♣Capítulo 20| 𝐸𝑛𝑓𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 ♠
Capítulo 20
𝐸𝑛𝑓𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜
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Los dos al verse frente a frente no pueden contenerse y corren a enfrentarse llevados por el odio que sentían, Sasuke es el primero en golpear, su puño viaja hasta aterrizar en la quijada del rubio, el cual expulso saliva mientras era mandando al piso. Eso rápido resulto satisfactorio para el ansioso Uchiha, que no podía esperar para lanzar el siguiente ataque.
En el calor del momento Naruto se impulsa y de un salto se levanta para rematar la cara del azabache, con un feroz cabezazo. Uno sin premeditar y que casi logra derribarlo.
El tambaleante Uchiha como puede se mantiene en pie y aunque mal enfocado logra concretarle una pata al rostro, enviándolo al suelo una vez más, pero esta vez con la ventaja de haberle roto la nariz.
Ya sobre el pavimento y sin impórtale que el rostro se le llenara de sangre se levanta jadeante y con la misma mirada fiera que conservaba su contrincante de ojos ónix, a los pocos segundos contrataca con una nueva horda de golpes.
Encontronazos que ambos recibían o esquivaban, cara, mejilla, quijada, donde hubiera un lugar limpio para depositar los golpes, los dos dejaban caer su mano sin piedad.
Es que realmente querían matarse a golpes, querían acabarse a puños.
Sasuke soltó un quejido, pues la mano cerrada del rubio lo había alcanzado a un costado del ojo y aun con ello respondió con el mismo golpe, pero directo a la nariz ya lastimada de su némesis.
Naruto grito de dolor y cae de espaldas, pero rápidamente se pone de pie y lo recibe con una patada en las costillas del orgulloso azabache, logrando con ello sacarle todo el aire y dejándole muy adolorido el abdomen.
Los dos hombres se estaban destrozando y como no hacerlo si tenían la ventaja de un cuerpo fuerte, por las largas horas que le daban al ejercicio.
Brazos agiles y veloces, que se estiraban y puñetazos poderosos que eran capaces de fracturar huesos.
Naruto aprovecho un momento, en ese punto exacto donde lo vio bajar la cabeza para derribar a Sasuke, con una llave al cuello.
—¡Maldito hijo de puta, voy a hacer que te arrepientas por haber puesto tus asquerosas manos en mi mujer! —Aprieta con más rigor y sonríe al verlo luchando por recobrar el aire. —Entiende esto y grávalo muy bien en tu cabeza, Sakura solo tiene ojos para mí, ella no es tuya, ella no te pertenece.
Sasuke sin pensarlo se da impulso y golpea rápidamente a Naruto con su cabeza, hasta déjalo tirado de espaldas y entonces él se levanta y se echa encima de él, para aventarle una lluvia de golpes con sus sangrantes nudillos.
—¡Sakura es mi esposa! —Le exclama a la cara y antes de soltarle otro puñetazo. —Y voy a hacer lo que sea necesario para tenerla a mi lado, voy a borrarte de su mente y voy a protegerla, porque en tu maldita vida vas a volver a lastimarla.
Los gritos, los insultos, todo el alboroto fue escuchado por la mayoría de empleados del casino, que preocupados salen a ver quién causaba tan bochornoso escándalo. La primera en salir fue Izumi, que perpleja se queda estática, al ver la cantidad de sangre que estaba derramada en la banqueta y en el estacionamiento. Al volver en sí, con mucha prisa llama a los guardaespaldas del casino, para que intervinieran y pararan el salvaje encuentro.
Los dos se golpean con tal fuerza que pareciera que querían matarse el uno al otro mientras que la secretaria esperaba angustiada la llegada de los agentes de seguridad.
Finalmente, los guaruras llegan después de unos segundos y tratan de defender a Sasuke, pero el furioso y descontrolado hombre les grita que no se metan.
—¡Si alguien se atreve a interrumpir lo despido!
Naruto y sasuke se miran fijamente con la cara hinchada y el rostro lleno de moretones. Estaban cansados y su respirar agitado los delataba.
—Si vuelvo a verte por aquí o cerca de mi esposa, ten por seguro que voy a matarte. —Lo amenaza al sostenerle la mirada.
Todos los empleados del casino se sorprenden por las frías palabras del poderoso dueño del casino, mientras Naruto sin inmutarse no tarda en contestar.
—No dejare a Sakura en manos de un tipo como tú. Voy a recupérala, que no te quepa la menor duda. —Escupe todo el líquido rojo que se le había acumulado entre los dientes y se marcha con dificultad, al mismo tiempo que los guaruras ayudan a Sasuke a sostenerse.
Solo pasaron un par de segundos antes de que Madara apareciera, el tipo estaba boquiabierto, asombrado y confundido. No todos los días se podía encontrar a su primo en ese estado, molido a golpes, con un ojo hinchado a casi reventar, con la mejilla roja y el rostro sangrante. Sin dudar podía afirmar que era la paliza del año.
El primo mayor de los Uchiha intenta hablar, pero este le saca la vuelta y lo deja con las palabras atoradas en la garganta. Aun así, alguien como Madara no iba a dejar las cosas al aire, por eso se echó a perseguirlo, para dejarle el recado.
—Se que no es el mejor momento, pero tu padre te busca.
—Dile que no tengo tiempo para sus estupideces. —Sigue avanzando, aguantándose el tremendo dolor que tenía en la espalda.
Madara dio un alto seco y se quedó frio, para segundos después rascarse la cabeza con estrés.
—¡Maldición!, ¿¿Ahora como demonios le digo esas palabras sin que Fugaku se enfade??
Mientras tanto en otro lugar, Naruto sigue avanzando, apoyándose entre los muros de los edificios, estaba tan perdido en sus pasamientos que no se da cuenta que estaba a punto de toparse con Hinata, en esa misma calle.
—¡Naruto! —Acelera sus pasos. —Acaban de informarme lo que paso, no podía creerlo, así que corrí a buscarte.
La joven de mirar angustiado trata de acercar sus palmas al rostro de Naruto, pero el solo la evade.
—Necesitas ir al hospital para que revisen tú nariz. —Cabizbaja manda sus pupilas para una esquina.
—No deberías preocuparte tanto. —Le pasa, por un lado.
—Lo siento Naruto-kun, pero no puedo evitarlo, me resulta imposible. —Se lo dijo a la espalda al tomar impulso y valor al mismo tiempo.
—Mis sentimientos no pueden cambiar. —Se detiene y le dice sin darle la cara.
—Lo se. —Responde con la voz entre cortada, pues sus lágrimas rogaban por salir. —Me siento culpable, quiero remediar lo que hice, porque a pesar de todo quiero mucho a Sakura y me duele saber que piensa lo peor de mí.
—No deberías tenerle tantas consideraciones a alguien que no las merece. —La interrumpe.
—Eso es cruel, tú no eres así. —Llega hasta su brazo, al sentir que la preocupación la traspasaba.
—Sabes algo Hinata, a pesar de amarla tanto, en estos momentos siento un profundo odio hacia ella, tan comparable a ese cariño que aún conservo. —Voltea con un rostro inexpresivo que pone fría a Hinata.
—No puedes pensar así, Sakura no está con Sasuke porque siente algo por él, es por otro motivo. —Lo suelta.
—¿¡Qué dices!?, ¿¿entonces porque demonios está a su lado?? —Abre los ojos de par en par y Sacude a Hinata para que hablara.
Hinata estaba a punto de decirle algunas palabras, pero se queda en silencio al verse interrumpida por una chica pelirroja, una mujer que gritaba el nombre de Naruto y corría hacia ellos.
—¡Naruto! ¡¿Porque haces todo esto?, saliste en todos los malditos noticieros. —Le reclama y trata de recobrar el aliento.
Karin deja de apoyarse en sus rodillas y se incorpora mientras la chica de ojos perla solo observa y da marcha con un paso para atrás.
—¡Estúpido!, tu maldita cara está en todos lados, ¿¿cómo pudiste exponerte así?? ¿¿En qué demonios pensabas??
—Así que todo se convirtió en un chiste. —Responde y al mismo tiempo se preocupa por su trabajo.
—Un reportero se escondió de la vista de ustedes y comenzó a grabarlos en vivo y aunque no alcanzaron a escuchar sus conversaciones, no deja de ser una noticia vergonzosa y lamentable. —Continúa regañándolo.
—Lo siento prima, se me salió de las manos.
—Eres un tonto, ¿¿cómo pudiste echar de lado tu educación y tus valores por esa zorra??—Se lo grita con mucho rencor, pues era lo que realmente le estaba molestando. —Esa mujer no vale nada, no merece que pienses en ella y mucho menos amerita que actúes como un imbécil sin amor propio.
—¡Lo sabias todo!, estabas al tanto de su traición. —Alza la voz y le clava una mirada llena de enfado. —¿Lo sabias?
Karin se queda sin palabras, había cometido un grande error al hablar de más y ahora no había algo para enmendar o borrar lo que había dicho, por otro lado, Hinata no podía sentirse más incomoda, por haber quedado en medio de la discusión.
—Tengo que irme, después hablamos Naruto. —Hinata se retira.
Karin voltea, al percatar su presencia, pues la estuvo ignorando todo el tiempo.
—¡Contesta Karin! —Exclama y la estremece.
El grito cargado de decepción la saco de su estado pensativo.
—Si, me entere tiempo atrás. —Traslada sus pupilas para una esquina y acomoda sus lentes.
—¿¿Porque no me lo advertiste?? —Dice con el mismo tono de voz, pues no podía creer que esa traición viniera de su propia familia.
—No quería verte sufrir. —Le da la cara.
—Es eso o en realidad lo único que pretendías con eso era proteger a esa basura.
—Lo amo. —Respondió antes de soltarse en llanto.
—Ya no puedo confiar, ni siquiera si se trata de mi propia sangre. —Deja salir un suspiro lastimero.
Karin se queda sin palabras, no había más que decir, por esos solo observo cuando su primo le hizo una parada a un taxi, para marcharse, dejándola allí parada.
Al poco rato Sasuke recibió un mensaje con toda la dirección y los datos faltantes de Naruto e incluso información de su nuevo empleo en el despacho.
—Lo siento por interrumpir, pero veo que usted necesita ir al hospital, así que me tome la molestia de hablarle a un médico para que venga a revisarlo. —Le comenta Izumi.
—Que sea la primera y última vez que haces algo si consultármelo. —Se levanta y toma su maletín. —Recuerda tu lugar, no eres nadie para tomarte estas confianzas.
Sasuke la deja estática mientras el solo se retira, sin decir más. En el camino el adolorido azabache se toma unos analgésicos para calmar el dolor, sale como puede del casino, llega hasta su camioneta y conduce, con el único fin de llegar de nuevo al departamento.
Al llegar y abrir su puerta se da cuenta que su delirio estaba preparando la cena, la contemplo por unos segundos sin que ella se diera cuenta, pues la joven se encontraba concentrada en lo que hacía y de espaldas.
Sakura abrió el grifo, termino por lavar unas verduras y al darse la vuelta soltó un grito, pues nunca se esperó esa imagen.
—¿¿Que te paso?? —Corre y lo ayuda a sostenerse, al verlo tambaleante.
—Tuve una pequeña riña, estoy bien, no te preocupes.
Sakura no podía estas más inquieta y confundida, al estar al tanto de ese rostro lleno de moretones e hinchazón, que al escuchar su respuesta en lo único que podía pensar era en auxiliarlo.
Sakura lo sienta en el sillón y sale disparada para buscar un poco de alcohol que tenía en el botiquín. Usando un algodón comienza a darle pequeños toquecitos por cada herida que continuaba sangrante, detonando con ello una que otra mueca y el cerrar de sus ojos.
—Eres un inconsciente. —Lo regaña, pues estaba molesta.
La violencia estaba fuera de discusión para los principios de Sakura, y verlo si de lastimado por una pelea sin sentido realmente le irritaba.
La estudiante de medicina le ordeno extenderse en todo el sillón, para continuar con la limpieza. Sasuke acede, pues a pesar de la tortura del alcohol, la recompensa de su cercanía era más grata.
Realmente estaba paralizado, ido, al ver la gran preocupación que había despertado en Sakura.
—Gracias. —Sasuke llega hasta su mano, la entrelaza con la suya y la traslada hasta su boca, para depositarle un beso.
El contacto fue tan dulce que el enfado dejo de sentirse y en cambio el estómago de la chica se revolvió, sintiendo ese mismo malestar que la mantuvo sonrojada hasta que las manos largas del azabache dejaron de tocarla.
Una sonrisa bien marcada se le escapa al Uchiha de sus labios, una que la desconcentro otra vez, pues no se la esperaba venir.
—¿Por qué te peleaste? —Dice rápido, pues no sabía que más decir para interrumpir el momento que de pronto se volvió romántico.
—No te preocupes, no es nada importante, ni siquiera vale la pena mencionarlo.
Sakura se queda confundida, pero decide no molestarlo con sus preguntas.
—Veo que decidiste salir de tu habitación.
—Pensé en lo que me dijiste y tienes razón, primero está la salud de este bebe. —Toca su estómago.
Sasuke sonríe felizmente con esa respuesta y no tarda mucho para apoyar su palma también sobre su mano.
—Cuidare de ti y de tu bebe.
—Es mi responsabilidad, no tienes por qué hacerlo. —Contesta con el bajar de sus pupilas.
—No me importa, sé que no soy el padre de tu bebe, pero quiero estar allí para ti. —Levanta su rostro.
—Gracias. —Lo dice con las lágrimas amenazando con salir.
20 minutos después...
—Hola mama. —Contesta la llamada.
—Tu padre acaba de contarme todo, por eso me encuentro ahorita comprando muchas cosas para él bebe, estoy muy emocionada, ya quiero conocer a mi primer nieto, pero me molesta mucho que no me tengas la confianza para decírmelo personalmente, no me gusto enterarme por otros medios.
—Lo siento, todo paso tan rápido, pero no te preocupes por eso, yo me encargare de todos los gastos.
—No me digas eso, de mis bolsillos saldrán mis obsequios y no hay discusión, no me arruines este momento de felicidad. —Lo regaña mientras les ordena a los empleados que compren una cuna que estaba señalando. —Cuida bien de mi nuera y de paso le mandas saludos de mi parte.
—Se los hare llegar, quédate tranquila. —Sonríe. —Estaré al pendiente de ella, de eso no hay duda.
—Mandare las cosas al penthouse, estarás de cuerdo que no pueden seguir viviendo en ese departamento tan pequeño.
—No lo había pensado, pero tienes razón.
—Bueno tengo que colgar, cuando tengas tiempo ven a la casa.
—Si, adiós madre, gracias por todo. —Baja el celular.
Al día siguiente Sasuke le propuso a Sakura mudarse, le comento del espacio que había en el penthouse y aunque a ella no le importaban esa clase de detalles asedio al escucharlo muy entusiasmado.
El lugar estaba alejado, a unos 300 kilómetros de distancia, el lugar estaba rodeado de pinos y naturaleza, era el lugar perfecto para respirar aire puro.
Tres meses pasaron y la joven madre ya se le notaba una pequeña panza.
En todo ese tiempo Sasuke permaneció como un buen amigo, no forzó acercamientos o la bombardeo esos sentimientos que seguían intactos. Por el contrario, se mantuvo al margen y dejo los malos hábitos de la bebida atrás. Se comportaba protector cuando se trababa de vigilar la dienta estricta que tenía su amada, todo para el sano desarrollo del bebe. Cuidaba cada detalle, no la debajo sola y la hacía sentir segura.
—En todo este tiempo te has convertido en un gran apoyo para mí, no me alanzaría la vida para pagártelo. —Dice al recoger los platos de la mesa.
—Solo quiero cuidar de ti y del bebe, además recuerda que te dije que yo me encargaría de estas cosas, no quiero que te fatigues. —Se levanta rápido y le quita los platos para ir personalmente a lavarlos.
—Estas exagerando.
—Nada es suficiente cuando se trata de cuidar tu salud. —Responde al mismo tiempo que se seca las manos con una franela. —Además te tengo una sorpresa, pero no vas a verla hasta que logres convencerme y te advierto que nos será fácil. —Sonríe divertido.
Al escuchar esa última parte las mejillas de Sakura se inflaron, pues no pudo contener el puchero que enmarco su rostro, por otro lado, para el azabache eso le resulto cómico y se echó a reír con plena felicidad. Pues no solo se tenían confianza, en realidad se habían convertido en muy buenos amigos.
—No te rías, te aprovechas que ahora estoy gorda y no me puedo defender. —Le saca la lengua en forma juguetona.
Sasuke se acerca a ella y le susurra en el odio.
—No te preocupes, sigues siendo la misma chica hermosa que me cautivo.
La joven de mirada perpleja estallo en sonrojo, tenía tanto de no escuchar ese tono de voz, la sensual melodía seductora del cautivador empresario.
Enseguida da algunos pasos para atrás, se voltea y camina hacia una puerta en específico, ante la mirada curiosa que se cargaba Sakura.
—Lo compre para él bebe. —Abre la puerta y la deja impresionada al encontrarse con una habitación llena de peluches, ropa, juguetes y pañales. —Cabe mencionar que la cuna y algunas cosas más son un obsequio de mi madre.
Sakura tapo su boca con ambas manos, se había quedado sin palabras.
—Todo esto es para la pequeña Sakurita o el Sakurito. —Se recarga en la cuna y se impresiona al verla a punto de llorar.
—Sakura, perdóname, sé que tuve que preguntarte antes, pero me emocioné demasiado y no me puse a pensar que no debí adelantarme y tomar decisiones por ti. —Llega hasta ella, angustiado al escucharla llorar.
—No es eso, mis lagrimas son de felicidad. —Lo abraza. —Gracias, gracias, mil gracias, quisiera darte algo a cambio después de todo lo que haces por mí y me da mucha pena saber que no puedo dar algo que se asemeje.
—No digas eso, tu compañía alegra mi vida y eso es más que suficiente para mí. —Ayuda a limpiar las lágrimas que escurrían en la cara de Sakura.
—Mi bebe es la única familia que me queda después que mis padres me dieran la espalda, por eso me siento feliz, que esta vida está creciendo dentro de mí, ni siquiera lo conozco, pero ya lo amo demasiado.
—Lo cuidaremos juntos. —Sujeta sus manos y observa como los ojos de su amada se iluminan con un brillo hermoso.
Los dos cruzan una sonrisa antes de ser interrumpidos por un par de guaruras.
—Señor, ha llegado la cama extra que mando a pedir.
—Diles que suban, en un momento los atiendo.
—Entendido. —Sale.
—¿Otra cama? —Pregunta Sakura.
—Si, la compre porque el lugar donde actualmente estamos viviendo es más grande como has podido notar, tenemos tres habitaciones, la principal, la tuya y la del niño, por eso quería que tuvieras una cama más grande; por si en dado caso quieres dormir junto al bebe, pero si no te gusta la idea podemos dormir juntos.
—Deja de bromear Sasuke. —Cruza las manos, sonrojada.
—Vamos, no tienes nada de sentido del humor. —Toma uno de sus cachetes y los aprieta.
—Más tarde todas las habitaciones estarán listas, mi madre mando más cosas para él bebe, le pedí que no lo hiciera, le dije que yo me haría cargo, pero ya la conoces, ella es la que manda y no puedo arrebatarle la felicidad que trae consigo.
—Mikoto es muy amable.
—Ella es como tú.
Sakura sonríe y cambia la conversación.
—Bueno, entonces hare la comida, es lo mínimo que puedo hacer para pagarte.
—¡Espera! —Toma su mano. —Tengo una mejor idea, ¿qué tal si salimos juntos a comer en un restaurante familiar?
—Suena bien. —Responde y observa como Sasuke se pone el saco y toma las llaves.
—Llamare para pedir que dejen lo que me han traído con el encargado, ya después me las arreglo para subirla. —Le dice antes de apretar el botón del elevador.
15 minutos después...
Sasuke y sakura entrar al restáurate, sin sospechar que alguien los estaba siguiendo, al verlos caminar por la acera. Una mujer que los miraba con envidia y rencor, la pelirroja que no estaba dispuesta a perdonarlos.
—Se que no quieres hablar conmigo, pero adivina a quien acabo de toparme en estos momentos y con quien.
—¡Sakura! —Naruto rompe el silencio, al levantarse del escritorio. —Si sabes algo por favor dímelo, sabes que llevo buscándola desde hace mucho tiempo.
—Te enviare la ubicación, ¿estas libre?
—Si, de hecho, estaba a punto de salir de la oficina. —Responde y se apresura para abandonar el bufete y subir al carro.
—La zorra está en el restaurante familiar que está cerca del casino e incluso se nota que está muy contenta por estar con el padre de su bastardo.
Eso fue un golpe, uno no físico, pero que lo destrozo. Sin tener más ganas de escucharla cuelga y conduce a toda prisa mientras escucha llegar la notificación con la ubicación exacta.
—Tiene buen sabor, estoy sorprendido. —Dice Sasuke después de darle el primer bocado.
—Te lo dije. —Hace una risilla. —Gané la apuesta, hablando en serio jamás pensé que aceptarías comer en este tipo de restaurantes, siempre me pareciste algo apretado. —Suelta más la risa. —Recuerdo que ponías cara de asco a la pobreza, lo siento, pero si eras pesadito y sangrón. —Sonríe.
—Hay muchas cosas que no sabes de mí, además no esta tan mal darse un baño de pueblo con tan hermosa compañía. —Le devuelve la sonrisa.
Los dos estaban disfrutando mucho el momento, pero la felicidad pronto se transformó en angustia cuando escucharon un grito hostil provenir de la silueta del rubio.
—¡Sakura! —Exclama su nombre, al cruzar miradas con ella.
Saku diosa, viendo que sus galanes se van a agarrar a madrazos:
Si les gusto el capitulo, háganmelo saber en un comentario. :)
Música: Takanaru, Maiko fujita
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