|Capitulo 20|
Otro capítulo corto, pero intrigante
Ha pasado mucho tiempo que no la recordaba, había olvidado que alguna vez me habia enamorado. Fue un amor demasiado inocente porque fue mi primer amor. No reconocía ese sentimiento debido a la vida que llevaba, era demasiado inocente, pero era demasiado familiar para mí. Cuando escape de aquella cárcel en la que dure mil años atrapado junto a Sobra, me dispuse a conocer el mundo, a disfrutarlo, jugaba con las estrellas y con mi antiguo amigo. Hubo una ocasión que me desvié de mis aventuras, observando a Norte por la ventana, era muy joven, lleno de asombro, leía un libro y en esa misma habitación se encontraba ella. Me quede asombrado porque Katherine, a pesar de formar parte de los niños más pequeños de su aldea, era muy valiente. Poco tiempo después o mejor dicho, al día siguiente, mientras apreciaba el sol de un nuevo día que brillaba con fuerza. Estaba acostado en una nube cuando un grito me sobresalto, levantándome un poco, para voltear a ver a mi alrededor qué era lo que generaba semejante ruido ¡ella estaba ahí! al ver sus ojos grises, llenos de asombro, su cabello castaño un poco alzado por el movimiento, sus mejillas rojas...me regalo una hermosa y tierna sonrisa, copie el mismo gesto. Estiro su mano y yo quería tocar aquellos dedos que se veían tan suaves como aquella nube, pero lo único que pude alcanzar a tocar fueron las puntas de sus yemas de los dedos comprobando que eran como mi mente la había imaginado.
Pasamos muchas aventuras juntos, conociendo y explorando cada parte de este mundo. Ella le encantaba escribir y dibujar, le contaba los cuentos a sus amigos del pueblo de donde era. Me encantaba escuchar que hablaba de mi, me encantaban sus historias y me encantaba como era de gentil y generosa. Realmente la quería.
Rapunzel...me recuerda un poco a ella, el asombro que me deslumbro fue su valentía, jamás ha dado un paso atrás, como aquella vez que la vi por primera vez, saliendo de las sombras alzando su rostro, mostrando su valor y su luz, no le importo si la juzgaría por estar descalza o por verme entre las sombras, aunque hubiera sido contra producente viniendo de mí. Cuando vi sus ojos fue como si aquella fuerte tormenta que habitaba mi interior se controlara. Ahora que lo pienso, a pesar de estar con Elsa, ella estaba en mi mente y siempre fue así, quería saber de ella, la observaba de lejos cuando se sentaba para leer debajo del sauco que se encontraba leyendo aquella pila de libros o cuando en uno de mis paseos pase por su habitación y vi aquel enorme dibujo que hacia donde veía unas luces flotantes del cielo.
Al día siguiente, después de escuchar los quejidos de Elsa, sobre él por qué no había metido clases con ella, estaba tratando de tranquilizarla, pero desvié mi atención colocándola en ella en el momento que salió corriendo. Su cabello largo amarrado en una trenza es reconocible a kilómetros. En ese momento, me preocupe y fue cuando esas sensaciones resurgieron como la primera vez, pero ahora, sabiendo lo que realmente significaban, los negué porque yo ya estaba con alguien y eso no sería respetuoso de mi parte, a pesar de que esa persona no fue reciproca.
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