❛ 73 ❜

U N P L A N N E D
setenta y tres
❀̸
𝓑aches y más baches
en el camino
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

Este amor es difícil, pero es real. ❞

Love Story, Taylor Swift.

18 DE MAYO, 2019
09:22 am.


❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫

  
JEONGGUK PRESIONÓ sobre mi pómulo aporreado una compresa de hielo envuelta en una toalla, y por supuesto que esto lo hizo con suma delicadeza y con exagerado cuidado, como si yo fuera una criatura extremadamente frágil a punto de romperse. Seguro que porque se sentía culpable. Y lo era, de hecho.


—Hombre, te advierto que si me matas, te quedas con mis deudas —jugué con él, manteniendo la fría compresa presionada contra mi mejilla—. Así que yo que tú me lo pensaría mejor para la próxima.

  
—Princesa, no me digas eso —pidió con tono lastimero, todavía sin perdonarse por el pequeño accidente.

 
Debimos suponer que jugar a la lucha libre sobre la cama no iba a terminar nada bien ¿por qué? porque incluso si era de broma, los dos éramos terriblemente competitivos. Todo fue risas y diversión hasta que Jeongguk trató de hacer inofensivamente una llave conmigo. Los dos estábamos divirtiéndonos, riéndonos, comenzando el día con el pie derecho, todo bien; historia corta: él intentó tomarme, yo me removí porque me hizo cosquillas, y la siguiente cosa que supe fue que debido a mi brusco movimiento, el agarre de Jeongguk sobre mí se aflojó, yo perdí el equilibrio, él no alcanzó a atraparme...y me caí de cara al piso.


Sonó feo, se vio feo y se sintió feo, pero tampoco fue para tanto. De hecho, incluso después de caerme, cuando seguía retorciéndome en el suelo, no podía dejar de reírme; Jeongguk, por otro lado, lucía como si su alma hubiera abandonado su cuerpo.


En fin, ¿esto qué enseñanza nos dejaba? que no debíamos de hacer estupideces en casa.


—¿Te duele mucho? —preguntó con esa expresión de cachorrito regañado—. Cuidado, sigue presionando el hielo.

  
—Ya te dije que estoy bien, no me duele, ¿sí? Me estoy muriendo de hambre, ya vamos a comer.


—Casi pasas directo al primer piso, ¿cómo no te va a doler? Eso se te va a hinchar, ponte...


—Que estoy bien —reiteré, bajándome de un salto de la encimera—. ¿No quieres huevos al vapor?


—Yo me encargo, tú quédate quieta...por favor, quieta, sólo cinco minutos —insistió, señalando el taburete.

   
—Con cebolla de verdeo, por favor —agregué con una sonrisa mientras él perdía la cabeza.


—Bien, yo lo hago, pero tú no...


Su celular sonó, interrumpiendo la que seguramente sería otra petición de que me quedara quietecita en mi lugar. Sentí como que mi feliz estado de humor disminuyó considerablemente cuando oí el tono de llamada, porque sabía bien de quién se trataba.

 
La perra mentirosa.
O Saerom, como quieran decirle.


La vil embustera esa se estaba esforzando un poquito demasiado en hacer su "trabajo". El teléfono de Jeongguk sonaba literalmente todo el maldito tiempo, digo...su abuelo dijo que estas semanas serían un poco caóticas porque requeriría de que Jeongguk lo acompañara a básicamente todas sus reuniones. Necesitaba que Jeongguk se familiarizara con todo y con todos, entre otras cosas, pero esta chica sí se pasaba, lo llamaba en todos sus tiempos libres para recordarle "citas" y "reuniones" que ya le había recordado unas diez veces antes. No era idiota, sabía que sólo buscaba imponerse, hacerse presente incluso cuando no estaba, pero si quería causar problemas, no iba a lograrlo.


"No iré". Escuché decir a Jeongguk tajantemente a la zorra en la otra línea. "No es asunto tuyo, sólo dile eso...no me importa, estoy ocupado". Sostuvo y yo celebré para mis adentros. "Desayunaré con Haye...no, mañana tampoco, desayunaré con ella todas las mañanas, que no cuente conmigo en este horario".


Já.
Todas las mañanas.


Jeongguk fue contundente, me gustaba que fuera capaz de poner ciertos límites, al menos lo ayudaba a sentirse un poco más en control considerando la situación.


Jeongguk y yo estábamos sumamente ocupados estos días, sin embargo, hacíamos todo lo posible por aprovechar cada instante libre para vernos. Por lo general podíamos tener nuestras comidas juntos y por las noches improvisábamos pequeñas citas, aunque el resto del tiempo Jeongguk se lo pasaba a la sombra de su abuelo, mientras que yo me la pasaba junto a Jimin.


"Tampoco quiero que me llames a esta hora, ya te lo dije, no es necesario que me recuerdes lo que tengo que hacer cada cinco minutos". Prosiguió. "Ya...sí, como sea, sólo dile lo que te dije".

   
No me sentía mal porque Jeongguk se comportara de manera hostil con ella, en mi opinión, eso era lo mejor que podía hacer, así se evitaba cualquier malentendido relacionado con ella. La conversación no se extendió más, afortunadamente Jeongguk dijo lo que tenía que decir, se despidió y colgó. No estaba feliz, yo sabía que tampoco le gustaba todo esta situación.


—Ahora se la pasa llamándote.


—Sí —suspiró.


—¿Estás bien? Te ves molesto.


—No me gusta que llame cuando estoy contigo.


—Lo noté —le sonreí, envolviendo mis brazos alrededor de su cintura—. Parece que ahora es la "indeseable número uno".


Jeongguk alzó una de sus cejas. —¿Quién es la número dos?


—Creo que entre Sowon y ella la cosa está muy peleada.


—Sí...mejor no hablemos de ellas —pidió, presionando dulcemente sus labios en la coronilla de mi cabeza—. Nos prepararé algo, luego tengo que ir a la oficina del indeseable número tres.


Asentí y me separé ligeramente para volver a aplicar el hielo en mi mejilla. —Recuerda que hoy voy a ver a mis padres.

 
—Lo recuerdo.


—Y dijiste que irías conmigo.


—También recuerdo eso.


—Genial —suspiré aliviada, sintiéndome considerablemente más ligera, y es que era tranquilizante tener a Jeongguk ahí conmigo...por si necesitaba escapar o algo por el estilo—. ¿Y puedes llevarme con Seulgi? Quiero verme con ella antes de mi práctica, anoche fue a ver a su padres y me dijo que todo lo que pudo haber salido mal, salió mal.

 
—Mierda, es cierto, olvidé que vería a sus padres.Voy a escribirle, seguro está contemplando tirarse del último piso.


—¡Jeongguk! —me horroricé—. No digas eso.


—No era en serio —sonrió con algo de inquietud—. Pero no está sola, ¿verdad?

 
—Está con Yoongi, él la acompañó hasta allá.

 
—Bien...eso es bueno. Deberíamos invitarlos hoy, el otro día dijo que quería noche de karaoke, ¿no? Hagámoslo hoy.


—Hablaré con ella, le preguntaré qué piensa. Me preocupa un poco la verdad —admití en un suspiro, no podía imaginar lo que era estar en sus zapatos ahora mismo—. En serio odio que esté pasando por todo esto.


Mi vida estaba patas arriba, pero aunque tenía mis propios problemas, no podía no preocuparme por ella, lo suyo era algo bastante grande y ya era muy malo antes de siquiera hablar con sus padres.

 
—A ella tampoco le hace mucha ilusión.


—Pero no habla de eso —comenté, porque había estado tratando de hacer que me dijera lo que realmente sentía o pensaba, pero no lo hacía, todo el tiempo evitaba el tema.

 
—Creo que sólo trata de convencerse a sí misma de que no es tan malo.


—Debe de creer que es lo único que puede hacer, digo...no es como que quejarse o lamentarse fuera a cambiar algo. Y la entiendo, si a mí me pasara, creo que estaría mucho peor.

  
Nunca había tenido que preocuparme por eso antes, por obvias razones, pero iba a tener que empezar a hacerlo de ahora en adelante porque, Dios, incluso el imaginarme estar en esa situación hacía que me dieran escalofríos.

 
—¿En...uhh, en serio? —preguntó Jeongguk, con su ceño ligeramente fruncido.


—Sí —repliqué, y eso pareció sorprenderlo—. ¿Qué? ¿Tú no?


—Sí, pero ¿mucho peor?


—Me refiero a que...estamos hablando de un bebé, un bebé real, eso cambia drásticamente todo en tu vida.


Y la cambiaba para siempre, era algo demasiado trascendental, una responsabilidad demasiado grande para cualquiera, especialmente cuando no era algo que planearas.


—Y Seulgi es bailarina —añadí—. Sabes lo mucho que le costó encontrar un trabajo estable como coreógrafa, esos empleos son muy difíciles de conseguir y ahora...tendrá que ponerlo todo en pausa por un par de meses, tal vez más ¿sabes lo mucho que pueden cambiar las cosas en unos meses? El mundo de la danza, en cualquier estilo, es muy pero muy competitivo, eso debe de tenerla muy estresada.


Yo lo imaginaba y me angustiaba.


—¿Y tú qué habrías hecho en su lugar? —inquirió Jeongguk.

 
Me encogí de hombros. —No estoy segura, es difícil hablar sobre eso cuando no lo has vivido, pero...no creo que pudiera hacer lo que ella está haciendo, no sería capaz, mi carrera estaría arruinada.

  
Y tal vez eso era lo que Seulgi pensaba también, no podía decirlo con toda seguridad, pero tenía sentido, eso explicaría mucho...y tampoco era una conclusión demencial, por el contrario, era bastante lógico. Al menos para mí, porque al parecer a Jeongguk lo descolocó un poco oírme decir eso. Pero él era hombre, era distinto para ellos.


—Quiero decir que —continué—, siendo objetiva, todo eso de la maternidad es un obstáculo muy real en este mundo, es algo que sí o sí te aparta de la danza...y no puedes apartarte cuando buscas reconocimiento en esta área.

  
El tiempo era oro, y ojalá no tuviera que ser tan así, pero esa era la realidad de la cosas, para Seulgi y para mí.


—Entiendo —dijo Jeongguk, rascando sutilmente la parte trasera de su cabeza—. Pero tú dijiste que querías tener hijos.


Ah.
¿Le preocupaba eso?

 
—Sí quiero —reafirmé—, eventualmente.


Jeongguk asintió, viéndose tiernamente más aliviado después de mi positiva. —Y tú...uh, ¿has pensado en eso?


—He pensado en todo —acepté sonriente, porque aunque no era algo que quisiera pronto, sí que lo quería algún día, en circunstancias diferentes, claro, de preferencia: planeado—. ¿Y tú?


—Sí. Ya te lo había dicho.


—Pero solo en bromas, no lo hemos hablado en serio.


—¿En bromas? Yo no bromeaba, creía que hablábamos en serio.


—Oh.


—Sí, oh.


—¿Y no te asusta? —curioseé—. ¿Pensar en tener hijos y todo eso?


—No —se encogió de hombros—. Me gusta pensar en nuestro futuro.

  
—A mí también...pero estás de acuerdo en que aún somos muy jóvenes para eso, ¿verdad?

 
—sus labios rompieron en una sonrisa, tocando tiernamente su nariz con la mía.

  
—De acuerdo, que bueno que lo hayamos aclarado de una vez —reí por la bajo y lo besé rápido en los labios—. Y ahora, volviendo a lo de Seulgi, ¿le digo que venga esta noche?

  
Jeongguk asintió, tomando la compresa de mi mano para mantenerla presionada obstinadamente en mi lastimado pómulo. —Sí, podemos tratar de animarla un poco, es...como nuestro deber, ¿no?

 
—Sí, no quiero que crea que todo esto de nosotros estando "casados" cambiará en algo nuestra amistad.


Seulgi seguía siendo mi mejor amiga, necesitaba que supiera y sintiera que podía contar conmigo. Muchísimas cosas eran diferentes ahora, para ella y para mí, pero nuestra amistad no era una de ellas, no podía serlo. Jeongguk seguramente sentía lo mismo.

 
—Puedes decir que estamos casados sin ese tono, muñequita —se burló de mi incapacidad de decir la palabra como si fuera nuestra realidad—. Pero tienes razón, no me gustaría que sienta como que nos olvidamos de ella o algo así.


—Tampoco a mí.


—Entonces...hoy en la noche —declaró—. Le diré a los chicos que se pasen también. Y...uhm, iré a ver a Jimin antes de ir a la oficina.


—¡¿En serio?! Digo, ¿en serio? —cuestioné, eso me ilusionaba—. ¿Harás las paces con él?


Jeongguk se encogió de hombros. —No sé.

 
Por favor, ya no estés molesto con él —pedí, haciendo un sutil puchero—. Sé que no me incumbe, sigo sin saber qué fue lo que sucedió entre ustedes, pero se ve que le afectó muchísimo, ha estado muy raro estos días.


—¿Sí? ¿Y no crees que te preocupas mucho por él, hm? —señalo, agachando la mirada.


—Es mi amigo —expliqué sencillamente—. Paso gran parte del día junto a él y creo...no lo sé, que es de esos amigos que deberías mantener cerca. Me refiero a que, ¿tienes alguna idea de lo leal que es a ti? La otra vez...


—Haye —suspiró, y pasó una de sus manos por su cabello en un claro gesto de frustración; yo dejé de hablar inmediatamente—. En serio, no tienes idea de lo que pasa en realidad.


—No puedo imaginar qué puede ser tan malo.


—Por eso.


—Pero...


—Créeme, no es como que toda esta situación me tenga sin cuidado, yo...no me gusta sentirme de esta forma con respecto a él. Es mi mejor amigo, pero para mí lo que pasó es muy jodido.


—Pero quieres arreglar las cosas. ¿No es así? Porque tú sabes que no es un mal amigo.


—Sé que no es un mal amigo —aceptó—. Pero es complicado, y no sabré qué carajos hacer hasta hablar con él, sólo...por favor, no tomes su lado ¿sí? No conoces la historia y el que intercedas por él...me duele.


























































18 DE MAYO, 2019
11:03 am.


❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫

   
       JIMIN Y YO no peleábamos, hasta ahora nunca habíamos tenido razones para hacerlo. Nuestra amistad siempre había estado exenta de dramas y malos entendidos, él había sido honesto y leal desde el primer día, al igual que yo, era por eso que todo este asunto de él teniendo "sentimientos" por Haye, era algo con lo que no sabía cómo diablos lidiar.

 
—Hombre —soltó Jimin en un bufido, inquieto hasta el punto de la exasperación—. Me estoy volviendo jodidamente loco aquí así que si golpearme de una maldita vez hará que dejes de verme como si quisieras arrancarme la cabeza, sólo hazlo —pidió visiblemente perturbado, como si se estuviese preparándose mentalmente para ser atacado.


No lo estaba mirando de ese modo.
Creo.


De todos modos, no era como si golpearlo fuera a cambiar algo...y ese era el problema, que no había nada que pudiera hacerse al respecto. No podía cambiar sus sentimientos a golpes, ni a golpes ni de ninguna otra manera.

 
—¿No vas a decirme nada?


—Si hago eso, entonces ¿dejarás de estar enamorado de Haye? —cuestioné, descolocándolo un poco por la honestidad tan brutal...él no dijo nada—. Sí, eso pensé —resoplé, exhalando controladamente—. Ojalá fuera tan sencillo como romperte la puta cara.


Mis palabras no dejaban de salir en un tono severo y hostil, ni siquiera podía tratar de evitarlo, sentía como que estaba listo y dispuesto a escupir pura mierda, tenía que calmarme.

 
—¿Cuántas veces más tengo que disculparme por eso? ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo para que lo creas, hm? —inquirió con un tono lleno de angustia y cansancio—. Lo siento, nunca debí decírtelo, fue un error y lo lamento, pero...mierda, tampoco es como que haya cambiado algo.

 
—Ah, ¿no cambia nada? —repliqué irónicamente.

 
—No —sostuvo, seguro—. ¿No lo ves? Si siento algo por ella, si no siento un carajo, ¿realmente importa?

 
¿Cómo demonios no iba a importar?
¿A dónde mierda quería llegar?


—Al final del día, lo que yo pueda sentir por Haye no es relevante, no cambia nada...ella te ama a ti, está contigo, tú la escogiste y ella te escogió. Y yo nunca haría nada para interferir, nunca pensaría siquiera en involucrarme entre ustedes ¿puedes, por favor, creerme? Sé que es jodido, tienes todo el derecho de estar cabreado conmigo, lo entiendo, ojalá pudiera retractarme, créeme...si pudiera tomar de vuelta todo lo que dije esa noche, lo haría.


—¿Por qué?

  
Él había dicho que sólo necesitaba decirlo una vez, que necesitaba ser honesto con lo que sentía y quitarse ese maldito peso de encima ¿para qué? ¿para ahora retractarse?


—Porque te lastimé —replicó con franqueza—. Y nunca quise hacer eso. No quiero que pienses que traicioné tu confianza o que mis intenciones al ayudar a Haye fueron deshonestas, porque no fue así. Yo...me equivoqué, fui egoísta y jodí todo, esa noche...sólo pensé en aliviar mi consciencia, no tomé en cuenta cómo eso te haría sentir. Fui un idiota y lo siento.


—¿Te sientes culpable? ¿Entonces es eso? ¿Y qué, quisiste demostrármelo poniendo distancia entre tú y ella? ¿Por eso le sugeriste irse a otro maldito continente?

 
—¿Qué? —cuestionó, con sus cejas presionándose juntas en una mueca de confusión—. No, yo no...no fue por eso.


—¿No?


—Haye es buena, Jeongguk...es mucho más que buena, se merece una oportunidad como esa.


Sí, lo hacía, pero ¿por qué no le creía?

 
No sabía si era mi paranoia o mi inseguro cerebro jodiéndome la cabeza, pero no dejaba de pensar que Jimin sólo le habló sobre la audición para poner distancia entre él y ella, superar lo que sentías por alguien era mucho menos difícil si no tenías que ver constantemente a esa persona, pero...¿otro continente? Eso no sólo iba a poner distancia entre ellos sino que también en nosotros.

 
—¿O qué? ¿Hubieras preferido que no le dijera nada? —sugirió él, y no me gustó la acusación implícita en sus palabras.

 
—No dije eso.


—Bien, porque creo que sabes que es lo mejor para su carrera.


—Haye puede hacer lo que sea que ella quiera.


—Sin embargo, no quieres que se vaya.


—Esa no es mi decisión, pero Haye es increíble, y podría ser igual de exitosa si decide quedarse aquí.

 
Ella regresó a Corea porque también lo creía, Haye era talentosa y lo sería en cualquier lugar del mundo.


—¿En verdad lo crees? —presionó, y comenzaba a impacientarme.


—¿Piensas que no quiero lo mejor para ella?


—Sé que quieres lo mejor para ella, pero no quieres que esté lejos de ti.


—Acabamos de casarnos, por supuesto que no quiero que esté lejos de mí.


—Pero no se trata de ti.


—Y a ti no te incumbe —carajo, esa fue la respuesta más inmadura que pude haberle dado.


Jeongguk...

 
—No, ahórratelo —lo corté. Si seguíamos por eso camino, entonces esto definitivamente iba a terminar por joderse—. No te salgas de tu línea, ya dijiste todo lo que tenías que decir.


—No estoy tratando de cruzar los límites, sólo...escucha, tal vez no me creas ahora, pero nunca he querido otra cosa que no sea lo mejor para ti. Esto...lo que siento, no es algo que pueda controlar, yo no lo escogí, pero sabes que no es más que un sentimiento unilateral, eres tú quien tiene su corazón...y yo nunca trataría de arrebatártelo.

 
Ah, a la mierda.


¿Acaso yo dije que no te creía? —contesté de mala gana—. Te creo, ¿bien? Y sé que quieres que tome las decisiones correctas y que sea feliz, y todo eso así que no voy a tratar de convencerme de que eres un pedazo de mierda traicionero, porque sé que no lo eres...pero eso no significa que me sienta cómodo con esto.


—Entiendo...


—Y no puedo simplemente fingir que no sé que tienes sentimientos por ella, así que, por favor, no me presiones. Y no trates de sermonearme con respecto a qué es lo mejor o no para ella. En cualquier tema que esté relacionado directamente a Haye, mantente al margen, porque ella sólo me concierne a mí. Sé que son amigos y confío en que todo lo que me dijiste es cierto, pero hasta ahí. No quiero que las cosas entre nosotros estén así, y no sé cómo mierda tener una charla de "corazón a corazón" contigo, pero...siempre has sido como un hermano para mí y yo no...uh, no quiero que eso cambie.


—Tampoco yo.

 
—Así que...supongo que tendré que ser maduro y confiar en que respetarás nuestra amistad.


—Como lo he hecho hasta ahora —recalcó—. Oye, lo voy a superar, ¿sí? Confía en mí, yo...no seré ningún problema, lo prometo.










































































18 DE MAYO, 2019
11:49 am.


❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫

JIMIN Y YO nos encontrábamos a mitad de una ociosa conversación cuando un tal Minhyun, supuesto amigo de Jimin, llamó a la puerta, interrumpiéndonos y recordándome en el proceso que tenía otro lugar en el que debía estar.


Después de dejar el otro tema en el pasado, hablar con Jimin, sin esa tensión e incomodidad entre nosotros, fue menos difícil de lo que imaginé. Aclarar las cosas con él ayudó a silenciar esa irritable e insegura voz en mi cabeza. Me sentía más tranquilo así que cuando el amigo este llegó, decidí tomar su interrupción como mi señal para irme. Tenía que ver a mi queridísimo abuelo antes de comenzar con la larga lista de cosas que tenía, pero no quería hacer.

 
Sin embargo, justo antes de retirarme, cuando me encontraba listo para despedirme, llegó Haye.

Y junto a ella, las ganas de quedarme.

 
Y es que cuando ella cruzó la puerta del estudio, con su bonito atuendo, su hermosa sonrisa y su buena disposición, escuché el desagradable comentario que el "amigo" de Jimin tenía para hacer sobre ella.


—¿Esa es...? —le susurró a Jimin en voz muy baja, pero yo lo oí y lo vi escudriñar a Haye de arriba a abajo mientras ella dejaba su bolso en el suelo, con una sonrisa de satisfacción en el rostro que me provocó querer romperle todos los malditos dientes—. Amigo, ella es totalmente mi tipo.

 
La mirada de Jimin fue a parar directo hacia mí en cuanto advirtió que también yo pude escuchar lo que el imbécil acababa de decir.


—Uh, amigo, ella está totalmente casada —replicó Jimin para la sorpresa del idiota ese.

   
—¿Casad...? ¿Bromeas? —cuestionó incrédulo mientras yo trataba de mantener la compostura, contando hasta diez en mi cabeza antes de ver como su mirada se clavaba directo en el vientre de Haye—. ¿Y quién es el padre?


Hijo de puta.
Si volvía a escuchar ese jodido comentario otra vez...


Minhyun —advirtió Jimin, cortándolo mientras me dedicaba una mirada muy poco discreta.

 
Sabía que el que me entraran ganas de romper algunos rostros no significaba que precisamente tuviera que hacerlo, principalmente porque Haye se enfadaría conmigo por tal primitiva reacción, pero...¿por qué el universo seguía poniendo a prueba mi paciencia?

 
El tal Minhyun tan idiota resultó que no era, pues con la sola mirada de Jimin, él fue capaz de unir los dos puntos. ¿Eso hizo que retirara su comentario? En lo absoluto.


—Ah —me miró, nada impresionado—. Supongo que ese eres tú.


—Lo soy, así que te sugiero que pienses muy bien en la siguiente cosa que dirás sobre ella —advertí con una sonrisa tensa antes de darle una fuerte, y esperaba que dolorosa, palmada en la espalda.


—¡Haye! —exclamó Jimin, en un intento por aliviar la repentina tensión al anunciar que Haye se encontraba caminando hacia nosotros—. Hola, que bueno que llegas.

 
—Se me hizo un poco tarde, Seulgi no se sentía muy bien, no quería dejarla sola —dijo a modo de disculpa, arreglando sutilmente su falda—. ¿Qué estaban...?

  
Haye me sonrió dulcemente y sentí el fuerte impulso por acercarla a mí, ella se distrajo un poco con la presencia del desconocido, pero no opuso resistencia cuando quise estrecharla a mi lado.

 
—Te estábamos esperando —Jimin respondió la pregunta a medio formular de Haye—. Quería que...uhm, ¿recuerdas que te hablé de mi amigo que, uh...protagonizará la obra en la gira por Europa?


No.
Me.
Jodas.


Jimin hijo de...por eso estaba balbuceando. Puta madre, tenía que ser una maldita broma.


—Oh, sí...sí lo recuerdo —ella se animó—. Minhyun ¿no?


Ah.
Por supuesto, tenía que ser.


¿Por qué no me pegaban un tiro y acababan con este jodido martirio de una puta vez? ¿Qué carajos era esto?

 
—¿Le hablaste de mí? —el pedazo de mierda se hizo el muy sorprendido, sonriéndole directamente a Haye. Bueno, él definitivamente no tenía respeto por su propia vida. Juré por Dios que si volvía a mirarla de esa forma, iba a romperle la cara.

  
—¿Tú eres Minhyun? —Haye le sonrió de la misma manera, removiéndose entre mis brazos para hacerse en su dirección—. Es un placer conocerte, mi nombre es Haye.


—El placer es todo mío —respondió él, estrechando la mano que Haye le ofreció como saludo, estrechándola más tiempo del necesario—. He escuchado maravillas sobre ti, Jimin dijo que tal vez podrías llegar a ser mi compañera en esta producción.

  
Me tensé, sintiendo como que quería devolver mi desayuno por el sentimiento de inadaptación que de pronto me embargó.  Por supuesto que en toda esta situación yo no pintaba absolutamente nada, y que la verdad sea dicha, nunca me había sentido tan fuera de algo como ahora. Sabía que esto era algo sólo de ella, la danza era su mundo, ahí...yo no pertenecía.


—Bueno, aún no está nada decidido —comentó ella amablemente—, pero ¿quién sabe?

 
Está bien.
Está bien.
Está bien, me repetí internamente, tratando de ignorar el doloroso nudo en mi estómago.


—Si preparas tu audición junto a Jimin, no tengo dudas de que conseguirás el protagónico —habló Minhyun, incentivándola.


No quería a Haye en Europa con este...ah, maldita sea.


—Lo hará —aseguró Jimin—. Pero aún tiene tiempo para decidir si será tu compañera o la mía.


Ya, no iba a poder mantener la falsa sonrisa pintada en mi rostro si volvía a escuchar algo sobre esa gira, o sobre Haye siendo compañera de alguna de ellos.


—Creo que tienes mucha fe en mí —bromeó Haye—. No hay nada que asegure mi puesto, tal vez no sea la compañera de ninguno.

 
—¿Oíste eso? —me preguntó Jimin, en un intento por integrarme en la conversación pues me conocía lo suficientemente bien como para saber cuando me sentía patéticamente excluido—. Otra vez finge ser modesta.


—¡No finjo! —refunfuñó Haye—. Es la verdad, no podemos saber...

 
—Sí finges —estuve de acuerdo con Jimin, sonriéndole cuando ella me miró mal—. O consigues el protagónico o consigues el protagónico, no tienes más opciones.


—Uff, sin presiones ¿no? —dramatizó.


—Eres muy perfeccionista y competitiva como para aceptar menos que eso —señalé.


Haye no se estaba tranquila hasta que conseguía una victoria, ya había pateado mi trasero hasta en mi videojuego favorito...y según ella, nunca antes había jugado. Era un hecho, ella conseguiría el papel, yo tenía que hacerme a la idea.


Y por eso son el uno para el otro —concluyó Jimin, desviando la mirada al piso—. De todos modos, eso no es lo más importante, tú lo dijiste, Haye será exitosa así decida irse o quedarse.


Pero, ¿era realmente necesario que se fuera?


—¿Tú dijiste eso? —se volteó en mi dirección, aún entre mis brazos, mirándome con una adorable sonrisa en su rostro—. Que lindo.


—Sí, es todo un lindo —se burló Jimin—, pero por favor, si van a comenzar con las demostraciones de amor...que sea por allá.


Bien. Tenía toda la intención de arrastrar a Haye hacia el rincón y robármela durante unos minutos más antes de tener que largarme, sin embargo, justo cuando iba a hacerlo, la inoportuna llamada entrante de mi abuelo me hizo aterrizar. Aquí íbamos de nuevo.































































18 DE MAYO, 2019
12:45 pm.


❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫


——No me cansaré de decirlo —habló Minhyun, levantándose del suelo en cuanto Jimin y yo terminamos nuestro tercer ensayo—: ustedes dos juntos son algo...wow, tienen una química alucinante cuando están haciendo lo suyo, ambos se entregan por completo y es...ah, no hay forma de que Haye no consiga el protagónico si audiciona con esa pieza.

  
Mi corazón brincó emocionado al escuchar su comentario, al igual que anteriormente su retroalimentación. La verdad, sí había estado muy nerviosa cuando Jimin sugirió enseñarle nuestra pieza a Minhyun, hasta ahora, Jeongguk era el único a quien se la habíamos enseñado, sin embargo, el sentimiento era diferente cuando te parabas frente a otro bailarín, especialmente a uno profesional...daba miedo, pero era emocionante.


—¿En serio lo crees? —tuve que cerciorarme, tratando de no dejarme entusiasmar de más.


—Haye, eres increíble —elogió él—. Ambos lo son, pero es con tu técnica con la que estoy impresionado.

   
—Te dije que era grandiosa —sostuvo Jimin con una sonrisa orgullosa, haciéndome sentir tan emocionada como abochornada—. Merece que su talento sea reconocido.


—Estoy muy de acuerdo. Creía que Jimin exageraba cuando hablaba de tu talento, pensé que sólo lo decía porque eras su amiga, pero te subestimé. De verdad creo que deberías considerar audicionar para la gira.


Bueno, no era como si no lo hubiera estado haciendo, era consciente de que esa era una oportunidad única y la verdad, temía arrepentirme en un futuro si al final la dejaba pasar, pero...era complicado.

 
No te imaginas lo feliz que me hace oírte decir eso, es...un alivio inmenso, creo que me siento más confiada ahora, muchas gracias por eso.

 
—Tienes que tener confianza ciega en ti, Haye, así llegarás lejos —aconsejó—. Creo que si haces las cosas bien, tendrás un futuro prometedor.

  
Cruzaba mis dedos para que así fuera.

 
—Cuando dices "hacer las cosas bien" ¿te refieres a que debería de tomar todas las oportunidades que se me presentan? —inquirí, tratando de leer entre líneas.


—Es lo que yo haría —ofreció con simpleza—. Es lo que Jimin también hizo.

 
Seguramente era lo que cualquier bailarín con deseos de crecimiento y reconocimiento haría...sin dudarlo.


—Lo hice, pero las circunstancias eran muy diferentes. Además...en teoría, sí, es lo mejor que podrías hacer con respecto a tu carrera, sin embargo, en situaciones como estas, mucho se habla de lo que "ganas" pero muy poco de lo que "pierdes" en el proceso —dijo Jimin, tomando un gran sorbo de su botella de agua—. Y sé que para Haye no es tan sencillo como sólo irse de gira, nunca es tan sencillo como sólo "irte" cuando tienes una vida construyéndose en el lugar que tienes que dejar.

  
Jimin siempre hablaba con la verdad, eso era algo que valoraba muchísimo de él, siempre era capaz de poner las cosas en una balanza, él era realista, pero no de una manera negativa, por el contrario, esa cualidad lo convertía en una persona bastante comprensiva, era capaz de ponerse en el lugar de otros y lo apreciaba muchísimo por todas esas ocasiones que me guió y me ayudó a ver las cosas de un modo distinto. Sentía que justo ahora era lo que estaba haciendo.

 
¿Qué es lo que te frena? —preguntó Minhyun—. Si se puede saber, claro, no quiero ser intrusivo.

 
No creía que lo fuera, pero decir que algo me estaba frenando no terminaba de sonar bien para mí, de cierta forma sentía que era como estar responsabilizando a algo...u alguien.


—Nada me frena, soy...yo, supongo. Regresé hace muy poco a Corea, aún estoy adaptándome a un montón de cosas, pensar en simplemente largarme ahora me parece un poco descabellado.

 
—Pero eventualmente tendrías que regresar aquí, me refiero a que...sería tan sólo por un par de meses, ¿o simplemente no te parece una oferta tentadora?


—Oh, no, créeme, es tentadora...muy tentadora, pero...¿te dije que estoy casada?

 
Y no era como que Jeongguk me estuviera presionando a quedarme, pero...no podía simplemente irme cuando se suponía que estábamos apenas comenzando nuestra vida juntos. Diablos, esto en serio no me gustaba.

 
—Eso oí —asintió—. Pero, ¿él te apoya, no es así? Tu esposo, digo...seguro estaría muy feliz de verte triunfar.

  
—¿De verdad piensas que dos recién casados estarían emocionados por pasarse los próximos meses separados? —dijo Jimin con un tono divertido—. Yo no querría.

 
Sí, tampoco yo lo quería.


—Ah...ya entiendo —replicó Minhyun, como si algo hubiera hecho click en su cabeza—. Recién casados, bueno, supongo que tampoco querría dejar a mi chica detrás si estuviera en tu situación.

 
—No querrías, pero ¿por qué presiento que serías capaz de hacerlo? —preguntó Jimin y Minhyun soltó una risita, como si estuviera dándole la razón. Y bien, supongo que ahora sabía donde estaban sus prioridades—. ¿Cómo carajos lo haces para vivir tan desinteresadamente? Desde que nos conocemos que tú siempre...vas y vienes.

 
—Y es por eso que no estoy con nadie —contestó Minhyun, encogiéndose de hombros—. No tengo ningún tipo de estabilidad. Mi carrera es mi prioridad ahora mismo, y considero que es más difícil ir escalando cuando te retienen y tienes que tomar en cuenta los sentimientos de otras personas, lo vuelve muy...complicado.

 
Vaya.


—¿Qué eres? ¿Un robot? —bromeó Jimin—. Aunque,  sí que lo llevas todo muy claro, mis respetos.


—Entonces, ¿para ti es lo uno o lo otro? ¿O tienes una relación o dedicas tu vida a la danza —quise saber, de pronto me sentía curiosa—. ¿No...crees que es posible tener ambas?

  
—Creo que es posible, pero cuando quieres dedicarte completamente a algo, me parece que una relación es algo así como...un lastre.


¿Un lastre?


Vaya, hombre, eres todo un romántico, ¿te lo habían dicho? —dijo Jimin en un tono sarcástico.

 
—Supongo que en ese sentido tengo una visión un poco fatalista. Pero ya, hablemos de algo más...me siento juzgado —añadió Minhyun, falsamente ofendido—. Las audiciones son dentro de poco, ¿ya tienen un plan?

























 











































18 DE MAYO, 2019
14:08 pm.


❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫


VOLVÍ A MARCAR el número de Jeongguk por décima vez en los últimos cinco minutos, perdiendo gradualmente la paciencia con cada vez que me enviaba al buzón de voz.

  
Le dije que vería a mis padres hoy para el almuerzo, se lo mencioné un montón de veces anoche antes de dormir y una vez más esta mañana, habíamos hablado sobre eso, no entendía por qué no contestaba su teléfono ahora. Era una persona ansiosa por naturaleza y esto me inquietaba de sobremanera. Y me ponía de malas, porque me obligaba a tener que comunicarme con la odiosa de Saerom.

 
¿Por qué demonios tenía que hablar con su "asistente" para llegar a él?


—¡Haye! que agradable sorpresa —contestó Saerom con falsa alegría—. ¿A qué debo este placer?


—¿Está Jeongguk en la oficina? —pregunté directamente, no me interesaba su falsa cortesía—. Necesito hablar con él, por favor.


—Ahora mismo no creo que sea posible, acaba de entrar a una reunión de la directiva.


—¿Acaba...? —me atraganté con mis propios palabras, por favor, tenía que ser una broma ¿cómo que acababa de entrar?—. ¿Estás segura?


—Lo vi entrar a la sala de reuniones hace menos de diez minutos.


Increíble.


—¿Sabes cuánto va a tardarse?


—Por lo general las reuniones no suelen extenderse a más de una hora, pero ahora mismo están solucionando un problemilla así que no estoy muy segura. ¿Quieres que le deje algún recado? Se lo haré llegar en cuanto termine la reunión.

  
No supe cómo rayos sentirme después de eso, pero la presión en mi pecho no fue nada agradable. Sabía que situaciones como estas se escapaban de sus manos, sin embargo, no podía negar la decepción. Lo que tenía que hablar con mis padres era importante, quería que él estuviera a mi lado.

 
—Sólo recuérdale el almuerzo con mis padres —pedí, odiando tener que comunicarle mis asuntos a ella.


—Lo haré —prometió—. ¿Algo más?

 
Negué, porque estaba segura de que él se comunicaría conmigo en cuanto tuviera tiempo...o al menos eso esperaba.

 
—¿Todo bien? —me preguntó Jimin—. No tienes que esperar a Jeongguk aquí afuera, está helando.


—Sí, lo sé, yo...uhm, creo que no podrá venir hoy ¿tienes el número de algún taxi? —pregunté, tratando de sonreír para ocultar mi molestia.


—¿Crees?


—No contesta su teléfono —expliqué vagamente—. Las cosas en la oficina están un poco caóticas, debe de estar muy ocupado.


—Ah, ya veo —musitó—. ¿Dijiste que almorzarías con tus padres, no? Si quieres yo puedo llevarte.


—Descuida, los veré en un restaurante que no está muy lejos. No te preocupes.


—Puedo llevarte, Haye, no es ninguna molestia, vamos.


Oh.
Bueno.

 
Tal vez ir junto a Jimin sería algo bueno, al menos iba a distraerme un poco del hecho de que Jeongguk no estaba conmigo.


—Supongo que ya te sientes mejor —observé, terminando de ajustar mi cinturón de seguridad.


—¿A qué te refieres? —inquirió, encendiendo el motor del coche.


—A que has estado actuando extraño estos últimos días, hoy estuviste menos...tenso.


—¿Había estado actuando extraño?


—Muy extraño.


—No lo creo —contrarió, con una pequeña e inofensiva sonrisa en sus labios.


—Oye, creo que he pasado mucho tiempo contigo estos últimos meses, al menos el suficiente como para notar cuando tienes un cambio de actitud —señalé, porque pasaba mínimo cinco horas al día junto a él, podía advertir con facilidad cuando algo le ocurría—. ¿Fue por tu discusión con Jeongguk, verdad?


Había estado tenso, actuando como si algo le inquietara, como cuando te sientes fuera de lugar, además, había estado notablemente más callado de lo normal.


—¿Él...uhm, Jeongguk te dijo algo?


—No, él dijo que no le correspondía revelar tus secretos, pero supuse que algo había ocurrido.


—Sí, bueno, uh —aclaró su garganta, con la vista muy fija en el camino—. Tú sabes que Jeongguk es en realidad mucho más sensible de lo que aparenta y yo...metí la pata, le dije algo que no debía, eso...lo hizo sentir mal, yo...lo hice sentir mal. Eso me tenía desanimado, supongo. No es agradable pelearte con tu mejor amigo.


Sí, eso lo sabía.


—Pero, ¿no fue intencional, o sí? Me refiero a que, tú no querías hacerlo sentir mal, ¿verdad?


—No —afirmó—, pero eso no importa realmente porque de todos modos lo lastimé.

 
Bueno, definitivamente nadie podía decir que Jimin era una persona poco empática y desinteresada.


—¿Y...pudieron hablar sobre eso?


Crucé los dedos para que así fuera, me sentía positiva con respecto a eso, Jeongguk no se veía molesto cuando estuvo aquí hace un par de horas.

 
Jimin asintió, aliviándome con esa respuesta. —Sí, creo que todo está bien ahora.


Así que vuelves a ser tú.


—Eso creo —ofreció, soltando una suave risita en lo que me miraba de reojo—. Lamento si estuve actuando extraño.


—Está bien, me alegra que pudieran arreglar sus problemas.


—¿Sí?


—Ajá. Creo...que eres un muy buen amigo, Jimin, me alegra muchísimo que Jeongguk te tenga.








































































18 DE MAYO, 2019
16:12 pm.


❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫


CUANDO VI LA cantidad de llamadas perdidas que tenía de Haye, se me detuvo de golpe el puto corazón. Maldita sea. De inmediato miré la hora, esperanzado, advirtiendo apenas que ya era jodidamente tarde.

 
—Tu abuelo dice que la reunión con el señor Kang será a las siete, no a las seis —me informó Saerom, apareciéndose en mi radar.

 
Detesté verla, lo hice incluso más de lo que lo había hecho los últimos días, no me importaba lo inocente que ella tratara de lucir, sabía perfectamente bien que no lo era. Y esta no era una maldita coincidencia.


—¿Estás bien? —preguntó, haciéndose la desentendida.


—¿Puedes decirme qué fue específicamente lo que te pedí antes de entrar a la reunión? —le cuestioné, sintiendo como la frustración cosquilleaba en todos mis nervios.


—¿Huh?


—Contesta.

 
Ella se removió incómoda. —Que estuviera atenta a tu celular.


—¿Y?


Y que te avisara si alguien llamaba.


—Alguien llamó.


Lo sé, yo...le dije a Haye que estabas ocupado en una reunión —se defendió cuando le enseñé la pantalla con las más de diez llamadas sin contestar.


—¿Te pedí que hicieras eso, mh?


Jeongguk.


Te dije que si ella llamaba, simplemente me avisaras, ¿es esa una instrucción muy difícil de seguir?


—Estabas ocupado —instó—. ¿Querías que detuviera la reunión sólo porque ella llamó?


—Sí.


—No hablas en serio —resopló—. Estabas en un asunto importante con tu abuelo, Jeongguk.


—¿Piensas que hay algún asunto más importante para mí que Haye? Tienes un trabajo, Saerom, si te digo que hagas algo, sólo hazlo.


—Tienes que aprender a separar tu vida privada de tu vida laboral, no puedes dejar todo de lado para ir corriendo con ella, ya no eres un niño, Jeongguk...y ella tampoco, seguro lo va a comprender —puso sus ojos en blanco, tomándose la atribución de opinar en un tema que no le concernía en lo absoluto.


—¿Tengo que? —cuestioné—. Vale, y tú tienes que aprender a limitarte a hacer lo que se te ordena, ¿te queda claro? No pedí tu opinión, si te digo que me avises cuando Haye llame, tú lo haces, punto. Ese es tu trabajo, no eres mi jodida consejera.


—¿Hablas en serio? —expresó, incrédula—. ¿Te parece que esa sea una actitud profesional? No durarás ni siquiera una semana al mando de todo esto si actúas de esa manera.

 
Definitivamente no tenía la paciencia para lidiar con esto, estaba haciendo todo lo que estaba en mis malditas manos para cumplir con las expectativas de todas estas personas, y ahora ¿ella me cuestionaba? ¿Quién diablos se creía?


Y tú no durarás ni siquiera una semana en este trabajo si vuelves a hacer lo que hiciste hoy —sentencié—. Puedes esparcir la mierda que quieras, eso no va a detenerme de enviar tu trasero de vuelta con tu maldito padre si vuelves a ignorar una orden tan sencilla como esa.


Había tratado de mantener un ambiente de paz entre nosotros a pesar de las circunstancias y de su nada sutil amenaza, pero no iba a permitir que hiciera lo que se le viniera en gana sólo para mantener esa tranquilidad. Si creía que podía jugar conmigo, estaba equivocada.

 
Saerom apretó sus dientes, presionando brevemente sus labios juntos, con esos llameantes ojos puestos fijamente en los míos. —Bien, como sea, Haye me pidió que te recordara del almuerzo con sus padres...ah, y siento mucho informarte que ella sonaba realmente decepcionada desde la otra línea.


Mierda.



































































18 DE MAYO, 2019
17:08 pm.


❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫


ERA UN PEDAZO de mierda irresponsable, ¿cómo carajos había sido tan descuidado? ¿cómo mierda podía ser tan idiota? Le había fallado, nuevamente le había fallado, ah...maldita sea, me sentía como la mierda. La había cagado pero monumentalmente y no podía hacer nada al respecto.


Cuando llegué a casa, Haye se encontraba durmiendo plácidamente encima de la frazadas de la cama, con su mejilla presionada en la almohada y sus labios adorablemente entreabiertos. No tenía ni puta idea de cómo fue que resultó la charla con sus padres, pero deseaba profundamente que mejor que en ocasiones anteriores, porque me dolía todo de sólo imaginarla pasando por un mal momento...sola.


Haye permaneció inmutable en su lugar, ella no se movió ni despertó cuando me recosté a su lado, tampoco cuando presioné mis labios en su frente ni cuando quité un par de mechones de su rostro. No traté de despertarla inmediatamente, sólo permanecí a su lado por unos minutos más antes de pensar en perturbar su tranquilidad. Verla dormir me provocaba una sensación tranquilizante, había sido así durante los últimos días.


Me gustaba verla dormir.


Mientras lo hacía, no podía dejar de admirar lo preciosa que ella era incluso sin intentarlo, tampoco podía ignorar el hecho de que se veía particularmente hermosa cuando estaba así de serena, cuando nada le molestaba y nada la entristecía, Dios, mi corazón se aceleraba cuando recordaba que era mía, eso no cambiaba, incluso ahora...cuando sentía que no la merecía.

 
Pasé mi mano por su mejilla, sintiendo su cálida piel con mis dedos, dejé una suave caricia allí, provocando que ella se removiera perezosamente en su lugar. Pero no se despertó, al menos no del todo hasta que volví a repetir aquella acción por tercera vez.


Nhhg —se quejó en el sueño, moviéndose muy ligeramente en su lugar.


Haye frunció el ceño, protestando tiernamente en lo que luchaba por seguir durmiendo. Yo susurré su nombre, ella entreabrió sus ojos con cansancio, pero volvió a cerrarlos cuando la luz le molestó.


—¿Jeongguk? —balbuceó adormilada, pasando torpemente sus puños por su ojos y tratando inútilmente de quitarse la pereza de encima—. Ya estás aquí. Hmm...duerme conmigo.

 
Pidió, tirando sus brazos hacia mí para acurrucarse en mi pecho, en donde ella escondió su rostro, muy dispuesta a seguir durmiendo. Creía que iba a estar lo suficientemente molesta conmigo como para ignorar por completo mi existencia, mínimo, desde luego que no esperaba que me abrazara y se aferrara a mí con tanto entusiasmo.

 
—¿Te dormiste otra vez? —pregunté en voz baja, embriagándome con su aroma, pasando mi nariz por su cabello cuando ella se fundió más en mis brazos—. ¿Haye?


—Llegaste tarde —suspiró con voz cansada, como si apenas estuviera despabilando—. No, de hecho, no llegaste. Te estuve llamando.

 
Bueno, sí estaba pensando sensatamente, aunque no sonaba para nada como cuando ella se enfadaba...tal vez era por el sueño.


—Lo sé, lo siento mucho, princesa —expresé, estrechándola fuertemente contra mí, porque ahora que sabía que estaba recuperando la consciencia, no quería que se apartara—. Perdí la noción del tiempo, dejé mi celular cargando y yo...ugh, lo siento, de verdad, lo siento tanto.

 
Descuida —dijo tranquilamente, con voz suave y soñolienta, lo cual perturbó aún más mi paz mental, pues no podía identificar cómo se sentía en realidad, ¿eso era enojo o...?—. Está bien, yo entiendo, no pasa nada.

 
¿Cómo?
¿No pasa nada?

 
—¿No estás molesta? —pregunté, cauteloso.


—Lo estuve —admitió en un bostezo—. Pero imaginé que algo debió de ocurrir para que no respondieras.

 
Mantener el ritmo del estilo de vida de mi abuelo no era sencillo, siempre había cosas que hacer, reuniones a las que asistir, lugares en lo que estar, era agotador, y con cada día que transcurría, entendía más y más porqué mi hermano se había vuelto una persona tan ausente, esto absorbía tu jodida vida, yo no quería que eso ocurriera conmigo, pero pasó, y ni siquiera me percaté hasta que ya era tarde.


—Sé que estás todo el día yendo de un lugar a otro, tienes un montón de cosas en la cabeza todo el tiempo, sería injusto de mi parte molestarme contigo cuando sé que estás haciéndolo lo mejor que puedes.

 
Haye comprendía, pero yo seguía sintiéndome como la mierda, porque odiaba que las cosas fueran así.


—Pero podría hacerlo mejor.


Jeongguk —me regañó, alzando su rostro para mirarme con expresión ceñuda—. Apenas estás aprendiendo, aún no te acostumbras a ese ritmo de vida, dale tiempo. Además, la cosa con mis padres salió bastante bien, Jimin me ayudó muchísimo.

 
¿Qué?


¿Jimin? cuestioné, ¿y él qué tenía que ver—. ¿A qué te...? ¿De que manera te ayudó?

 
—Me acompañó hasta el restaurante. Cuando llegamos mamá insistió en que comiera con nosotros.


—¿Ah, sí?

 
Genial, seguro a mí me habría hecho comer en una mesa aparte, ah, y de preferencia en un restaurante diferente...en otro país .

  
—Le conté sobre Jimin en el pasado, cuando él me habló de unirme a su compañía y todo eso, ¿recuerdas?


—Sí.


—Mamá estaba agradecida por la oportunidad que me ofreció, por eso quiso invitarlo.

  
—Ya veo.


Tenía sentido.


—Con los patrocinadores, Jimin nos alivió bastante en el tema económico, mis padres...ellos sólo querían mostrar su gratitud de alguna forma.


—Sí, sí, yo...uhm, entiendo.


—Pero te molestó.


—No me molestó —pasé mi mano por su mejilla, dejando una suave caricia para disipar su inquietud—. Jimin hizo algo bueno por ti, es normal que estén agradecidos con él, yo...sé que no puedo esperar ese tipo reconocimiento.

 
—Bueno, pero tú haces a su hija increíblemente feliz, mucho más que feliz, mereces todo ese reconocimiento —dijo dulcemente—. Algún día lo verán.


Eso era lo que Haye deseaba, era lo que yo deseaba también, pero aunque antes me sentía positivo, ahora temía que la historia de mi abuelo con mi padre fuese a repetirse conmigo y su madre.


—Así que no estés triste —pidió.


Asentí, presionando mis labios en su frente. —Estoy bien. Anda, mejor cuéntame qué te dijeron tus padres.

 
—Primero, dijeron que de ninguna manera podía dejar la universidad —empezó, saliendo de mis brazos para proceder a sentarse sobre la cama—. Que a pesar de todo, ellos seguirían haciéndose cargo de mis estudios, que no tenía nada de qué preocuparme en ese ámbito, pero...les dije que no quería eso.


—¿Realmente no lo quieres?


—¿El qué? ¿Que mis padres se endeuden con grandes cantidades de dinero? Porque eso es lo que sucederá si continúo estudiando sin la beca...y sabes que nunca permitiría eso.


—Lo sé, pero no tiene que ser así, te dije que yo...


—Y ya hablamos sobre eso —me frenó, firme en su posición—. Así que les dije que iba a dedicarme por completo a mi carrera, que la decisión ya estaba tomada.


—Supongo que no les gustó eso.


—Trataron de convencerme, piensan que sólo es por el dinero y no quieren que me preocupe por ello, pero Jimin intervino sutilmente y él es...en verdad muy bueno con las palabras.


Era bueno con las palabras, era bueno con los padres y siempre sabía exactamente cómo ayudar a Haye de la forma en la que lo necesitaba...asombroso.

 
—Jimin les explicó a mis padres que estar en su compañía me abriría un montón de puertas, les habló de que tendría mayor estabilidad en todos los sentidos y que con los patrocinadores adecuados, el tema del dinero ya no sería ningún un problema, les dijo que si yo me enfocaba en la audición ahora, luego podría conseguir el dinero para seguir estudiando si era lo que yo deseaba, creo...que eso los tranquilizó muchísimo. Además, les dijo que él estaría conmigo en cada paso, que me guiaría y se aseguraría de que todo resultara a mi favor...aunque creo que esto lo dijo para mitigar sus preocupaciones.


Yo no creía eso.


—Creo que aún no dimensionas bien lo que significaría para ti que Jimin te tome bajo su ala —comenté, porque podía estar equivocado, pero tal vez Haye no tenía idea de lo que Jimin era capaz de hacer—. ¿Sabes quiénes son los padres de Jimin? ¿Te ha hablado de su familia?


—¿Su familia?

 
—Jimin proviene de una gran familia de políticos, ellos tienen influencia en todos lados así que si Jimin dice que puede asegurarse que todo resulte a tu favor, es porque realmente puede hacerlo.

 
El ceño de Haye se frunció al darle un significado a mis palabras. —Pero...no quiero que interceda de esa manera, quiero ganarme mi lugar en la compañía ¿tú...crees que él podría conseguirme el protagónico de manera injusta?


—Creo que podría, sí, pero no es algo que él haría.

 
Haye suspiró, como si le hubiera regresado el alma al cuerpo. —¿Debería preocuparme?


—No —aseguré—. Jimin no te está ayudando sólo porque eres parte de su círculo ahora, sino porque realmente piensa que tienes talento, siempre me lo ha dicho, por eso él...uhm, quiere que tengas acceso a todas estas oportunidades.

  
—Espero no decepcionarlo.


Ah, ¿cómo me quitaba este condenado dolor en el pecho? maldita sea, yo debí de estar en ese bendito almuerzo, me sentía más tranquilo sabiendo que todo resultó bien y que Haye no estuvo sola, pero...¿tenía que ser precisamente Jimin quien acudiera a su rescate?

   
—Me hubiera gustado que estuvieras ahí —dijo Haye, entrelazando sus dedos con los míos—. Pero no resultó tan mal.


—Quería estar ahí —me lamenté—. Debí estar más al pendiente, te prometo que no volverá a ocurrir.


—No te tortures, ¿sí? Yo sé que haces todo lo posible, lo veo todos los días —Haye se arrastró sobre la cama, subiéndose cuidadosamente encima de mí hasta poder ser capaz de besarme—. Y te amo mucho por eso.

 
Ella presionó fugazmente sus labios sobre los míos una, dos, tres veces, sosteniéndose estratégicamente para no dejarse caer por completo sobre mí.


—Y yo te amo, Haye, muchísimo —declaré entre sus besos, haciéndola dejar un par más de estos.

  
—Ya. ¿Y dónde debo besarte para que dejes de lucir tan miserable? —bromeó, queriendo llevarse mi malestar.


—No soy miserable, pero me siento como el idiota más grande del mundo por dejarte sola.


—No estaba sola.


—No, pero...yo debía de estar ahí, no Jimin —bufé, porque eso sólo incrementaba mi descontento conmigo mismo—. Soy tu esposo, no él, además...ah, sigo dándole razones a tus padres para no confiar en mí. ¿Qué van a pensar si...?


—¿Eso qué importa? —refunfuñó ella—. No es como si ellos entendieran lo que está ocurriendo.


—Ya, pero...


—Jeongguk, estás todo el santo día haciendo un montón de cosas, vas de evento en evento, de reunión en reunión, no descansas en todo el día y aún así, cada vez que tienes la oportunidad de estar conmigo, lo estás, así que, por favor, no seas tan duro contigo.


—Estás siendo muy comprensiva.


—¿Te sentirías mejor si me pongo toda furiosa, huh?


—No —dije en voz baja, volteando su ligera figura para que ella estuviera debajo de mí—. Pero, ¿me disculpas?

 
—Te disculpo—cedió al instante, alzando su rostro, buscando mis labios—. Dame un beso —protestó y yo negué con mi cabeza—. ¿No?


—No —sostuve, sonriendo al verla cabrearse—. Estamos en una cama.


—¿Y?


—Ya sabes.


—No hablas en serio —espetó, quitando mi cuerpo de encima del de ella, con sus mejillas coloradas y mirada de "¿estás tonto?".


—Vas a terminar quitándome la ropa, ya te conozco bien.


—¿Qué? ¿Que yo voy a...? —se indignó—. La audacia.

 
Me reí y volví a tirarla cerca de mí a pesar de su infantil y obstinada negativa. —Déjame verte...


—¿Qué? —refunfuñó, permitiendo que ahuecara su rostro con mis manos—. ¿Qué tengo?

 
—Te saldrá un moretón.


—Ah, pero no es nada —insistió—. Este es un cráneo de verdad resistente, te sorprendería las veces que me he caído de cara.


—Pareces uno de esos niñitos de dos años que no le tienen respeto a la muerte, tienes que tener más cuidado.


—¡Tú me dejaste caer! —acusó entre risas—. Como sea, ahora deberíamos estrenar nuestras armas —se animó, refiriéndose a los lanzadores Nerf que habíamos comprado hace unos días—. El que pierde prepara la cena.


—¿Ahora?


Sí, anda...sólo hemos comido afuera estos días, será divertido —alentó, ilusionada...y no era que yo no lo estuviera, pero...demonios.


—Sí, uh...hagámoslo, pero...tengo que regresar a la oficina ahora. ¿Podríamos...hacerlo más tarde?

 
Mierda, creo que nunca había visto la emoción de una persona desvanecerse tan jodidamente rápido. Mi estómago se revolvió con culpa.


Oh —musitó.


—Sólo tengo que hacer un par de cosas más, la última reunión es las siete, regresaré después de eso —juré, odiándome por haber puesto esa triste expresión en su rostro.


—Está bien, descuida, aún podemos hacerlo cuando vuelvas —manifestó, regalándome una no muy sincera sonrisa—. ¿Ya comiste?




































































18 DE MAYO, 2019
17:29 pm.


❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫


EL SENTIMIENTO de extrañar a alguien cuando apenas acababa de marcharse era extraño, el simple pensamiento se me hacía extremadamente cursi, pero ahora mismo, era mi realidad. Jeongguk se había ido hace menos de diez minutos y yo ya lo quería de regreso conmigo.

  
Creía que el estar casada con alguien, implicaba pasar más tiempo junto a esa persona, pero al menos para nosotros, la cosa era algo diferente. Habíamos hecho todo de una manera poco convencional, nada había sido planeado, y por ende, no teníamos solución para cada situación conflictiva que se presentara ante nosotros, ahora mismo, hacíamos lo que podíamos.

 
En un mundo ideal, Jeongguk no tendría que cargar con una responsabilidad tan grande —e indeseada— sobre sus hombros. En un mundo ideal, su abuelo velaría por su bienestar y su tranquilidad, no se opondría a nuestra relación ni haría...básicamente toda la mierda que hacía. En un mundo ideal, Jeongguk podría dedicar su vida a aquello que realmente lo apasionaba, no tendría que lidiar con personas que quisiera perjudicarlo ni tendría que desperdiciar sus días haciendo algo que odiaba hacer. En un mundo ideal, Jeongguk no tendría que cargar con su drama familiar...ni tampoco con el mío.

 
Sin embargo, no vivíamos en ese mundo ideal.


Y tristemente, las cosas no se estaban volviendo más sencillas con el tiempo. Era optimista, me negaba a creer que las cosas siempre serían así de complicadas, aún así, ansiaba, más que nada, que nuestros días de tranquilidad ya llegaran.

 
No habíamos tenido muchos de esos.


Traté de no pensar tanto sobre ello, no era un tema que precisamente me animara, así que cuando me encontré sola en la habitación, pensando en seriamente tomarme otra siesta para recuperar todas las horas de sueño que había perdido, recordé a Jimin...y recordé que tenía algo que hablar con él.

  
Habíamos estado hablando un poco antes de que me quedara dormida, quería agradecerle por hoy, estaba bastante segura de que las cosas no habían salido ni la mitad de bien si él no hubiese estado ahí.

Perdí la consciencia antes de leer su último mensaje, pero a pesar de la tardanza, repliqué:

No esperaba una respuesta tan pronta de su parte, por lo general, Jimin se tardaba casi lo mismo que yo en responder, el hombre siempre estaba ocupado haciendo algo, así que no lo culpaba.

 
Pero como siempre —extrañamente— cuando lo necesitaba, ahí estaba.


Digo, no creía que el problema de Jeongguk fuese que Jimin estuviera ahí, sino que él no lo estuviera. Jeongguk no quería ausentarse en momentos como esos, sabía que quería ser mi apoyo, quería demostrarme que estaba ahí así que podía suponer que eso era lo que en realidad le había molestado. Suposiciones, suposiciones.

 
Aunque, el asunto de Jimin y Jeongguk permanecía siendo un completo misterio para mí, así que no podía asegurar nada.


Y es que esa era la verdad, él no hizo nada malo, no tenía porqué preocuparse, mamá fue quien presionó al pobre de quedarse. Jimin fue amable, él me dejó en el restaurante y quiso continuar con su camino, sin embargo, mamá lo vio y bueno...el resto era historia.


Jugué, olvidándome brevemente de la razón por la cual me acordé de él en primer lugar. Necesitaba discutir un tema importante con él.

 
Genial.
 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top