Capitulo 1

-¡Maldita!- La agarro del cabello y la aventó al suelo- ¡Por que no hiciste lo que te pedí!

La pequeña adolescente se levanto del suelo con la mejilla roja.

-Señor...me siento mal.

- ¡Y a mi que me importa eso! ¡Tienes una obligación en esta casa! ¡ A si que levántate y haz lo que te ordeno!- le da otra bofetada en la mejilla y se va de aquel lugar.

Aquella niña se levanto con dificultad y agarro una cubeta y un trapo y empezó a limpiar el piso de la cocina, lo hacia despacio ya que se sentía muy enferma. Le dolía mucho la cabeza y tenia dolor de estomago.

-¿Estas bien?- le pregunto un niño que tenia la edad de 8 años, tenia un trapo en la mano.

-La verdad no, me duele mucho la cabeza y tengo ganas de vomitar.

-Deberías descansar.

-Y dejar que el señor Jyubei  te haga daño? no, no voy a permitir que te golpe.

-Pero mírate Moroha, tienes el cabello desordenado y la mejilla roja.

Moroha, ese era su nombre, la pequeña adolescente de 14 se toco la mejilla donde tenia el golpe.

-No es nada, he vivido cosas peores. Mejor hay que apurarnos si queremos cenar- el niño asintió con la cabeza.

Al llegar la noche la casa estaba limpia, Jyubei vio la casa casi rechinando de limpio.

-Quedo muy bien, vayan a cenar.

Los dos fueron a la cocina para ver que podían cenar.

-Pero antes...Moroha prepárame la cena.

El niño de nombre Tachechiyo salio de la cocina llevándose dos platos, en cambio Moroha preparo la cena para Jyubei.

-La casa quedo muy limpia, pero...

-Pero...?

Jyubei agarro el vaso y tiro el liquido al piso, también agarro el plato y lo dejo caer al piso.

-Al parecer te falto aquí, así que...-la agarro del cabello haciendo que ella gritara de dolor- limpia este desastre- la soltó y se fue.

Moroha se sentó en el piso y empezó a levantar los pedazos del plato mientras derramaba lagrimas. Cuando iba a agarrar un pedazo, una mano lo agarro antes que ella y era Takechiyo que vino a ayudarla. Cuando terminaron subieron a la habitación que compartían, solo había dos colchones y dos sabanas.

Empezaron a cenar, pero Moroha no podía agarrar la comida, ya que le dolía mucho la cabeza.

-¿Moroha, estas bien?

-Si, es solo que...no tengo hambre.

-No me gusta...no me gusta que Jyubei te trate así, te maltrata mas a ti que a mi.

-Fui la primera en llegar aquí, es normal que me trate así.

-¿Y si escapas?

-Cada vez que intento escapar me encierra en ese horrible lugar.

-Mañana Jyubei va a comprar cosas y cuando regresa siempre deja la puerta sin candado, quiero que escapes tu primero...necesitas ver a un doctor esta muy mal .

-Esta seguro Takechiyo, no quiero que te lastime por mi culpa.

-No te preocupes por mi, estaré bien. Prométeme que estarás bien.

-Lo prometo.

Ambos se fueron a dormir para mañana la adolescente saliera para pedir ayuda y salir del infierno en el que vive.

Los rayos del sol salían, pero Moroha no se sentía bien. Se abrió la puerta de la habitación y alguien agarro a Moroha del cabello.

-¡Maldita niña quiero que me prepares el desayuno!

Moroha no se podía levantar pero con esfuerzos se fue a la cocina y preparo el desayuno. Jyubei termino su desayuno y fue a la puerta, pero antes de salir les dio una información a los dos.

-Quiero que limpien las ventanas, limpien los sillones y laven la ropa, y también limpien mi habitación- salio y los dejo encerrados.

Moroha y Tachechiyo hicieron los deberes, Moroha limpiaría la habitación de Jyubei, pero cayo al suelo.

-Moroha- Takechiyo la ayuda a levantarse- es urgente que vayas al medico.

-No te preocupes, resistiré.

Al pasar el día Jyubei llego a la casa, metió en carro en el patio y abrió la cajuela para sacar las bolsas.

-Moroha ayúdame con las bolsas.

Moroha salio y saco 4 bolsas, al volver vio la puerta abierta y Jyubei no estaba, era su oportunidad de salir.

-Hazlo Moroha- Takechiyo estaba al lado de ella- distraeré a Jyubei.

Para Moroha era difícil salir sin Takechiyo, no quería dejarlo solo.

-Volveré por ti, lo prometo.

-¡Moroha trae las bolsas que faltan!

-Ya vete, rápido- Moroha salio de la casa corriendo- Suerte Moroha.

Moroha corría sin rumbo, solo pensaba que Takechiyo este bien solo. Sentía que sus piernas no podían mas, escuchaba el ruido de los carros y las personas se le quedaban viendo raro, le dolía fuerte la cabeza y tenia mucha hambre. Después de tanto correr se dio cuenta de que llego a un barrio para gente rica, casas y carros de lujo...estaba perdida, solo quería encontrar ayuda, para recuperarse y después buscar a Takechiyo, no podía mas y cayo al suelo desmayándose. Las personas que estaban a su alrededor la miraron con disgusto y tristeza. ¿Y esa niña? ¿Quien sera? ¿Que hace aquí? Es una pobretona, Deberían de prohibirle la entrada, Que asco me da.

Esas y mil palabras mas le decían, nadie se ofreció a ayudarla, nadie se acercaba a ella, se alejaron de ella y nadie la ayudo.

...

Llego el atardecer y ninguna persona caminaba por ese barrio para ricos, bueno excepto tres adolescentes que llegaban de ir al parque.

-Eso estuvo divertido.

-Hay que ir otra vez.

-No puedo creer que te atrevieras a jugar ese juego para niños.

-Déjala Setsuna, ella solo quiere divertirse.

-Las damas no jugamos esos juegos rudos.

-Que delicada Setsuna.

-Oigan, miren.

Vieron a una persona en el piso, se acercaron a ella.

-Es una niña.

-¿Que le habrá pasado?- se acerca mas a ella.

-Towa no te acerques- la adolescente de nombre Towa se acerco a ella y le toco la frente.

-Tiene mucha fiebre- la agarra y la cargo en su espalda.

-¿Que haces?

-Esta muy enferma, hay que llevarla a casa.

-Estas loca, mírala tiene la ropa rasgada y esta sucia, debe ser una pobretona que buscaba comida.

-¿Y que quieres que haga? ¿Que la deje aqui y que se muera? No voy a hacer eso

-No, hay que dejarla con los suyos.

-Pero hay que ayudarla, Mama siempre nos ha dicho que hay que ayudar a la gente y debemos ser amables, no debemos discriminarla por como luce.

-Yo estoy descuerdo con Towa, hay que ayudarla.

-Tu también Hisui. Esta bien, hagan lo que quieran, pero le tendrás que darle una explicación a nuestros padres cuando regresen.

-Gracias Setsuna.

Towa, Setsuna y Hisui. Así se llamaban, los tres se llevaron a Moroha para que se recuperara y cuidar bien de ella.

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