challenge 01

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❝ foto sexy en la cama ❞
(性感照片)

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El pequeño rubiecito ya había terminado de desayunar con su familia, subiendo rápidamente a su habitación.

Cerró la puerta con el seguro puesto y se acostó boca abajo en su cama con el teléfono en sus manos, abriendo la aplicación de WhatsApp y su chat con Jeon.

Kookie ♡│últ. vez hoy a la(s) 11:23

¡Kookie! ya volví :D
11:40am

Al oír la notificación, Jungkook casi corrió a su celular, contestando de manera automática al menor.

Qué bueno, precioso.
Pero estuve pensando en algo.
11:40am

¿En qué, hyung?
11:40am

Oh, mierda. Jimin diciéndole "hyung" podría volverlo loco. Era uno de los fetiches de Jungkook, la necesidad de que el rubio lo llamase por ese apodo.

Para el primer reto, sería
correcto que yo tomase la
foto y que yo eligiera la ropa.
11:41am

Al leer ese mensaje, el omega soltó un jadeo ante los nervios. Se imaginó a sí mismo, vestido solamente con alguna sexy lencería y acostado en la cama, mientras que el alfa tomaba esas fotografías.

—Igualmente no tengo ese tipo de ropa en casa... —murmuró pensativo.

Pasó saliva y respondió.

Bueno, kookie, no veo problema,
pero creo que sería rarito sacar
esas fotitos en mi casa :o
11:41am

Iba a seguir escribiéndole, cuando un grito de su madre, pidiéndole que baje a la sala, lo exaltó. Dejó su móvil sobre la cama y salió de su habitación para descender por las escaleras.

Se sentó en el sofá, en tanto sus padres estaban de pie frente a él.

—¿Pasó... algo? —dudó temeroso.

—Díselo tú —habló su progenitor hacia la Señora Park, quien suspiró.

—No voy a dar tantas vueltas. Minnie, tu padre y yo tenemos que viajar a Japón por un tema de la empresa. Es una urgencia que surgió recién —dijo la mayor.

—¿Japón? ¿Me dejarán aquí solo? —preguntó con confusión.

—Estamos tratando de contactar a alguien para que venga a cuidarte. Sabemos que estás a diez días de entrar en celo y no queremos dejarte solo —mencionó frustrada—. Estuvimos pensando en tu tía WooRi, pero-

—¡No! ¡Ella no, por favor! —exclamó con un puchero, cruzándose de brazos.

—Sabemos que no te agrada. Sí —suspiró—. No hay muchas opciones, pequeño. Esto se nos está complicando demasiado.

—Tranquila, cariño —la consoló su marido—. Sólo se me viene alguien a la cabeza que no irá a Osaka y que es de confianza —la miró.

—Estás hablando de...

—Hmm, ¿crees que será buena idea? Aunque es alfa, lo conocemos bien. Lo sabes, amor —suspiró el mayor.

—No entiendo. ¿Quién? —dudó el omega.

—Por mí no hay problema, cariño. Ya cenó con nosotros varias veces, parece alguien muy confiable —sonrió la Señora Park, ambos ignorando las preguntas de su hijo—. Minnie sabe que tiene los supresores y neutralizadores por si acaso, no nos estamos arriesgando a nada.

—Bien —miro a Jimin el alfa—. Le hablaré a Jungkook para que se haga cargo de ti por este mes, ¿sí? —sonrió.

El más bajo abrió sus ojos con sorpresa, su corazón agitándose con fuerza y su lobo interior saltando con emoción.

—P-Pero... ¿no s-será mucha mo-molestia? —habló nervioso, jugando con sus deditos.

—Claro que no, Jimin. El Señor Jeon es como parte de nuestra familia, le hemos tomado cariño —respondió la señora, sacudiendo su mano para no darle importancia—. Contáctate con él, amor —se dirigió a su esposo, luego saliendo de la sala.

—Papá, ¿y-y cuándo s-se irán tú y mamá? —dudó, sus piernas temblando y moviéndose de arriba a abajo.

—El jet sale en unas tres horas, tenemos tiempo aún de alistarnos —respondió, tecleando en su teléfono el número de Jeon para llamarlo.

Al pasar unos tres pitidos, Jungkook contestó.

—Sí, hola, Jungkook... Todo bien, ¿y tú?... Me alegro, te llamo para pedirte un favor... Nos ha surgido un tema muy urgente y Hyunah y yo debemos viajar a Osaka por un mes... Sí, nos vamos hoy. Quería preguntarte si podrías tú cuidar a Jimin mientras estamos afuera... —al oír la respuesta de Jungkook, su progenitor lo miró—. ¿En serio? Muchas gracias, Jungkook. Nos salvaste —suspiró sonriendo.

Y Jimin volvió a temblar.

—Sí, el avión sale a las dos en punto... Te lo agradezco muchísimo, Jeon. Sabía que podía confiar en ti... Bien, ven a la una y media. Te explicaremos más o menos cómo van a ir las cosas... Excelente. Nos vemos luego, entonces... Adiós —sonrió despidiéndose.

El menor bajó su mirada, pasando saliva y pensando en que no tenía mucho tiempo para arreglarse.

—Dijo que sí —pronunció el mayor con su sonrisa aún—. Bien, entonces puedos seguir arreglando mi maleta —se fue, dejando a Jimin solo en el sofá.

—P-Pero... —abrió su boca para hablar, mas ninguna palabra salió.

Recordó que aún estaba chateando con el alfa que lo cuidaría, por lo que corrió a su habitación de nuevo.

Abrió WhatsApp en su teléfono y vio los recientes mensajes del nombrado.

Kookie ♡│en línea.

¿Te parece venir a mi apartamento?
11:41am

Así que... debo cuidarte ahora ;)
11:57am

Bien, el rubio estaba por morir de nervios.

Lo sé. Mi papá estaba frente
a mí cuando lo llamó jskdj
11:57am

Espero no ser mucha molestia):
11:58am

¿Es broma? Claro que no lo eres.
Es un placer para mí que podamos
estar más cercanos en este mes...
11:58am

¿Sabes? Podrás cumplir con los
retos de manera más fácil sin la
presencia de tus padres.
Hoy podríamos empezar...
11:59am

Jimin casi se cae de la cama.

—Esto va a terminar muy mal... —susurró para sí mismo, riendo.

Después hablamos, hyung,
debo hacer algunas cosas c:
¡nos vemos luego!
11:59am

Bien, no puedo esperar para verte
de nuevo. ¡nos vemos, hermoso!
12:00pm

Apenas leyó ese mensaje, Park se levantó y corrió al baño de su cuarto.

Se arrodilló frente a la bañera y giró la perilla del agua caliente, esperando a que se llenase un poco. Echó en ella unas sales de baño con aroma a frutillas, parecido a su olor natural, también soltando jabón para hacer burbujas.

Luego de un rato se metió en el jacuzzi, jugando con las pompitas de jabón y lavándose bien. Quería verse realmente lindo para su alfa.

Al terminar, salió del agua y tomó de su tocador una cremita con olor frutal. Después pasó a maquillarse un poquitito, aplicando brillo labial en su boca.

Salió del baño y caminó hasta su armario, viendo qué podría combinar para volver loco al alfa próximo en venir a su casa.

Terminó por escoger una mini-faldita negra tableada, con una camiseta blanca de mangas largas, unos zapatos negros y medias del mismo color.

No se había percatado del timbre sonando.

Peinó su cabello, de manera que su flequillo no tapase el medio de su frente, sino solo los costados.

Se colocó sus aretes plateados y se miró al espejo. Sí, definitivamente estaba satisfecho.

—¡Jimin! ¡Baja ya! —gritó desde abajo su madre.

El rubio sonrió y bajó las escaleras casi corriendo.

—Perdón, mami. Estaba vistién... dome —hizo una pausa al notar la presencia de Jeon.

El cual estaba, literalmente, comiéndoselo con la mirada.

—Bueno —carraspeó Hyojong, su padre—. Como decía, si te resulta más cómodo, llévate a Jimin a tu apartamento. Me imagino que tienes un poco de trabajo, y si te quedas aquí será un poco complicado.

—Claro, creo que será lo mejor —sonrió ladino, aún mirando al rubio.

Quien estaba abrazando a su madre, la cual acariciaba sus cabellos con cariño.

—No te preocupes, ¿si, bebé? Un mes pasa rápido —besó su frente—. Tannie irá con tu tía. Te llamaré todos los días, y te traeré regalitos de Osaka.

—Está bien, mami. Los voy a extrañar mucho —susurró.

Hyojong sonrió cálido y se acercó al par, luego los tres dándose un fuerte y amoroso abrazo.

—Volveremos justo para tu muestra de baile, Jimin. Así que diviértete en tus clases y recuerda que te iremos a ver —mencionó el alfa mayor, besando su cabeza.

—Lo haré, papá —sonrió el rubio.

—Te amamos muchísimo. No lo olvides —pronunció Hyunah.

Los dos mayores se despidieron de Jungkook, luego saliendo de la casa.

Se formó un gran silencio.

—Así que... ¿Un mes juntos? —sonrió ladino, cruzando sus brazos en su pecho.

Park pasó saliva y asintió nervioso, olfateando con timidez el aroma del mayor.

—No te pongas tímido, bonito. No muerdo —rió ronco—. A menos que tú quieras.

El rubio subió su mirada y la conectó con la del pelinegro, rascando su mejilla ante los nervios.

—Vendrás a mi apartamento, Jimin. ¿Hiciste alguna maleta? —dudó, alzando una ceja.

—N-No, hyung... —susurró.

—¿Por qué estás tan tímido? —preguntó, acercándose a él, mientras que el omega retrocedía—. En WhatsApp no eres así —sonrió.

Pasó sus fuertes brazos a la dininuta cintura del menor, acorralándolo contra la pared.

—K-Kookie~ —jadeó cuando el más alto unió sus frentes.

—Vamos a ir a mi apartamento y cumpliremos con todos los retos, ¿oíste, pequeño? —murmuró mirando sus labios.

El bajito asintió, casi hipnotizado por el olor que desprendía el alfa.

Jungkook se separó y dejó que el contrario vaya a su habitación para preparar su maleta.

Y pasados unos quince minutos, Jimin bajó de nuevo con su valija color celestito, y una mochilita en su espalda.

—¿Todo listo? —preguntó Jeon, el otro asintiendo.

Salieron de la gran casa, subiendo al costoso coche de Jungkook y dirigiéndose hasta su edificio, justo en el centro de la ciudad de Seúl.

Jeon bajó la maleta del omega y la llevó él, tomando con su otra mano la de Jimin para entrelazar sus dedos, caminando al ascensor.

Una vez dentro, la tensión aumentó muy notablemente. El rubio estaba de pie en la esquina del espacioso elevador, con la cabeza gacha y jugando con las mangas de su camiseta.

Jungkook maldijo, mandando todo a la mierda y acorralando de nuevo al menor, quien lo miró con curiosidad y lujuria al mismo tiempo.

El mayor enterró su rostro en el cuello ajeno, oliendo exacerbadamente su exquisito aroma y embriagándose de él. Luego paso a lamer y besar aquella suave piel.

—H-Hyung... —gimió el rubio, pasando sus manos por el fornido pecho del pelinegro.

—Eres tan delicioso, mierda —gruñó.

Y se oyó el pitido del ascensor, éste habiendo llegado al último piso. Pero cuando se abrió, una adorable anciana apareció frente a ellos, quienes se separaron de forma rápida.

—Hola, Jeon. Y hola... —saludó aquella.

—Jimin —sonrió tímido y ruborizado el menor.

—¿Cómo estás, Dana? ¿Cómo va tu pierna? —dudó Jeon.

—Mejor, Jungkook. Ya estoy yendo a la última cita con mi kinesiólogo —sonrió—. Y veo que tú no pierdes el tiempo... —rió al haber visto lo que hacían.

—Nos vemos luego —carcajeó también el alfa, tomando a Jimin de la cintura y llevándolo fuera del elevador.

Se desplazaron hasta la puerta del fondo, siendo esta la del apartamento de Jungkook. El mayor abrió y Park abrió su boca ante lo lindo y lujoso que era el lugar.

Muy grande, con las paredes negras y el suelo de mármol blanco con detalles negros. Muebles modernos, una gran televisión, y se veía por la ventana la gran terraza que tenía.

El omega caminó hasta el centro de la sala, siguiendo con su tarea de observar atentamente. Hasta que sintió unos brazos alrededor de su cintura, y una cabeza apoyada en su hombro izquierdo.

—¿Te gusta? —preguntó Jeon, besando luego su oreja.

—S-Sí, Kookie. E-Es muy lindo —sonrió.

El pelinegro tomó la mano del menor y lo guió hasta su habitación, luego de entrar cerraron la puerta.

—Empecemos, entonces —murmuró ronco, luego sonriendo de manera perversa.

Empujó al pequeño para que caiga en la cama, éste jadeando ante la sorpresa.

—Con esa ropa te ves perfecto, pero falta algo... —buscó en su armario un accesorio.

Era un collar de cuero que parecía de perro, el cual compró y guardó para su oportunidad perfecta con Jimin. No iba a desperdiciar el momento.

Se acercó al rubio y le enganchó aquella gran gargantilla en su cuello.

—Excelente. Estás precioso —el menor se sonrojó y agachó su mirada con una pequeña sonrisa—. Ponte boca abajo, rodillas flexionadas y pies hacia arriba.

Jimin obedeció, poniéndose como dijo. Aunque agregó algo.

Además de flexionar más las rodillas y todo eso, con una sonrisita traviesa abrió sus piernas, haciendo que gracias a su corta y pequeña falda, se notara la primera mitad de sus rellenas y gordas nalgas, junto con su ropa interior negra de encaje.

A Jeon se le secó la garganta, relamiendo sus labios al ver eso. Su miembro se endureció completamente.

—Vamos a agregar algo —se acercó a él y subió un poco la camiseta blanca del pequeño, de manera que la piel de su cintura se notara.

El menor colocó su cabeza sobre una de sus manos, y con la otra estiró la correa del collar.

Mierda, Jungkook no podía controlarse tan fácilmente si él lo provocaba así.

—Ya sacaré la foto, precioso. Mira aquí —ordenó.

El más bajo acató a su orden y lo miró, justo relamiendo su labio inferior, lo cual salió en la imagen.

—Hmm... ¿Te molesta si saco otra? —preguntó con su voz mucho más grave. El bajito negó—. Y... ¿Te molesta si hago esto?

Se colocó detrás de él, pasando una de sus manos a una de sus nalgas sobre la falda, sintiendo igual lo esponjosas que eran.

—Hágalo, hyung~ —rió juguetón.

Jungkook tomó más fotos, habiendo tocado diversas partes del cuerpo del rubio.

Y terminó masturbándose en uno de los baños viendo esas fotos, mientras el menor desempacaba su ropa en la habitación de invitados.

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