♣Capítulo 19| 𝐷𝑒𝑠𝑒𝑛𝑔𝑎𝑛̃𝑜♠










Capítulo 19

𝐷𝑒𝑠𝑒𝑛𝑔𝑎𝑛̃𝑜

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—Mi problema es con él.

—Mi hermano no se encuentra. —Lo mira despectivamente.

Madara estaba con la boca abierta, al percatarse del gran valor que tenía el rubio, para entrar como pedro por su casa.

—Muchacho inconsciente, sal inmediatamente si no quieres que llame a la policía. —Fugaku se levanta de su lugar.

—Solo vengo a advertirles que se alejen de mi familia, que le exija a ese malnacido que tiene como hijo que deje en paz a mi prima, díganle que se ocupe de su esposa que está esperando un hijo. —Les apunta con el dedo y sin bajar el tono de voz.

Después de dejarlos sin habla el rubio termina azotando la puerta al salir, dejando a todos los Uchiha en completo impacto, al no esperarse una noticia tan de golpe.

—Veo que mi hermano lo tenía muy escondido. —Cruza una pierna, apoyándola sobre su rodilla.

—Madara, busca inmediatamente a tu primo. —Fugaku se lleva las manos a la frente, para masajear su cien.

—Enseguida. —Responde rápido y antes de hacer una reverencia.

Madara toma su portafolio y sale de la oficina, sin decir más, dejando a padre e hijo a solas.

—Traer un hijo en estos momentos, pero que estupidez tan grande, solo a Sasuke se le ocurre. —Suspira hondamente. —Lo bueno es que todavía está a tiempo de interrumpir ese embarazo.

Lo dejo salir esperando la aprobación de su padre, pero se encontró con una mirada nunca antes vista en él, una expresión fría y que lo hizo cerrar la garganta.

—Por tu bien no interfieras, aléjate de este asunto o pueden venir consecuencias que lamentaras mucho. —Lo dijo con rudeza, provocando que tragara saliva. —Esta noticia me favorece, tanto así que puedo admitir que tu hermano no es tan inútil como pensaba.

Completamente perplejo intento dejar pasar el trago amargo, por ser la primera vez que su padre hablaba bien de Sasuke y lo contradecía a él.

—Levántate, quiero vayas a comprarle un presente a esa mujer, lo que sea, no me importa, pero que le deje en claro que ya estoy al tanto de todo.

—Lo siento padre, pero no puedo. —Agacho la mirada.

—¿Por qué? Sabes que no me gustan las respuestas negativas.

—Tengo un fuerte problema con mi hermano y por eso prefiero mantenerme lejos.

—Entonces no tendré más remedio que dejarle esa tarea a tu madre. —Comienza a caminar.

Fugaku se retira en silencio, al dar por termino a la conversación mientras Itachi se queda molesto en la oficina.

—¿Por qué estas feliz con esta noticia? —Avienta los papeles que estaban sobre la mesa, al dejarse llevar por la ira. —No lo entiendo, sé muy bien que nunca te ha importado mi hermano. —Termina por arrugar una de las hojas que quedaron a su alcance.

El anochecer cayo, una fría noche para el azabache que yacía observándola con cautela y en total silencio.

Esperaba que vivir aquello fuera solo una pesadilla, una broma de muy mal gusto que le había jugado la vida.

Pero todo no podía estar más claro...

Él se metió al juego, escogió sus cartas y termino perdiendo.

Las horas pasaron, el minutero continuaba avanzando y el tiempo seguía causando estragos en él.

No podía conciliar el sueño, por más que la madrugada se le vino encima. ¿Y cómo hacerlo? Si el milagro de cerrar ojos no aliviaría su pena, ni ese dolor que raspaba y lo quería enloquecer.

Todo su cuerpo temblaba, aferrándose en ese sillón incomodo donde intentaba permanecer, ignorando las voces de su cabeza que querían convencerlo de salir corriendo.

Su garganta le suplicaba deslizar aquel amargo sabor, que no curaría su corazón roto, pero que al menos le haría olvidar por unas cuantas horas.

30 minutos después...

—Perdóname, por mi culpa no celebramos que terminaste la carrera. —Karin lo encamina a la puerta.

—Prima, eso es lo de menos, tu necesitabas descansar, además tampoco me sentía bien anoche. —Despeina sus cabellos pelirrojos, en un intento por animarla. —Estaría feliz que te quedaras un par de días más, pero solo si te sientes cómoda.

—Claro que estoy a gusto, como no estarlo si eres mi primo favorito. —Sus ojos se humedecen. —Solo que olvide algunos pendientes y tengo que regresar.

—Sera como tú quieras. —Besa su frente. —Té dejo porque ya esta tarde y no quiero que me regañen en mi primer día de trabajo. —Sonríe con calidez.

—Cuídate. —Dice Karin, al verlo avanzar.

El rubio saca las llaves de su bolsillo sin frenar su andar, abre la puerta de su vehículo y conduce por algunos minutos, hasta llegar a un importante despacho de abogados. Al bajar suelta un suspiro largo, estaba feliz, que después de tanto esfuerzo uno de sus sueños se estaba cumpliendo. Contemplo con entusiasmo las instalaciones y sujeto firmemente su portafolio al bajar.

Piso con su calzado impecable las instalaciones, un sitio enorme, alfombrado y con olor a nuevo. No se lo creía, que alguien como el haya llegado tan lejos, ganándose un puesto tan importante por los méritos y las largas horas que le dedico al estudio.

Al fin estaba licenciado en derecho, para asesorar y defender los derechos e intereses de otra persona en materia jurídica. La carrera de abogacía que tanto amo desde el comienzo.

Al subir al elevador observa la hoja, la cual contenía toda la información que le enviaron por fax, desde el piso y su número de oficina. Al salir enseguida se topó con muchas personas apresuradas, vestidas con elegantes trajes al igual que el, todas en su propio mundo, pero concentradas en cada carpeta que se disponían a leer. Cuando encontró su puerta una sonrisa satisfactoria se plasmó en su rostro, no podía estar más feliz.

Cuando entro lo primero que observo era el gran espacio que tenía y la hermosa vista que podía tener a través de los cristales de las ventanas.

Sin demorar más el tiempo, dejo sus cosas sobre su escritorio, abrió su portafolios y saco el marco de una foto. Aquel tesoro tan valioso que no podía faltar.

La imagen de su amada.

—Este es un paso más para nuestra vida juntos. —Lo dijo antes de ponerla en uno de los espacios vacíos que tenía el escritorio.

No tardo mucho para abrir la laptop y encenderla, quería familiarizarse con el lugar lo más proto posible, así que paso por cada documento, en busca de sus primeros casos.

Los minutos pasaron y todo estaba bien, estaba entendiendo a la perfección cual era el siguiente paso, sin necesitar la ayuda de nadie, pues ya se había dado la tarea de investigar. Ya tenía la fecha, la hora y el nombre de la persona a la cual le daría una visita, al ser uno de los clientes más importantes del bufete.

Entendía que todo era como una prueba, mira que darle un caso tan importante con una de las personas más ricas del país. Imprimió alguna información que estudiaría antes de iniciar el caso y en ese instante escucho pequeños golpes en su puerta. Se levanto, abrió la puerta y se topó con un viejo amigo.

—Cuando me dijeron el nombre de mi vecino de al lado, no me lo podía creer.

—¡Kiba! —Lo abraza y palmea su espalda.

—Naruto... El brillante Naruto Uzumaki trabajando con nosotros, el segundo tipo con mucha suerte que laborara en el bufete Abogados y asociados.

—Nunca pensé que decías enserio cuando me platicabas que seguirías la misma carrera que yo.

—Lo sé, sé que era un desastre, pero veme aquí, con mil cosas para hacer y ni idea de cómo empezar. —Se recarga en el escritorio del rubio.

—No esperes a que te envíen la información personalmente, te aconsejo que busques en los documentos de tu laptop, así estarás más adelantado, además tengo entendido que los primeros días por aquí, son para que te familiarices con las instalaciones, pero nunca está de más tener en mente el siguiente paso a seguir, después de todo puede que solo nos den una semana de anticipación y los casos se acumularían y los problemas comenzarían allí.

—Naruto salvado el día, esto me recuerda a nuestros años de preparatoria.

Kiba y Naruto comienzan a reírse y Kiba le da la mano dándole la bienvenida.

—Me voy, seguiré tus consejos y me pondré a trabajar, no quiero que me echen a patadas el primer día. —Se ríe un poco y se encamina a la puerta.

—Nos vemos.

Al mismo tiempo que Kiba abandonan la estancia, una mujer con gafete de secretaria, entra.

—Buenos días, mi nombre es Konan, seré tu secretaria personal, para ayudar en lo que necesites.

—Encantado de conocerte. —Le extiende la mano y ambos la estrechan en un saludo.

—Voy a preparar capuchinos y express, no sé si le interese beber una taza de café para levantar esos ánimos.

—Me vendría muy bien, gracias, me gustaría un express y mi nombre es Naruto por cierto.

—Bienvenido, bueno... en seguida vuelvo con tu café.

Konan se marcha mientras Naruto estaba aliviado, por tener hasta el momento buenos compañeros de trabajo.

10 minutos después...

Sus ojos lentamente se despegan, llevándose sorprendida la imagen de un Sasuke con la cara pálida y signos claros de desvelo, se le veía mal, incluso podía jurar que mal de salud. El, la miraba fijamente, no decía nada, pero tampoco apartaba sus ojos o se levantaba de aquel sillón.

—¿Dónde estoy? —Confundida se toca la frente.

—Estamos en el hospital, sufriste un desmallo.

—Ya veo. —Responde desanimada, al recordar algunas partes que solo confundían más su corazón. —Perdóname, no debí ponerme así, solo hice que te preocuparas. —Saco al incorporarse y apretar levemente la sabana que la cubría.

—Eres una tonta, no tienes por qué disculparte. —La interrumpió un poco exaltado. —Soy yo el que debería... hacerlo. —Llevo sus pupilas a una esquina al decirlo.

Una sonrisa genuina salió de sus labios, no podía entenderlo, pero la felicidad la invadió. Ese tipo más frio que el polo norte estaba soltando su orgullo, para ser más sincero con ella.

—Lo siento, tú estabas diciéndome todas esas cosas y yo... —Sus mejillas se ponen rojas sin darse cuenta.

—Olvídalo, ahora lo más importante es que tu estés bien. —La interrumpe, pero sin el valor de darle la cara.

En un levantamiento rápido el azabache sale de la habitación, no podía soportar verla sin querer sacar ese amor que dolía. Quería pedirle que no se fuera, pero el remordimiento golpeaba más fuerte.

Sasuke camina hacia un pasillo que estaba solo y sin poder contenerse unas lágrimas recorren sus mejillas.

—La sola idea de dejarte ir me está matando por dentro.

—¿Que estará pasando con Sasuke y con conmigo? —Murmura Sakura, con el bajar de sus pupilas.

Por otro lado, en otra parte de la ciudad, se encontraba el rubio ordenando unas hojas de máquina, tan concentrado se encontraba en la tarea que no se percató que Konan llega con el café que había perdido.

—Mira, también me tome la molestia de traerte el periódico. —Cruza una mueca juguetona.

—Eres muy amable. —Lo recibe con una sonrisa amable sobre el rostro.

—Es una lástima. —Dijo al observar el cuadro. —Supongo que la joven de esa fotografía es tu novia.

—Si. —Deja el periódico sobre el escritorio. —Es la mujer de mi vida. —Suelta un suspiro con amor.

—Es muy afortunada. —Se da la vuelta. —Bueno te dejo, disfruta el café, cualquier cosa que necesites no dudes en llamarme.

—Ten un buen día. —Levanta su taza de café, bebe un sorbo y desenrolla su periódico.

Mientras paseaba la mirada en la sección de sociales, se detuvo, casi se ahoga con el sorbo que le estaba dando al café, al encontrarse con un nombre que no se esperaba.

—Sasuke Uchiha y Sakura Haruno, la pareja del año y dueños del casino más importante del país, tendrán un nuevo integrante en la familia. —Leyó el titulo con el corazón acelerado.

Tosió un par de veces, bajo más la mirada y sin poder evitarlo dejo caer la taza al suelo, al no creer lo que sus ojos estaban viendo. Con ambas manos temblorosas sostuvo el pedazo de papel.

—No puede ser cierto. —Se levanto sin apartar la mirada.

Con los ojos cristalizados contemplo una fotografía donde su Sakura estaba tomada de la mano del mismo tipo que había engañado a su prima, el sujeto de mirada fría y de apariencia asiática. Ella estaba vistiendo muy elegante, tanto así que casi no la reconocía.

Con un nudo en su garganta siguió con la lectura.

—Sakura Uchiha, la ahora esposa del gran empresario y dueño del casino clan Uchiha está esperando un bebe.

—¡Esto tiene que ser una mentira! —Soltó un grito que estaba conteniendo.

Naruto entró en pánico, se dejó caer al suelo y las lágrimas que estaba frenando se desbordaron. Su alboroto fue tan fuerte que fue alanzado por los oídos de Kiba, que preocupado no duda ni un segundo en ir para ver lo que estaba pasando con su colega.

—¿Naruto, que sucede? ¿Porque gritas así? —Entra sin tocar la puerta.

—Kiba... ¿Puedes cubrirme por favor? —Levanta su mirada.

—Claro, ¿pero estas bien? —Dijo sin entender porque lucia tan destrozado.

—No, mi vida se está desboronando, pero tengo que verlo con mis propios ojos, tengo que darme cuenta si es verdad o solo es un mal entendido. —Se levanta.

—No te preocupes, yo le diré al jefe que tuviste un asunto personal de suma importancia.

—Gracias Kiba. —Naruto sale corriendo, con la adrenalina por las nubes.

Naruto no frena sus pisadas hasta llegar a su vehículo. Busca a Sakura en su casa, le marca muchas veces al celular, pero siempre lo mandaba a buzón, deja mensajes, pero nada funcionaba, cosa que solo lo altera y lo frustra más.

—¡¿Dónde estás?!, necesito que me digas que todo se trata de una mentira. —Se lo dice al mismo sin dejar de pisar el acelerador.

Naruto estaba desesperado, lleno de dudas y de pronto de la nada recuerda el comportamiento extraño que ha tenido Sakura en los últimos meses.

—¡No puede ser! Tu no, dime que nunca me harías esto. —Da golpes al volante con las palmas de sus manos.

Naruto estaba nervioso, con el corazón casi saliéndose del pecho, acelero de nuevo al ver el semáforo cambiar de color y como si el destino se pusiera a su favor se topa con una silueta familiar. No tarda mucho para orillarse y apagar el motor, sale a toda prisa sin importarle cerrar la puerta antes.

—¡Hinata! —Repite un par de veces hasta que su voz es alcanzada por ella.

—Naruto... —Se detuvo, se giró y se encontró con el respirar agitado del rubio y con una mirada desolada.

—Tu eres la mejor amiga de Sakura, por favor necesito que me aclares algo.

Hinata se pone nerviosa, pero acompaña a Naruto porque estaba preocupada por él.

—Sube a mi auto, platiquemos con más calma en mi casa.

—Está bien. —Entra y se sienta en el copiloto.

En gran parte del camino el rubio guardo silencio, cosa que solo le preocupo más a Hinata.

—¿Te encuentras bien?

—No. —Respondió a secas. —Por eso necesito que me aclares una duda que me está matando.

Las palabras de Hinata se congelaron, estaba asustada por sospechar el motivo que lo estaba orillando a actuar de una forma tan ajena a él. Su seriedad y la tristeza no eran común en el rubio, por el contrario, Naruto siempre se destacó por ser un hombre alegre, positivo y gentil.

15 minutos después...

—Te ayudo. —Intenta acercarse para que se apoyara en él, al caminar.

—No es necesario, estoy bien. —Contesto Sakura.

—En tu estado tienes que cuidarte, una caída es muy peligrosa. —El azabache baja la mirada.

—¿Mi estado, a qué te refieres? —Detuvo su andar. —¿Estoy tan mal de salud?

—Hablaremos en el departamento, mientras eso pasa, por favor trata de comer lo que te traje. —Abre la puerta para que Sakura entrara al carro.

Aun sin entender, Sakura comienza a comer un poco de fruta y tomar una botella de suero. En todo el camino no le pregunto más, solo lo observo conducir. Al llegar al departamento el azabache abre la puerta y la ayuda a salir.

—Gracias. —Le dice, pero solo obtiene silencio.

Los dos caminaron, sin decirse una sola palabra y al quedar frente a la puerta Sasuke tomo la decisión de girar la perrilla para abrir y pedirle que entrara.

—¿Estas bien? —Sakura rompe el silencio.

—Recoge tus cosas y vete. —Respondió sin darle la cara.

—¿Eh? —Abre los ojos perpleja.

Sakura llevo sus pupilas a una esquina al darse cuenta que ahí se encontraba su maleta.

—¿Hablas en serio? —Dijo con dificultad, al fijar sus orbes otra vez en él.

—Le pedí a uno de mis guaruras que recogiera todas tus cosas mientras tu dormías en el hospital. —Trago saliva. —Al fin tendrás esa libertad que tanto querías.

Sakura recibió un golpe, uno que no era físico, uno que dolía y que se le hizo difícil ignorar.

—¿Tú quieres ser libre, no es así? —Prosiguió.

—Si, pero... —Hizo una pausa.

—Entonces vete, quiero que seas feliz con la persona que amas. —Se fue directo al mini bar y comenzó a destapar una botella de tequila.

Sakura se queda en shock, su cabeza le dio vueltas, sus sentimientos estaban contrariados.

¿Por qué?

¿Por qué ese tan drástico cambio?

—Pero... la deuda. —Apretó los labios después de decirlo.

—No te preocupes por eso, todo esta saldado, yo me encargare de todo.

Sakura no sabía que más decir, de alguna manera eso la hacía sentir feliz y triste a la vez.

—¿Mentiste? —Salió tan rápido de sus labios que no le dio tiempo de pensarlo antes. —Pensé... yo pensé que me...

—Olvídalo, lo que te dije ya no importa, ya no tiene sentido. —La interrumpe antes de darle un sorbo a la botella.

Olvídalo.

Parpadeo y recordó el primer beso y el ultimo que recibió de él.

OLVIDALO.

Parpadeo y recordó su confesión.

Esa sencilla palabra martillo su cabeza y la hizo enfadar, la hizo querer gritar con todas sus fuerzas.

—Solo estabas jugando cuando me lo dijiste, solo he sido un juguete divertido para matar el tiempo. —Lo grito, con sus lágrimas al borde. —Eres un mentiroso... Eres un idiota... Eres un imbécil. —Las gotas corrieron libremente por sus mejillas.

—Te amo. —Voltea a verla y la deja en silencio.

Sasuke dejo la botella, camino hacia ella al verla con la mirada en el suelo y temblando con impotencia.

—Sakura... te amo —Se detiene y siente como ella en un movimiento sin premeditar se aferra a su camisa, hasta estrujarla, en un agarre fuerte y llevado por la ira.

—Maldita la hora, maldita sea el día, maldigo el momento donde los dos coincidimos. —Exclama sin dejar de derramar lágrimas por él. —Mentiroso... Mentiroso... ¡MENTIROSO!

—¡Demonios!, no me digas eso. —Sujeta sus mejillas y pega su frente con la suya. —¡Te amo! ¡Te amo con todas mis fuerzas! —La besa en un acto desesperado.

Se aferro a no soltarla, por mas que Sakura forcejaba. El contacto de sus labios siguió, hasta que finalmente Sakura aflojo sus manos y dejo de sujetarlo bruscamente de la camisa.

—Te amo, nunca lo dudes, nunca lo olvides. —Lo dijo al separarse de su boca. —Pero tu... estas embarazada del hombre que amas.

Sakura abre sus ojos de par en par y Sasuke aprovecha su confusión para abrazarla.

—Perdóname, tu tenías una vida hecha y solo quise meterme en ella, sin pensar en tus sentimientos. —La abraza mas fuerte y su voz se quiebra. —Gracias, te agradezco por todo, tu me ayudaste a ver el mundo diferente, me enseñaste que tengo tantos errores por corregir y estuviste para mi cuando más te necesitaba.

Sakura comienza a llorar con más intensidad, hasta que el llanto se trasforma en sollozo. Le dolía mucho escuchar que Sasuke se estuviera despidiendo de ella.

—Siempre te amare y deseo tu felicidad.

Sakura abraza a Sasuke con la misma fuerza y después de unos segundos toma su maleta al separarse. Sakura comenzó a caminar y al sujetar la perilla dio un ultimo vistazo para atrás, quedando impactada, al ver como Sasuke Uchiha estaba derramando lagrimas por ella.

—Adiós. —Sakura cruza la puerta y limpia sus lagrimas al caminar por el pasillo.

—El señor me ordeno que la llevara a donde usted me indique. —El guarura la ayuda con la maleta.

—Gracias. —Responde cabizbaja.

Mientras tanto la aturdida mujer se sube al choche y voltea una última vez y observa a Sasuke sosteniendo la botella aun lado de la entrada, como si quisiera verla partir.

Sakura rompe el contacto con sus ojos, le dolía mucho, mas de lo que llego a imaginar. Sus dedos subieron y pararon para acariciar su vientre.

—Un bebe de Naruto, es lo más maravilloso que me ha pasado en la vida. —Sonríe con felicidad muy a pesar que la tristeza no se apartaba de su lado.

El carro arranca y Sasuke corre para entrar a su departamento, se empino la botella una y otra vez, sin sentir que ese liquido lo aliviara.

Los tragos aumentaban, abría de lleno su garganta para perderse en la brecha del alcohol.

10 minutos después...

—Quiero saber... —El rubio lo saco muy rápido y después hizo una pausa. —Te suplico que me aclares si Sakura... si ella está casada con Sasuke Uchiha.

Hinata se queda helada y Naruto en seguida le molesta y le duele esa reacción.

—¡Habla! ¡Dime si es verdad o es mentira! —Llega hasta sus hombros y los aprieta fuerte sin estar consciente de su fuerza.

—Ahh. —Cierra los parpados adolorida.

—Lo siento. —La suelta rápido. —Siento que estoy perdiendo la cabeza, tener esta duda me está matando por dentro, ya no lo resisto, por lo que más quieras dime la verdad.

Naruto comenzó a llorar desesperadamente ante los ojos de Hinata, la joven preocupada y llena de culpa no pudo seguir negando la verdad.

—Lo siento Naruto, pero es verdad. —Bajo la mirada.

Naruto se queda en silencio, retrocede y al chocar con su mesa enloquece, arrojando todo al suelo. Platos, marcos, los muebles, todo se vino abajo.

—¡Por qué lo hiciste! he dado toda mi vida por ti y me pagas con esto. —Arroja un portarretrato que llevaba su imagen.

El rubio estaba rompiendo todo lo que se atravesara en su camino. Todo lo que había comprado pensado en ella, pero Hinata corre y lo abraza por detrás, en un intento por hacerlo frenar.

—Cálmate por favor.

—¡Soy un estúpido! Yo creí ciegamente en ella. —Se deja caer de rodillas. —Tontamente pensé que al ver eso en el periódico, ella me daría una explicación al respecto.

Hinata comienza a llorar, al ver a Naruto sufriendo tanto.

—Suéltame, quiero destrozar todos los malditos sueños que tenía con ella. —Forcejea.

—No digas eso Naruto-kun.

—¡Suéltame! —Se la quita de encima y la toma de ambas muñecas al darse la vuelta. —¡Vete! Tu lo sabias y también me lo ocultaste. —Le grita en la cara.

—No puedo, estoy preocupada por ti.

—No seas absurda, tu eres igual, una mentirosa que se río de mi todo este tiempo.

Hinata en un impulso llega hasta sus labios y los besa. El contacto fue fugaz, pero lo suficiente para dejarlo impactado frente a esos ojos color perla.

—Siempre te he amado en silencio y me duele mucho verte de esta forma. —Sus ojos se cristalizan por las lágrimas.

Naruto toma el rostro de Hinata y la besa de nuevo mientras ambas lágrimas recorrían por sus mejillas.

Hinata se sentía culpable, pero deseaba mucho que Naruto continuara besándola, aunque fuera por ese momento.

Naruto estaba sin razón y con una sola idea en mente, llevarla a su recamara.

En cambio, Hinata estaba perdida en los besos de su amado, llenándose de esas sensaciones que siempre soñó. Por otro lado, el rubio quería de alguna manera olvidar todo el dolor que estaba sintiendo, sin detenerse a pesar por un momento, en los sentimientos de Hinata.

Hinata se despoja de su ropa al igual que lo hace Naruto. El rubio se posa sobre su cuerpo, pero en ese instante antes de convertirse en uno, se le viene un gran arrepentimiento, al recordar el rostro de la mujer que le había partido el corazón.

—Lo siento, perdóname, pero no puedo hacer esto. —Se lo dice a la cara.

A los pocos segundos Sakura entra a la casa del rubio al encontrar la puerta abierta, al pasar a la sala se asusta, por ver los destrozos que había en toda la estancia, vidrios rotos, muebles tirados y papeles regados. Al analizar las cosas lo primero que se le vino en mente fue que le habían robado, por eso preocupada subió las escaleras para hacer una llamada desde allí.

El ruido que provoca una maleta de rueditas al ser arrastrada lo alerto y al girar la mirada se petrifica. Sakura se encontraba parada en la entrada de su puerta.

—Naruto... —Expresa Sakura, con una lagrima bajando sus ojos y con el corazón latiendo a mil por hora.

Naruto intenta levantarse, cubriendo su cuerpo, pero Sakura no se quedo para escuchar una explicación, no cuando solo quería salir corriendo.

—¡Espera! —Intenta detenerla, pero fue inútil. —¡Maldición! —Expresa molesto, destrozado y culpable a la vez.

—Naruto, yo... —Llena de culpa intenta ofrecerle una disculpa.

—Lo mejor será que te marches. —Dice sin mirarla.

—Si, lo entiendo. —Hinata termina por cambiarse, toma su bolso y se va.

Sus pasos apresurados de Sakura no frenaban. El camino era borroso por las lágrimas entorpeciendo su vista. El sufrimiento era tan grande que pensaba que no lo podía soportar.

—Me estabas engañando con mi mejor amiga todo este tiempo, jamás pensé que tu serias de esa manera, siempre confié en ti, en tu amor. —Se detiene exhausta y toca su vientre.

Un pequeño dolor en su vientre la hizo recapacitar mientras trato de sentarse.

—Debo calmarte por ti, tú no tienes la culpa de todo esto. —Freno esas hordas que amenazaban con salir.

Sakura se quedó sentada por unos minutos, hasta que los dolores comienzan a césar. Cuando el malestar paro, se levantó y siguió caminando.

Sakura camina por más de media hora, porque no tenía ni siquiera dinero para tomar un taxi, ya que la maleta que tenía, la había dejado en casa de Naruto, junto con todo su dinero.

La joven madre daba esfuerzos gigantes por no desplomarse por la tristeza que la invadía a cada paso. Y cuando finalmente estaba cansada de tanto caminar, en una esquina se topa con el carro de Sasori.

—¿Sakura? —Abre la ventana del copiloto y le grita.

Sakura lo mira con una mirada perdida e ignorándolo continúa caminando, pero Sasori un poco confundido y con intuición se baja de inmediato y la sigue.

Sasori apresura sus pisadas para alcanzarla.

—Espera, ¿qué pasa contigo, porque tu mirada luce tan triste? —La detiene al cruzarse en su camino.

Sakura no puede más y sus ojos se humedecen.

—¿¡No me digas que el imbécil de Itachi intento aprovecharse de ti otra vez!?

Con la voz quebrada y débil apenas pudo pronunciar unas palabras.

—No, pero puedes por favor llévame con Sasuke.

Pensó en ese lugar porque era el único sitio que el rubio desconocía.

Sasori no lo dudo dos veces y la ayudo a subir a su vehículo y condujo rápidamente hasta el departamento de Sasuke, gracias a las instrucciones que le dio Sakura.

—¿Si no fue Itachi, entonces porque estas así?

—Lo siento, pero prefiero no hablar del tema. —Lleva sus pupilas para una esquina.

Sasori se queda más confundido, pero no quería seguir perturbándola con mas preguntas.

Al llegar Sakura le agradece y se baja de inmediato. Camina sin detenerse y al quedar frente a su puerta, comienza a tocar mientras le gritaba su nombre. El desorbitado azabache al escuchar su voz, se levanta del sofá, estaba tan ebrio que muy apenas podía dar pasos.

Sasuke tomo la perilla, quito el seguro con otra mano y al girarla se encontró a su amada en un mar de lágrimas. Verla así ayudo para que la ebriedad se marchara de su cuerpo, al darle prioridad a su condición.

Con mucha preocupación llega hasta ella y la abraza, sin preguntarle nada, solo para dejarle en claro que contaba con todo su apoyo.

—Sakura... mi Sakura, por favor deja de llorar, verte así me parte el alma. —Acaricio sus cabellos con ambos ojos entrecerrados.

Al elevar la mirada sus ojos se clavan en el rostro de Sasori.

—¡¿Qué demonios le hiciste?! —Frunció el ceño.

—Eso quería preguntarte yo a ti. —Le responde el pelirrojo, con la misma mirada retadora.

—Sasori no es el responsable, el no me ha hecho nada. —Aclara Sakura al ver Sasuke quería iniciar una pelea.

—Me topé a tu esposa por casualidad y al verla así le ofrecí mi ayuda.

—Entonces ya puedes lárgate.

Sasori se molesta de inmediato, pero se tranquiliza para no causar más problemas, así que se marcha.

Al verlo salir del pasillo el azabache entra junto con ella al departamento y le da el cierre a la puerta.

—¿Qué paso? ¿Porque estas así? —Sin apartarse de su lado, levanta su rostro.

Sakura no podía hablar por culpa del llanto.

—Cálmate o puedes causarle daño al bebe. —Le dice amablemente.

Sakura de inmediato trata de tranquilizarse con la poca voluntad que tenía para hacerlo.

—Te suplico que me permitas quedarme esta noche aquí.

—Puedes quedarte todo el tiempo que necesites, esta puerta siempre estará abierta para ti. —Seca las lagrimas de Sakura con uno de sus dedos.

Sakura le agradece y sin decir más se aparta, camina sin detenerse y se encierra en el cuarto para estar sola.

Al día siguiente Sasuke se levantó muy temprano, llamo por teléfono e informo que no asistiría al trabajo, con la única intención de no dejarla sola.

Las horas pasaron y ella no salía, Sasuke estaba muy preocupado por ella ya que se había pasado el almuerzo. Después de pensarlo un poco decide ir a tocar a su puerta.

—Sakura... tienes que comer algo. —Toca por segunda vez, pero Sakura no responde.

Sasuke toma una de las llaves que tenía y abre el cuarto dejando una charola de comida sobre la cama.

—Tienes que comer, sabes que ambos lo necesitan.

—Déjame sola. —Tapo su rostro con la cobija, para que no se percatara de su desvelo y de las lágrimas secas que tenía sobre la cara.

—¿Porque no volviste con el padre de tu bebe? —Le pregunta. —¿No quiso hacerse cargo? —Vuelva a insistir.

Sakura comienza a llorar sin poder decirle nada y el azabache al escuchar su llanto, totalmente culpable sale de la habitación.

—Lo siento. —Le dice antes de cruzar la puerta.

El azabache sentía muchas cosas en este instante, por un lado, tenía una gran felicidad, al tenerla a su lado, pero por otra parte le dolía profundamente que Sakura sufriera por el amor de Naruto. Eso lo lleno de rabia, no podía seguir soportando esa sensación, quería descargar su furia y frustración con la persona que más odiaba en el mundo.

Sin decirle a donde va, sale del departamento y conduce hasta llegar a su casino.

—Espero que ya cuenten con toda la información que les pedí. —Sostiene su celular y se estaciona enfrente del casino.

Se baja y cierra la camioneta con el seguro de su llave.

—Para hoy necesito conocer la dirección del ese maldito, quiero saber donde esta la pocilga de Naruto Uzumaki. —Exclama enfadado.

Pero una voz dirigirse a él, le hace colgar el celular de inmediato.

—No es necesario que sigas buscándome, aquí me tienes infeliz. —Afila la mirada al verlo frente a frente.




Sasuke, dos segundos después de ver a Naruto:

—Ya valiste prro.


¡¡OMG!!, por fin y después de un montón de capítulos, los dos galanes de saku se conocen la jeta.

¿Cómo los animales marcaran su territorio?

Pues descúbranlo en el siguiente cap xD

#Quesearmenlosmadrazos.

Gracias por su visita en esta novela dan dramática ≧∇≦


Música: Most Emotional Anime, Kioku Yosuga no sora.

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