|Capituló 9|

—Rapunzel, puedes detener el combate—expreso Mérida, mientras iba detrás mío. Realmente me sorprendió mucho aquel acontecimiento. Era obvio que había sido manipulado la información, ella lo sabía, lo hizo al propósito para poder enfrentarme de una manera "justa".

—Si, puedes comentar que estuviste en la enfermería—me detuve en seco volteándolos a ver. Era el colmo que no confiaran en mí. No tenía miedo de enfrentarme a ella, al contrario, me sentía un poco ansiosa, prefería que estuvieran todos presentes para que pudieran detenernos en algún punto. Era un perfecto duelo del desquite

—¿Quieren los dos callarse? —exprese viéndolos a ambos molesta—No estoy nerviosa, sé que puedo ganar, pero para eso debo de leer ciertos encantamientos, prepararme para la ocasión.

—Rapunzel...—menciona Mérida.

—¿Quieren ayudarme? —les cuestione—. Entonces ambos empiecen a creer que puedo ganar.

Sin más me metí a los dormitorios dejándolos solos. No podía creer que la gente que más confianza le tenía o empezaba a tener, dudaran de mi capacidad. Di un gran suspiro y miré mis manos, ojalá pudiera hacer más. Ella tiene una ventaja sobre mí y es el hielo, yo no tengo nada más que un brillo singular.

Tal vez tengan razón no poder ganarle, aunque quisiera. En eso vi como el libro dorado salía de mi cuarto para ponerse enfrente de mí, había encantamientos, movimientos que podía hacer. Tal vez...solo tal vez tenga una oportunidad de poder enfrentarme a ella. En eso baja el libro plateado, colocándose enfrente de mí.

Luz de noche

Esta historia es muy singular a las demás, porque empieza la pauta de lo que sería su protección...

Tome el libro entre mis brazos, leyendo aquel libro, las palabras aparecían por si solas, como si quisieran darme un mensaje, lo más curioso era que parecía que hablaba conmigo, cántamelo únicamente a mí, al final aparece un dibujo de aquellos personajes principales de la historia. Debía de tener cuidado con los hechizos que mencionaba el libro dorado ya que muchos de ellos habían sido creados a base de malos entendidos, además que las consecuencias podrían ser irreparables. Tendré que ocupar los hechizos que he aprendido en la escuela. Lo cerré con delicadeza.

Hay cosas que sigo sin entender, una de ellas son estos libros; ¿Que tanta influenza tendrán en mí? ¿por qué yo soy la única que puede leer el libro dorado? Preguntas y preguntas, en algún momento tengo que resolverlas todas porque si alguien se entera de su existencia, estaré en peligro y me temo que no solo yo. Alguien más debe de ser el portador del libro plateado, pero me pregunto quién podrá ser ese ente. Lo curioso es que solamente contiene historias, algunas explican él porqué del hechizo, pero otras solamente son leyendas...aunque, no debería de dar por hecho nada. Mi poder viene de una por lo que no debería de menospreciar las demás. Tal vez esa sea la razón por la que puedo leer el libro dorado. Mi poder, mi vida viene directamente del Sol. Las respuestas solo las podre encontrar en el libro plateado. Al final...ambos se complementan mutuamente.

Suspire y guarde los libros para después salir de mi recámara. Quería aire fresco y aquí me estoy abrumando por mi cuenta. Había un jardín cerca de las agitaciones de Ravenclaw, por lo que decidí ir ahí. La sure hacía que temblarás un poco pero nada como un buen suéter, que había olvidado en mi habitación.

—Vaya la señorita Rapunzel—volteo a mi derecha—. No puede dormir ¿acaso es por tu pelea de mañana?—. Sale de la obscuridad Flynn. Rodé los ojos <<¿de verdad me veo muy débil>>

—Flynn—. Exprese sin gesticular alguna emoción— ¿qué haces aquí?—. Desvíe aquellas palabras con otras, tratando de cambiar el tema.

—Vine a dar la vuelta, la verdad esta escuela siempre me pareció aburrida, pero la verdad es más divertida de lo que creí—. Expresó recargándose de un muro—. No has contestado mi pregunta.

—Que tu padre no te enseñó a no ser impertinente—. Exclamé molesta.

—Mi padre nunca se ha preocupado por mi realmente—. Relaje un poco mi expresión al escuchar aquellas palabras—. Es más con decirte que siempre he vivido en la escuela donde estoy, mi padre me abandono cuando mi madre y mi hermana murieron a causa de la guerra, supongo que no pudo soportar sus pérdidas y prefirió, alejarse—. Desvíe mi mirada al escuchar aquellas palabras mirando hacia mis manos apenada, no debí de haberlo tratado mal.

—No estoy nerviosa—. Exprese más tranquila—. Estoy molesta porque mis amigos me creen débil—. Escucho un pequeño sonido similar a una risa. Volteo a verlo y en efecto, Flynn tenía una ligera sonrisa.

—Pues, tus amigos se equivocan, yo se que eres alguien muy valiente, lo supe cuando te vi en el comedor—. Sonrió al recordarlo—. Eres más valiente de lo que crees, nunca dudes de tus capacidades, Rapunzel—. Sonrió al escuchar aquellas palabras.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top