Toda la noche me quedé esperando a Jack, con la esperanza de que regresara, pero él jamás apareció. La gente me observaba con una mezcla de lástima y curiosidad, y no entendía por qué. Flynn me dijo, en un tono que intentaba disimular, la oscuridad que se avecinaba: mañana sería su último día en la escuela, pues viajaría a un reino lejano mencionado en el libro del sol para escapar de su padre. Ya no quería saber nada de este mundo, y allí, junto a una flor de durazno, encontraría refugio, a salvo de todo mal que inunda este lugar.

Sus palabras me hicieron sentir una punzada de tristeza por lo que le ocurría; ya no estaría aquí el próximo año. Había algo inevitable en su partida... un vacío que su ausencia dejaría.

A pesar de todo, no todo estaba perdido. Hipo y Mérida se veían tan felices, y presiento que es solo cuestión de tiempo para que Hipo se declare ante ella. Al menos, en medio del caos, había algo que parecía tener sentido. Sin embargo, durante todo el baile, seguí sentada, esperando a Jack, aferrándome a la absurda esperanza de que, al final, aparecería y bailaríamos juntos. Pero eso nunca ocurrió. La música siguió sonando, y yo seguí allí, inmóvil, esperando lo que jamás llegó.

Cuando la fiesta terminó y ya no quedaba nadie en la pista excepto Flynn, sentí que el aire se volvía denso, pesado. Él me miraba con una tristeza que no comprendía del todo, y un nudo se formó en mi estómago. No sabía si algo había ocurrido, si Jack había tenido una urgencia o si, simplemente, había decidido irse para siempre. La duda me devoraba.

Opté por retirarme y dormir, aunque antes Flynn me invitó, con algo de renuencia, a que fuera a despedirlo al bosque por la mañana temprano.

Flynn estuvo conmigo toda la noche, como un espectador silencioso de mi tormento. Sabía lo importante que era para mí bailar con Jack, y aunque quiso invitarme a bailar, se contuvo. En lugar de eso, permaneció cerca, sin hacer preguntas, acompañándome en mi angustia.

Al día siguiente, decidí buscar una respuesta directa de Jack. Realicé el hechizo con los libros antiguos y me colgué el collar con los dos dijes, aquel que Jack me había dado. Respiré hondo y bajé las escaleras con cautela, sintiendo una presencia extraña en el aire.

"¿La viste? Seguro no tiene idea", susurró una voz que me hizo detenerme un momento en la escalera.

"Qué lástima, si supiera lo que siempre hizo con ella, no estaría tan tranquila", dijo otra voz, algo más distante, pero claramente cargada de juicio.

Los rumores comenzaban a volar por los pasillos, como siempre. Pero esta vez algo me decía que hablaban de mí. La incertidumbre me rondaba como una sombra al acecho.

Realmente, espero que no sea nada grave, pero sé muy bien lo que se siente estar en la boca de todos, atrapada en chismes vacíos y crueles, esos que destruyen sin piedad.

—Hola, Rapunzel —dijo Anna, acercándose a mí con una calma que me pareció extraña. Algo no estaba bien—. Oye, ayer Jack me pidió que te dejara su saco en su habitación. Tuvo que irse de emergencia y me pidió que te lo diera.

Esas palabras no me trajeron consuelo. El día estaba nublado, y la oscuridad parecía envolvernos aún más. Un trueno retumbó de fondo.

No sabía que se había ido por una emergencia. Tomé el saco y me dirigí a su habitación. <<Realmente me pregunto si todo está bien, o si ya está mejor>>. Pensé.

Mientras subía las escaleras, los rumores seguían flotando por los pasillos. Sin previo aviso, presté atención a uno, y al voltear, me di cuenta de que la voz provenía de una sirena, no de una alumna. Trate de seguir mi camino, pero la voz seguía en mi mentes

<<¿Qué es peor?>> escuchaba mientras subía las escaleras a toda prisa. El tiempo parecía ir más lento. <<¿Ser querido, pero no amado?>> susurra aquella voz mientras avanzaba. Al  llegar dije la contraseña de Slideryn para abrir la puerta sin dificultad. <<¿O ser amado, pero no deseado?>>.

Nunca se me había hecho tan largo el camino hasta su habitación. El pasillo parecía alargarse a medida que avanzaba. <<¿Qué es peor, escuchar lo que quieres escuchar...>>?

Al llegar frente a su puerta, oí sonidos extraños. Coloqué mi mano en la perilla. <<¿O escuchar lo que es honesto?>>. Gire la perilla y entre a la habitación.

Al abrir la puerta y alzar la vista, no pude evitar soltar el saco. El mundo dejó de girar, y el aire se volvió denso, pesado. Fue como si el corazón se detuviera por un segundo. La sensación era la de un mal sueño del que no podía despertar. Un trueno resonó, iluminando la habitación, y vi a Jack sonriéndole a Elsa mientras ella se encontraba encima de él. Antes de que el golpe de la realidad me alcanzara con toda su fuerza, un nudo se formó en mi estómago, tan fuerte que dolió, y una sensación fría recorrió mi piel, como si mi cuerpo entero se hubiera sumido en un estado de parálisis. Mis ojos no podían dejar de mirar la escena, incapaces de comprender lo que veían, pero al mismo tiempo, todo adquiría una claridad aterradora.

Una mezcla de incredulidad y dolor se entrelazó en mi pecho, y respiré con dificultad, tratando de procesar lo imposible. Mi mente comenzó a hacer preguntas sin respuesta, buscando una lógica que sabía que no existiría. El sonido de sus risas, sus gestos cómplices, todo sonaba distorsionado, como si lo estuviera viendo a través de un cristal empañado. Había una presión en mi pecho, como si las paredes de mi propio ser se estuvieran cerrando poco a poco, aplastando todo dentro de mí. Con las pocas fuerzas que me quedaban, logré susurrar su nombre.

—Jack... —murmuré, y ambos se sobresaltaron. Él encendió la luz, y un trueno resonó con fuerza, llenando el lugar con su rugido feroz y cruel. La lluvia comenzó a caer con fuerza, como si el mundo entero intentara ahogar el dolor que sentía.

—Rapunzel... —dijo Jack, su mirada reflejando una sorpresa que no comprendía.

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Chicas como lo dije antes, este no es el final. Me encanta dejar mis historias de esta manera, siento que los finales así son los mejores porque te dan pauta a las secuelas.

Las quiero mucho y no dejen de darle amor a mis historias. Me gusta mucho saber que aún hay que opina o comenta las historias. ✨