se aguantó el gemido que estaría por brotar de su boca, la sangre metálica acarició sus labios—. Hace trece años, mi padre convocó una reunión del consejo sin el rey. Mi padre nunca perdió la vista tuya en cuanto la reina anunció que su primogénito había sido una niña, ¡una niña! —El carcajeó y se separó, dejando la daga en su lugar—. ¡Como una mujer iba a ser la reina! Desde que diste tus primeros pasos te vigilaron y como mi padre supuso, el rey estúpido pensó que sería buena idea educarte de una manera distinta. Estudiabas, aprendías las lenguas de los ancestros y entrenabas, sí, puede que hayas olvidado, pero desde pequeña tu padre se aseguró de ponerte un arco en la mano para que supieras defenderte. Crecías y no dejabas de mostrar tu curiosidad al mundo, tus ideales tan estúpidos que mi padre vio en ti una amenaza. No en esa niña débil, sino en la mujer que serías si no hacían algo al respecto.
Retiró la daga en un rápido y simple movimiento, que finalmente hizo que Sigrid resbalara al suelo y la sangre brotara de su herida abierta, vio a lo lejos a Erwan terminar de derribar a uno de los guardias antes de ser apresado por el otro. Lord Gray no les prestó atención, en su lugar, se dedicó a golpear a Sigrid tanto como pudo.
—Una noche entonces, mi padre propuso que sería más fácil hacer pasar tu muerte durante un saqueo de esas bestias. Fácilmente se podría culpar a los dragones, el plan iba tan bien, mi padre y Lord Charles te acorralaron cuando las personas se interesaron más en los dragones, te tenían en la punta del abismo y mi padre pudo haber clavado su espada en tu estúpido corazón. —Él le hizo una rajada nueva en su clavícula y Sigrid intentó ponerse de pie, lo que le hizo reír y mirarla con incredulidad, tanto odio acumulado que fue insoportable de soportar su mirada—. No contó con que aparecería nuevamente ese estúpido dragón, te tomó entre sus garras y te salvó. El reino entero pensó que habías sido robada por un dragón cuando fue lo contrario, complicó nuestros planes de matarte, pero pensamos que no durarías ni un día con ese dragón. Esperanzados, pensamos que habías muerto lejos. Hasta que regresaste, la fortuna fue clara en nuestro favor al ver que no habías recordado nada, las memorias de lo acontecido jamás pasaron por tu cabeza, ¿verdad? Ni aún ahora. Tu padre no tenía las pruebas suficientes para acusarnos o expulsaron del reino.
—No, pero puedo ver la verdad ahora —replicó y se incorporó, la sangre dejó de resbalar de su cuerpo y sabía que para esas alturas ella debía estar muerta. Pero los lobos estaban con ella y su fuerza estaba en su ser. Cerró sus manos en puño y consiguió propinarle un golpe fuerte en la nariz que lo hizo trastabillar y entonces, recuperó su daga. Aprovechando su aturdimiento, se alejó y se acercó hasta su hermano que escupía sangre—. Ustedes son soldados de Kain y yo soy la Reina. Y sí lo habían olvidado, mi nombre es Sigrid Whiterkler, Segunda en Su Nombre, Señora de Nordvind y Protectora del Norte. En estos momentos parezco indefensa, pero de mí corre la sangre del lobo y el recuerdo. Si ustedes quieren que sus familiares vivan, entonces lo soltarán y se irán lejos, tan lejos como puedan escapar, porque en Kain no serán recibidos a menos que quieran que su propio destino sea su muerte. Olviden esto y yo olvidaré lo que han cometido y perdonaré a sus familias. Quédense y entonces...
—El mundo arderá —completó Erwan incorporándose, subió su brazo para limpiar la sangre de su labio y empujó a los hombres, quienes no lo pensaron dos veces y salieron huyendo.
Pero aquello no lo era todo. Escucharon la puerta cerrarse y Lord Gray los miró con suficiencia.
—Sé que me espera la muerte, pero al menos podré llevarlos conmigo porque nadie los encontrará, no en este lugar.
Todo fue muy rápido, un dolor abrasador se expandió en su pierna derecha y cuando Sigrid se giró para ver, Lord Gray le había causado una rajada en una gran línea roja que comenzaba desde su muslo hasta su rodilla. El dolor fue voraz, pero aun así caminó hasta él y le clavó la daga por encima de su estómago. El hombre abrió y cerró la boca, la sangre brotó desde sus intestinos, pero no lo mató. No cuando tenía tantas dudas por resolver, en su lugar, lo forzó a avanzar hasta que lo estampó en la pared y jugó con la daga de la misma manera que él lo había hecho. La simple idea de pensar en lo que estaba haciendo le repugnaba, pero le repugnaba más ese hombre.
—Hiciste mal al separar al lobo de su manada —dijo, sus ojos inyectados en un profundo dolor por hacer algo que no quería, por tener que hacer lo mismo contra lo que luchaba—. ¿Sabes lo que significa? No importa si termino muriendo, ni quien seas, ni tus motivos, estoy harta de tener que soportar que hombres como usted tengan poder en las decisiones más importantes, Kain ha perecido gracias a ustedes, pero yo no pienso soportarlo más. Soy la reina y mi deber es protegerlo. No estoy sola, he sido entrenada y educada y mi padre me enseñó todo lo que debía para ser la voz y el escudo del pueblo.
—Lástima que no pudimos matarlo a tiempo —murmuró el hombre y Erwan apartó a Sigrid a tiempo en el que él atacaba con un pedazo de metal afilado.
El antebrazo de Erwan se cerró en el cuello cortándole la respiración solo lo suficiente para hacerlo hablar.
—¿Qué dijiste? —exigió saber, su brazo hizo presión lo suficiente para que su rostro adquiriera un tono rojizo a falta del aire—. ¡REPÍTELO!
—¿Tú mandaste llamar a esa tribu? —preguntó Sigrid, en voz tan baja que a Erwan inclusive le costó escucharla, pudo oír el sonido de su respiración lenta y sus ojos apañarse.
Lord Gray esbozó una sonrisa orgullosa.
—S-suéltame y-y les diré todo...
Erwan se negó, pero Sigrid lo empujó para que lo apartara, cegada por el dolor y el recuerdo de su padre. Lord Gray usó eso como distracción y clavó su metal en el brazo de Erwan, antes de golpear a Sigrid con la suficiente fuerza y lanzarla lejos. Recuperado del golpe, el ojigris se volvió hacia el hombre hasta que consiguió derribarlo y alcanzó a sujetar la espada de doble filo con la que había asesinado al otro hombre. No dudaría en usarla de ser necesario.
—Lobos Rojos —dijo entonces, cuando el metal acarició su cuello y presionó este—. Así se llama la asociación en la que pertenezco junto a los lores, se formó tiempo después de la ejecución de Naara. Nuestro objetivo siempre fue erradicar las amenazas. Todas. Lord Charles siempre tuvo razón al decir que las imprudencias de su padre habían sido las que lo habían llevado a su muerte. El rey murió por actuar insensato y no aferrarse a las tradiciones de Kain.
—Ustedes... U-ste... —El labio inferior le tembló de solo pensarlo, ellos, ellos lo habían matado. Sintió su corazón enfriarse y un nuevo sentimiento llenó su pecho, lo había sospechado, lo había sospechado, pero la sensación en esos momentos era distinta a la de ahora, porque ahora se lo habían confirmado.
—Sí, nosotros. Comenzamos a planificarlo desde que volviste a formar parte del Consejo, no nos gustó los cambios que Branden estaba haciendo. Los Lobos Rojos han sido la organización secreta mejor organizada, no únicamente estaba conformada por los lores, había hombres oponidos al reinado de Kain así como vikingos de distintas partes del archipiélago, incluido Fair. Los teníamos en la mira en todo momento, incluso cuando menos lo esperaron. —No podía creer sus palabras, pero a la vez, estas tenían todo el sentido del mundo. Porque, ¿de que le serviría mentir cuando estaba tan cerca de la muerte? No tenía sentido, Lord Gray decía la verdad para que sufriese más—. Fue Lord Charles quien planificó todo el asunto de su muerte desde meses atrás, todos estuvimos de acuerdo, menos Lord Tiberio.
Un sonido de sorpresa escapó de sus labios al escuchar aquello último.
—¿Qué? ¿Pensabas qué tú tío sería tan malvado como para asesinar a su propio sobrino? Si hay algo que destaca a Lord Tiberio y sus acciones es el apego que tiene hacía la sangre Whiterkler y todo lo que significa. Cuando Lord Charles sugirió su idea, Tiberio le advirtió lo que podría significar perder al rey, pero no lo escuchó y a espaldas de él planificamos todo. ¿Qué mejor que fuese una invasión pagana? El reino se pondría de nuestro lado y detestaría a los vikingos, cosa de lo que fuiste testigo, la misma servidumbre cuestionó tus métodos y tus relaciones, cada día eran más presentes de la verdad que habían ignorado por tanto tiempo. Perder a su rey les impidió confiar en un extranjero más y tú no lo pensaste. Tú misma acabaste con la propia seguridad del Reino.
» Cuando sucedió, Lord Tiberio estuvo tan enojado y hasta ahora, soy capaz de reconocer mi error. Porque al matar al Rey, tú ascendiste al trono, no se aplicó la ley de que debías contraer matrimonio, el reino no tenía gobernante y tú eras la Whiterkler sucesora. Fuimos tan estúpidos y con buena razón recibimos el castigo y el regaño de Lord Tiberio. Por ello he venido aquí, porque sé que en cuanto ponga un pie en el Reino Lord Tiberio arrancará mi cabeza con su espada, de la misma manera en lo que lo hizo con Lord Charles.
—¿Quieres decir...?
—Sí, él lo mató. Tiberio estaba molesto por las estupideces que Charles había estado haciendo, ascenderte al trono fue lo que rompió la confianza de ese hombre bastardo y cuando lo reveló en la Cámara del Consejo, supo que tú misma podrías sacar la verdad y ejecutarnos a todos ahí mismo. La cabeza en tu habitación fue de parte mía, Tiberio dejó el cuerpo tirado en las puertas, pero yo pensé que sería mejor sí te dejaba una advertencia. Que dejaras la corona y dejaras de ser tan estúpida como para jugar un juego al que no sabes. Pero, nuevamente salí decepcionado cuando te vi en el reino, haciendo lo que se te diese la gana.
» Sí, voy a morir, pero sé que tú también lo harás, porque esa herida en tu abdomen no se va a curar, perforé tus órganos, nada puede remediarlo. Cumplí mi cometido y por ello te he dicho la verdad, pronto me reuniré con mi padre y tu podrás ver a tu estúpido rey y su estúpida hermana, donde serán miserables juntos.
Estaba tan estupefacta que de sus labios no salió nada, Sigrid no había planeado matarlo. Pero Erwan sí. En un movimiento rápido e inesperado, clavó la espada en el corazón del hombre y no la retiró hasta que el alma vacío a sus ojos. Él tenía razón, aún si tuviese el apoyo de los lobos, la puerta estaba cerrada y no había manera de atravesarla. Morirían eventualmente encerrados, sin poder hacer nada, el hambre acabaría con ellos y la infección de sus heridas también.
Después de lo cometido, Sigrid terminó tumbada lejos del cuerpo de ese hombre, toda la información que había recibido... Era mucha. Saber que su muerte había sido planeada desde pequeña y esa había sido la razón por la que Draco, el dragón de Naara, la salvara aquella noche de lo que pudo haber sido una masacre. Las lágrimas sin querer corrieron por su rostro. El Furia Espectral la había salvado. Siempre supo que hubo algo más, que había una razón detrás de ello y ahora... Ella no había podido hacer lo mismo cuando ese grupo de cazadores lo capturó. Una mano helada se cerró en las suyas y sin decir nada, vio a Erwan tomar su dolor, justo como ella lo había hecho.
—Es la sangre del lobo —explicó y sonrió, al ver sus ojos confundidos y llenos de lágrimas—. Vamos a salir y vamos a cobrar justicia por nuestro padre.
Ella asintió aún con los ojos empañados de lágrimas y se aferró a la mano de su hermano.
—Oh, Erwan...
—Niels —interrumpió él, un brillo cubrió sus ojos plateados—. Llámame Niels. Estoy listo para usar el nombre que nuestros padres me pusieron. —Sin separar su mano de ella, se encargó de terminar la hemorragia formada y un suspiro escapó de sus labios al percatarse de que no había sido mucha. No iba a morir por la herida de Lord Gray—. Hay algo que quiero mostrarte, Sigrid, cierra los ojos.
Niels concentró toda sus emociones en su mano y aprovechó para transmitirle lo que él había visto durante sus visiones. Sintió como las uñas de Sigrid se clavaban en su agarre, pero supuso que ya lo había visto.
⚘❀༄
El bosque de Kain se encontraba frío, una extensa neblina cubría todo el lugar, dificultando a Naara seguir su camino. Harald la seguía como su guardia personal, la mano se cerraba en el puño de su espada mientras ambos se hacían paso entre los arbustos y las rocas. No había podido convencer a Naara de que esperasen a que la neblina pasara, la princesa de Kain era lo bastante terca como para escucharlo. El rey había encontrado difícil buscarle un esposo por lo mismo, ya estaba en edad de casarse, pero Naara permanecía tan joven y libre... Hecho que, extrañamente hizo sentir bien a Harald.
—¿A dónde vamos? ¿Qué es lo que no podía esperar hasta mañana?
—Es que he encontrado el dragón causante de este frío —dijo ella, bastante emocionada como para seguir su andar e ignorar al rubio—. Sé qué está prohibido, pero... Ha pasado algo.
—Has creado un vínculo con él —murmuró en cambio y los ojos ámbar de Naara se giraron hacia él para confirmarlo, un brillo cómplice se asomó en sus orbes—. Dioses, ¿cómo lo hiciste?
—No está tan grande, he visto los dragones adultos de Fair y sé que él no pasa la adolescencia —explicó, haciéndose pasó entre los arbustos—. Draco estará encantado de conocerte.
Draco.
El rubio asintió y se llevó las manos a la cabeza, conocer a un dragón era distinto, pero crear un vínculo con él. No... En Kain no estaba permitido y se haría evidente, el Rey Eilad se había rehusado en aceptar a los dragones porque saqueaban el pueblo en los momentos más difíciles. Pero ella estaba emocionada y eso le hizo seguirla, además no tenía de otra, como su guardia real su deber era protegerla, con su espada y con su vida.
Cuando vio al dragón Harald se impresionó al ver la especie de Furia Nocturna. Nunca había visto uno, era muy raro verlos, la mayoría se había enfrentado a la muerte en cuanto los veía. Pero este dragón... Era un poco distinto, los Furias no eran conocidos por poder soportar el frío y él, parecía que traía la tormenta y la neblina consigo. Estaba pequeño, pudo notarlo, pero con el tamaño suficiente para derribarlos si así quisiera. Naara se acercó corriendo hasta él y le plantó un beso en la cabeza con la máxima alegría. Harald, en cambio, permaneció paralizado.
—No tengas miedo, no es un Furia Nocturna, al menos no en parte... Debe ser una especie distinta, pero Draco es todo lo que está bien en el mundo.
Sigrid vio a Draco, el Draco gruñón que había conocido ser capaz de soportar las muestras de cariño y alegría que Naara le proporcionaba. Hubiese llorado en ese momento cuando algo más la hizo sobresaltar al igual que Harald. Un Furia Nocturna adulto. No, una Furia Nocturna se posó detrás de Draco y de Naara, los dientes afilados se mostraron ante el desconocido, pero Naara la tranquilizó.
—Es la mamá de Draco.
Ahí Harald pudo ser capaz de ver la diferencia entre un Furia Nocturna y la especie que fuese Draco... Eran tan distintos y similares. El color de la Furia Nocturna era de un oscuro como la noche, mientras que el tono de Draco era lo opuesto, su tono oscuro era atemorizante e indescriptible, como la nada. Sus cuernos estaban más alargados y puntiagudos que los de la madre y sus garras eran de un color transparente azulado.
El escenario cambió y Sigrid notó que habían pasado un par de años desde aquello, ahora debía faltar poco para la ejecución de Naara y Harald. Ella se encontraba nuevamente en ese bosque y Draco ya era mayor, su madre ya no lo acompañaba, pero, había algo más. Un huevo de Furia Nocturna descansaba en lo más oculto de las hierbas y el bosque.
—Draco, van a pasar muchas cosas —explicó ella, abrazando al dragón tanto como pudo—. Es posible que quieras protegerme, pero no lo debes de hacer, ¿está bien? Ojalá esté equivocada y nos volvamos a ver, pero los lobos me han mostrado que no va a ser así. Sé que me entiendes, Draco, porque yo te amo con todo mi corazón. —Algunas lágrimas corrieron del rostro demacrado de Naara y Draco emitió un gruñido de angustia—. He visto... Cosas inexplicables, pero sé que mi hermano, Branden, va a tener una niña. La he visto en las visiones de los lobos, debes protegerla Draco, haz lo que sea necesario, el mal estará presente siempre. P-por favor... No mueras por mí, protégela igual como vas a proteger a tu hermanito porque tu madre ya no puede.
Sigrid no quiso seguir viendo eso cegada por las lágrimas que corrían de su rostro como cataratas, pudo sentir el dolor de Naara en sus palabras y el amor de Draco que transmitía a su jinete. El escenario cambió y entonces, Sigrid pudo ver que había pasado casi un año desde la muerte de Naara y la ascendida al trono de su padre. Draco nunca se marchó de esos bosques, ahora un pequeño e intrépido Furia Nocturna lo seguía a todos lados.
—¿Es... Rhaegal? —preguntó a su hermano, pero él negó.
—Chimuelo.
Un pequeño Chimuelo hacía mil travesuras en el bosque y era cuidado por Draco, su primer intento de vuelo fue un desastre y el Furia Espectral había ido por él antes de que terminase lejos. Pero Sigrid los pudo ver crecer con el paso del tiempo, lo unidos que eran, como Draco cuidaba tanto de su hermana y a la misma vez... Se mantenía alerta para cuando llegase el momento de protegerla a ella. Nadie los descubrió aunque Chimuelo fuese una travesura andante. La neblina era tanta en esa parte del bosque gracias al Furia Espectral, que nadie se atrevía a subir a la colina por miedo de que saliese un huargo. Aquello permitía que Chimuelo experimentara tanto como quisiera con su fuego de dragón, su plasma apenas casi destructible incendiaba los árboles y con un simple soplido, Draco apagaba el fuego. Vio muchos recuerdos de ellos y el corazón se le infló de la alegría que sintió, en una ocasión ambos durmieron colgados de un árbol que la hizo sonreír al ver el tamaño de ambos, Draco casi tocaba el piso con su cabeza... Mientras que Chimuelo estaba tan pequeño que parecía del tamaño de un halcón.
En otro recuerdo, los vio acurrucados en el piso, ambos dormidos junto al otro. El pequeño Chimuelo dormía en una posición similar a los gatos, la pancita estaba arriba al igual que sus patitas y el cuerpo encorvado ligeramente. Solía gruñir mientras dormía y aquello molestaba a Draco, quien golpeaba con su cola al suelo. Pasaron los años y cuando llegó el momento de salvarla... Draco se había encargado de mandar a Chimuelo lejos, por ello entendió el porqué no se había quedado en la isla con ella. La había dejado en un lugar donde sabía que estaría segura, pero había partido de vuelta con su hermano, pues Chimuelo apenas tenía los siete años de edad, igual que ella.
Volaban juntos, cazaban juntos, peleaban con otros dragones juntos. Chimuelo creció impresionante y con el tiempo, el Furia Nocturna se fue separando de su hermano, disfrutaba llegar al final de los saqueos a los pueblos para atacar aunque nunca lastimase a un humano. Aquello era algo que Draco no hacía, pero Chimuelo era distinto. Pero aun así los pudo ver juntos todo el tiempo... Cuando fue a Berk y Chimuelo fue capturado por Hipo, Draco estuvo presente. Sin embargo, cuando ella e Hipo llegaban para ver a Chimuelo, Draco siempre encontraba la manera de ocultarse o escaparse para no ser visto. Estuvo presente en todo momento y el día del ruedo, por ello había aparecido y se la había llevado consigo. Con Valka. A un lugar donde estuviese segura.
Draco había cumplido bien la promesa de Naara y la había protegido durante todo este tiempo, al igual que cuidaba a su pequeño hermano.
⚘❀༄
La visión se terminó y aun así, su corazón rebosaba de una alegría inexplicable al haber visto aquello. Niels sonrió de la misma manera. Aquello que los mantenía unidos como hermanos, sabía Sigrid que no era solo por los lobos. Habían sido capaces de tomar el dolor del otro y de ver las mismas visiones. No era solo de los lobos, era de ellos. Ellos mismos tenían la sangre del lobo.
Pese a que el dolor ya había pasado, ambos se encontraban lo suficientemente débiles como para intentar empujar esa puerta. El hambre estaba presente, ya habían sido tres días estando ahí y lo único que habían probado la última vez era ese líquido amargo que les habían dado en Airgead para activar sus memorias. Quizás aquello sería todo, morirían ahí y la verdad no saldría a la luz jamás, ese era su destino. La esperanza se hizo poca, pero entonces...
Súbitamente un ruido se hizo presente en las afueras, empezó como un gruñido y luego... Aquel sonido era tan similar y lo conocía a la perfección, ambos se incorporaron al tiempo en el que escucharon la plasma del otro lado y la puerta salir volando. Escuchó pisadas y su corazón latió con tanta fuerza que lo creyó irreal, pero ahí estaba, se quitó el casco cuando entró al montículo y suspiró de alivio al verla.
—Te encontré. —Fueron las palabras de Hipo y una sonrisa curvó los labios de Sigrid—. Te dije que siempre te encontraría.
HOLA, LA INSPO NO ME SUELTA
Este capítulo ha estado de todo menos tranquilo MUCHAS COSAS SE HAN REBELADO Y NO PUEDO CON TANTOOOOOOO. Vamos a comenzar con lo primero, nuestra querida Naara siempre supo muchas cosas y fue ello lo que la llevó a su muerte 🥺🥺 incluso aunque había abordado un poco de ella, ahora sabemos lo que sucedió realmente. ADEMÁS QUE SU DRAGÓN ERA DRACO. Por ello Sig no podía ser la jinete de él, I've told youuuuuuuu.
He unido tantos cabos en este cap que hasta yo misma estoy sorprendida, había estado pensando en ello un poco tiempo atrás, pero no fue hasta que escribí este cap que formé todo estoooo. Aquí se han dado cuenta que soy escritora brújula jasjsjs
DRACO HERMANO DE CHIMUELO, este dato está en el anexo de Draco en Crown así que algunos de ustedes ya lo sabían, pero ahora se los confirmo con mucho gusto 🤗. Traté de no ser tan intensa al describir unas escenas, pero si lo fui disculpen, eran necesarias para la trama. ADEMÁS, ¿vieron lo que son capaces de hacer Niels y Sig? Esta idea me surgió mucho por el tema de los lobos, cuando el alfa es el protector se encarga de cuidar un poco a los enfermos y asegurar el camino. Aquí lo manifesté un poco distinto, pero viene siendo similar así como me inspiré también un poco de Teen Wolf donde Scott y ellos pueden tomar el dolor del otro. He leído mucho sobre ese tema en libros o lo he visto en pelis que yo quería que fuera parte de ellos. Aquí les dije que metería tanta fantasía como quisiera y estoy feliz.
Hipo iba a salir hasta el próximo cap, pero temí que mi Peps se desmayara si Chimuelo no aparecía pronto JSDJSJ.
Háganme saber sus opiniones!!!! ❤️❤️❤️❤️ El próximo cap estará un poquito más ligero para que descansen del sufrimiento un poco 💚
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