En epocas navideñas se supone que uno debe de pasarla bien con los seres que ama y ser felices, cosa que no pasa en la casa Midoriya, a izuku le dolía admitirlo pero se sentía vacío y solo, mientras que sus hijos no se sentían mejor ya que después de todo los niños son curiosos, y amedida que crecen aquella curiosidad se convierte en una pregunta que exige respuesta.

Respuesta que izuku no estaba dispuesto a dar.

Aquel acto de cobardía siendo camuflado por protección, hará de la casa Midoriya, un encuentro campal, todo lo que puede hacer izuku es decirle la verdad a sus hijos.

O que ellos mismos la descubran de la peor manera.

Próximamente ─ Una historia de invierno.