Capítulo 12
Bruce había llegado al trabajo temprano como siempre, y estaba preparando todo para el día cuando Dinah entró apresurada a su despacho, parecía muy alarmada
-Dinah, ¿qué pasa?- le preguntó poniéndose de pie de su asiento
-Cassandra, no está- respondió respirando de manera agitada
Bruce fruncio el ceño- ¿Qué? ¿De que hablas?- preguntó
-Fuí a su habitación, no está en ningún lugar, la busque en todos lados, incluso en los lugares que suele esconderse, pero no está en ningún lugar de su habitación- explicó con una expresión preocupada
-¿Estaba abierta su habitación?- le cuestionó mientras le hacia una seña para que lo siguiera y juntos comenzaron a caminar hacia la habitación de Cassandra
-No, estaba cerrada, también la ventana, no debió haber forma de que ella saliera- explicó mordiendose el labio inferior- También revise las camaras de seguridad, pero no había nada en ellas que mostrará como salió- agregó justo cuando llegaron frente a la habitación de la niña
Ambos entraron y Bruce se puso a mirar por toda la habitación con extremo detalle a la espera de encontrar una pista que señalara a donde había ido la niña.
Pero después de unos minutos, soltó un gruñido frustrado. No había nada, parecía que la niña simplemente se había esfumado.
-¡Cassandra!- la llamó Dinah a la espera de que la niña simplemente se estuviera escondiendo en un lugar fuera de su conocimiento- ¡Cassandra!- siguió intentando, pero nada, la niña simplemente se había desvanecido...
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Escuchó unas voces llamarla desde la lejanía, o al menos se escuchaban como si estuvieran lejos, pero no podía ver mucho así que no estaba segura.
Se sentía tranquila en el lugar en el que estaba, libre como si flotara y se sentía segura y protegida, como si nada ni nadie pudiera hacerle daño en ese lugar.
Comenzó a pensar que si pudiera, se quedaría ahí para siempre. No había mucho para hacer, y quizás con el tiempo el lugar se volvería aburrido, pero mientras eso no pasara, ella planeaba disfrutar esa oscuridad el mayor tiempo posible...
¿Pero qué pasaría con sus amigos?
Esa pregunta que apreció de repente en su mente, la hizo sentir como un despertar repentino.
Se sentía tranquila, sí, pero en ese lugar no volvería a ver a sus amigos.
El dibujo que le regalo Tim asalto sus recuerdos, y poco a poco comenzó a sentir como si fuera un globo de helio flotando y alguien la estuviera jalando a la fuerza hacia abajo
-¡Cassandra!- la voz que escuchaba en la lejanía ahora sonaba más clara y parecía estar acercándose
Cassandra reconoció esa voz. Era Dinah, aquella amable mujer que la había estado cuidando, aquella que siempre la acompañaba cuando se sentía sola, la mujer que de vez en cuando robaba una galleta extra de la cocina para dársela a ella.
Cassandra nunca había presenciado tanto cariño y gentileza, no al menos que ella recordará. Nunca nadie había tenido pequeños detalles con ella, como la galleta o incluso el dibujo de Tim.
De repente la oscuridad ya no le pareció tan acogedora, le pareció muy solitaria... Pero ella siempre había estado sola ¿no? A ella le gustaba la soledad, le hacía sentir más tranquila, más segura
La gente significaba peligro, las personas eran malvadas y crueles, debía mantenerse lejos de ellas para sobrevivir... ¿Dónde había aprendido eso?
No... La gente no era mala... ¿O sí?...
Dinah no era mala, ella era amable, paciente y gentil.
Tim no era malo, era curioso, alegre y muy bueno con Cassandra.
Dick estaba lejos de ser malo, siempre estaba cuidando a los demás.
Stephanie no era mala, era divertida y nunca la juzgaba por su silencio cuando jugaban.
Jason no era malo, a veces algo tosco pero siempre quería protegerlos.
Duke no era malo, el parecía entender a Cassandra sin que ella dijera nada y los silencios que compartían eran agradables.
La gente no era mala... Al menos no toda, así que entonces eso significaba que ella no tenía que esconderse ¿verdad? Ya no tenía que esconderse...
Por primer vez se dió cuenta, que estaría a salvo fuera de la oscuridad...
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Dinah comenzaba a desesperarse, hasta que nuevamente su mirada se detuvo debajo de la cama, donde alcanzó a ver una figura
-¿Cassandra?- la llamó y se acercó y pronto de debajo de la cama salió Cassandra- ¡Cassandra!- la mujer la abrazo en cuanto la tuvo cerca, hasta que la sintió temblar
Dinah la separó un poco de sí para verla mejor y noto los labios de la niña tornarse en un puchero y los ojos se le humedecieron, pronto lágrimas callendo por sus mejillas mientras comenzaba a sollozar.
Dinah la volvió a abrazar, haciendo lo mejor para consolarla, ella no comprendía porque la niña lloraba, pero supuso que ya tendría tiempo de preguntarle más tarde cuando estuviera más tranquila.
Pero había algo que desconcertaba a Dinah aún más y es que, a pesar del llanto, Cassandra parecía aliviada, como si hubiera despertado de una horrible pesadilla y se diera cuenta de eso, que solo era una pesadilla y no podía lastimarla...
-Bruce...- Dinah lo volteó a ver, pero se paralizó al ver la sonrisa de lado en Bruce y esos ojos que a Dinah le parecían de loco cuando hacia un gran descubrimiento
-Se puede desvanecer en las sombras...- comentó asombrado
-Bruce, este no es el momento- le reclamó Dinah aferrándose a Cassandra
-Iré a informar al resto, indagaremos más en esto más tarde- y sin esperar a que Dinah dijera algo, Bruce ya había salido de la habitación
Dinah solo pudo desear que cualquier experimento o prueba que Bruce quisiera hacer con la niña no fuera demasiado cruel...
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Un nuevo día, un día más de ser el conejillo de indias de aquellos científicos.
Hacia tiempo que le dejó de importar, de hecho, gracias a ellos había encontrado su propia manera de escape, logró encontrar un lugar seguro, lugar al que ellos no tenían permitido entrar y no podrían aunque quisieran.
Ella había sido la primera, tenía vagos recuerdos de su primera vez en ese lugar, pero recordaba estar con su padre el cual sujetaba su pequeña mano mientras entraban al edificio.
Pero entonces un día, su padre simplemente ya no estaba ahí...
Tampoco recordaba a su madre y aunque consideró preguntar a los científicos, decidió guardarse sus preguntas, después de todo no les quería dar más razones para investigarla.
Y entonces llegó otro niño. Y sintió tantas cosas, pues por un lado sentía lastima de que aquel niño, más joven que ella, hubiese terminado en ese lugar por algo que estaba fuera de su control. Pero también se sintió aliviada, pues ahora los científicos no se enfocarían en un 100% en ella ya que ahora tendrían que dividir su atención entre ella y el niño y menos atención significaba más libertad.
Pero también se sintió culpable por estar feliz por eso, pues nadie debería terminar en un lugar así, ningún niño debía pasar su infancia en un laboratorio...
Pero él no fue el último, poco a poco más niños fueron llegando y ella empezó a pasar a segundo plano y la atención fue dirigida a los otros niños.
Los primeros años intento acercarse a ellos, incluso admitiría haberse vuelto amiga de algunos de ellos, pero poco a poco empezó a pasar menos tiempo con los demás niños, llegando al punto de apenas verlos.
No le importaba tener o no tener amigos, con el crecimiento de su poder se dió cuenta de que no tenían que preguntar a los científicos las dudas que la acompañaban desde hace años, no, ahora ella podía conseguir las respuestas que quería por su propia cuenta y es que, viviendo en una era tecnológica, no había nada que no pudiera encontrar tras una computadora.
El problema fue cuando los científicos no le permitían tener acceso a una computadora a menos que fuera durante una de sus pruebas y todo estaba cuidadosamente monitoreado, así que cualquier cosa que ella hiciera que no fuera parte de la prueba, se darían cuenta y la detendrían de inmediato.
Y fue un día, cuando tuvo que quedarse bajo la vigilancia de Bruce, que tuvo una idea.
-Bruce, ¿puedo usar estas piezas para armar algo?- preguntó levantando la caja que había encontrado
Bruce la analizó y asintió levemente- Mientras no toques nada de mi escritorio- respondió y volvió a su trabajo
Comenzó a trabajar en lo que ella quería, tendría que ser pequeño para pasar desapercibido, pero tenía que ser tecnológico. Si lograba crear un pequeño dispositivo con una pequeña parte de tecnología en él, podría usarlo para conectarse a cualquier cosa sin que los científicos se dieran cuenta.
Pero tenía que ser cuidadosa, no podía dejar que se enteraran, así que a la vez que trabajaba en eso, empezó a crear un proyecto, algo para mostrarle a Bruce en caso de que le preguntará que había hecho.
Y unos días después, finalmente había concluido ambos proyectos y se guardo el más importante en sus bolsillo mientras tomaba el otro en sus manos, mirándolo con algo de asombro, ella lo había hecho pero se veía muy hermoso...
-¿Qué tienes ahí?- le preguntó Bruce acercándose
Ella lo miró y le nosotros lo que yacía en sus manos, una pequeña espera de metal adornada con cristal. Presionó el botón en el centro, el cual estaba decorado para verse como el centro de una flor con pétalos alrededor.
En cuanto lo presionó, la esfera se abrió y se proyectó un holograma de una pequeña bailarina mientras una suave melodía invadía la habitación.
-Increíble...- murmuro Bruce
La niña sintió cierta calidez en su pecho, hacia tiempo que nadie le decía algo bueno por algo que había hecho
-Puedes tenerla- se la ofreció y Bruce la tomó
Tiempo después de se entraría de que la caja de música había dejado de funcionar, pero para entonces ya no le importaba, ya tenía lo que quería...
Uso el pequeño dispositivo que creó y haciendo uso de su poder se conectó a la red y poco a poco fue dando respuestas a sus preguntas, a las preguntas de su pasado, estaba cerca de tener todo lo que quería saber, aunque le estaba tomando bastante tiempo, pero pronto averiguaria el nombre de su padre y entonces tal vez recordaría...
Un suave golpeteo en la puerta de su habitación la hizo desconectarse del dispositivo y esconderlo.
La puerta se abrió y por ahí entró un científico. Barry, lo reconoció.
-Hey Barbara, lista para las pruebas de hoy?
-... Si, estoy lista...
Ya averiguaria el nombre otro día...
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