26

No había dicho nada desde hace unos minutos, lo que provoco terror en el menor de los hermanos. Aunque ya eran adultos, todavía sentía pavor a los silencios de su hermano mayor, aun así, en el fondo estaba preparado para todo. Tenia que defenderla y darle a entender a Menma que Hinata no es una mala persona, solo una chica que no ha tenido suerte en su vida al igual que el en la suya, y que merecía ser vista de otra forma. En sus pensamientos se había puesto a la defensiva, no le importaba si ese día volaban un par de mesas por el aire, Naruto tenia que decir lo que en realidad estaba ocurriendo.

El ligero movimiento de la mano del azabache puso en modo alerta a Naruto, aunque temblaba debía mantenerse firme.

— Te lo dije... — soltó un suspiro de decepción — tener a esa chica cerca solo iba a traer problemas ¿por que te cuesta tanto hacerle caso a tu hermano?— cubrió su rostro con ambas manos mientras ligeramente movía de una lado a otro la cabeza. —Demonios, Naruto, yo solo quiero... yo solo quiero volver a la familia que solíamos ser. Me da rabia toda esta mierda que esta ocurriendo... yo quiero conocer a mi sobrino, y no por imágenes, no que me lo cuentes tu. Quiero verlo con mis propios ojos, quiero sentir un abrazo suyo y que me llame tío. Demonios he reprimido por tanto tiempo ser tío y ya no quiero, ya estoy cansado y ahora sales con esto de que ha perdido la memoria, de que ese dolor se le ha transmitido y el miedo solo lo encerró y encima esta chica... —sus palabras se escucharon distantes ya que aun seguía con el rostro cubierto, pero cada palabra llegaron a los oídos del rubio. 

Aquella reacción tomo por sorpresa al rubio, en realidad ya estaba esperando que el moreno lanzara el florero de rosas rojas que dividía la pequeña mesa. Menma no era de los que se tomaban las cosas a la calma, quizá esta vez de verdad lo decepciono. Apretó bruscamente ambos puños ocultados debajo de la mesa y agacho la mirada. Sonrió para si mismo, pero en realidad lucia como una mueca de dolor, se sentía apenado. Había cometido errores, si, pero quizá aquel le costo mas que los demás. Sus decisiones solo traían desgracias; la perdida de memoria de su hijo, arrastro a ese mundo a una mujer inocente de eso y lo peor, lo peor de todo... la muerte de su propia esposa. En lo mas profundo de si, había una voz que le repetía que perdió aquella mujer que tanto amaba por su propia culpa, esa voz lo atormentaba desde  que sostuvo por ultima vez la mano de la persona que tanto había querido en esta vida. Siempre se había lamentado, había tomado la responsabilidad de que ella muriera, sus caprichos egoístas solo habían cegado la realidad, lo habían encerrado en un mundo donde creía que todos eran felices, pero en realidad el único feliz era el. 

Lo que mas odia es que su corazón se atrevió a volverse nuevamente egoísta, todo este tiempo creyó que las cosas habían mejorado (antes de lo de Bolt), pero lo que no sabia era que aquel que sufría una primera vez, la sufría una segunda, una tercera y así hasta que el corazón se desgastara por completo  y solo quedaran manchas de sangre en aquel lugar donde había algo que latía y ya sentía que estaba en esa ultima fase.

— Menma... en realidad Boruto... Yo solo se lo que es perder a una esposa, pero el... el tuvo que perder a alguien que sin el haber conocido lo sostuvo en su vientre por siete meses... el no tuvo la culpa de que a su madre se la haya complicado el parto... el merecía desde un principio tenerla y como no pudo se fue por el lado mas cercano que en este caso es...

Pero no le dejó terminar, el hermano mayor al final hizo lo que el rubio estaba esperando. Solo se escucho el impacto del florero que chocó contra la pared y como los pedazos cayeron al suelo simultáneamente . Se había levantado bruscamente y observó fijamente a aquel hombre que comparten rasgos en común. 

— ¡Que demonios! ¿me estas diciendo que estas de acuerdo con que esa mujer sustituya a Shion? ¡Todo este tiempo que le dedicaste a ella lo vas a tirar a la basura como si nada, que te hizo, Naruto, que demonios te hizo esa chica!

— ¡Shion esta muerta!— chilló eufórico mientras se ponía de pie. Ahí estaba de nuevo llorando como un nene, pero esta vez dejaría de lado la cobardía y empezaría a enfrentar cada uno de sus problemas. — He sufrido lo suficiente, la he respetado por varios años y lo he hecho así, pero... debo aceptar que ella no volverá, debo reparar todo esto que decidí no tocar, tengo derecho a... ser feliz de nuevo— desvió la mirada al empezar a decir eso ya que los ojos de su hermano transmitían algo mas que enojo — yo... me he enamorado de esa chica, Menma... me he enamorado de Hinata.

...

Caminaban lentamente sin intercambiar una palabra. Hinata miro de reojo al niño que sostenía su mano. Boruto no había mencionado nada acerca de lo que había pasado hace unos minutos, lo cual le alivia, quizá no le tomo importancia a su compañera y creyó que solo era una pesada jugada por parte de ella, aunque en realidad el pequeño le estaba dando mil vueltas al asunto. 

La pelinegra observo por enésima vez el papel que llevaba el numero y nombre de aquella peli rosa. Se preguntaba el por que de darle su numero. Quizá... había notado mas allá de lo que observo su hija. 

« ¿Sera que sabe algo...? Cuanto antes debo verla.» Pensó inquietante sin notar que unos ojos azules la miraban aun mas inquietante. 


Tras caminar por media hora llegaron al centro de la ciudad, específicamente a aquel lugar Naruto les había indicado . Era un gran edificio cubierto totalmente de un tono gris, la puerta principal era una de doble hecha de cristal. Habia un pequeño jardín lleno de tulipanes de colores vivaces, el cual era atravesado por una corto pasillo de loza de piedra. En la parte superior del edificio estaba escrito en letras grandes ¨Centro especializado Yamanaka¨

— Bien Bolt, ya hemos llegado.— El pequeño rubio sostuvo con fuerzas e inquietud la mano de Hinata. Al sentir el apretón, se apoderó de ella un escalofrío. En  el fondo también se sentía impaciente. Tras un corto silencio avanzaron hacia la entrada.

Al entrar, se encontraron con un apacible pasillo, cubierto de blancas paredes adornadas con varios letreros donde mencionaban algunas condiciones psicológicas. Aunque no comprendía lo que decían, Boruto miraba una y otra con un destello en sus ojos, como si pudiera ser capaz de descifrarlas, y es en ese momento que nota. Sabe que no esta enfermo porque no le duele nada, pero si debe haber algo aunque no sienta dolor. Se detuvo de pronto y  tocó con la mano que no sostenía a Hinata su pecho. ¿Por que sentía como un vacío ahí dentro?

— Mamá— tiró de la mano de la pelinegra lo que hizo que se detuviera y le observara. Los cortos pero al mismo tiempo largos segundos de silencio por parte de Boruto inquietaron a la mujer. Bolt agarró y estrujó la polera blanca que llevaba, con la mano que antes usaba para toparse el pecho — no estoy enfermo, pero... siento raro el pecho, como... si me faltara algo ¿para eso estamos aquí, mami?

Hinata ahogó las ganas de llorar y se limitó a asentir con los ojos casi llorosos. Boruto a su vez asintió con sus ojos ausentes y continuaron caminando. 


 Su mirada ausente aun estaba ahí, se encontraba sentado en la sala de espera, desde lejos percibía como su madre hablaba con una de las enfermeras. Por su cabeza solo pasaba la escena de esta mañana, como Sarada le llamaba maestra a su madre y ni el enterado de que lo fuera. Trató de recordar alguna escena antes de aquel día que había tenido el accidente, pero no encontraba recuerdos de su madre y el y entonces... sintió de nuevo ese vacío en su pecho. 

Mientras tanto Hinata trataba de explicarle la situación ocurrida con Boruto a la enfermera que estaba de turno esa tarde. 

— Lo siento señora, pero sin una cita previamente solicitada no puedo dejarle ver al doctor— resonó la dulce voz de la joven enfermera. En sus ojos se mostraba la compasión que sentía hacia madre e hijo, de verdad quería ayudarles, pero estaba en contra de las reglas, al menos que algún paciente cancelara en ultimo momento y hasta ahora no había sonado el teléfono para avisar. — Puedo establecerle una cita, seria en una semana, pero mas de ahí, no podre...

— No puedo esperar tanto, es una emergencia— explico desesperada, manteniendo un tono de voz modesto para que así Boruto no pudiera escucharlo. — Mi... hijo ha perdido la memoria, apenas ayer despertó del accidente, por eso no pude asignar una fecha ¿como cree que me esperara que al despertar no recordara nada antes del choque?

La enfermera observo el agobio en los ojos de la ojiperla, luego miro de reojo al pequeño rubio sentado en lo lejos. El niño miraba el suelo mientras movía de arriba abajo sus piernas, se notaba el aura inusual a su alrededor. 

— ¿Puede... esperar hasta medio día? Aun no han cancelado las citas, pero quizá lo hagan mas tarde. 

Hinata guardó silencio por unos momentos. Volvió su vista hacia el pequeño, esta vez ambas miradas se cruzaron, sus ojos lucían tan vulnerables, en el fondo sabia que Bolt se estaba cuestionando y no podía verlo así mas tiempo, solo le traería mas dolor así que depositó su confianza en que alguien ese día iba a cancelar su cita. Volvió a mirar a la enfermera y cerró sus ojos en forma de aprobación.  La rubia le sonrió y le susurro un «Tratare de convencer al doctor de que le abra un lugar» 

— El consultorio está al final del pasillo, el doctor Yamanaka aun no ha llegado, pero le avisare de su situación, para que así llegue un poco mas temprano— dijo en tono agradable. 

Hinata asintió ya con Boruto en brazos, esta vez quería acurrucarlo en su pecho, quería que se sintiera en calma. Quizá no era su verdadera madre, pero si que en todo ese tiempo la había hecho sentir como una y sentir el calor de una familia que a diferencia de la suya solo le brindaba frío y en el fondo deseaba que de verdad esta fuera su familia.

Se detuvo de golpe.

«Pero puedes hacer de esta tu familia... Solo es dar un paso.»

Y por primera vez, Hinata sintió esa sensación en su pecho. Sonrió.

Si.

Quería conquistar a Naruto. 

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