13
Y como si las palabras de su hermana hubieran sido una maldición para ella, esa misma noche, luego de haberse corrompido por completo, Hinata se encontró con una sorpresa frente a la puerta de su departamento.
Con horror abrió lentamente el sobre que minutos atrás había tomado y empezó a leer las palabras que marcaría un cambio drástico en su destino. Apretó el papel entre sus manos y sin notarlo las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas, las cuales ya estaban de un color carmesí de tanto haber llorado.
Entró de inmediato y al cerrar la puerta se apoyó en ella.
— Y ahora... ¿qué haré?
Se deslizó por la puerta hasta tocar el suelo, se escondió entre sus piernas dejando de lado aquel papel donde pide el desalojo de la Hyuga a más tardar el próximo lunes.
— ¡Papá! Despierta— el pequeño rubio se lanzó hacia la cama dónde Naruto duerme plácidamente. De inmediato el rubio mayor despierta alarmado, pero al ver a Boruto a su lado con una sonrisa se calma.
— Bolt ¿qué hora es que ya estás despierto?— pregunta mientras suelta un bostezo y se recuesta en la cama. Observa la hora, ocho y treinta de la mañana. Naruto no comprende como es que los fines de semana Bolt se levanta temprano mientras que en la semana es todo lo contrario.
— ¿Hoy no tienes trabajo?— pregunta confundido, pero a la vez emocionado. Naruto siempre sale de casa a las siete los fines de semana y si aún está en casa quiere decir que tal vez no tenga trabajo. El Uzumaki mayor nota el brillo en los ojos de su hijo, y sonrie al tener una idea del por qué de ese brillo.
— No, Bolt, no tengo trabajo hoy— dice al fin.
— ¡Que bien!— empieza a festejar saltando por todos lados en la cama hasta que al final se lanza nuevamente a su padre. — Hoy haremos muchas cosas juntos, papá.
— ¿Ah si? ¿Qué tienes en mente?— pregunta mientras acaricia el pelo desordenado de su hijo.
Boruto se lleva la mano al mentón buscando ideas en su cabeza. Al final se encoje de hombros.
— Lo que sea, papá— dice al no pensar en nada.
— ¿Por qué no vamos a desayunar a Ichirakus?
— ¡Si! ¡Vamos!— exclamó con una gran sonrisa.
— Está bien. Entonces vamos a ir a tomar una ducha ¿si?
— Si.
Naruto asiente, se pone de pie y se lleva a sus brazos a Boruto saliendo de la habitación para entrar al baño y tomar una ducha juntos.
— Ramen, ramen, ramen— Boruto cantaba una y otra vez la misma palabra mientras iba de la mano de Naruto y caminaban por el estacionamiento que está frente al establecimiento. Como el verano esta entrando y el calor empieza a sentirse, Boruto viste un overol corto jean y debajo del mismo una camiseta amarilla, Naruto lleva una bermuda negra y una camiseta blanca.
— Oh, que sorpresa verlos tan temprano por aquí— dice sonriente Teuchi al verlos entrar. Como el lugar está vacío deciden sentarse en los butacones negros que están frente a Teuchi.
— Es que papá no tiene trabajo hoy y por eso vamos a comer ramen de desayuno— le explica Boruto mientras trataba de subirse sólo al butacon, al final Naruto lo sube.
— Lo mejor es iniciar el día con un buen tazón de ramen — comenta Naruto con una gran sonrisa. Teuchi suelta una carcajada ante lo dicho por Naruto.
— Tienes razón ¿lo mismo de siempre?
Naruto asiente y al instante Teuchi empieza a preparar los dos tazones. Esperan impacientes en silencio por el delicioso ramen hasta que el olor empieza a inundar el lugar. Tanto Naruto como Boruto inhalan el olor y exhalan con una sonrisa plasmada en su rostro.
La espera no fue larga, en cinco minutos ya tenían cada uno el tazón frente a ellos.
— Que lo disfruten.
— ¡Itadakimus!— dicen al unísono.
Naruto toma sus palillos, Boruto igual, toman una cantidad de fideos y los introducen en sus bocas. Lo saborean.
— Delicioso— vuelven a decir al unísono.
— De tal palo tal astilla— comenta riendo Teuchi al observar padre e hijo.
Dos minutos después, ambos ya habían terminado. Después de pagar y despedirse de Teuchi y también comprar dos porciones más para llevárselas a casa, salen del lugar.
— ¿Y ahora?— pregunta Naruto mientras conduce de vuelta.
— Mmm... veamos Doraemon juntos.
— ¿Dorae... mon?— pregunta confundido. No sabe a lo que se refiere Boruto.
— Si, el gato cósmico. Es un programa muy divertido, lo suelo ver con abuela, aunque sólo a veces porque ella siempre está limpiando la casa. Nunca lo he visto contigo, papá.
— Está bien. Lo siguiente es ver Doraemon juntos— anuncia. Boruto suelta un yay mientras empieza a festejar.
Minutos mas tarde, Boruto se encuentra encendiendo la televisión mientras que Naruto prepara una bolsa de palomitas.
— Ojalá mis sueños se hicieran realidad, se hicieran realidad, porque tengo un montón— Boruto empieza a cantar la introducción de las caricaturas al mismo tiempo que la voz que la canta. Se mueve de un lado a otro en el sofa mientras lo hace.
— ¡Oh! Pero si veía ese programa de niño, no puedo creer que aún lo transmitan— dice Naruto quien se acerca con las palomitas — y no me puedo creer que se me había olvidado el nombre.
Se sienta al lado de Boruto, el pequeño se recuesta a su lado y ambos empiezan a ver el programa, haciendo que Naruto se sintiera nostálgico al verlo.
En la tarde, Boruto le mostró todos sus dibujos a Naruto, incluso el pequeño tenía una réplica del dibujo que Hinata le había enseñado la primera vez que fue a su clase, pero el dibujo tenía una diferencia, Naruto esta vez sonreía. Estuvo a punto de perder el control de sus emociones, pero se mantuvo.
Al final del día, calentaron las dos porciones de ramen en el microondas y del mismo modo que lo disfrutaron en el desayuno, así mismo lo disfrutaron en la cena.
Boruto le pidió a su padre dormir con él nuevamente, dijo que se dormía más de pronto cuando estaba con Naruto. Con una sonrisa, Naruto aceptó y así el día más emocionante que habría tenido el pequeño había terminado, con la inocencia de no saber lo que le esperaba ese lunes donde a pesar de que estaban en verano iba a ser un día frío.
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