Hacia mucho tiempo, hubo una época donde Wei Wuxian había soñado con poder estar con sus hermanos por el resto de su vida, lleno de risas, diversión y la sopa de raíz de loto de su querida hermana.

Ahora, con los cadáveres crepitando por su cuerpo, sus mandíbulas dislocadas arrancando su piel a mordiscos, los cuerpos podridos y delgados colgando de sus brazos y los ojos llenos de un vacío incontrolable. Wei Wuxian había decidido que después de todo llegaría a su fin.

La culpa de la muerte de su hermana lo había llevado al limite y el sacrificio de los remanentes de Wen tan solo le empujaron más a que su cordura fácilmente diera el último salto al poco control que le yacía.

Lo que mas dolía, había sido el no poder salvarlos, el haber sido el culpable de la muerte de Jin Zixuan, de su Shijie, de Wen Qing y Wen Ning y del resto de personas que habían puesto su fe en él.

La amargura le recorrió por su garganta, sintiendo la miseria recorrer por su cuerpo, no estaba seguro si se debía a la carnosidad rojiza que se encontraba destrozada debido a las filosas uñas de los cadáveres feroces que ruñían su cuerpo en ese momento o si el sentimiento provenía de todo el desgaste emocional que había estado cargando durante los últimos meses.

El dolor era lo último en lo que realmente pensaba, a pesar de que recorría cada parte de su cuerpo de forma incesante y palpitaba fuertemente en cada uno de sus huesos, a pesar de ello, la sensación de soledad y cansancio era lo que realmente le molestaba.

Sintiendo a su cuerpo finalmente rendirse ante la energía maldita que le devoraba y dejando que sus latidos resonaran en su cabeza, lentamente perdió la consciencia que le restaba. No le importaba los gritos del exterior, ni siquiera el desgarre de sus músculos; ya nada le importaba.

Todo por lo que había luchado se había ido. Ahora ya no le quedaba nada, ni siquiera a el mismo.

La culpa lo acechaba como un lobo hambriento, mirándole desde la lejanía, sintiendo sus pasos cada vez más cerca, sin la mente tranquila, tan solo pudo esperar un destino peor del cual ya se encontraba viviendo.

Francamente no esperaba recibir la luz de un más allá, ni la bienvenida de su Shijie con los brazos abiertos esperando por él (por más que internamente lo deseará), Wei Wuxian todavía tenía en cuenta a cada persona a la que le había hecho daño y cada imagen viva se repetía constantemente en su cabeza.

Las memorias, tanto añoradas como frías, aparecían en su mente como un libro abierto.

“Tal vez esto es lo que sintió su Shijie al momento de morir.”

Pensó brevemente mientras sucumbía a la tenebrosa oscuridad que se apoderaba de su ser.

Normalmente le daría miedo el que todo se viera tan apagado, pero él ya había pasado por lo que cualquiera denominaría como un infierno en la tierra, la oscuridad dejo de ser un temor una vez que cayo en los túmulos funerarios y se convirtió en un hogar con el paso de tiempo.

Aunque lo positivo no se quedo atrás, después de tanto tiempo, no solo su cuerpo dejo de doler, si no que su mente había quedado como un lienzo en blanco, sin pensamientos negativos, ni voces murmurando de forma incontrolable tratando de convencerle de hacer cosas indebidas.

Por primera vez en mucho tiempo, Wei Wuxian sintió paz.