10

La intensa luz que habia en la sala provocó que Hinata despertara. Entreabriendo sus ojos observó por todo el lugar. Estaba acostada en un sofa en una pequeña, pero acogedora sala.

— ¿D-dónde... estoy?— se preguntó a si misma extraña.

No recordaba nada de lo que habia pasado, solo recuerda hasta el momento en que su padre empezó a insultarla proocando que tuviera que salir huyendo de su "hogar".

Eres una desgracia para esta familia.

La misma frase rondaba por su cabeza una y otra vez, haciendo que cada vez que la recordaba se sintiera peor. No fue buena idea ir despues de todo asi que el arrepentimiento empezó a surgir. Su padre es alguien que solo piensa en si mismo, siempre logrando lo que se propone no importandole a quien tiene que llevarse por delante.

— Oh, ya despertaste.

Esas palabras corrompieron con el silencio que se encontraba. Hinata observó hacia donde se dirigia la voz.

—¿Quien ere...?— trató de levantarse, pero una punzada en la cabeza lo impidió.

— No deberias levantarte, aún estás débil— dijo la persona mientras se acercaba con una pomada en la mano — te he encontrado en la calle. Estabas de cunclillas cuando me acerqué y luego... te desmayaste— le explicó mientras acariciaba con la pomada la mejilla que el padre de Hinata antes habia abofeteado — asi que te he traido a mi departamento— sonrió.

— G-gracias por ayudarme, he estado asi durante varios dias— sonrió dulcemente Hinata.

— No hay de que, no podia dejar a una chica tirada en el suelo. existen personas malas que podian haberte hecho daño— sonrió nuevamente para luego levantar su mano como indicandole a Hinata que la estrechara con la suya — me llamo Karin, un gusto.

— Me llamo Hinata... Hyuga Hinata.

— ¿Hyuga?— Karin cerró sus ojos por unos segundos, tratando de recordar donde habia escuchado ese apellido — ¡ah! el banco Hyuga, entonces tu familia...

— S-si, mi padre es el dueño del banco— le dijo fingiendo sonreir, pero la verdad es que odia cuando es reconocida solo por el simple hecho de llevar ese apellido.

— Wow...— exclamó sorprendida— lamento que no pueda darte las mejores comodidades— se disculpó decepcionda mientras bajaba la cabeza.

— No te preocupes, lo importante es que me ayudaste— trató de animarla.

— Bueno... ¿ya te sientes mejor?

— Si ya estoy mejor, creo que es hora de irme, muchas gracias, de verdad— dijo mientras se ponia de pie. Karin la ayudó y poco a poco lo lograron.

— Pero... ¿por que no llamas a alguien para que venga a buscarte? ya es muy de noche y no tengo vehiculo, no me perdonaria si te pasara algo.

— Ah...— Hinata no sabia que excusa poner. No podia lllamar a su padre y tampoco podia buscar ayuda de Neji y Ten ten, ella los ha molestado mucho y no quiere seguir siendo un estorbo para ellos, ademas de que tampoco posee un vehiculo — no, estoy bien. Tomare un taxi— dijo al fin.

— ¿Un taxi...?— Karin observó el reloj que se encontraba en la pared de la cocina. Eran las once y treinta minutos — ¿crees que a estas horas puedas conseguir uno...? si quiere puedes pasarte la  noche aqui.

— No, esta bien— la interrumpió — tengo que trabajar mañana y tengo que llegar temprano — de pronto, apareció una idea —¿me puedes decir donde se encuentra mi bolso?

— Ah, si, claro— Karin volvió a ayudar a Hinata para que se sentara y se dirigió a lo que parece ser su dormitorio. Segundos despues, apareció con el bolso en las manos. Se lo pasó a Hinata.

La Hyuga empezó a rebuscar en su bolso rojo. Habia recordado que tenia una libreta donde estaban todos los numeros de los padres de sus estudiantes en caso de emergencias . Empezó a abuscar en la lista hasta que encontró el numero que decia al lado Uzumaki Boruto.

Tal vez los estaba interrumpiendo, a lo mejor ya estaban dormiendo, ya que era muy tarde, pero ellos son las unicas personas aparte de su primo y su cuñada que le quedan, son los unicos que estan de su lado, asi que no se lo pensó  ni dos veces cuando tomó el telefono que la peliroja le habia ofrecido y ya se encontraba marcando el numero, tardó varios segundos en responder, Hinata temia que no lo tomara, hasta que se escuchó una respiración del otro lado.

—¿Hola...?

Naruto

Ambos rubios habian llegado a casa. Se encontraban en el pasillo, quitandose los zapatos consumidos por un silencio, un silencio que hace mucho que no experimentaban, no desde que Naruto habia dejado de tener la mirada que Boruto tanto odia.

— Iré a preparar la cena ¿puedes bañarte solo hoy? — preguntó Naruto mientras se ponia de pie para acariciar el pelo rubio de su hijo y sonreirle.

— Si...— el pequeño rubio bajó la mirada. Tenia unas ganas de tomar de la mano a su padre y abrazarlo, escucharle decir que todo estaba bien. Que todos son felices, que ninguno de los que son especiales para él están sufriendo.

Se siente fustrado, incapaz de hacer algo ¿por qué las personas sufren? ¿por qué hay dolor? ¿por qué las personas tienen que vivir en amargura? esas preguntas no dejaban de rondar en su cabeza y cada vez que pensaba en eso se sentia mas triste.

Le aterra todo esto, se siente presionado, sin poder hacer nada, solo observar como su mundo se derrumba, como su padre y ahira su maestra se desmoronan frente a él.

— ¿pasa algo, Bolt?— preguntó al no ver ninguna reacción en su hijo.

— No, nada papá— forzó su sonrisa, pero lo unico que pudo conseguir fue hacer una mueca.

— Bueno... si quieres algo, solo avisáme.

El pequeño asintió para luego dejar atrás a su padre  y dirigirse al baño. Al entrar Naruto borró su sonrisa y su mirada se volvió solitaria. Su hijo estaba sufriendo de nuevo y esta vez al parecer no puede hacer nada, la única persona que podía camniar todo era su maestra. Cerró sus manos apretando sus puños y solo dejó salir un ronco suspiro.

— ¿Qué puedo hacer, Shion?— se preguntó a si mismo, haciendo que se sintiera mas vacio.

Pasaron varios minutos tanto Naruto y Boruto estaban en el comedor uno frente al otro, comiendo en silencio. Naruto solo observaba a su hijo quien solo jugaba con la comida.

— ¿Está rica la cena que papá hizo?

Boruto levantó la mirada, encontrándose con un sonriente Naruto.

— Si... creo.

el silenció volvió.

— Es que no la estás comiendo, por eso pensé que tal vez no te estaba gustando... ah, ya se ¿por qué no pedimos ramen? Creo que Ichirakus está abierto a esta hora— observó el reloj que estaba detras de Bolt, eran las ocho en punto— si, aún el servicio a domilicio está disponible ¿qué te parece Bolt?

Boruto observó por unos segundos a su padre.

— Está bien— dijo un poco mas animado. Su padre siempre compra ramen cuando él está triste.

— ¡Bien! Vamos, Bolt— lo tomó de la mano y se dirigieron al telefono que estaba colgado en la cocina.

— Servicios Ichirakus ¿que que puedo servirles?

— Ah, estamos al telefono, ¿que quieres Bolt?— preguntó Naruto mientras tapaba con su mano el microfono del telefono. Bolt se llevó la mano al mentón pensando en cual seria el indicado. Luego de pensarlo por varios segundos, mientras Naruto ordenaba el suyo le llegó uno a la mente.

— El favorito de papá— dijo sonriente.

Naruto lo observó sorprendido hasta que una sonrisa se plasmó en su rostro.

— Esta bien.

Luego de una larga espera para los dos rubios, pudieron comer el delicioso ramen que tanto les gusta. Naruto se sentia aliviado, pudo lograr que Bolt se sintiera mejor y eso era un avanze.

Nueve de la noche, Boruto se encontraba dormiendo, Naruto suspiró aliviado mientras se sentaba en su cama. Pudo manejar la situación, Boruto se sentia mejor, auqnue solo fuera por poco tiempo. Mientras se encontraba observando el techo, no pudo evitar pensar en Hinata. Hoy estaba tan decaida, sabia de la ausencia por problemas de salud, ya que le directora Tsunade les habi informado, pero no sabia que la situación era tan seria.

— Acaso... ¿no confia en mi?

Le habia ofrecido ayuda, pero al parecer ella no quiere tomarla, si, sabe perfectamente que es dificil contarle sus problemas personales a un desconocido como él, pero debia devolverle el favor, pues ella llegó a ayudarlo cuando se sentia deprimido, aunque aún de vez en cuando esos sentimientos vuelven, ya no son tan frecuentes.

Naruto suspiró para luego acostarse, tenia que descansar.

— Tal vez... mañana sea todo diferente.

Dicho esto, apagó las luces y se dejó dominar por el sueño.

Naruto se encontraba profundamente dormido, el trabajo lo tiene agotado, cuando escuchó entre sueños el llanto de un niño, se parecia mucho a la voz de... Bolt. Se despertó de pronto todo sudado.

— Papá...

Y como lo supuso, no era un sueño. Boruto se encontraba a su lado, jalando la manga de su camiseta mientras las lágrimas caian por sus rojas mejillas.

— ¿Qué pasa Bolt?— preguntó mientras se sentaba en la cama y encendia la luz. Revisó su despertador, diez y media.

— Tuve un sueño feo... papá me habia dejado solo— le dijo entre sollozos. Naruto lo tomó y lo sentó en sus piernas y lo envolvió entre sus brazos.

— Solo fue un sueño, estoy aqui, no llores— empezó a acariciar su pelo para calmarlo.

— No me vas a dejar nunca ¿verdad papá?— se aferró más a su pecho.

Naruto lo apartó tratando de no soltar alguna lágrima y mientras secaba las de su hijo le sonrió.

— Claro que no, no te voy a dejar nunca.

El pequeño aisntió para luego volver a acurrucarse en los brazos de su padre.

— Bolt...¿por que no duermes hoy con papá?— le preguntó volviendolo a apartar. Boruto lo observó por unos segundos pensando en si era buena idea hacerlo o no. Recordó cuando le habia dicho a Naruto que ya no era necesario dormir con él, pues se sentia lo suficientemente grande para dormir solo. No queria romper su promesa, per la situación era muy diferente y él está seguro que Naruto no se enojará porque él la rompa, despues de todo es él mismo quien lo esta ofreciendo.

— Si.

Naruto sonrió acariciando el rubio pelo de Bolt y luego de eso lo tomó en sus brazos para subirlo a la cama y ponerlo del lado izquierdo de la misma. Boruto rápidamente se entró en las sabanas.

— Bien, es hora de dormir— dicho esto volvió a recostarse y apagó las luces, no bien apagó cuando Boruto se acercó a él  y abrazó su espalda fuerte. Naruto soltó un leve suspiro y volvió a cerrar sus ojos.

No pasaron ni dos horas cuando su sueño fue nuevamente interrumpido, pero esta vez era au telefono. Lo dejó sonar varias veces, pero el inteso sonido era insistente asi que al final la tomó.

—¿Hola...?— encendió la lampara.

— H-hola, le habla la maestra de Boruto-kun, Hinata.

Al escuchar esa voz, el sueño que Naruto tenia hace unos momentos se fuera de inmediato, revisó rápidamente la hora, once y media. Lo primero que pasó por su mente fueron varias razones por la que ella lo etuviera llamando y mas a estas horas.

— ¿Q-que ha pasado?— preguntó aterrado mientras observaba a Bolt quien se encontraba plácidamente dormido.

— Lamento interrumpirlo, pero necesito que por favor me venga a buscar, no tengo a as nadie que pueda hacerlo.

— Pero ¿se encuentra bien?

— Si, no se preocupe, le explicaré cuando llegue...¿puede hacerlo?

—Ah si, claro, solo digame la dirección y estaré allá en un momento— le explicó mientras se ponia de pie y buscaba un pantalón adecuado ya que vestia su pijama.

— Si.

Despues de explicarle varias veces, Naruto colgó. Inmediatamente lo hizo, tomó a Boruto, no podia dejarlo solo y salió del departamento.

— ¿Eh? ¿ya es de dia, papá?— preguntó entre bostezos.

— No, Bolt. Tenemos que buscar a tu maestra— le explicó mientras le ponia el cinturon.

—¿Hinata sensei? ¿que le ha pasado?— preguntó preocupado.

Naruto dió la vuelta y se sentó en el asiento piloto.

— No lo se... solo me ha pedido que la busque.

Dicho esto arrancó.

Hinata

— Ha dicho que vendrá— dijo aliviada.

—Que bueno— le sonrió Karin mientras le pasaba una taza de agua caliente —estaba ya preocupandome— tomó asiento a su lado.

— De verdad, no se como agradecerte— dijo meintras pasaba su dedo indice por el borde de la taza.

— No te preocupes, no hay problema. Solo me gustaria volver a verte, ya sabes, ser amigas.

— Con mucho gusto me encantaria— dijo con la sonrisa mas sincera. La verdad es que le alegra poder tener alguien a quien llamar amiga. Hace mucho que no tiene una, no desde que salió de su casa y todos sus supuestos amigos le dieron la espalda. Desde ese día no confia en nadie, las personas que estan mas cerca de ti son las que te pueden apuñalar por la espalda.

— ¿Enserio? ¡que bien!  te daré mi tarjeta con mi número— dicho esto se puso de pie y tomó una tarjeta de una mesita que estaba frente a ellas y se la pasó a Hinata— para que asi podamos reunirnos algún dia.

Hinata la tomó agradeciendo y la observó de reojo, pero lo volvió a hacer mas detenidamente, ya que pensaba haberse equivocado.

Uzumaki Karin.

De pronto recordó cuando la abuela de Boruto le habia dicho que él solo los tenia a ella y a su padre, pero... ese apellido, es el mismo que el de ellos...

Miró sorprendida a la peliroja que estaba frente a ella quien la observaba confundida.

— K-Karin... tu...

En ese mismo instante, se escucharon toques en la puerta.

— Iré a ver. De seguro que es la persona que te viene a buscar.

Se puso de pie y se dirigió a la puerta. Al momento de abrirla se escucharon unos gritos.

— ¡¿N-Naruto...?!

La persona mencionada estaba igual de sorprendida que la peliroja.

— ¿Karin...?

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